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Entregando beneficios del gobierno (Segunda parte)

Entregando beneficios del gobierno



( Segunda parte )



                                               Me encontraba en mi oficina  terminando unos papeleos, cuando suena mi línea directa .  Era la señora Adelita , que me llamaba de un teléfono público. Me saludo muy amablemente, preguntándome si no estaba muy ocupado etc. Yo sabía de que se trataba la llamada, por lo que le dije que no y que me diera su el nro del que me estaba llamando por si se cortaba la llamada.



                                               Me dijo rápidamente que había hablado con su comadre y que estaba dispuesta y muy interesada a que le fuera hacer la entrevista.  Con solo escucharla, me calenté. Le pregunte más detalles , de cómo selo había dicho y me dijo que le había contado todo, que yo era muy  simpático, buen mozo y bueno para la cama.



                                               Le pedí que me describiera como era su comadre, me dijo que era casada y con varios hijos, pero que no había problema, que nos podíamos juntar en su casa pala “la entrevista”, que era de su edad ,  morena,  que era mas tetona  y  mas culona que ella y que también era muy caliente. Que le había comentado mis gustos y que no tenia ningún problema con todo eso.



                                               Me dio sus datos, su dirección etc.  Estaba todo hablado.  Le dije que al otro día iría a visitarla, para hacer la entrevista formal y que después veríamos el tema de la otra entrevista.  Me preguntó como iba su trámite, y le dije que bien , pero que necesitaríamos otra “entrevistas mas “ , que mañana , después de ir a ver s u comadre, pasaría por su casa a ver tomarle otros datos que me habían faltado. La señora Adelita me dijo que no tenía ningún problema, que fuera no mas cuando yo quisiera.



                               Al otro día, luego de trabajar un poco en la municipalidad, tome la camioneta y fui al barrio de la señora Adelita nuevamente.    Una cuadra mas allá , me encontré con la dirección de la comadre.  Me encontré con una joven sentada con otras amigas a la entrada de la casa, y pregunté por la señora Rosa.  La muchacha entro a buscarla y al instante sale la comadre de Adelita a recibirme.



                                               La verdad estaba mucho mejor que la Adelita … mmm …  tenia mas carne ..  buenas piernas , un culo grande, un pequeño rollo en su vientre, pero son detalles ,  buenas tetas y rostro mas agraciado.



                                               Me recibió muy sonriente y me invito a pasar. Adentro estaba su marido y dos hijos. Me presenté como el asistente social de la municipalidad y les informe el motivo de mi visita, bueno, el motivo oficial.  Todos estaban muy atentos a mis palabras, mientras la Señora Rosa, me miraba con una sonrisa cómplice, de lo que tendría que hacer para que el proyecto les saliera aprobado.



                               Traté de no mirarla mucho para no levantar sospechas con su marido, que por lo demás , era muy grande , robusto, con cara de malo y no me gustaría caer entre sus puños.  De todas formas , mi mirada se iban a las tetas de la señora Rosa y a sus piernas , imaginándomela desnuda y follando con ella.  Me mostraron la casa, contestaron mis preguntas y me despedí de ellos informándole que clasificaban en la primera visita.



                               Pase a ver a Adelita, la que nuevamente se encontraba sola en su casa. Me hizo pasar y me pregunto como me había parecido su comadre. Le dije que estaba interesado en entrevistarla a solas y me dijo que no me preocupara, que ella haría las gestiones para que pudiera “entrevistarla”. 



                                Aprovechando que me encontraba ahí, mas aun caliente,  le pregunte a la señora Adelita si estaba dispuesta a que hiciéramos la segunda entrevista. Ella me dijo que “por supuesto” , con un tono muy picaresco y una sonrisa de oreja a oreja.    Colocó un cojín en el piso,  se acomodo entre mis piernas y me comenzó a acariciar y a bajar el cierre de mi pantalón. Me acomode en el sillón, prendiendo un cigarro y me relaje viendo como la veterana se encargaba de mi  verga. La beso y chipo como si en eso se le fuera la vida, como sui fuera el más delicioso manjar, gimiendo y diciéndome a cada rato, lo mucho que le gustaba mi aparato.  



                               Luego nos desnudamos y en el mismo colchón que había en el piso, me la follé violentamente por todos lados. Esta vez estaba más excitado que la vez anterior y por casi una hora, me aproveche del delgado cuerpo de la señora Adelita y de sus largas tetas, haciéndola acabar en dos oportunidades, en distintas poses, muy fogosamente. La coloque en cuatro patas y le bese el culo por largo rato, haciéndola gemir de placer, para luego metérselo por la parte que le estaba lengüeteando, recibiendo estoica mis embestidas  hasta que estuve a punto de acabar, para terminar de pie en el colchón , con Adelita arrodillada en el colchón, con mi verga en su boca, donde descargue toda mi semen directo en su boca, obligándola a tragárselo sin importarle los restos de suciedad de mi verga, dejándomela completamente limpia.  La verdad, era un placer follar con esa veterana caliente dispuesta a todo.



