Sorpresa de Cumpleaños...
Javier estaba haciendo su ronda nocturna por la fábrica, como cada hora en su trabajo, así que no tardaría en volver y sólo tendríamos unos 45 minutos libres para nosotros. No era mi novio, por supuesto, tan sólo éramos dos personas que disfrutábamos de nuestra compañía, ya en el pasado habíamos tenidos nuestros Roses intimos y de nuestras calenturientas mentes.
Me coloqué sobre un silla sentada a horcajdas y dejando el respaldo frente a mí para apoyar mis brazos sobre él. Abrí mis piernas todo lo que pude y me senté a esperar. Tenía un poco de frío pero al imaginar lo que iba a suceder en cuestión de segundos me hacía entrar en calor. Podía decir que notaba como mi coño estaba humedecido. Estuve tentada por acariciarlo un poco para calmar mi ansiedad, pero decidí no estropear la sorpresa.
Efectivamente, Javier no tardó en aparecer en la oficina. Entró y cerró la puerta sin ni siquiera percatarse de que yo le observaba al fondo de la sala, bajo los monitores de seguridad. Venía abrigado hasta el cuello, maldiciendo tener que salir al exterior con el frío que venía haciendo.
Cuando se giró y me vió su rostro se puso pasó tan blanco como un papel y después a un rojo pasión. No podía ni siquiera articular.
Ahí me tenía, totalmente desnuda, con el pelo bien lacio suelto sobre mis hombros, con unos tacones de aguja rojos y un lacito de igual color en el cuello. Le sonreí y le invité a acercarse con un gesto.
-¡Sorpresa!-exclamé
sensualmente abriéndome más
¿Cómo has... entrado aquí!??
-preguntó casi tartamudeando, mezcla de asombro y nerviosismo-
¡Secreto de jefas! admití levantándome y acercándome hasta él. ¿Es que no piensas besarme?- Javier no lo dudó. Se avalanzó sobre mí comiéndome la boca y estrechándome en sus brazos. Estaba aun totalmente aturdido. Excitado- ¡Te dije que te sorprendería!-susurré acariciando su polla sobre el pantalón- ¡Sólo tenemos 40 minutos! Asi que no perdamos el tiempo hablando...
le ayudé a quitarse la chaqueta y comencé a desnudarle. Javier, en un momento de lucidez, se escapó de mis garras y cerró la puerta con la llave para sentirse un poco más seguro. Luego me miró y se acercó hasta mí lentamente, mientras iba quitándose la camisa-
-¡Esto es... realmente increible!-susurró estrechándome de nuevo en sus brazos y apretándome el culo con sus fuertes y grandes manos-
-¡Vamos papi! Fóllame... soy tu regalo, y voy a hacer lo que me pidas...- él me miró y me cogió en brazos hasta sentarme en el escritorio. Apartó todo de un manotazo y me levantó las piernas abriéndolas algo más excitado-
-¡Oh Dios!! No sabes las ganas que tenía de cojerte... ¡he pensado mucho en tí! A pasado tanto, Oh siii...- sin dudarlo ni un minuto se bajó sus pantalones y bóxer liberando su verga. La cogió en su mano y comenzó a paseármela por toda mi raja, haciéndome gemir-
¡Ummmh!! Siiii... mira estooo... siii... por fin voy a comerme este coñito que tanto me gusta y que tantas veces me ha hecho masturbarme... por fin voy a poder volver a saborear tu juguito...- sin decir nada más, me endosó toda su polla en mi coño, haciéndome gemir de placer, viéndola entrar y salir, empujándola y sacándola con lentitud, pero con fuerza a la vez, asi hasta que me la metió entera y comenzó a cogerme sobre la mesa del cuarto de monitoreo. Cada vez sus folladas eran más rápidas- ¡He deseado tantas veces que este momento se repitiera que ahora no quiero que termine!-susurró entre jadeos- ¡Mira que rico! Siii...-
-¡Eso es Javier! Métemela todaaaa... soy toda para tí... todo mi coño es para tí.... ummmhhh sii, asiiii... ohhh que rico follas....-
Estaba tan excitado que apenás tardó en correrse, y eso, le molestó. Porque quería disfrutarme a fondo. Me levanté y subí una pierna a la mesa dejando la otra en el suelo, y le atrapé entre mis brazos.
-¡Vamos Javier!! No te lo pienses más... disfrútame, hazme gozar como a una puta... hoy soy tú regalo, y quiero que me folles por donde quieras... ¡quiero correrme de gusto!-susurré
Javier comenzó a metérmela de nuevo por el coño, haciéndome disfrutar con sus estacadas, clavándomela entera. Habia pasado tanto tiempo que habíamos tenido sexo real, despues siempre había sido a través de chat, y ahora ambos sentíamos un gozo aún mayor. Tras darme unas cuantas folladas, me cogió y me hizo tumbarme en la mesa. Me levantó las piernas y me las puso bien abiertas sobre la mesa también. Acariciando cada milímetro de mi piel, recorriéndome hasta llegar a mi mojado coñito. Lo acarició suavemente con sus dedos, impregnándolos y saboreándolos. Metió su boca en mi coño y comenzó a mamármelo como nunca nadie lo había hecho, haciéndome gritar de locura, haciéndome perder la compostura y la frivolidad que había traído puesta. Se mantuvo hundiéndome su boca en mi coñito hasta que conseguí correrme de gusto. Me saboreó hasta beberse todo mi jugo y acto seguido comenzó a mamarme las tetas; jugando con mis pezones, haciéndome disfrutar...
