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"Realicé la fantasía que tenía, de experimentar la verga de un costeño"
Soy una mujer casada, aunque recatada, en la cama le he dado a mi esposo todo lo que ha querido, me gusta chupar la polla, mi marido dice que tengo una boca deliciosa y que soy buena mamona, me gusta cuando mi esposo me la mete por detrás, en fin, creo que hemos gozado hasta ahora de las delicias del sexo. En algunas ocasiones, mi esposo cuando estamos haciendo el amor, me ha dicho fantasías al oído y algunas me han gustado y me han excitado. Cuando hemos ido a bailes con mi marido, hay amigos de él que han bailado conmigo, hubo uno que bailó varias veces conmigo y me apretó, sentí su verga parada y el me decía que yo le gustaba mucho y que cuando salíamos, yo le decía que respetara a su amigo, el me insistía que era que yo estaba muy rica, en ocasiones sentí esa polla parada, y uno no es de piedra y creo que al menos mientras bailábamos, disfruté esa verga parada y creo que si hubiera insistido mas, pudo haber conseguido algo. Mi esposo viendo que yo algunas veces bailé apretado con su amigo, cuando hacíamos el amor, empezó a tejer algunas fantasías donde me involucraba a mí con su amigo. Después nos fuimos a vivir a otro sector de la ciudad, en una ocasión un vecino estaba cumpliendo años, nos invitó, tomamos algunas copas, el me sacó a bailar, me apretó, empezamos a bailar suavecito, el me decía que le enseñara a bailar vallenato, yo empecé a mover mi cintura, sentí que a ese hombre se le empezó a parar esa verga, yo estaba en shorts y mi vecino empezó a insinuarme que le diera algo, que yo le gustaba y que aprovecháramos que mi marido estaba quedándose dormido, a la verdad ese vecino a mi casi no me gustaba porque era muy morboso. Bueno, lo cierto es que yo me preguntaba porque a mi esposo le gustaba que cuando culiabamos, el me dijera esas fantasías, sería que él quería que yo estuviera con otro hombre, a mi me entraba la curiosidad de que se sentiría hacer el amor con otro hombre que no fuera mi esposo, a veces pensaba que rico sería sentir otra verga, a veces me masturbaba y en algunas oportunidades cuando tenía relaciones con mi esposo, pensaba en otros hombres, y llegué a tener unos orgasmos deliciosos. Bueno, vamos al grano, un domingo se realizó una ceremonia especial, en la casa hice un almuerzo especial, invité a varias de mis amigas de la misma cuadra, almorzamos, mi esposo no estaba porque se había ido con unos amigos a un partido de fútbol, como a las tres de la tarde escuché que ya habían llegado del partido, que habían quedado subcampeones y que estaban tomando trago en una de las tiendas del barrio, fui y lo busqué y lo traje a almorzar, luego de que comió, se volvió con sus amigos, yo le dije que iba a poner música porque con mis amigas queríamos escuchar música y tomar un poco, me compró una botella de aguardiente, empezamos a tomar licor, yo me prendí un poco y le dije a mis amigas que iba por mi esposo y sus amigos para que bailaran con nosotros, en efecto, siendo las cinco de la tarde, mi esposo llegó con cinco amigos del equipo de fútbol, estaban todavía vestidos con el uniforme, o sea que estaban en pantalonetas, yo les di a todos arroz con pollo y consomé, ellos estaban también prendidos porque habían tomado aguardiente. Yo desde temprano, me había vestido con una falda roja que me daba mas alto de las rodillas, dejaban ver mis piernas, tenía una blusa blanca que dejaban notar mis pechos, mis calzones eran unas tangas brasileras blancas transparentes. No no se si estaba muy sexi, pero desde tempranas horas notaba que las miradas de los hombres se centraban en mis piernas, mis nalgas, ya que la falda era ajustada, y tampoco dejaban de ver mis pechos. Después de que los amigos de mi marido comieron, se formó la rumba, mis amigas empezaron a bailar, a mí también me sacaron a bailar varios de los amigos de mi esposo, yo no se que pasaba, pero todos esos amigos de mi esposo