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La transformación de Laura

Su lengua jugaba con su glande, lo lamía lentamente, deleitándose, saboreando la polla del hombre que la había convertido en una auténtica zorrita de tan solo 18 años.



No estaban solos en el cine y el riesgo a ser descubiertos, la excitaba más de lo que nunca había llegado a imaginar. Era la primera sesión de una película que llevaba más de tres semanas en cartelera y en el cine habría unas diez personas. Aun así, en cualquier momento, alguien podría girar la cabeza e intuir que algo raro estaba pasando en la última fila.



Era la segunda vez que se veían en persona, tras más de tres meses intercambiando emails, él le había enviado un escueto email:



"Cine *** Sala 3



Sesión: 16:30



Última fila, butaca central"



Mientras jugaba con su polla, recordó como había empezado todo, no se reconocía, en tres meses, había pasado de ruborizarse al ver una escena de sexo en la televisión a masturbarse varias veces al día... siempre que él se lo ordenase, pues había dejado de ser Laura, para ser su "Zorrita", como a él le gustaba llamarla.



Soy su Zorrita, la Zorrita de Corn, pensó mientras trataba de introducirse toda su polla en la boca.



Como empezó todo? Todos los días daba las gracias a esa insignificante pestaña emergente que saltó en el ordenador mientras buscaba información en el ordenador para terminar su trabajo de clase.



Trató de cerrarla varias veces, pero la condenada, emitía un sonido de error y se mantenía abierta todo el rato a pantalla completa. Era una página de contactos en la que aprecian varios anuncios de gente buscando sexo. Frustrada, por no poder cerrarla, optó por pulsar sobre uno de ellos, a ver si así, por arte de magia, podía cerrarla y, al menos, guardar las diez páginas del trabajo que estaba haciendo, porque reiniciar el ordenador estaba descartado, la última vez que pulsó el botón de guardar, fue terminada la introducción.



El anuncio decía así:



"Fantaseas con la idea de ser sometida? Que un hombre maduro te someta a su antojo y haga de ti una buena zorrita? Ponte en contacto conmigo y lo hablamos."



Sin saber el cómo ni el por qué, se encontró contestando al mensaje, algo había hecho CLICK en su cabeza y la instaba a contestar:



"Hola, mi nombre es Laura, no tengo apenas experiencia, me enseñarías?"



Tras firmar el mensaje que una dirección de correo antigua, pulso el botón de enviar.



Que había hecho? Cómo había pasado? Se había equivocado y había puesto su email actual. Rezó por poder cerrar de una vez por todas, la maldita pestaña emergente y olvidarse de todo, pero, la suerte no estaba de su parte y tras forzar el apagado del ordenador, decidió que ya era hora de acostarse y que mañana sería otro día.



Eran las once de la mañana y se encontraba en el descanso entre clases, cuando vibró su móvil, tenía un email nuevo. Lo abrió instintivamente y su corazón se puso a mil por hora. Le había contestado!! El hombre del anuncio le había respondido!!



Pensó en borrar el mensaje, en marcarlo como spam, para no volver a recibir ninguno más de esa persona, pero no fue capaz, la curiosidad ganó la batalla. Se dirigió a los aseos para encerrarse en el baño y poder leer tranquila el email. Durante el breve trayecto que había entre su clase y los aseos, sentía las miradas de todos sus compañeros posadas en ella, como si supiesen que algo pasaba.



Tras cerrar la puerta del baño, puso el pestillo para asegurarse que nadie la vería y abrió el mensaje. Era un mensaje corto y directo, más tarde, Corn, le explicaría que usa ese primer mensaje a modo de filtro para asegurarse que quien contesta está realmente interesada. Decía así:



"Buenos días Laura.



Mi nombre es Corn, tengo 38 años y de momento no necesitas saber nada más de mí. En próximos emails, te hablaré sobre mí, pero ahora es tu turno...



Realmente quieres aprender?



Háblame de ti, que edad tienes, que te gusta y que no te gusta, que experiencia tienes, si tienes o no novio/marido, estudias trabajas, etc.



Quiero que te desnudes y te pongas delante de un espejo y me digas todo lo que ves, trata de describirte lo más exactamente posible, porque tarde o temprano, te pediré una prueba de que eres real.



Después, cierra los ojos y recorre tu cuerpo con la yema de tus dedos imaginando que son mis manos las que te acarician. Imagina que estoy tras de ti. Por esta vez, puedes hacer lo que quieras, si quieres masturbarte... adelante, pero deberás decírmelo.



NO ME MIENTAS, si no quieres hablar de algún tema y/o algo de lo que te pido te parece excesivo, dímelo y buscamos opciones.



Espero tu respuesta.



