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Categoría: Incestos

Mi hija, el viaje

Buscando nuevas experiencias decidimos planificar un viaje hacia el Noroeste del país. Ya con las reservas en los hoteles por dónde íbamos a pasar se nos descompuso la camioneta, con las mini vacaciones ya organizadas, decidimos comprar dos pasajes de micro y emprendimos el viaje.



Por supuesto esto agregó un condimento más a nuestras experiencias sexuales ya que a Lorena y a mí se nos cruzaban muchas ideas para divertirnos en el viaje.



Salimos desde la terminal de Retiro en un micro de doble piso pero pedimos asientos en la parte inferior y por supuesto atrás de todo, salimos una noche antes de lo planeado y en un horario nocturno previendo que de esa forma viajara menos gente, ya que ambos sabíamos que nos íbamos a portal mal.



Desde hace ya un tiempo, con mi hija vivimos como una pareja y nos comportamos como tal pero para la mayoría que nos ven y no tienen idea que somos padre e hija, creen que solo se trata de un hombre mayor que sale con pendejas o una pendeja que le gusta vivir de arriba, por lo que en la plataforma esperando que saliera el micro, nos miraban como bichos raros, cosa que nos divierte mucho.



Al subir al micro nos acomodamos y empezamos a observar a quienes nos iban a acompañar, pero la mayoría del pasaje subía e iba directamente al piso de arriba, solo una chica de unos 28/30 años compenetrada en la música de enormes auriculares, se sentó unos asientos más adelante y del lado contrario al nuestro. Al principio nos emocionó mucho que fuera ella la que viajaría cerca nuestro ya que era una linda mujer de cabello morocho, largo, con muy lindas piernas y si bien de poco busto, su vestido dejaba entrever que tenía una linda cola redondita, pero nos dimos cuenta que teníamos pocas posibilidades ya que al subir ni siquiera nos tomó en cuenta y enseguida se acurrucó en el asiento se tapó con una pequeña frazadita y se mantuvo atenta a lo que escuchaba y no a lo que pasaba en el micro.



La gente siguió subiendo y delante de la chica se sentaron dos hombres uno muy joven y el otro de unos 40 años y adelante nuestro un hombre mayor de unos 65/70 años, todos si bien nos vieron no repararon mucho en nosotros y se acomodaron en sus asientos.



El micro arrancó y enseguida pusieron una película, miramos la peli mientras comimos el refrigerio y si bien la película era entretenida, Lore extrajo de su mochila la Notebook y nos pusimos a ver una de las películas porno que había guardado en la memoria.



Como todas las veces que miramos estas películas, Lorena me dice cosas al oído que hacen que la pija se me ponga como una roca, e inmediatamente comenzó a tocármela sobre el pantalón.



-Te gusta papi como la chica le chupa la pija? Te gustaría que te la chica te la chupe a vos o… te gustaría que te la chupe yo?



- Ella es muy linda, pero vos sos real, asique prefiero mil veces que me la chupes vos.



- Sos un degeneradito papi.



- Sabes que sí, pero… te gusta.



Continuamos el viaje viendo la película, tacándonos y diciéndonos cosas sucias, pero se ve que nuestra vos fue en aumento ya que en asiento de adelante se sentía cierta incomodidad ya que la persona que estaba allí se movía como tratando de escuchar mejor o de llegar a ver algo de lo que pasaba con mi hija.



A esa altura yo estaba ya muy caliente con el manoseo de Lorena a mi verga con lo que me desabroche el pantalón para que la pudiera sacar y hacer con ella lo que quisiera, y comencé a tocarle la conchita sobre los shorts, cuando metí mi mano allí ya se notaba que Lore tenía la concha mojada ya que se sentía su humedad, enseguida llevé mis dedos por la pierna hasta llegar a su tanguita, jugué un rato con ella y luego llegué a su conchita, ella se depila toda con lo cual sus flujos, que a esa altura ya eran muchos, facilitó el trabajo para que pudiera introducirle los dedos para luego poder saborear el sabroso jugo de su concha.