cuando bailaban conmigo, me apretaban y alcancé a sentir que sus pollas se paraban y me la restregaban, me empezó a gustar ser deseada porque todos me miraban con ganas. Pero aún no había bailado conmigo el costeño, el se encontraba hablando con mi esposo, entonces yo había oído que esos costeños tienen la verga grande, empecé a sentir curiosidad si ese costeño bailando conmigo se le pararía esa polla, pensé que no le gustaba a ese costeño, entonces yo me subí un poquito la falda, me senté frente a mi esposo y el costeño, entrecrucé las piernas con la intención que el costeño me viera, pude observar que el costeño centró su mirada en mis piernas, yo abrí un poco mas el compás y dejé que se notara mis calzones, o sea mi tanga, luego descrucé las piernas, las abrí un poco mas, y la mirada del costeño penetró hasta lo mas profundo de mi entrepierna, creo que logré que viera mi raja porque como la tanga era blanca transparente, podría dejarle ver la separación de mis labios vaginales, porque yo estaba toda depilada en la cuca. Mi seducción dio resultado, porque cuando sonó un vallenato suave, el costeño me sacó a bailar, yo no estaba preocupada de mi esposo, solo quería satisfacer la curiosidad de saber si en verdad ese costeño era vergón o no. Como lo dije anteriormente, los amigos de mi esposo del equipo de fútbol estaban en pantalonetas, el costeño también, ese moreno caribeño de una en la pista que era la sala de la casa, me apretó de una, quizá tomando confianza por lo que le había mostrado cuando estaba sentada frente a él, pensé zafarme pero cuando la cintura del costeño empezó a bailarme y acercó su vientre junto al mío, y sentí que esa verga aún sin pararse era grande, y a medida que sonaba el vallenato, sentí que en verdad este era uno de esos costeños pollones porque antes de la mitad del disco, ya tenía la verga parada y en verdad, era grande, gruesa, me dejé apretar, aunque disimuladamente yo miraba hacia donde estaba mi esposo, pero el seguía sentado en el mismo lugar, empecé a degustar el roce de esa verga, hice movimientos discretos de mi cintura, abrí un poco mas las piernas y eso permitió que esa vergota rozara la raja de mi chocha, mi pulso se aceleró un poco, cerré mis ojos y disfruté los últimos segundos del disco vallenato, bamboleando mi cadera, se acabó el disco, el costeño se fue al lugar donde estaba mi esposo, otro amigo de mi esposo me sacó a bailar, aunque quiso apretarme, solo le permití unos roces, porque mi obsesión ahora era el costeño; después que se acabó el disco, volví a sentarme frente al costeño, pero esta vez me subí mucho mas la falda, se me veían toda la pantorrilla de la pierna, ya la tanga se me había metido mucho mas en la raja de mi chocha, le dejé expuesta toda la zona de la nalga, luego cambié de pie y en ese lapso, le abrí mas las piernas, le dejé observar toda mi entrepierna, alcanzó a ver los labios vaginales aprisionados por la tanga, le di toda la visión de mi sexo, quería excitarlo al máximo, quería que se precipitara como un caballo desbocado al ver el espectáculo de seducción que le estaba dando, en efecto, sonó un vallenato mas suave, desde donde estaba sentado me hizo señas que bailara con él, yo me paré como un resorte y fuimos a dar a la pista, sin decirnos nada, nuestros cuerpos se acomodaron en confianza para danzar, no un disco, sino una danza sexual, esta vez yo quería que el costeño se atreviera mas y si el no lo hacía, yo tomaría la iniciativa, quería satisfacer mis deseos infieles, quería sentir esa polla en mi entrepierna, le iba a mover mi cadera lo mas sensual que se pueda, no me importaban las miradas, yo solo quería gozarme esa vergota costeña, mi costeño de una me metió sus brazos bajo los míos, yo discretamente coloqué mis manos en sus antebrazos, el me llevó hacia su vientre, cuando me arrimó a él, ya su verga estaba parada, creo que el haberle dado una guinda de mis nalgas y chocha, lo habían puesto a mil, yo quería aferrarme al costeño, pero la