Corn"



Dios! No sabía porqué, pero automáticamente se sintió excitada. Quizás fue por el tono del mensaje, por haberlo leído encerrada en el baño de la universidad, no lo sabía, pero la chica que todos tomaban por una mosquita muerta (y así era, para ser sinceros) notó como sus braguitas blancas empezaron a humedecerse.



Las horas hasta llegar a casa se le hicieron eternas, por fin, tras llegar a casa y cenar apresuradamente, se despidió de sus padres hasta el día siguiente y se encerró en su cuarto con la excusa de que había tenido una migraña durante todo el día y necesitaba descansar.



Tras apoyar una silla en la puerta, para evitar visitas inesperadas, se sentó en la cama y pensó en que contestar. Podía ser una persona completamente diferente a quien era en realidad, decir que tenía mucha experiencia y que conocía todo sobre el sexo, pero, decidió ser sincera. Al fin y al cabo, no se conocían y podía decir la verdad sin miedo a ser juzgada de estrecha, como la llamaban sus compañeros de clase.



"Buenas noches Corn.



Mi nombre es Laura, tengo 18 años, voy a la universidad (Enfermería) sin novio y apenas tengo experiencia en el sexo.



He tenido dos novios y prácticamente soy virgen. Digo esto porque con el primero no pasé de darnos besos y meternos mano (por encima de la ropa) y el segundo, me hizo el amor dos veces antes de dejarme por Vane, la guarrilla de clase, que se come las pollas a pares. Ninguna de las dos veces que me hizo el amor disfruté, en apenas dos minutos se corría y tras vestirse de nuevo, me apremiaba para volver con sus amigos."



Llegado a esta parte del email, Laura se levantó y tras desnudarse, permaneció 5 minutos delante del espejo mirándose.



Era bonita, eso no lo podía negar nadie, tenía un cuerpo bien formado, con unas piernas fuertes debido a todos los partidos de baloncesto que jugaba, un culo bien duro pero su mirada se posó en sus pechos, eran pequeños, no diminutos, pero si pequeños comparados con los de la guarra de la Vane. Maldita zorra chupapollas.



Continuó con el email:



"Me pides que me describa, pues bien, allá voy: Soy morena, ojos marrones verdosos, con el pelo largo hasta los hombros, mido 1,70 y tengo unas piernas y un culo bien fuertes. Tengo poco pecho.



Hasta el siguiente email X"



Cuando pulsó la tecla para enviar el mensaje, cerró los ojos y tras dejar el móvil en la cama, se puso de nuevo ante el espejo. Cerró los ojos y empezó a acariciar sus pechos, tenía los pezones duros y estaban especialmente sensibles.



Bajo las manos lentamente por su estómago e imaginó que del espejo salía un hombre mayor que ella. Sin decir nada, cogía su barbilla con una mano y mientras recorría su espalda con la otra mano, la besaba en los labios. Notaba como una fuerza invisible tiraba de ella hacia el suelo, y tras arrodillarse, abrió la boca, esperando que ese hombre imaginario le metiese la polla en la boca. Su mano había llegado hasta su coñito, notó lo húmeda que estaba y empezó a masturbarse lentamente mientras se imaginaba comiendo su primera polla. Como la recorrería con la lengua, despacio, muy despacio, para luego ir metiéndosela poco a poco en la boca.



Imaginó que ese hombre misterioso la agarraba del pelo, y aumentaba el ritmo de las embestidas, pasando de una mamada suave, a una autentica follada de boca. Sus dedos se movían cada vez más rápido y empezó a notar que se iba a correr. En el momento del clímax, imaginó que el hombre le sacaba la polla de la boca y se corría en su cara. Casi notaba la corrida en la cara, como el esperma resbalaba por sus mejillas para caer en sus pechos. Abrió los ojos y se vio reflejada en el espejo, estaba sudada, el sudor la cubría por completo haciendo que su cuerpo brillase.



De repente, se dio cuenta de lo que había hecho y se avergonzó. Ella no era así, cuando se masturbaba siempre pensaba en el actor de moda, en como la cubría de besos y le hacía el amor despacio llegando los dos a un orgasmo maravilloso. Esta vez había sido diferente, fue salvaje, se sintió usada por ella misma y por el desconocido Corn... lo peor de todo, es que le encantó.



Se metió en la cama y trató de dormir, pero tras media hora dando vueltas en la cama, cogió el móvil y mandó un email:



"Corn, después de enviarte el email, me he masturbado. Me he imaginado que salías del espejo y me follabas la boca.



No soy así, ni siquiera se me había pasado por la cabeza algo así.



Por favor, enséñame, quiero ver de que soy capaz.



Me he corrido como nunca".


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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