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Categoría: Confesiones

Fantasía con Marcela (Parte 1)

Hola. El día de hoy quisiera contarles la mejor experiencia que he tenido en mi vida. Su nombre es Marcela, tiene 22 años y trabaja en un bar. Desde que la conocí me ha fascinado, es bajita mide 1.60, cabello oscuro, lindo cuerpo, senos deliciosos, siempre había querido tener algo con ella de no ser porque es casada, pero una noche decidí que era el momento de decírselo.

Llegué a su bar un viernes a eso de las 10 pm., había estado bebiendo unos tragos y estaba un poco ebria. Me senté en la barra frente a ella, la saludé y comenzamos a hablar, decidí que sería mejor dejar que las cosas se dieran solas. Conversamos un buen rato hasta que me contó acerca de sus problemas financieros:”-Estoy muy mal de plata, tu sabes que este bar es de José (el esposo) y que él no me da un centavo por trabajar aquí y siempre tengo que pedirle dinero, ya estoy cansada, el lunes empezaré a buscar un trabajo”.

Yo no dejaba de sentirme mal por ella, no solo la deseaba… la amaba, y no iba a permitir que nada le faltara. Fui al baño y de regreso se me prendió el foco, se me dio una idea, una gran idea.

Me senté de nuevo con cara de serio mientras veía su cara de angustia, me acerqué y le dije”-Mira, ahora mismo estoy trabajando con un tipo que tiene una oficina en el norte de la ciudad, soy su mensajero, pero hoy me pidió que hiciera algo muy especial por él, me pidió que buscara amigas mías o mujeres de la calle que quisieran ganar dinero de forma rápida y fácil”.

Ella abrió los ojos y me pregunto de qué se trataba el trabajo, yo le respondí que tenían que dejarse sacar fotos totalmente desnudas. -¿Yo no haré eso, ni loca, en que estabas pensando?, que clase de mujer crees que soy. Muy sereno le dije: -No seas tonta, no es para ti, solo te pido que me remitas amigas tuyas con angustias económicas y yo te doy el 4% de comisión por cada una, yo mismo saco las fotos con mi cámara digital nueva y les pago $ 100.000.00 pesos por día y a ti te doy $ 4.000.00, eso es todo.

Se quedó como ensimismada por un momento y luego refutó: -¿$ 100.000.00 por día?, y yo le dije que sí.

Por esas épocas yo estaba estrenando trabajo y ganaba muy buen dinero como para pagarle a ella por tener sexo conmigo, obviamente no iba a decirle que las fotos eran para mí, ella ya me había hecho saber que solo me quería como amigo. Vivo solo en un cuarto de un edificio en el centro por lo que me puedo dar estos lujos. Tener en mi poder unas fotos de Marcela desnuda era algo que había deseado desde hace mucho tiempo y pronto tendría la oportunidad de hacer ese sueño realidad.

Al día siguiente me llamó diciéndome que tenía a una chica, nos pusimos una cita cerca de un motel en el centro a las 11 AM. Ahí llegué y allí estaba, pero estaba sola, le pregunte por la chica y me dijo: -¿Idiota, acaso iba a perder esa oportunidad? ¿Cien mil por un rato desnuda?, necesito el dinero!”.

Sabía que solo tenía que despertar en ella su ambición para poder hacerla mía. Había pasado la noche maquinando todo, aguantar masturbarme mientras planeaba todo y este solo era el primer paso, lo había logrado.

Subimos a la habitación del motel, le pagué al cajero y cerramos la puerta.

-¿Ese tipo de verdad debe tener mucho dinero, verdad? −le dije que sí. -No le dirás donde vivo ni nada de eso, ¿cierto?, −le dije que no tenía que preocuparse de nada. Y así comenzamos.

Mientras yo organizaba la cámara y la iluminación portátil, ella se sentó en la cama y me pregunto qué era lo que tenía que hacer, una vez terminé de organizar todo le dije que solo tenía que relajarse mientras se quitaba la ropa, hacer posiciones, sonreír, mirar a la cámara con lascivia, etc. A ella le pareció muy sencillo y empezó a mi orden. Yo sacaba fotos cuidando de apuntar bien mientras veía como ella jugaba con placer a imitar a una modelo, luego yo le iba diciendo que debía quitarse. Comenzó quitándose la blusa y dejando ver su brasier blanco de encaje, mientras mi pene se ponía cada vez más duro, me daban ganas de abalanzármele encima y hacérselo, pero me contuve y seguí con las fotos. Le pedí que se quitara el Jean que llevaba, tenía puesta unas bragas de encaje rojas súper excitantes, comencé a venirme de a pocos, lo sentía, se me acercaba y luego se alejaba, mi dedo no podía dejar de oprimir el obturador mientras ella hacia toda clase de posiciones. Paso siguiente fue quitarse el brasier, lo que vi me dejo maravillado, unos preciosos senos talla 34 y sus pezones rosados, una completa delicia; le pedí que los presionara mientras sacaba primeros planos de ellos, los apretaba y gemía de placer -¿Axial? ¿de esta forma? −me decía y yo solo podía contestarle con ajas.

De la cama pasamos al baño, allí se quitó las bragas y me dejo ver que se había afeitado la vagina para la ocasión, totalmente shave, podía ver su clítoris a través de sus labios. Se sentó en el sanitario, abrió sus piernas y permitió que le hiciera unas tomas close-up a su vagina, la abría y se metía los dedos mientras mi pene escupía como loco sin tan siquiera tocarlo, entró en la ducha y comenzó a bañarse, yo trataba de mantenerme alejado para que la cámara no se mojara, ella trataba de moverse lo menos posible y de allí salieron unas fotos espectaculares. Se masturbaba, se tocaba los senos, los pezones, el cabello, jugaba con el jabón, todo, después le dije que habíamos terminado y mientras salía de la ducha sus senos rozaron con mis manos, pude sentirlos, suaves y deliciosos, me excité tanto que me provocaron una pequeña eyaculación.

Eran las 3 PM, habíamos terminado y mientras ella se secaba yo no hallaba como decirle lo mucho que me gustaba y que quería hacerle el amor allí mismo:”-Debo irme, tengo que recoger a Laura al jardín infantil”, había olvidado que su hija estaba en Kindergarten y que debía ver por ella.

Salimos de la habitación y le dije que me esperara que había dejado algo en el baño, al devolverme noté que al cambiarse de ropa interior había dejado las bragas sobre el sanitario, las tomé y comencé a olerlas, no me aguante más y me masturbé hasta que me vine de una manera copiosa, las guardé en mi mochila.

Cuando salimos del motel me dijo: -Nadie más fuera de mi esposo y tú me han visto desnuda, te voy a rogar que le digas a ese señor que no vaya a hacer nada con esas fotos o tendremos problemas, ¿me oíste?, igual no le digas de esto a nadie más… −le dije que no había problema, luego le pregunté que como la había pasado, me contestó que le había gustado un poco, le dije que si lo repetiría y me dijo que lo pensaría… y así le pagué el dinero convenido y se fue, sin más ni más.

Pero como les decía hace poco, no me preocupa, hasta ahora es el comienzo…

Datos del Relato
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