                               Nos vestimos y nos pusimos de acuerdo como lo haríamos para que yo me juntara con su comadre. Era algo complicado, ya que su marido estaba cesante y pasaba todo el día en casa, sin embargo no era raro que su comadre fuese a su casa, por lo que solo debíamos coordinar bien cuando yo iría ,para que la señora Rosa saliera con una buena excusa de su casa.



                               Quedamos  que lo mejor sería al otro día , en la mañana temprano, ya que su marido se levantaba muy tarde y no le extrañaría no encontrar a su mujer en la casa.



                                               Al otro día,  solo llegue a la municipalidad a firmar la tarjeta.  Me tome un café y me fui directo en la camioneta a la casa de la señora Adelita. Eran las 9:30 de la mañana, cuando me estaba estacionando fuera de la casa en donde supuestamente ya me estaría esperando la señora Rosa. 



                               La señora Adela salió a recibirme inmediatamente. Entre a su casa y e el mismo sofá en que le había hecho al entrevista, estaba la señora Rosa, con un vestido floreado, arreglada, bañadita, lista para hacerle la entrevista.



                                       Adelita se reía y nos decía que saldría a darse una vuelta, que pasaría toda la mañana afuera y dándole instrucciones a su comadre que le dejara cerrado cuando se marchara. Yo no hallaba la hora que Adelita se marchara, para comenzar a “entrevistar “ a su comadre que estaba buenísima. A la finales Adelita se marcho, deseándonos una buena entrevista , dejándonos a ambos riéndonos.



 



-          Y bueno ….



-          Bueno ….



-          Muy simpática su amiga



-          Si , la conozco hace 30 años más o menos



-          Bastante tiempo …



-          Si , hemos compartido muchas cosas juntas …



-          Y van a seguir compartiendo parece



-          Ja j aja …. A si parece



-          Y que opina de esto



-          ¿ que opino? … bien …  todo bien….



-          ¿Ni un problema con esto?



-          No. Muy por el contrario …..



                       Me senté a su lado y le puse la mano en su pierna.  Ella sonrió y me miraba directamente a los ojos, ansiosa. Me acerque a ella y la bese, correspondiéndome ella el beso. Nos seguimos besando , jugando con nuestras lenguas , fundiéndonos en un apasionado beso.  De inmediato mi mano le agarró una teta y se la acariciaba por sobre el vestido. Ella estiraba su mano en busca de mi verga , deseosa de llevar  a cabo la entrevista.



                               Mi mano se metió descaradamente bajo su vestido y le comencé a acariciar su sexo. Le corrí sus calzones y me encontré con su concha mojadita, comenzando a sacar sus primeros gemidos. La concha de la Sra. Rosa era mucho mas grande que la de la Sra. Adelita,  labios carnosos ,  muy peluda . Al poco rato de estar gatillándola con mis dedos, mostraba una abundante humedad. Sin problemas recibió dos de mis dedos  que introdujeron en esa nueva zorra.



                                               La hice ponerse de pie y le desabroche su vestido. Este cayó al piso, dejándola semi desnuda. Era una mujer grande, pero sin ser gorda. Obviamente tenia kilos de mas , algo de vientre, pero el resto estaba fabuloso. Un gran par de tetas cubierta por un brasier de mala calidad y un calzón color carne que hacia juego y que mostraba parte de sus bellos púbicos de su poblada concha. La dí vuelta y comencé a besarle el culo, grande, robusto, duro, realmente delicioso.  Se lo apreté y mordí. Le separaba las nalgas y metía mi nariz entre ellas, sintiendo el olor que emanaba su cuerpo. Se notaba mucho más tímida que la Sra.  Adelita, pero a la vez, mas experta, al estar casada en recibir caricias sexuales.  Le baje los calzones y desabroche su brasier, por su espalda. Le di un último y gran beso en medio de su culo y luego la di vuelta. Sumisa quedó completamente desnuda ante mi, con sus dos grandes y redondas tetas colgando, de pezones oscuros y puntiagudos. Me acerque a ellos y se los bese una y otra vez. Ella se queda tranquila dejándome hacer todo lo que yo quisiera. Me pude de pie y besándola me comencé a desvestir. 



                               Luego nos acostamos en el colchón del piso y me abalance sobre ella , chupándole nuevamente sus grande tetas. Silenciosa dejaba que yo la tocara por todas partes, pero sentía que aun estaba algo tímida. Me monte sobre ella , metiéndole mi verga entre sus tetas,  y comenzando a masturbarme con ellas, llegando hasta chocar con su cuello. Le pedí que abriera la boca y cada una de mis embestidas , terminaba con mi verga en su boca.  Posteriormente le comencé a follar la boca, notando algo de desagrado de su parte, pero igual haciendo el esfuerzo de complacerme. 