luz de la sala estaba muy clara, no se quien apagó el bombillo, en esos momentos crucé mis brazos sobre el cuello del costeño, sus manos resbalaron hasta mis nalgas, el ritmo de la cintura del costeño era frenético, sacaba sus nalgas, las volvía a meter para darme una embestida con esa verga, luego las giraba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, esa polla estaba bien durísima, el aliento del costeño descansaba en mi cuello, sentí que su lengua empezó a darme lamidas desde el cuello hasta la oreja, luego la metía al oído, eso me enloqueció, la cadera del costeño se quedó quieta incitándome a que el ritmo lo llevara yo, discretamente me subí un poco la falda en la parte de adelante, empecé a sentir que la vergota del costeño no rozaba ya mi falda, sino que la restregaba en los labios de la chocha porque la tanga estaba metida en mi raja, cuando el costeño se quedó quieto, empecé a bajar las nalgas y luego las subía, sentí como la cabeza de esa verga rozaba mi rajita, mientras que las manos del costeño resbalaron hacia debajo de mis nalgas, sentí que los dedos de una de sus manos fueron explorando la canal de mis nalgas, uno de sus dedos empezaron a buscar el hoyo del culo, sentí que la otra mano apartaba el cordón de la tanga y la yema del dedo corazón empezó a darle masajes al contorno del hoyo de mi culo, la otra mano abría mis nalgas, sentí que un pedazo de su dedo entro en el hueco de mi culito, ahora yo no sabía si rastrillarme esa pollota o que ese dedo entrara dentro de mi culito, no aguanté mas y le ofrecí mi boca al costeño, nos entrelazamos en un beso, casi nos queríamos arrancar las lenguas, yo me bebía todos los jugos bucales del costeño, sentí que se acabó el disco, pero no solté a mi costeño, el siguió aferrado a mí, todavía el costeño tenía como dos centímetros de dedo metido en mi culo, su lengua exploraba toda mi boca, no aguanté y mis manos querían medir la proporción de esa vergota, disimuladamente fui metiendo mi mano entre nuestros vientres, por encima de la pantaloneta, pude sentir que era un gran trozo de carne, mi mano no alcanzaba a cogerla toda, el costeño me decía: mammiiiiiii, usted esta muy ricaaaaaaaa, yo le decía, papiiiiiiii, que pollotaaaaaa, me gusta esa vergotaaaaaaa, ya presintiendo que el disco se iba a acabar, le dije, papiiii, te espero en el baño, no te de miedo, atrévete, si me quieres, atrévete te deseoooo. Se acabó el disco, yo subí las escalas y quise abrir el baño, estaba con cerradura, pero la pieza quedaba ahí contigua al baño, cuando mi hombre costeño llegó, lo halé de la mano, lo introduje a la pieza, cerré la puerta, prendí el foco, recosté al costeño en la puerta, quería devorármelo, le quité la camiseta, nos entrelazamos en besos apasionados, le dije, papiiiiii por finnnnnn, no tengas miedo, quiero tu vergotaaaaaa, fui resbalando mi lengua hasta sus pectorales, le mamé sus tetillas, bajé hasta el ombligo, bajé mi boca hasta su vientre, esa verga estaba a mil, por encima de la pantaloneta la besé, quité la pantaloneta, mi costeño tenía un bóxer, parecía una carpa de circo, esa vergota apuntaba hacia mí, la exploré con mi lengua, le quité violentamente los calzoncillos, no lo podía creer, frente a mí estaba la verga mas hermosa y bella, grande, cabezona, venosa, mmmmmmmm, empece a besarla, le di picos en esa cabeza, mi lengua empezó a lamer el glande como si fuera un delicioso helado, la agarré a dos manos, aún así no me cabía, le asesté una chupada solo al glande, me pegué de ahí como si fuera el manjar mas delicioso, empezaron a salir gotas preseminales, las bebía como sedienta en el desierto, mi lengua exploró todo ese falote hasta los huevos, me los introduje en la boca, esa verga era tan grande que no pensé que me cupiera en la boca, pero yo me la quería engullir toda, era la primer verga que me comía fuera de casa, me la metí a la boca, solo me cabía hasta la mitad, pero yo la quería toda, poco a poco fui metiéndomela, hasta que me metí tres cuartos