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Categoría: Confesiones

Una reunión, un amigo, un oral

Como les comente en mi relato "un ex-alumno" Iban me invito a una reunión que tendrían él y sus compañeros de generación y a la cual se habían dado a la tarea de buscar e invitar a algunos de los maestros que tuvieron durante su estadía en primaria, algunas como yo, ya no estábamos en ese plantel y durante un par de semanas estuve recibiendo llamadas de quienes fueron mis alumnos y ahora ya estarían estudiando la universidad. Tal vez algunos casados u otros trabajadores, en fin les comenté que haría lo posible por asistir



Le pregunté a mi esposo si tendría alguna objeción en que fuera a esa reunión o si tendríamos planes para salir



—Quieres ver a tus alumnos?, la verdad no tengo planes, dijo



—Tanto como querer no, pero me han insistido tanto que tal vez si vaya un rato para no hacerles el desaire, no creó regresar tarde



Llego el día de la reunión, al salir de trabajar me dirigí a la dirección que me dieron. Al entrar entre gritos y aplausos varios de los presentes me abrazaron, reconocí a casi todos a primera vista



Mira que grandes están todos, ya son unas señoritas y todos unos jóvenes muy guapos. En fin entre bebidas y taquiza estuvimos platicando y poniéndome al tanto de lo que en la actualidad están realizando, entre los profesores invitados estaban Estela, Mary Cruz, Tulio y Artemio, este último era profesor de música y en infinidad de eventos y oportunidades me tiraba la honda, él no es muy alto quizá mide 1.70 mts., de piel color canela, ojos color miel, de pelo escaso en la frente pero largo y ensortijado hacia la parte trasera, atractivo de cara y muy agradable en su trato o por lo menos conmigo, ya que siempre me la pasaba riendo con sus ocurrencias, pero lo que me gusta de él es su espalda ancha y sus brazos. En fin entre las diversas pláticas y sesiones de baile no perdió la oportunidad de adularme y decirme que le gustaría que nos viéramos en otro momento para tomar un café, o si lo quería tal vez algo más



—El café te lo aceptó, pero no mas



—A. Bueno de entrada un café y después vemos lo demás



—Ji ji ji no habrá nada más



—A. Segura?? Cuando te cambiaste de plantel me dijeron que yo te gustaba pero no te animabas a salir conmigo, no por estar casada sino por evitarte problemas en el plantel



—Quien te dijo tal mentira?



—A. Ya vez, uno tiene sus espías



—Ji ji ji no pues te informaron mal



—A. No creo pues quien me lo dijo era tu confidente, o no?



Recordé que si confesé a Lucia una compañera de aquel tiempo, que sentía atracción por él y que no me era indiferente, pero no aceptaba sus propuestas pues se rumoraba había algo entre él y la directora



—A. Bueno esperó ansioso ese café



—Ya nos ponemos de acuerdo en la semana



Serían las 21:00 hrs. Cuando decidí despedirme de los chicos y profesores



—A. Como te vas a ir? Quieres que te acompañe?



—Traigo auto, mejor si me queda en camino te acercó a tu casa



—A. Voy para Aragón no te desvió?



—No, te dejo en la estación del metro si te parece



—A. Está bien, aunque aún es temprano te parece si adelantamos ese cafe



—Ji ji ji ji, no te digo, una te da la mano y tú agarras la pierna



—A. Eso quisiera, además que piernas



—Ji ji ji, ándale despídete y vámonos



Salimos, tomamos camino y seguimos platicando



—Te hago una pregunta y me contestas con la verdad?



—A. Haber dime, tratare de hacerlo



—Es cierto que andabas con la directora del plantel?



—A. Porqué la pregunta? Qué importancia tiene? O es por eso que no me hacías caso?



—Solo curiosidad, era algo que se rumoraba y no te hacía caso porque soy casada, como se te ocurre



—A. Pues a mí me dijeron otra cosa y no era rumor pues fue dicho por ti



—Dale con lo mismo ya te dije que no



—A. Te puedes detener en una tienda para comprar cigarrillos, puedo fumar?



—Si, me detuve



—A. Quieres algo?



—Una paleta de caramelo



Bajo y al salir de la tienda lo vi caminar hacia la esquina de atras, regresó y subió al auto



—Qué pasó?



—A. Nada me pareció ver a alguien conocido, no arranques vamos a platicar un rato mientras fumamos, te parece?



—Está bien, encendimos un cigarrillo



Saco la paleta, le quitó la envoltura y la acercó a mi boca, cuando la iba yo a tomar me bajo la mano colocándola en mi pierna, sentí un escalofrío en el cuerpo



—A. Yo te la doy



Abrí la boca y se puso a jugar pasándola por mis labios y jalándola cuando veía que la quería morder, en un descuido logre tomarla con la boca



—A. No se vale, tenías que lengüetearla primero



Ji ji ji, al reír aprovechó para sacarla, la acercó a su boca, la besó, paso su lengua



—A. Mmmm que rica saliva, por fin se me hizo conocer tus secretos



—Oye!! Cómprate la tuya esa es mía



—A. La quieres tómala!!



Acto seguido la colocó en sus labios y la acerco a mi cara, dudé un poco, miré fuera del auto, aquí nadie nos conoce pensé y me acerqué.



Comencé a besar la paleta y a sentir sus labios, después la paleta pasó de una boca a otra mientras nos besábamos hasta que la retiró y los besos fueron subiendo de intensidad, colocó su mano en mi pierna y empezó a acariciarla suavemente, subió poco a poco hasta mi entrepierna e intentó desabotonar mi pantalón, la intención era lógica



—No, no lo hagas, no puedes



—A. Anda solo déjame tocarte



—Estoy en mis días, te vas a ensuciar



—A. O sea que no podemos ir a otro lado?



