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Entre-acto. Tu vida y mi muerte

Esto es un error, deberíamos estar comprando mis armas de represalia, no haciéndote daño en tan peculiar suave lugar, la naturaleza te dotó de ese pequeño penetrador por qué no tenía nada parecido, hizo como hacemos cuando copiamos con el ordenador, copiar, pegar y luego modificar, eso hizo la naturaleza con ese ser marino, mira tus dedos, somos anfibios del abismo, hermafrodita fue nuestro origen y de la misma familia que las babosas, que disponen de los dos sexo, hasta que un día o la unidad de tiempo que hubiera y que no la había.

Ese ser salió del mar debido a su necesidad de parir y fue algo más, su naturaleza se deshizo de un sexo, deduzco que del macho, y que este regresaba al mar en la época de apareamiento.

No entiendo que quieres decirme.

Ven, dejemos el dolor que quieres, sabes que soy un viajero del tiempo, un caminante, voy de paso, nada me retiene y siempre sigo mi camino y tan solo una vez miré en dirección al pasado, y ese error me produjo otra fractura en el recuerdo.

La moví hasta situarla encima de mí, sentados, bajó la mirada mientras el penetrador entraba en su vagina, llegó al fondo, estaba contrariada.

¿Y ahora qué? – Preguntó con disgusto – ¿Cabalgo?

No, ahora siente al penetrador y utiliza la musculatura de la vagina, esta postura trata solo de sentir, solo eso y si eres un poco lista, saca tajada, memoriza al penetrador dentro y cuando no esté, mueve esos músculos, algo te llegará.

Que son armas de represalia, ¿les matará?

Ya me gustaría, de esa forma no dejo a nadie a mi espalda, pero no puedo matarles, tengo la capacidad de hacerlo, pero no soy un asesino, aunque esto sería defensa propia y sé que a partir de ahora tendré que vigilar mi espalada. solo pretendo inmovilizarles, van a sufrir y puede que les quede alguna secuela muy jodida, pero no puedo ceder, y tu padre es el culpable de todo.

¡Oye estás soltando algo!

Normal, te mueves sin querer, estás recogiendo datos de mi ocupación, suele ser transparente, eso te dice que me va bien y dudo que te embarace.

Ellos tres iniciaron el ataque, sabían que estaban rompiendo las normas, no mi padre, ese fue el primer movimiento que hicieron.

Defiéndeles. Tu padre se dará cuenta cuando de el primer paso, entonces comprenderá y espero que detenga todo ¿Puedes anticiparme el programa?

Primero “Combate”, quedó pendiente, escapaste de una forma extraña.

¿Y siguen con su ventaja?, tampoco lo comprendo, Inés no está a mi lado.

Tío, reclamaron venganza, para ellos huiste de como un cobarde.

¿Y su ventaja de tres contra uno?

Eso no cuenta.

¡Vaya mierda de código de honor!

Te encuentras en otro mundo diferente, la fuerza es el principio y final de todo, supremacía del macho.

Entonces, debo hacer el máximo daño, cuando yo no quiero dañarles.

Así es, para vencer debes, vencer a los tres que te han desafiado.

Esto es demencia, flipo con su pensamiento. Suponte que vencemos….

Dejé caer despacio. Pero no dijo nada.

Y después, la recreación del accidente. Está el coche y el terreno en que estuvo volcado.

Olvidas a esa golfilla que me asaltó junto al coche.

Esta golfilla te estaba muy agradecida por haber salvado la vida de mi padre. Cuando llegó el coche reparado se hizo un ensayo, y se demostró que sin tu ayuda, ellos no hubieran podido sacarle.

¿Cómo supisteis de mis movimientos dentro del coche?

La grabación de la cámara de tráfico, pocos instantes de que el coche volcara, la cámara se fijó en el vehículo siniestrado, y el zoom hizo su trabajo, dentro se movía una sombra, tu.

Volvamos al principio, no admito nada y él se empeña que debo aceptarlo. ¿Cómo lo ves?

