Hoy es domingo y entre bostezos y estiramientos llegas a la ducha. Te desnudas, templas el agua al gusto de tu cuerpo y entras. Pasas a enjabonarte y a disfrutar acariciándote el cuerpo, luego dejas correr el agua gozando de su suavidad al besar tu espalda, senos y sentirla escurrir por las entrepiernas, acariciándote el clítoris. Saliste de la ducha, algo excitada y te miraste en el espejo; te gusta tu cuerpo y te agrada cuidarlo, así que empezaste a untarlo en aceite con delicadeza, lenta, muy suavemente. Te place mirarte en el espejo mientras te lo aplicas. Poco a poco, empezando por los pies, y entre los dedos, sintiendo un cosquilleo que te va subiendo hasta el sexo. Por donde pasas tu mano, la piel se calienta y se eriza solo de notar el roce, la respiración se aceleraba y te dijiste: Cris, hoy despacio, hoy es día de disfrutar del placer por el placer en sí mismo. Así que haciendo que tu respiración se hiciera más lenta, continuaste aplicándote el aceite por las piernas, de un precioso suave color tostado por tu reciente estancia en las playas con tu Luichi. Te mirás y te gusta lo que ves, te gustas y te deseas, sabés que te gusta el sexo como nunca lo imaginaste sentir tan vivo y a falta de tu hombre, sabés y deseás masturbarte. Un cosquilleo familiar recorre tu cuerpo, te encanta y hundiéndote más y más en esa espiral de sentir placer, notas como te estás poniendo más y más caliente.
Tu mente va recordando las caricias que te gustan que te haga, de cómo habíamos jugado juntos a untarnos en nuestros sudores, al roce de piel con piel, al respirar uno la respiración del otro, y con ello hacer que nuestro deseo subiera por una espiral, alentándonos el uno al otro a centrarnos en el placer de cada uno y en el placer mutuo.
Estás ya muy caliente, y empezaste a acariciar el clítoris con una mano y con la otra los pezones. Tu sexo hambriento te lo pide todo, cada vez deseas más y más descubrir y gozar del place de sentir cosas nuevas que sabes te inundarán de placer. Aceitas el vibrador y suavemente te lo penetras en el culito, lo sientes cimbrar dentro de ti y eso te vuelve loca de placer, lo dejas dentro y tu mano va directa a los senos y a mimar los pezones, duros, deseosos de tus caricias. Estás dilatadísima, el clítoris esta enorme y vibrando, lo acaricias, con la mano llena de aceite, suavemente, cada vez más rápido, aplicando presión, pellizcando algo y apretando algo más. Te sientes desbordada de lujuria y placer y no paras de sentirte cada vez más flotando entre nubes ninfómanas y con las fantasías más inimaginables y deliciosas, hasta que sientes que el orgasmo te está llegando, el cosquilleo en el vientre se hace mayor hasta que explotas en un alarido, en tu aullido de loba recaliente que goza del sexo como nadie.
Seguías creyendo que yo no estaba allí contigo, pero sí estoy. Meto mi cabeza entre tus piernas, lamo toda tu concha absorbiendo tus jugos que saboreo y trago gustosamente, voy hacia tu boca, te beso, saboreas tu propio néctar mientras mi verga penetra tu incandescente concha…………………………
Muy buen día amor mío y ¡¡feliz domingo!!