Paso un rato de nuestros juegos, cuando vimos que entre los asientos se asomaba un ojo indiscreto… era el viejo, que, ya no aguantando su calentura no tuvo ningún reparo en darse vuelta y mirar lo que hacíamos, esto nos estimuló más y Lorena ardió en llamas y ya no solo me masturbó sino que tomo mi verga y empezó a chupármela con el objetivo que nuestro espectador tuviera un buen espectáculo, luego se acercó a mi oído y me dijo:



- El abuelito está muy caliente, voy a ayudarlo un ratito y vuelvo, te parece papi?



- Por supuesto hijita, ayuda al abuelito a que este más relajado.



Lorena se levantó del asiento y se sentó al lado del viejito y empezó a manosearlo mientras lo besaba, el viejo no daba más y enseguida sacó su pija, era una pija gordita pero aún estaba flácida, Lore lo pajeó y comenzó a chupársela, yo desde atrás y ya asomado por sobre los asientos me deleitaba con lo que veía, mire a mi alrededor y pude ver que la chica que estaba en los asientos del otro lado ya no estaba tan concentrada en su IPod sino que ya se había dado cuenta de lo que pasaba a su alrededor y mirando de reojo y tapada con la frazada se podía ver que se estaba tocando, al ver que yo la había visto disimuló estar dormida por lo que entendí que solo quería mirar y lejos de ella estaba prenderse en algún tipo de juego conmigo, por lo que le saqué la vista de encima para permitirle que siga disfrutando a su manera.



Volviendo a Lore, ya le había bajado los pantalones al abuelito para realizarle un tratamiento especial para hacer que la pija se le pare y se le ponga dura como roca, levantándole las piernas al viejito y sentada en el piso delante del asiento comenzó a chuparle el culo (si nunca se lo hicieron les recomiendo que le pidan a sus esposas, novias o hijas que se lo hagan, es indescriptible la sensación de una lengua jugando en su ano) y una vez que lo tuvo bien lubricado comenzó a introducirle un dedo haciéndole un masaje prostático que hizo que esa pija septuagenaria se parara como seguramente hacía años que no lo hacía, el viejo comenzó a gemir de placer mientras Lore le chupaba los huevos, recorría con su lengua todo el largo de la pija para llegar a la cabeza para ir bajando introduciéndosela toda en la boca mientras introducía el dedo en su culo, el espectáculo que yo podía ver era único ya que ella levantaba la vista y me miraba con cara de nena traviesa. Cuando el viejo llegó al orgasmo había juntado tanta leche que Lorena recibió mucha en la boca pero tuvo que sacar esa pija dejando que parte le cayera sobre el rostro y el pelo (igual es un baño que a ella le encanta recibir) acto seguido se acercó y le dio al viejito un beso mojado en leche, luego se levantó y mirándome con la cara y boca llena de espeso semen me mostro como lo tragó y se fue al baño a limpiarse, no sin antes de mirar hacia la joven que se masturbó durante todo el espectáculo, mostrándole el maravilloso espectáculo que da una mujer con la cara llena de leche.



Al volver del baño pudo ver que los hombres sentados más adelante habían escuchado lo que sucedió asientos atrás ya que por sus miradas se veía que estaban muy excitados pero no se habían animado a mirar.



Continuamos el viaje y llegamos a una parada y bajamos para comer algo y estirar las piernas, por supuesto las miradas de estos hombres nunca dejaron de estar encima de nosotros, al subir nuevamente la chica ya no estaba y la tensión era aún mayor ya que nos habían visto con buena luz, sobre todo a mi hijita.