Silencio por su parte, sentí como en su vagina algo se movía.

¿Qué hacemos, hablar o follar?

Vayamos a un rápido, un polvo rápido carente de todo.

No es lo que quiero.

Es lo que hay, mi cerebro es un caos y tú vas a tu bola, presiento el peligro y mis armas de represalia me preocupan, pueden hace más daño de lo que pienso, y sigo diciendo que el responsable es tu padre.

¿Te falta mucho para correrte? – Obstinación en el tono.

Tu misma, cabalga como dijiste antes.

Esto es una chapuza inmunda – Dijo acelerando sus movimientos.

Primero es alterar su estrategia, pienso que estarían los tres de acuerdo, por tanto en cuanto se movieran de sus posiciones, lanzar al suelo y en su dirección pequeña bolitas de acero o de lo que encuentre, eso hará que detengan su ataque para pensar, si deciden seguir avanzando, lanzar naipes encima de la bolas, de nuevo detendrán su avance, de esa forma podré evaluar cual llegará primero, es decir, que me pondré a su alcance.

Segundo, valorar su arma, y yo estimar el tercer señuelo, si es el del puñetazo, lo tengo claro, polvo de cristal y devolver golpe, pero esto no lo puedo estimar ahora.

Yo pensaba en lo que estaba por llegar, con el vidrio de las botellas pensaba machacarles hasta conseguir un fino polvillo brillante, guardarlo en un bolsillo preparado para ello, serían tres bolsillos, uno para el verde, otro para el marrón y otro para los polvos de talco, este último en realidad era una forma de engaño, pensarían que desaparecería y no sería así, era para el tercero, ese que me regala a una esclava, quizá el más dudoso, y pudiera ser que cuando viera que les ocurría a los otros dos, se lo pensaría, esa es una baza, un farol por mi parte.

Por otro lado, Tillia iba a ser utilizada, y seguro que no le iba a gustar, pensaba tenerla desnuda detrás de mí, y que se moviera, incluso unos cascabeles sujetos a su vello púbico y pezones.

Y llegó el momento, ella se movió despacio, supe que se daba cuenta, me mordió la oreja respirando entrecortadamente, yo seguí impasible con mi pensamiento. Y poco después terminé, apenas un frustrado gustillo que se convirtiendo en malestar, desasosiego, algo impensable, pero cierto.

Es el polvo más ruin que me han echado.

Dijo frustrada, abatida y molesta por mi actitud indiferente.

¿Cuánto tiempo llevabas sin follar? – Pregunté contrariado.

Me miró en silencio. Tampoco respondió.

No me das tregua alguna, estoy fuera de control y lo sabes, pero tu egoísmo no te deja ver el bosque. No has madurado, ante todo no te das cuenta de lo que está por llegar.

Me estaba disparando, frené en seco cambiando de tema. El enemigo no era ella ¿O sí?, ayudar a la gorda fue un error, y yo solo me he metido en la trampa, como siempre me ocurre, siempre que ayudo a alguien, el destino me pasa la factura.

Descabalgó goteándome encima, y esperó a que dejara de gotear su vagina. Metió su cuerpo ladeado entre los asientos abriendo la guantera, cogió un estuche de viaje, dentro todo lo necesario para curas y demás, y una caja de pañuelos de papel, con ellos fue recogiendo todos los restos, incluso ella se limpió también, iba una mezcla de semen y sus fluidos vaginales, después terminó de limpiarme con gasas, y ella también utilizó unas nuevas.

Vayamos a comprar la herramienta para tus armas, amante de mierda, ahora comprendo que la gorda te pegara. Me tratas como a ella.

Comprendí su frustración, pero ella no entendía la mía, pensaba que el follar es como ella piensa, sin darse cuenta que los problemas son inhibidores del placer que produce el sexo, y menos en lugar donde estábamos, cierto era que aquello estaba muy tranquilo, ignorando que yo estaba en territorio enemigo. Entramos en el almacén, había poca gente, faltaba poco para cerrar.