Le miré extenuada aún de placer y me bajé de la mesa, apoyándo mis manos sobre ella y ofreciéndole mi culo para que me lo cogiera. Él me cogió las caderas y comenzó a juguetear con su lengua y sus dedos en mi rajita. Entrando en mi agujero, metiéndome los dedos, abriéndomelo... Mojó sus dedos en mi coño y me mojó todo el agujero del culo y así hasta que decidió cogermelo. Primero comenzó a metérmela suave, escupiéndome mi ano y encajado la puntita de su pene, una vez había empapado mi culo dejándolo un poco más lubricadito, luego lo metió un poco más...
Sus manos se aferraban a mis caderas apretándome, empujando para hacérmela tragar entera y así se mantuvo hasta que lo consiguió.
Grité exclamada al notar como su polla me entró entera en el culo de una follada, para el fue la primera vez que me la metía a mi en el hilo pero se dio cuenta que me gustaba. Fue una gozada sentirlo así. Javier comenzó a meterla y sacarla con lentitud y así hasta que la cosa fué poniéndose más rica y más fácil. Fué entonces cuando llevó sus manos a mis tetas y comenzó a apretármelas y estrujarlas mientras me seguía follando el culo.
-¡Eso es papi!! Sigueee... siii... como me gusta que me folles... ohhh siiii...-gemí alentándole a seguir dándome rico-
-¡Ummmh!! Diosss... esto es el cielo... es el mejor regalo de cumpleaños que he tenido mami... ohhhh... diosss... siiii...-
-Siii... como me gustaaa...-
Javier no tardó en alcanzar el orgasmo corriéndose gratamente en mi culo, y repartiéndome su leche por toda mi rajita. Yo me giré y le miré jadeante y satisfecha.
Él parecía muy excitado aún, y el tiempo aún nos sobraba, así que me agaché y comencé a saborear su polla, dejándola bien limpita y haciéndole una mamada muy especial, jugando con mis tetas, apretándola con ellas, lamiéndola, mordiéndola suavemente... Él jadeaba sin hablar, sólo gemía y murmuraba frases sin sentido...
La tenía bastante grande y estaba bien dura y bien rica... digna de ser bien mamada. Yo la estaba disfrutando mientras él empujaba mi cabeza para hacérmela tragar entera. Cada vez que la metía hasta el fondo en mi boca él lo miraba y gemía de placer...
Una vez se corrió de nuevo en mi boca, yo saboreé su leche y me la trague todita... Sin duda, estaba realizando un gran trabajo.
Acto seguido le pedí que me follara, pues no había tenido suficiente. Así que él se sentó en su silla y yo me subí encima rodeándole con mis piernas y metiéndomela entera...
-¡Eres preciosa Nancy!-susurró mientras me comía la boca con lentitud y dulzura- ¡me gusta que aun sigas tan Caliente y muy cachonda... ¡Eres una diosa para mí!-
-¡¡Ummmh!! haces que me ponga más cachonda con tus palabras, le susurré besándole frenéticamente.
¡Métemela toda! Quiero que me folles como nunca hayas follado a nadie...
-¡Ya lo estoy haciendo!-murmuró clavándomela y apretándome fuerte el culo para excitarme más- ¡Nunca había follado así con nadie! Ni siquiera con mi novia... a ella jamás se le habría ocurrido hacerme algo así... ohhh diosss... me duelen los cojones de ganas de seguir follandote...
-¡Pues fóllameee!-gemí- ¡hazlo rico papiii! Quiero irme bien calentitaaa... ummmhhh asiiii... siiii... eso es....-
Alcanzamos el orgasmo una vez más entre movimientos salvajes y eróticos, ahí, ambos entrelazados en una silla... abandonándonos al placer de los cuerpos nos mantuvimos follándonos hasta que llegó la hora de irme... Cogí una gabardina blanca y me tapé. Metí la mano en mi bolsillo y me acerqué hasta él entregándole una llave con un llavero rojo con un número..."69"...
-¡Estaré esperándote! Es el hotel del final de la calle... ¡Ven cuando termines y te prometo que te daré tu segunda parte de mi regalo!!-
-¡Allí estaré!-susurró él comiéndome la boca salvajemente- ¡Te follaré hasta que me supliques que pare!- metió la mano bajo mi gabardina y me acarició mi mojadito y hambriento coño. Yo le mordí el labio mientras le besaba y me retiré-