de trozo de verga, el costeño dio un empujonazo y me la metió toda, mi garganta guardaba toda esa pollota, me dolía un poco, luego me la sacaba y la volvía a meter a la boca, sentí que el costeño dio un bramido, ohhhhhhhhm ahhhhhhhhh, asiiiiiiiiii, chupaaaaaaaaa, mamiiiiiiiii, mamonaaaaaaa, asíiiiiiiiiiim ohhhhhhhh, coloqué la cabeza de la verga en mis labios, y un chorro caliente empezó a salir, embadurnó los labios de mi boca, me tragué todo ese líquido de mi semental, no dejé una sola gota ni en la cabeza de la verga, ni en sus conductos, luego el costeño dijo, mammiiiiii ahora me tocaaaaa, te voy a chupar esa chochaaaaaaa, quiero lamer todos tus huecossssssss, entonces me tiró a la cama, entre sus brazos tomó mis piernas, las abrió, y me dobló las puernas hacia atrás, mi chocha y culo quedaron expuestos a sus labios, sentí que su lengua me dio una lamida por toda mi raja, luego descansó en el ojete de mi culo, esa lengua empezó con su punta a rozarme todos los contornos del hueco del culo, mis esfínteres se contraían, eso enloqueció al costeño y empezó a meterme su lengua al culo, con sus dedos abría el hueco e introducía su lengua hasta adentro, como buscando un tesoro, mis esfínteres apretaban esa lengua, luego la dejaban entrar mas, mi vagina empezó votar líquidos, la lengua del costeño absorbía mis flujos y se los tragaba, yo le decía: siiiiiiiii, asiiiiiiii papiiiiiiii, que ricoooooooo, hohhhhhhhh, ahhhhhhhhhh, que lengua ricaaaaaaa, chúpame massssss la cucaaaaaa, el culooooooo, los labios del costeño se asentaron en toda la extensión del hueco del culo y empezó a besarlo como si fuera mi boca, que deliciaaaaa, costeñooooooo, cometelooooooo, es tuyoooooooo ese hueco es tuyoooooo, papiiiiiiiii, partimeeeeeee papiiiiii. El costeño entonces se acostó encima de mí, restregaba su verga en mi vientre y me decía: mamiiiiii quieres vergaaaaaa, te gustaaaaa mi pollaaaaaaa, yo le dije, ya papiiiiii metemelaaaaaa, la quiero todaaaaaa, entonces yo encogí mis piernas, quedé boca arriba, mi cuca se brotó al igual que mi culo, el costeño con las manos cogió su polla y empezó a rozarme la cabeza en la raja de mi chocha, luego la bajó hasta la puerta del culo, cogió con una mano y se untó la cabeza de la polla con saliva, luego embadurnó mi culo de saliva, me colocó el glande en la puerta del ojete, hizo el ademán de metérmela un poco, yo quería morirme de emoción, asiiiiiii asiiiiiiiii costeñooooooo, partímeeeeee, metemelaaaaa, yaaaaaaa, entonces queriéndome torturar la volvió a colocar en la puerta de la vagina, me empezó a meter esa cabezota, nunca me había comido una vergota de esas proporciones, yo sabía que iba a ser doloroso, pero gozoso, cuando me metió toda la cabeza yo empujé un poco y me entró la mitad, el costeño empezó a empujar suavemente sin dar un trozo atrás de ese animal, poco a poco me la fue metiendo hasta que entró toda: ahhhhhhh, uggggggggg, mmmmmmmm, papiiiiiiiii dueleeeeeeee, yo creí que me la iba a sacar un poco, pero el costeño empezó a hacer giros con su cadera, como haciéndole cama al hueco de mi chocha, mis piernas le hicieron al costeño un nudo en la espalda, y nos empezamos a revolcar en la cama, que vergotaaaaaa, ricaaaaaaa, la gozooooo papiiiiiii la tenes mas grande que mi marido, asiiiiiii grandeeee la queriaaaaaa, ya me la metiste todaaaaaaa, entonces lo hice poner boca arriba, esa verga quedó apuntando hacia el techo con un arsenal seminal dispuesto a bombardear las entrañas de mis huecos, quería metérmela yo misma, quería sentir como penetraba ese mástil carnoso, coloqué la entrada de la chocha en la punta de la vergota, me metí la cabeza y empecé como a manera de tornillo hacer movimientos, me la metí hasta la mitad, la saqué un cuarto, que ricoooooo, era una delicia esa pollaaaaaaa, no aguanté mas y dejé descargar todo mi cuerpo en la cadera del costeño, y me incrusté toda esa vergaaaaaaaaa, no papiiiiiiiii que deliciaaaaaaaaaaaaa, el costeño se sentó, yo quedé encima de él, nos entrelazamos