Bolas de plomo de los pescadores, lo mejor sería cojinetes, rodamientos para que no haya duda, mezcla de bolas de tres tamaños, incluso esas bolas gordas que son dulces, si pisan esas bolas su estabilidad no sería segura y el efecto deseado es impedir su rapidez, de esa forma tendrían que mirar al suelo, es decir, distracción. Consecución. Dos cajas de naipes, serán lanzadas después de las bolas, siempre en el caso de que no surta el efecto deseado, de nuevo se sorprenderán.

Polvos de talco, nube artificial, blanca niebla, manchar sus rostros, irritar los ojos, confundir, no se debe respirar si entra en tu boca, toserás, distracción2.

Vidrio verde, polvo de vidrio de botellín de cerveza, machacado en dos niveles. Represalia, arrojar a los ojos del objetivo mientras se distrae con las bolas, y además con la advertencia que no se los frote, debe de ir a que se los limpien, si no, puede perder el ojo, no ver nunca más. Vidrio marrón, polvo de vidrio más grueso, represalia2, por si el verde no cumple los objetivos, este es más dañino.

Y mi móvil, un Smartphone con potente linterna, delante de la lente un trozo de celofán azul, doblado para que las aristas entren en el rayo de luz, ese fino rayo de luz jode, además aviso que es un láser, jode más los ojos.

Y en medio del circo que he montado, tengo libertad de acción para dar patadas a las bolas más grandes, no se trata de darles, es una forma camuflada de acercarme a ellos, bastante problema tienen en sus ojos, y ya cerca, patada lateral rodilla más próxima, es básico, lo aprendí en el instituto, caerá al suelo, podría patearle la cara, pero no, y el otro, si lo ha visto, intentará evitarlo quedándose quieto.

Regresamos al molino, en la calle de entrada estaba mi coche, aparentemente bien, me bajé para comprobar el efecto del saqueo, las llaves puestas, arranqué esperado que ocurría, bien, sin problemas. La guantera amontonada, puse todo en el asiento del copiloto, no faltaba nada, de nuevo lo ordené.

Luego miré el maletero, desordenado, y lo revisé despacio, allí tenía secretos, el principal no había detectado, estaba debajo de la tapicería del maletero, encima de la rueda de repuesto. Sin embaro, faltaba un trozo de gasa blanca. Cerré el coche y volví junto a Tilla enfadado.

¿Algo no va bien? – Preguntó sorprendida por mi mirada.

Falta una sola cosa, además muy importante.

¿Puedo saber qué es?

No lo entenderías, incluso puedes causarte risa. Falta una gasa blanca.

No le veo importancia, su precio es barato.

Ya lo ves, restas importancia al tema, de todos modos me siguen robando, no lo olvides.

¿Y qué tiene de importante esa gasa?

En su interior dormía una araña, viva, para que lo entiendas.

Imposible, supongo que muerta de hambre. Además no lo entiendo, no sé qué importancia puede tener una araña muerta.

La tiene. Una madrugada, mientras follábamos una amiga y yo, siento algo extraño en mi vientre, pero en la piel, ella parece coincidir, seguimos despacio, pero dudamos, había más gente con nosotros.

Encima de la mesilla tenía una pequeña linterna, lleva pilar de botón ya que es minúscula y enfoca entre los dos cuerpos, una araña sujeta al vello púbico de mi amiga, nos miramos sorprendidos ¿Cómo llego allí?

Revisé la zona donde había estado la araña. Y nada, sus poros limpios y la piel sin decoloración alguna, la araña no la había picado, suelen dejar dos finos puntos rojos, uno junto a otro.

La cogí y se hizo la muerta, dobló todas sus patas, y sin separarnos ella del cajón de la mesilla cogió una caja de gasas, en una de ellas deposité a la araña, la gasa tenía la ventana que la inmovilizaría al tener las patas metidas en esa red. Y decidí dejarla en el maletero, allí tendría más comida que en casa.

