Tenia 17 años y me daba unas calentadas tremendas con mi noviecito. Nada del otro mundo , nada mas me agarraba los pesones de ves en cuando y eso me ponia medio mojada. Ibamos juntos a la secundaria y siempre nos ibamos por lo oscurito para besarnos y ponernos cachondos. El trabajaba de mensajero en la tienda de don Mario.

El tal don Mario tenia fama de ser un viejo rabo verde. Segun se chismeaba en la colonia, hacia su lana extra tomando fotos porno para una revista de mala muerte. La tienda de abarrotes era nada mas la trampa para atrapar incautas.

Una tarde despues de la escuela, Lalo mi novio, se tubo que quedar de encargo pues don Mario tenia que atender unos asuntos. Yo siempre me iba a platicar con él a la tienda, a don Mario no parecia importarle que Lalo tuviera a su novia en la tienda. Claro viejo raboverde, despues me di cuenta que se sacaba la verga debajo del mostrador cuando entraba alguna mujer de buen ver. El caso es que, esa tarde Lalo me empezó a cachondear y me dijo que pasaramos a la parte de atras donde nos nos pudieran ver. Me empezó a manosear y me llevó a un cuarto en la parte de atras, medio oscuro con un catre y un par de sillas. Me seguia besando y tratando de meter la mano debajo de mi falda. Yo me estaba poniendo muy cachonda cuando se abre la puerta de golpe. Era don Mario que regresaba de atender sus asuntos. No dijo nada, pero se nos quedo viendo muy enojado. Nos salimos todos asustados, pues don Mario cuando se enoja asusta un poco. Don Mario era un señor de unos 45 años, alto, panzón medio seboso, pero eso, siempre muy arreglado. Tal vez de ahi le venia la fama.

A paratir de ese dia, don Mario no perdia la oportunidad de hacer señas obscenas con la lengua o los dedos cada vez que lo volteaba a ver y Lalo andaba en la parte de atras de la tienda.

Un tarde de viernes, lo fuía buscar después de la escuela. Lalo no estaba en la tienda pero don Mario me dió un sobre que según Laló dejo para mi. Me agarro la mano al darme la carta e hizo un seña con la lengua. Yo me senti muy incomoda, pues sus señas eran cada vez obscenas y cada oportunidad que tenia de tocarme la aprovechaba.

La note de Lalo me decia que don Mario iba a salir de la ciudad al día siguiente y le pidió cerrar la tienda. Me dijo que lo encontrara en la tienda cinco minutos antes. El plan era que me escondiera en la parte de atras hasta la hora de cerrar para irnos a calentar en el catre.

Cuando llegue al último minuto, habia una nota, que e fuera directo al cuarto de atrás. Asi lo hice, pero estaba oscuro y tratando de encontrar la lampara senti que alguien me agarraba por atras. Sentí que no era Lalo, me di cuenta aterrorizada que era don Mario. Me dijo
-No tengas miedo chiquita, ahorita regreso, voy a cerrar la tienda.

salió del cuarto y le echó llave, yo estaba aterrorizada, pue habie escuchado historias de jovencitas secuestradas y no podia creer que me estuviera sucediendo a mi.


Cuando don Mario regrueso, estaba todo sudoroso por el esfurzo de cerrar las cortinas de la tienda, se sentó en el catre y me dijo que me tanquilizara que nada mas queria hablar con migo.

-El Lalo anda diciendo que eres medio piruja. Yo no lo podia creer chiquita, una muchachita del colegio de monjas es incapas de hacer las cosas que Lalo dice que hace contigo.

A mi me dio coraje enterarme que mi novio andaba diciendo lo peor de mi. ¡Yo que ni siquiera lo dejaba tocarme! Don Mario siguio diciendo:

-Nunca lo quize creer hasta que los estuve espiando el otro dia. Se te veía en la cara que estabas sientiendo rico! Ahi me di cuenta que tienes el potencial, pero tu noviecito es un inexperto. - Me decia acercandose cada vez mas a mi.

Yo estaba paralisada por el terror, la curiosidad y el enojo por la traicion de Lalo. Pero me senti un poco excitada, pues el tenia razón, Lalo no tenia la menor idea de como calentarme más, y a mi se me mojaba la panocha imaginando manos expertas metiendome los dedos.

Don Mario se dió cuante de mi cambio de actitud y me jaló hacia el. -Ven aca mamacita. arrimate mas cerca para que probemos que tan puta eres. Diciendo eso me jalo y me hizo sentarme en sus piernas

-Yo te voy a mojar el calzon tan rico, que vas a volver por más. Me decia mientras su mano subia lentamente por mi pierna, se metia debajo de la falda y ahi la dejo un momento

Yo seguia entre entnre paralizada por el susto y excitada por lo que estaba por suceder.
Sus dedos expertos comenzaron a tocarme el clitoris, lo que me hizo sentir un oleada de placer pues asi me masturbaba desde los 10 años. Mientras seguia masajeandome el clitoris por encima de la pantaleta me siguió diciendo:

-¿Sientes rico verdad putita? ¡Mira como te mojas! ¡Mamacita que buenota estás!
Cierra tus ojos y siente que rico te tallo la panocha. MMMM con lo que me gustan los bicochos mojados.

Yo nada mas sentia como se me mojaba la pantaleta y empeze a gemir de placer. Eso parecio calentar a mas a don Mario que intencificó el movimiento de sus dedos y seguia susurrandome al oido:
-Eso, asi me gustas putita caliente, ¿te gusta que te mo jen la panocha verdad pirujita? Correte! correte puta!

Yo no puede contenerme mas y me vine como nunca me habia venido en mi vida. Ahora si entendia las señas que me hacía don Mario con los dedos. Desde entonces no pierde la oportunidad de hacerlas y a mi se me moja la raja nada mas de acordarme. Una cosa si tenia razon: me gustó tanto que regresé por mas cada semana. Pero esas son otras historias.