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Categoría: Confesiones

Arrimón en transporte público

Mi primer relato y confesión.



Esto comenzó, aproximadamente, como hace un año y fue en el transporte público. Les contaré un poco de mí, soy de México, tengo 21 años, activo, me gusta coger a los chavos, soy estudiante, mido 1.70, moreno, de buen ver, soy gay, pero de closet. No me late andar en el radar de muchos chavos obvios y me agrada tener vida hetero, así que estoy demasiado estúpido para identificar a alguien, de hecho, llevo muy poco en este desmadre de ser puto, pero esa es otra historia... Ocupo mucho el transporte público, la gente que viva en esta ciudad conocerá las horas pico, donde no cabe ni un alma, ya sea en el metrobús o metro. 



Esto me sucedió en el metrobús, para los que no lo conocen, es un camión largo que cobra barato. El chiste es que era hora pico y estaba a reventar, por lo regular, yo nunca ando en horas pico, pero tuve que hacer una tarea importante. Cuando llegué había una cola enorme, iba con mi amigo, esperando hasta que nos tocara entrar, atrás venía un grupo de chavos, un poco menores que nosotros. Cuando nos tocó nuestro turno de entrar, empujé a mi amigo (claro, es heterosexual), y los chavos que venían atrás se metieron como pudieron y terminamos algo pegados. Atrás de mi quedó uno de los chavos, voy a sonar como muchos de aquí, que es guapo, mamado... Pero ¡noo!, lo único que diré, es que era un chavo normal, eso sí, un poco más alto, tez blanca, voz gruesa, para mi gusto atractivo... Platicaba de su chava que la iba a llevar al cine y bla bla...



Cuando llegó la siguiente estación, si es que había un poco despacio, se acabó por completo. Quedamos tan pegados cuerpo con cuerpo y para colmo quedó atrás de mí, mis nalgas pegadas a su verga. La verdad, era bastante incómodo al principio, siendo yo activo y también para él. Nos pusimos tan rojos los dos, que no pudimos hacer nada, como se tardaba un poco en avanzar. Al sentir su cuerpo pegado al mío, empecé a prenderme poco a poco, se me empezó a parar, al escuchar su voz gruesa cerca de la oreja, empecé hacer movimientos leves ¿y que creen? reaccionó su pene. Fue tan excitante, sentirlo como rosaba mis nalgas, mientras yo platicaba con mi amigo y él con los suyos. Sentía que me venía y sin haberme tocado, cuando se empezó a vaciar poco a poco. Pensé, si no le gusto, no se me acercará y creo que, si le latió. No fue mucho el espacio que dejaron libre, a escasos centímetros, pero él se acomodaba y yo igual, sin que se dieran cuenta y seguíamos en lo nuestro.



Iba de pants y creo que, de bóxer guango, se sentía bien dura y caliente, neta nunca había disfrutado tanto un arrimón como ese, no quería que se acabara. Íbamos al ritmo del camión, que me la arrimaba tanto que estaba por venirme, cuando empezó a tocarme el culo con su mano y yo restregándoselo, quería voltearme y fajarlo, nunca en mi vida había vivido una experiencia tan chingona. Tan prendido estuve, que me atreví a tocar su verga, no sé dónde me salió lo contorsionista en mi mano, para que no se dieran cuenta y un poco de ayuda de la gente que se metía al metrobús. Puso su mochila enfrente, como para cubrir y sentir esa verga algo grande y gruesa, me salió lo pasivo, después de que lo volví a meter, medí mis últimos arrimones, porque ya estábamos por llegar a las estaciones donde empezaban a bajar todos.



Cuando se empezó a vaciar, muchos de sus amigos se bajaron y nos separamos, cuando nos vimos a la cara fue algo muy raro, se puso muy rojo y me hizo una mueca y yo le sonreí. Mi amigo iba pegado a su celular. Cuando llegó a su bajada, solo me miró, hizo una mueca, le señalé con la mirada lo de su pants y solo se cubrió y sonrió. Se bajó y solo nos miramos por última vez. Nunca me había calentado tanto como ese día, fui varias veces a la misma hora, pero nunca lo volví haber.



Después de esa vez, sucedieron varias veces con otros hetero y digo, que son hetero, porque van con sus amigos o chavas, pero esas son otras historias, ahora soy adicto a los arrimones. Ojalá les haya gustado.


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