¿Y tu amiga no tuvo miedo?

No, reconoció que aquel roce tenía un fondo inquietante, algo diferente sentí yo, pensaba que ella en su excitación movía la piel que hay justo encima del monte de venus, ya que la araña estaba justo en el borde del monte de venus, además mi amiga es algo mística y me dijo que iba a investigar el significado del sexo con ella+arañas+yo. En su caso dijo “Yo+araña+Tu” y que como lo había preparado. Entre otras cosas, me dijo un significado importante era yo me mantenía muy distante con la gente, incluso con ella. Y que kamasutra se compone de kama, “placer” sexual y Sutra, “hilo” y que la investigación seguía, y el largo WhatsApp fue un pensamiento suyo que me alegró la vida durante varios días.

Conecté el móvil y le mostré el largo WhatsApp.

Dejando desvanecimiento al amanecer.

(Reflexión sintética genital)

Me gusta tu amanecer.

Me gusta estar despierta en tu amanecer.

Tus dedos recorren mi cuerpo, exploran lentamente.

Tu huella es profunda.

Y me dejas ver.

Y me gusta como despiertas mí el placer.

Preparé tu erección, con ilusión.

Y en el interior del monte.

Preparé tu llegada.

Ya ansiada.

Mis labios secretos labios.

Se separaron.

Esperaban tu llegada.

Anhelaba presencia.

Y desde mi corazón. Esperaba.

Y no la esperaba, y.

Tu pausada penetración.

Me enloqueció.

Fue intensa, y aprendí la lección.

Me deseas inquieta, pero.

Te recibo abierta e impregnando tu intención.

Me gusta tu movimiento.

Y más, cuando te clavas con fuerza.

Te inmovilizas, dentro.

Con tu íntimo latido.

Pausado, sentido y que me estremece.

Ese goce, que me clavas se retuerce.

Y te siento con tu Intenso ese roce.

Y cambias, como las olas.

Me gusta cómo me follas.

Con tus suaves embestidas.

Me tienes sometida.

Me apasiona como me frena tu abrazo.

Mi excitación culmina y nunca termina.

Por qué retuerces mis orgasmos.

Y me los generas sucesivos.

Tu crueldad me estremece.

Culminas.

Y cuando en mi interior, iluminas.

Siento como te provoco placer.

Y como lentamente me inundas.

Te miro, siento tu placer.

Férvida de tu goce vuelvo a la noche.

Cierro los párpados extenuada y mojada.

Y es cuando etérea.

Rasgo el éxtasis.

Me evaporo de ti.

Me dejas, Inmortal goce late.

Fascinada entre sombras.

Te sigo teniendo, adentro.

Suspiro y pienso.

Yazco entregada y vencida.

Soy tu esclava, para tu placer.

Dedicado a la araña negra, intuyo que formaba parte del acoplamiento tuyo y mío. Nada es casualidad.

Miraba la pantalla con los labios apretados. Me miró con dureza devolviéndome el móvil.

Sorprendente, eso no es un polvo, debe de tener otro nombre, tampoco amor, pienso que el amor y el sexo son opuestos.

Es posible que lleves razón, yo le llamé conquista. De todos modos ella es una mujer diferente en todos los sentidos y planos de la mujer en general.

Es artesana, diseña, dibuja y cose. Una noche cuando llegamos a su piso, ya le había quitado la ropa, pero seguía mirando hacia la máquina de coser, bueno, debo explicar que vivía en su dormitorio, era su castillo.

Tenía todo, incluso una cafetera. Un PC, el portátil, una mesa de dibujo, diferentes cestos con telas de todos colores y en ese momento estaba dibujando un vestido, un pequeño vestido, me hizo reír, para una muñeca, un encargo de un buen cliente.