—No, además, porqué me estas besando?



—A. Tú eres quien me besa



—No yo solo quería recuperar mi paleta



—A. Aquí está tómala



La puso a la altura de la bragueta de su pantalón, yo desabroche el cinturón de seguridad y me acerqué, antes de llegar la tome con la mano y rose su bulto que se marcaba en su pantalón



—Que dijiste? Ya cayó, pues no, no soy tan fácil



—A. Me das más paleta?



La saqué de mi boca y la metí en la suya, comencé a jugarla y después lo tomé de la nuca para acercarlo a mí y besarlo, la paleta nuevamente fue de boca en boca



—Mmmm te gusta?



—A. Si, aunque me gustaría saber que más sabes hacer con esa lengua, pues se ve que hace maravillas



Nos besamos apasionadamente y nuestras lenguas se entrelazaban con desespero, yo comencé a acariciar su bulto por encima del pantalón, mmmm que rico se sentía como se ponía duro, el con una mano acariciaba mis tetas y la otra buscó meterla por detrás para acariciar mis nalgas. Pasaron algunos minutos y nuestra respiración sonaba agitada



—Woow que rico besas



—A. Pero si tú!! Lo haces muy bien y esa lengua mmmm insisto ha de hacer maravillas!!



—Lástima, no lo comprobarás, nos vamos?



—A. Como quieras? Oye... Y si te das vuelta a la calle de atrás



—Para qué?



—A. Para disfrutar un rato más



—No qué tal si nos ven



—A. Es una calle con fábricas o bodegas está un poco obscura



—Cómo sabes?



—A. Cuando salí de la tienda me fijé



Dudé un poco, el me abrazó, me beso en la oreja y susurró andá enséñame que más sabe hacer esa lengua e introdujo la suya en mi oído. Eso me estremeció, arranqué en reversa, entré a la calle y nos detuvimos frente a una gran pared de lo que parecía una bodega



—Y si pasa alguien o alguna patrulla



—A. Yo me fijo y estoy al pendiente si alguien viene



Bajo la víscera del auto y como tiene espejo de vanidad podía mirar también si alguien venía por detrás, reclino el respaldo y saco su verga, la comencé a masajear



—Este señor esta desmayado



—A. Tienes que animarlo, dale respiración boca a boca



Mientras lo masajeaba fue creciendo y poniéndose duro, el acariciaba mi cabeza por la nuca esperando el momento en que le diera lengua a ese delicioso trozo de carne que se erigia entre sus piernas, por fin me acerqué y comencé a besarlo y morderlo con los labios para después pasarle la lengua por el glande, lo sentí estremecer



—A. Aaahhhh que rico, tienes una boca deliciosa sigue, sigue



Comencé a meterlo en mi boca y cuando lo sacaba arrastraba la lengua por lo largo de su verga y al llegar a su glande la giraba alrededor del mismo, así estuve haciéndolo una y otra vez. El sólo se estremecía y daba gemidos de placer mientras me acariciaba la cabeza y ensortijaba sus dedos en mi pelo, después intento meter la mano por la parte trasera de mi pantalón pero no pudo, me incorporé y desabotone mi pantalón para regresar a mi cometido, pero esta vez pasando la lengua haciendo círculos desde sus bolas hasta el glande y lo introducía en mi boca lo más que podía, así lo hice varias veces y el sólo empujaba las caderas hacia arriba y se ponía tenso, al tiempo que logró meter su mano en mi pantalón y acariciar mis nalgas para después poner su dedo en mi ano y comenzó a intentar meterlo



—A. Me dejarías metértelo por aquí? Al tiempo que empujaba su dedo en mi ano



—No, nunca lo he hecho por ahí y no creo que me agrade… (Ya lo había hecho y es delicioso, pero como estaba en mis días no me sentía a gusto)... Mejor en otra ocasión siii!!



—A. Bueno entonces me esperaré al café que tenemos pendiente



Volví a mi labor oral, esta vez masajeaba su verga con la mano, con la lengua jugueteaba alrededor de su glande y con los labios lo besaba y succionaba, el seguía gimiendo y retorciéndose de placer. Después comencé a meterlo en mi boca y al sacarlo otra vez hacia lo mismo



—A. Ahhh, ahhh, ahhh me voy a venir tienes papel para no salpicar y ensuciar



Yo seguí haciendo lo mismo, el quiso retirar mi boca empujando mi cabeza, le quite la mano y seguí hasta que empujó las caderas hacía arriba en varias ocasiones y se puso tieso estirándose cual largo es, al momento que su verga vibraba en mi boca y aventaba tres o cuatro chisguetes de esperma los cuales me tragué sin siquiera dejar escurrir nada, saqué poco a poco su verga mientras pasaba mi lengua a lo largo y al llegar al glande nuevamente lo succione y bese para sacarle hasta la última gota, mientras el seguía excitado y su verga dando espasmos del placer recibido



—A. Ahhhh, que delicia, no me equivoqué al decir que esa boquita hace maravillas y me sorprende más que ni una gota desperdiciaste, esperó poder corresponderte de la misma forma o aún mejor



—Imagínate lo que puedo hacer, ya veremos más adelanté, esperó que seas más que bueno en la cama pues no me gusta perder mi tiempo



—A. Ya verás que te pagare este placer con creces



Acomodamos nuestras ropas, nos dimos algunos besos muy cachondos y al poner en movimiento el auto una patrulla entro a la calle por la parte de atrás



Los dos nos miramos y dijimos justo a tiempo, di vuelta y lo dejé en la estación del metro nos besamos nuevamente jugando con nuestras lenguas y quedamos en llamarnos para salir a tomar ese café que quedó pendiente.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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