Al señor no lo conocí, su nombre era Salim, de nacionalidad Egipcia, era propietario como de 8 ó 10 almacenes de diferentes artículos. Con su primera mujer procreó una hija de nombre Doris. Su esposa adquirió un mal y tuvo una larga enfermedad que la llevó a la tumba. Pero ya enferma y sin poder complacer a su esposo sexualmente, ella misma le sugirió tener vida marital con una sobrina de ella de nombre Orfa, con quién Salim tuvo una hija de nombre Diana. Las dos hijas de Salim se llevaban 4 años de edad entre si. Salim y la esposa ambos de 35 años y Orfa de 20. Murió la esposa y tres años después murió Salim cuando sus hijas tenían 17 y 13 años. El testamento dejado por Salim estaba en custodia en el consorcio de abogados de mi madre, y sería leído al cumplir la mayoría de edad la mayor para hacerle entrega de los bienes heredados. Dado que faltaban apenas unos días para leerse el testamento, me encomendó mi madre visitar a la familia y hacerles entrega de una citación para ultimar detalles de la reunión. Yo conocía a Orfa y a su hija dado que visitaban nuestra casa y en oportuninidades se iban con nosotros a la casa cercana a la playa de nuestra propiedad, no está demás decirles que con Diana teníamos la misma edad, con quién no teníamos relación era con Doris ya que ella practicamente era muy apartada de su hermana y de su madrastra.
Era un día sábado por la mañana cuando llegué a la casa de la familia, y precisamente quién me atendió era Doris, y vaya sorpresa era la chica con la cual un compañero de Liceo tenía una relación afectiva o más bién tuvo una relación afectiva, la desvirgó, la cogió por unos tres meses y luego se desapareció. Era de un cuerpo espectacular, pechos medianos y unas caderas de película, Piernas torneadas morenas y cintura fina, su cara no era tan hermosa pero tenía un encanto especial y rasgos interesantes, aparte de tener una sonrisa muy dulce. ese día la vi nerviosa ya que ella sabía que yo estaba enterado con pelos y señales de su relación con mi compañero, y a la vez desconocía el parentesco con el notario a cargo de la herencia de su padre. Orfa era joven de 34 años si Doris era un culazo, Orfa la superaba, tenía atributos por donde se viera aparte de tener un rostro precioso y un color de piel bronceado natural y su hija Diana a sus trese años, empezaba a formar un cuerpo como calco del de su madre.
Dos años después surgió la idea de pasar un fin de semana en la casa cercana a la playa, no recuerdo el motivo por el cual sólo yo tuve que acompañarles, pero fué maravilloso estar al lado de tres mujeres espectaculares, el cual Orfa sobresalía a sus 36 años, tenía las mejores curvas. La amistad que tenía ya con las tres, daba lugar a bromas calientes y comentarios picantes, incluso lo de decir que el bulto que se me marcaba era por ser de un pipe grande, e incluso sentados sobre las sillas tomando el sol, Diana preguntó: Saben lo que dicen del pié grande? y acotó Pié grande, Zapato grande. Y lo del bulto era normal, ver en traje de baño a las tres como para que mi verga no se sintiera prisionera en el traje de baño. regularmente si me baño sólo con calzoneta al pararse la pija se me saldría buen pedazo, por lo que encima de la calzoneta uso una bermuda para mantenerla quieta. Esa noche llovió ya no salimos a dar una vueltecita por lo que nos pusimos a ver televisión, y aparte del trajín del nadar en el mar, luego la piscina,las caminatas y trotes de la playa la fatiga hizo mella y dispusimos ir a dormir, estando en la cocina llegó a lavar unos vasos Orfa, y muy quedo me dijo que no fuera a poner seguro en la puerta de mi habitación, pero como me lo dijo sonriendo no lo tomé en serio, pero igual dejé sin cerrojo.
