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Categoría: Confesiones

Fracasé en mi intento por compartir a mi esposa

Es un deseo que tengo desde hace muchos años porque quiero ver a mi mujer como goza con otros penes.



Actualmente mi mujer tiene 42 años de edad y pese a estar gordita con el paso de los años, tiene unos senos hermosos, unas nalgas bellísimas que son un banquete a la hora de hacer el amor. Los años le han sentado muy bien.



Nunca se ha rasurado la rajita, de hecho la prefiero con sus bellos que son sumamente bastantes y que le dan un atractivo visual fascinante, sobre todo cuando se mojan con semen.



Desde hace tiempo he tratado de convencerla para que disfrute con otros penes, pero siempre se ha rehusado con el fin de que me ama y que no está dispuesta a ser follada por otro hombre que no sea yo. No entiendo por qué se empeña en pensar en eso, sin ponerse a pensar en todo lo que gozaría al ser penetrada por uno o más penes al mismo tiempo.



También le he dicho que cuando menos hagamos un trío con algún amigo o con uno de sus ex novios que cada que la ven se ponen a mil, porque se que la desean, pero sigue insistiendo en que eso no está en sus planes.



La verdad es que no se que hacer, porque lo que más deseo es verla cabalgar sentada en un pene, disfrutando, gimiendo de placer, pero sobre todo para que sepa la diferencia que hay entre mi pene y otro.



Ya en una ocasión estuve a punto de convencerla, ya me había dicho que sí aceptaría, siempre y cuando no se volviera a repetir, que sólo me iba a dar gusto en cumplir mi fantasía, pero finalmente me manifestó que no, que estaba loco y que eso no era posible.



Insisto en que mi mayor fantasía es ver que su rajita escurra semen de otro, que se venga en sus pechos, en sus nalgas, pero sobre todo que ella disfrute, que gima, que grite de placer y que yo observe como se comporta con otro pene dentro.



Aun no puedo convencerla y espero que alguien que lea este relato me de consejos de cómo podría convencerla, para que ambos disfrutemos de esos momentos agradables del sexo.



La verdad es que lamentablemente eso se ha quedado en fantasía, porque a pesar de buscar todos los mecanismos no la he podido convencer y por más esfuerzos que hago no avanzo, me doy por vencido, por lo que mejor buscaré otras fantasías para hacer realidad, las cuales consideró serán con algunas amigas íntimas que tengo.



Les decía que por más estrategias que intenté, imperó la decisión de mi mujer de no dejarse coger por otros hombres, a pesar de que le hago notar que eso vendría a refrendar a un más nuestra relación de pareja que ya tiene muchos años y que ya ha caído en la monotonía.



Por ejemplo, le menciono que así como a mi me gusta ver como le sale mi semen a borbotones de su rajita rosada, así me gustaría ver la leche de otros hombres que le escurriera cuando se la cogieran, o verla poseída por varios hombres, entre ellos uno por la cola, otro por la concha y otro en la boca y de ser posible que dos o tres se hicieran la paja y se vinieran en su espalda.



Se que un error en mi petición fue lo que llevó al traste con la realización de mi fantasía, porque hubo un momento en que mi esposa reconoció que después de tantos años de vivir juntos, nuestro matrimonio está apagado, que no pasamos de las mismas posiciones y que meter a otro o a otros en nuestra cama habría venido a ser de gran satisfacción para ambos.



Quiero decirles que durante las últimas semanas me he vuelto muy caliente, pero mi mayor diversión y excitación es mi mano. Quiero decir con ello que ahora gusto de mastubarme, lo hago a cualquier hora del día, ya sea en mi casa o en la oficina, lo importante es disfrutar, ver como salen los chorros de semen de mi pene totalmente erecto que anda en busca de una vagina caliente y mojada.



Es tanta mi excitación que tengo sexo con mi mano en las mañanas, tratando de no se pillado por mi mujer, que la última vez que me encontró masturbándome se escandalizó con el argumento de que soy un enfermo sexual, que parecía un demente haciéndome una paja y a pesar de su coraje no me detuve porque estaba a punto de alcanzar el climax.



Para mi es satisfactorio ver como mi semen me escurre entre los vellos púbicos que me he rasurado y no se que le pasó a mi esposa de escandalizarse si a ella le fascina masturbarme, siempre lo ha hecho y cuando se cansa de hacerlo me pide que le ayude y veo que goza hacerlo, por eso a veces no entiendo a las mujeres.


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