en besos desesperados, mi boca se comía su boca, las manos del costeño jugaban en el hoyo de mi culo, lo abría, metía los dedos, luego se los chupaba, mamiiiiiii que rico culeassssss, culeas rico mujer de mi amigoooo, empezó el costeño a jadear: ahhhhhhhh, ohhhhhhhhh, ricoooooooo, cucaaaaaaa ricaaaaaaaa, me apretó con todas sus fuerzas y sentí que un chorro de leche me bañó todas las entrañas, el espejo de los lados y de arriba me daban una visión de nuestros cuerpos, no podía creerlo, yo me había tragado toda esa vergota, que rico, mis sueños se estaban haciendo realidad, nos tiramos a la cama, acerqué mi boca a la verga del costeño y se la limpié toda, me tomé todos los líquidos que aún quedaban y chorriaban, que cogida tan rica. Descansamos como diez minutos, empecé a mamarle la verga al costeño, así medio flácida me la engullí toda en la boca, cuando ya estuvo parada, le dije al costeño, papiiiii, le hace falta algoooo, me dijo, si mamiiiiiii, no puedo irme sin degustar el ojo de tu culitooooo, le dije, todo es tuyooooo, entonces me hizo poner en cuatro, sentí que sus dedos se metían al hoyo de mi culo, descargaba escupitajos en mi hoyo, sentí que cuatro dedos jugueteaban en todo mi ano, luego sentí la cabeza de la verga en la entrada de mi culo, poco a poco empezó a metérmela, ahhhhhhhhgggggggg, ohhhhhhhhh, mmmmmmmmm, atinaba a balbucear yo porque toda esa vergota invadía la cavidad anal, ohhhhhhh costeñoooooo, me ardeeeeeee, me ardeeeeee, pero no la saqueeeeeessssss, papiiiiiii es míaaaaaaa todaaaaaa, ahhhhhhhhhmmmmmmmmm, solo atine a gritar cuando sentí una embestida bestial ya que el costeño cuando me metió la cabeza de la verga, me la empujó toda sin piedad, eso hizo que abandonara mi posisión de cuatro y caí extendida en la cama, pero ese animal caribeño vergon no dejó de bombearme verga en el culo, me puso a bordo de cama, y siguió violentándome el hoyo de mis defecaciones, ohhhhhhhhm papiiiiiiiii animallllll, me rompiste el culooooooo, ya esta toda adentrooooooo, ohhhhhhhhh, ya mi ano se acostumbró a ese feroz trozo de carne costeño, ya mis balbuceos no eran quejidos sino delicias, asiiiii papiiiiii, el me decía, mamiiiiiiii que culoooooooo, que ricooooooo, deliciaaaaaa, hufffffff, ohhhhhhh ahhhhhhh, me la sacó y me coloqué boca arriba en la cama, trepé mis piernas, mi culo quedó expuesto, y le dije papiiiiii, deme la estocada final, quiero sentir que me llene de semen las entrañas de mi hoyoooo, entonces el costeño apoyó sus manos en mis piernas, y sin mediar palabra, encrustó toda la verga en mi ojete, ya el hoyo estaba dilatado, empezó a meter y sacar, yo movía mi vientre como una loba, repentinamente sentí como el costeño cayó desmayado sobre mi, y un largo chorro caliente inundó todas las entrañas de mi nalga, dejé que se descargara, cuando se bajó, inmediatamente mi boca empezó el aseo de la polla del costeño, quedó exhausto, le di las gracias por darme esa vergota, le dije que siempre sería suya y no vacilara en buscarme. El me dijo, me voy porque de pronto tu marido viene con todos esos alaridos que dimos, le dije, que importa, quiero que tu polla siempre sea mía, me lo prometes, me dijo que sí. Se vistió, salió y yo me quedé en la cama exhausta también, me estaba empezando a quedar dormida, cuando ví que mi esposo salió de debajo de la mesa del computador, y miró los huecos y me dijo, mami que rico te dejó el culo y la chocha mi amigo costeño, disfruté como te cogía, y como lo disfrutabas, mi esposo empezó a lamerme la chocha y las nalgas, yo le dije, gracias papi por dejarme comer esa vergota, asi la soñaba y he hecho realidad mis sueños y fantasías. Le agradecí a mi esposo chupándole la polla, me tragué su leche ya que mis huecos estaban adoloridos por toda esa polla costeña, hemos pensado la posibilidad de hacer un trío con el costeño, pero de todos modos yo me sigo cogiendo al costeño, porque esa es la talla de la verga que me hace feliz.
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