Pasó casi una hora y estuve esperando por si acaso, el sueño me venció, y de repente sentí que alguién se metió en mis sábanas, la luz de la luna entraba de lleno a través de la ventana, y podía apreciar los encantos de Orfa, sus pechos hermosos duros y erguidos, su cintura fina y sus caderas preciosas, su piel suave y lisita, buscó mi boca ansiosa y nos fundimos en un beso largo, humedo y ardiente, besé sus pechos, su cuello, su vientre y le lamí su pusa hinchada, peluda, de gruesos labios vaginales, su olor era delicioso y su jugos entre saladitos y agrios, de un clítoris espectacular grande y grueso, que al sentir mis lemguetazos se puso erecto, y ella se retorcía de placer, gimiendo como loca y pidiendome que le enterrara la verga, la coloqué en un 69, me dijo que nunca le hab{ia chupado la pija a su marido ni él a ella la había mamado, el caso es que poco a poco lo fué haciendo, y la hice venirse y luego le llené la boca de esperma, seguimos chupandonos, ella ya no aguantaba el deseo de tener adentro mi verga, y me decia que deseaba sentir tremenda pija, boca arriba se colocó abrió del todo sus piernas hermosas, y empezé a deslizarme en su vagina caliente y estrechita, me fui completito, hasta el fondo se quejó un poquito, y ya no se la metía completa, bramaba de placer, se vino como tres veces casi continuas, la cantidad de liquido que sacó era increible estaba completamente mojada de las nalgas, la topé al fondo y me corrí glamorosamente. Al día siguiente era increible como estaba esa sábana, semen y liquidos abundantes. Generalmente a partir de esa ocasión la visitaba una vez por semana. Una tarde recibí una llamada de Doris, quería pedirme un favor y si podía llegar a su casa el domingo por la mañana, ya que su madrastra y su hermana saldrían de viaje para arreglar algunos asuntos de un almacén en un pueblo. Sin tapujos me dijo que la noche que Orfa había llegado a mi habitación en el puerto, ella se dió cuenta de todo y que incluso nos había espiado, que no le importaba lo que Orfa hiciera, al fín y al cabo no tenía que rendirle cuentas a nadie y como mujer necesitaba sexo, como necesitaba ella en ese momento y que de ver haber visto c,mo me mamaba la pija esa noche su madrastra, ella siempre deseó chupar y meterse una verga como la mía y que por eso me había citado. Fue una chupada de verga espectacular, me hizo correrme en un dos por tres, yo le besé de pies a cabeza, su vulva depilada me la comí, sus pechos durísimos y penetré su vagina estrechita, ella me apretaba con su paredes, haciedome delirar de placer, tuvo varios orgasmos pero me pidió que no fuera a echarle semen en la vagina que prefería que le llenara el culo, por lo que mientras le bombiaba la vagina, mis dedos trabajaban en su culito y por tenerla en cuatro se me facilitaba, le empezé a penetrar, yo se que le dolía pero se empujaba hacia mi para metersela toda, la metí al fondo sudaba frío la pobre,pero se aguantaba, no pude más y me vine.
Habían pasado ya séis meses de que cogía a Doris y 8 a Orfa, Doris me había comentado que con su hermana Diana tenían jueguitos lésbicos y se acariciaban hasta venirse, y le había dicho que a veces yo la penetraba, y que era una verga hermosa, larga y gruesa. La había trabajado mentalmente tan bién que en una ocasión me llamaron y me sugirieron que nos fueramos un fín de semana al puerto. Estando ya en el puerto los tres desnudos, vi como se mamaban las cucas en un 69,luego empezaron ellas a chuparne la pija, una mamaba la pija,otra chupaba los huevos, y luego Diana dijo que quería ver como le entraba la verga a Doris, Doris sentada sobre mí cabalgando y luego se puso sobre mi boca Diana, para que le chupara su vagina, Doris se corrió, Diana se acostó boca arriba, abrió sus piernas para ofrecerme su cuca virgen, coloqué la verga en su entrada empujé hasta llegar a su himen y de otro envión me fuí al fondo, suspiró hondo, su rostro se desencajó, lagrimas corrieron por sus ojos, estaba su vagina llena de verga, con una sonrisa compunjida, me dijo que se sentía abierta, que sentía mi verga dura y caliente, y que le ardía y dolía, instantes despues, empezé a bombiar despacito, sentía apretadito, luego aflojó sus musculos vaginales, y ya podía entrar y salir, con mis dedos jugueteaba con su clítoris, el estímulo le encantó segupia mi ritmo y empezó a gemir, le estaba gustando ya, Doris de ser observadora pasó a ser protagonista, se sentó sobre la boca de Diana, y gozar con la boca de ella, los movientos de Diana se incrementyaron yo la bpombiaba rápido, sus ojos se pusieron en bkanco y gimió fuerte, sus piernas entrelazaron mi cintura, pegó su pelvis a mi y se vino, quedandose quieta, yo estaba por venirme, me zafé de Diana y Doris, estaba ya lista para recibirme de un golpe me fuí al fondo, Doris estaba a punto de venirse por la chupada recibida de Diana y yo igual, casi al mismo tiempo se corrió y yo me vacie en su vagina, no había problema con ella porque ya se cuidaba. Al día siguiente, Diana se quejaba de ardor cuando la penetré la rimera vez, la segunda vez que la ba a coger tenpia la vagina rojísima, Doris la convenció para dejarde romper el culito, pero increíble le encantó sentirse openetrada or el trasero tuvo hasta orgasmo. Gracias a ese testamento por varios años fué participe de la herencia del Ärabe.