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María, mi mujer, es delgada pero con buenas curvas, rubia, inteligente y muy liberal.
Marita, su amiga, también es rubia con generosas tetas y hermosas nalgas, es muy alegre y amiga de sus amigos.
Hace un tiempo nos cruzamos en la calle y nos pusimos a conversar, como siempre van juntas a la depiladora el tema de la misma surgió enseguida. Yo esperaba ese momento.
Con una sonrisa pícara por si no salía mi maniobra, le dije:
- Yo no sé si te hace un buen trabajo. Debería vértela para confirmar el resultado. -
Marita me miró y al ver mi sonrisa le dijo a mi mujer:
- Tu marido me quiere cojer! -
María le contestó:
- Hace rato que te tiene ganas. -
- Y vos que decís?
- Que si ustedes se arreglan, yo me prendo. -
- Decís de hacer un trío?
- Sería genial, a mí también me gustás. Si Fede te hace acabar una vez, yo te hago acabar tres veces -
- Miren que hace que como seis años que no cogemos con el imbécil de mi marido. Tengo una calentura que las pajas no me solucionan. -
María: - Vamos al departamento. -
Ellas subieron al auto de Marita y yo caminé como trescientos metros hasta el mío.
Cuando entré, estaban desnudas y a los besos. Me desnudé y a la cama. Comencé a lamerle y chuparle la concha a nuestra amiga, mientras María la besaba y le trajinaba las tetas. Marita no tardó en acabar, entonces la dí vuelta y comencé a lamerle el culo. Los gemidos de nuestra nueva amante eran de antología. Mi mujer,, con su rara habilidad de sacar larga su lengua, afinándola y poniendola dura se la metió en la concha y en el culo y la hico acabar repetidas veces, al final, Marita estaba tirada y cansadísima.
Marita llegó a sollozar de placer y calentura. Así, con nuevas acabadas llegamos al anochecer y Marita debía ir a su casa. Entraron a ducharse las dos amantes y las seguí a la ducha. Las hice arrodillar y comencé a bañarlas con mi dorada lluvia. Cuál fue mi sorpresa cuando las dos abrieron sus bocas para beber ese rico elixir.
Terminó esa reunión, pero seguimos viéndonos una o dos veces por semana.
Pero será tema de otro relato.
Fede
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