Cuando el micro se puso en marcha, el hombre más grande se sentó cerca nuestro y como Lore estaba del lado del pasillo empezó a entablar una conversación, al principio relacionadas con el viaje, la película que pasaron, etc., cosas sin importancia como para romper el hielo, hasta que la conversación se empezó a tornarse más erótica, el hombre comenzó a hacernos preguntas como cuál era nuestra relación y tamaña fue su sorpresa cuando le dijimos que éramos padre e hija, al principio no nos creyó pero poco a poco le fuimos demostrando nuestra relación, cuando se dio cuenta que realmente es así amagó a irse pero luchando contra su moralidad continuo haciendo preguntas cada vez más picantes, En un momento Lore le dijo, -Te gustaría saber cómo nos divertimos con mi papi?, con brillo en los ojos el hombre asintió sin decir palabra, Lore se sentó en sus piernas y comenzó a besarlo, él inmediatamente comenzó a tocarle la concha y el culo y a desabrocharle el pantaloncito, le chupaba las tetas con desesperación, el tipo estaba realmente caliente, cuando la tuvo totalmente desnuda la tiro boca arriba en el asiento comenzó a chuparle la concha que a esa altura ya estaba muy mojada.



El otro tipo más joven que viajaba con él se empezó a acercar y con mi aprobación se sacó los pantalones y se acomodó para que mi nenita le chupara la pija, cosa que no se hizo esperar, instantes después el mayor se la empezó a coger con fuerza, ella no podía dejar de jadear de placer mientras tenía una verga clavada en la concha y otra en la boca.



El vejete que hacía un rato se había deleitado con Lore se paró y comenzó a pajearse cerca de ellos (se ve que todavía tenía leche para dar) al ver esa situación Lore se arrodillo en el estrecho pasillo y empezó a chuparle las pijas a los tres, cosa que es su debilidad.



Los tres degenerados tomaban del pelo a mi hijita y hacían que se introduzca las pijas hasta el fondo generando mucha saliva y después les chupaba los huevos y le refregaban las vergas por toda su carita, era una imagen muy excitante por lo que comencé a pajearme mientras disfrutaba del show.



La situación continuaba mientras que de la cabina, a la cual se tenía acceso desde el sector donde íbamos nosotros, apareció uno de los choferes y tamaña fue su sorpresa al ver la orgia que se llevaba a cabo en su micro, pero lejos de detenerla se arrimó para participar.



A Lorenita la sometían entre todos cambiando de posiciones, la pusieron paradita contra los asientos y mientras uno parado sobre un asiento le hacía chupar la pija otro la cogía con fuerza desde atrás haciendo chocar los huevos contra la conchita de Lore y así fueron pasando todos por la boquita y conchita de mi nena por más de una hora, después llegó el momento de la doble penetración y así volvieron pasar todos por su colita, ella disfrutaba tanto teniendo todas esas vergas a su disposición que no paraba de acabar llenando de flujo caliente a las pijas, manos y bocas que pasaban por su conchita depilada.



Llegó el momento de que ellos acabaran, entonces Lorenita se arrodillo y mientras yo le sostenía la cabeza apoyando mi pija en su frente, empezaron a acabarle en su boquita, el primero fue el más joven descargando unos pocos chorros de semen, luego fue el turno del chofer quién se ve que hacía mucho que estaba de viaje porque su descarga fue descomunal, le llenó la boca y salpicó su carita angelical, ella mantenía el semen de ambos en su boca mientras me miraba, al verla con la leche en la boca se descargó nuevamente el vejete dejando bastante semen espeso y casi al unísono le acabó el más grande de los amigos quién largó unos chorros de leche caliente que terminaron de llenar su boquita y dejaron su cara con una buenas manchas de semen blanco, las cuales se limpió con sus dedos llevando toda esa leche al interior de su boca, la saboreo como un exquisito manjar y mirándome con carita cómplice se tragó toda la leche calentita, inmediatamente le introduje mi verga y ella chupó hasta que me sacó toda mi leche como una buena nena obediente.



Luego nos vestimos y cada uno se fue a su lugar, dormimos y a la mañana siguiente llegamos a destino, nos saludamos todos como buenos amigos con la promesa de encontrarnos nuevamente para una orgía como la vivida.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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