El traje era de fiesta, negro y con brillantes, y dándome la espalda le miró al revés, ladeo la cabeza pero yo miraba su espalda, ese punto que llega a la cintura, yo siempre le llame el desierto, parece que nada tiene, pero está lleno de lugares especiales, guarda sus tesoros, cambié y miré por encima de su hombro, dos cosas, una carga reglamentaria y curiosidad, me dijo que le faltaba algo, repasé el dibujo como explorador y mejor hacer que decir.

En la mochila donde llevo el equipo fotográfico, llevo un lápiz de color, de mis tiempos de niño, Alpino de color blanco, y desde esa posición, es decir, esa carga reglamentaria, que me ganaba una mirada cargada de ignorancia, dibujé dos líneas paralelas blancas en el borde del vestido, era estrecho y en la espalda, una cruz blanca que llegaba hasta el borde de las piernas, incluso dos formas diferentes de cruz. Me miró mordiéndose los labios, le gustaba.

Recostados en su cama, me miraba de otra forma, no sé qué esperaba, pero yo no tenía prisa alguna, ella tampoco sabía nada de mí, tampoco de mis preferencias, y ya empezaba a descubrir una, sabía de mi exploración de su cuerpo, como si fuera una fotografía aérea, aunque ya tenía mi plan de invasión, ese vestido de muñeca me lo había proporcionado.

Cuando utilicé el lápiz blanco, mi pecho entró en contacto con su espalda, presioné ligeramente para llegar al borde del vestido y ella tembló ligeramente y me miró, yo parecía absorto en el dibujo, pero se equivocaba, yo precisaba datos de su cuerpo, y fue cuando decidí la conquista.

Descubrí un punto muy especial con dedos juntos, y es ese vértice, un lado es la parte alta del muslo, la que se une a la cintura, y si entras en el vértice, te lleva a su vientre, y descubrí su campo dorado, ese trigo estaba muy alto, era rubia blanca, perdí segundos y si miras hacia arriba en ese vértice, ves su costado y axila, y es evidente que sus sombras llamarán tu atención, hacia la llanura está el desfiladero de sus pechos, estos tenían erizado el pelo, así como la dureza de sus oscuras cumbres.

Cuando se dobla, mis dedos ocupan ese vértice, ella gime en silencio, pero me llega su ligero temblor, de esa forma construí el primer orgasmo, despacio, sin prisas, soy un explorador que va descalzo, y me hundía en su piel.

En su espalda, tuve una respuesta que nunca olvidaré, fue recorriendo el borde de su costado izquierdo, mis dedos abrían su piel y mi lengua se alimentaba de su interior, ella estiraba su cuerpo gimiendo, y cuando llegaba al hombro levantó la cabeza mirándome, humedad en sus ojos, gimió y me dijo.

Me estas robando secretos y a cambio despiertas mi lubricidad, chorreo.

Su cuerpo tembló, de nuevo agachó la cabeza, sentí el orgasmo en su piel, se estremeció totalmente, de nuevo me miró por encima del hombro. Su mirada era profunda, enrojecida y volvió a cerrar los ojos, tuvo una pequeña sacudida y su cabeza la echó hacia atrás, suspiró con fuerza.

Hiciste un mapa – Dijo con cierta dosis de rabia contenida.

Así es, fue su regalo de cumpleaños. Cuando me lo pidió, le dije que precisaba de hacerla algunas fotos, accedió.

Tuvo su mapa con todo detalle, y lo que más la impresionó fueron mis apuntes de sus reacciones. Así como de sus dos eyaculaciones.

Ella no me creyó, muchas mujeres piensan que no pueden, pero están equivocadas, su fluido vaginal es más deslizante, nada que ver con el que habitualmente tienen, por tanto una tarde de sábado le mostré la verdad, ella misma pudo comprobar con sus dedos ese matiz, incluso su sabor es diferente, pero a eso no llegó, estaba en la réplica de un orgasmo.

Y en uno de sus WhatsApp, me dijo que aquel domingo tuvo la cama con el resultado de la noche, y la miraba de vez en cuando mientras trabajaba en el vestido, y aún tenía réplicas en su vientre.

Me llamó ladrón la había robado secretos de su interior.

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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