                                               Se sentía sucia , ultrajada. Trataba de corresponder a mis necesidades, pero de mala forma. Me acosté a su lado y le ordene que me la chupara. Se acomodo en el viejo colchón y comenzó a trabajar en mi verga con su boca, mas o colocando el esfuerzo que yo esperaba. Lejos era mejor para follar la sra Adelita, aunque esta estaba mejor de cuerpo.  Sin embargo no me importo y la hice que se sentara sobre mi. Tomo mi verga , se la metió y comenzó a moverse de adelante hacia atrás. La verdad follaba mal, pero sus enormes tetas me volvían loco y acercándola hacia mi, se las chupe muy fuertemente, tratando de despertarla .



                                               Por mucho rato la tuve así, sin embargo no note ningún cambio en su actitud. Nos dimos vuelta y fui yo ahora el que se monto sobre ella, separándole las piernas y metiéndosela hasta que mis bolas chocaran contra su cuerpo. 



                                               La sodomice por mucho rato, jugando con su sexo, metiéndole la punta , metiéndosela hasta el fondo. Luego baje y se lo chupe hasta que me cansé, bebiendo sus jugos vaginales.



                                               La Sra. Rosa hacia todo lo que yo le pedía, pero en silencio, sometiéndose a su abusador. La di vuelta y le hice levantar el culo., En esa posición, cuatro patas, su culo se veía más grande y mas atrayente. La folle así,  violentamente, metiéndoselo hasta el fondo, apretándole las nalgas, agarrando sus anchas caderas y atrayéndola hacia mí.   



                                               Debe haber pasado como una hora de haber estado dándole a la Sra. Rosa, que siempre en silencio no ponía reparo a mis peticiones, pero si notaba un resto de desagrado y molestia. Eso, no hacía más que aumentar su sacrificio, ya que al no obtener una respuesta de su parte, no me excitaba lo suficiente como para acabar y por lo mismo seguía y seguía dándole.  La coloque en todas las poses que se me ocurrieron.  Hasta que le dije que se la metería por el culo. Ella no se opuso, solo me pidió que le dejara colocarse una crema que había traído para esos menesteres. Se notaba que la Sra. Adelita la había instruido bien que esa parte no se iría invicta. La Mujer saco de su cartera el pomo de crema y se coloco una abundante cantidad en la entrada de su culo. Luego vacio otro poco en su mano y me lo esparció en mi verga dejándomela embetunada. Se coloco nuevamente en cuatro patas, con su culo levantado y me pidió que se lo hiciera lentamente. No fui tan complaciente como con la Sra. Adela , y al poco rato , se la tenía toda metida, haciéndola sufrir. EN un momento me contesto algo como recriminándome que estaba siendo muy brusco con ella, pero no le di importancia, si quería ganar, tenía que pagar. Una y otra vez mi verga se introdujo en esas grandes carnes, sacándole quejidos de dolor. A ratos me pedía que acabara luego, que le estaba doliendo demasiado, pero yo hacía oídos sordos a sus suplicas y con mas fuerza la penetraba por el culo.  Una nueva sugerencia de su parte que acabara de una buena vez, y le dije que lo haría , pero solo si me dejaba hacerlo en su boca. No le pareció muy buena idea, pero era la única forma  de librarse de que le siguiera perforando el ano, a si que acepto. Se salió de bajo de mi y con dolor se fue acomodando. Cuando quise meterla en su boca, me dijo que no lo haría si yo antes no me limpiaba la verga, que tenia restos fecales.  Me levante al baño y me lo lave rápidamente. Volví y encontré a la Señora Rosa esperándome en el colchón. Sin contemplaciones me acerque a su lado y la tome del pelo metiéndole la verga en la boca. Ella mostro su molestia con mi acto, y mirándome con algo enojada, se la metió a su boca y me la comenzó a chupar.



                               Pasaron como 10 minutos mas y yo no acababa . Ella ya estaba cansada y molesta y a cada ato paraba para decirme que me apurara.  A pesar de estar caliente, esa actitud no me agradó y le pedí su colaboración. No le gusto mucho mi comentario y algo dijo como que yo era un abusador o algo así.  Me aprecio mal su comentario y me detuve. Le dije que no estaba obligada hacer nada que no quisiera. Y me senté en el sillón y prendí un cigarro. Ella permaneció callada, desnuda sobre el colchón, como meditando lo que había hecho.   Yo ya poco inspirado, sin acabar,  comencé a vestirme en silencio. Ella trato de detenerme, pero le dije que si ella no quería, no sacábamos nada con estar intentándolo. Me pido disculpas,  pero ya era tarde. Yo ya me había vestido y estaba a punto de marcharme. Se levanto desnuda suplicándome que termináramos lo que habíamos empezado y haciendo caso omiso de sus palabras, me marche, dejándola sola y desnuda en esa pequeña casa.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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