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Categoría: Infidelidad

Enemiga o amante

Cada vez veo que las infidelidades, son los temas sugestivos en el erotismo sexual.



Esta historia se desarrolla alrededor de dos parejas amigas, mi esposa tiene una pareja amiga, Tim también es amigo mío, sin embargo con su esposa Cary realmente no teníamos una relación de amistad más creo que al principio existía una especie de rechazo por ser una persona que venía de un divorcio y me había casado con su mejor amiga, con el tiempo sentí que ese rechazo era más pronunciado cuando ella se dio cuenta de una relación prohibida que ella creía yo tenía.



Un día Tim nos invitó a una fiesta y asistimos con mi esposa Linda, bailamos tomamos y hasta nos encargamos de alegrar la fiesta con algunos anécdotas cómicas, Hubo un momento en que Cary me invito a bailar yo no lo había hecho ya que sentía su rechazo, acepte su invitación y nos dirigimos hacia pista note que su cuerpo temblaba un poco, la tome por la cintura y se estremeció un más, es una mujer con un cuerpo normal pero con unas tetas fenomenales, mismas de las que se siente orgullos ya que sus blusas siempre son escotadas, sentí que ella me abrasaba suavemente y comenzó susurrándome al oído que era un canalla.



Me sentí molesto ya que casi nunca hablábamos y sus palabras eran un insulto, le pregunte que por qué y me contesto que estaba engañando a Linda y eso a ella le molestaba, me separe un poco de ella para mirarla mientras le contestaba, ella no me sostenía la vista, luego paso algo que cambio la situación, una pareja que bailaba al lado nuestro nos golpeó sin intención y eso hizo que la besara, me disculpe y sentí que su cuerpo y el mío se fusionaron por un segundo, su nerviosismos era tal que sentí como por un momento me abrazo de una forma sensual.



Baile, licor, erotismo y accidentes, provocaron una erección de mí pene casi de inmediato, mis pantalones esa noche trataban de que mi verga no saliera como dicen a pasear el perro, pero no pudieron evitar que Cary sintiera lo duro que acariciaba sus muslos, hice un intento de separarme y fue cuando le pedí disculpas que sentí como ella estrechaba aún más su cuerpo y acariciaba con su pierna mi verga.



Sin decir nada nos fuimos a sentar y cada quien platicaba, casi no nos cruzamos miradas y nos retiramos a nuestra casas, al día siguiente en la oficina a la hora del almuerzo la secretaria me dijo que tenía una llamada y que no quería dar su nombre, estaba ocupado y le dije que no la podía atender, sin embargo nuevamente me dijo que de Cary, inmediatamente deje de hacer lo que lo que hacía y conteste el teléfono, la voz al otro lado se escuchaba muy suave y le pregunte que como estaba y me dijo que apenada y que quería disculparse, le dije que no era nada y fue culpa de un accidente, me dijo que si almorzaba en mi casa y le conteste que no ya que tenía mucho trabajo, a lo cual ella me dijo que estaba pocas cuadras de mi oficina y que si la acompañaba a almorzar.



Mientras caminaba por la acera en dirección al restaurante me imagine muchas cosas e inocentemente creí que iba a continuar con señalamiento de una infidelidad de mi parte a lo que tendría que contestar que estaba equivocada ya que salí de mi propia platica ya que ella se encontraba frente a mi vestida de una forma que era la atracción principal en la calle, la mire y me pareció la mujer más rica en ese momento, su pecho se hinchaba mostrando el 80% de sus tetas, los anteojos la hacían ver más sensual, su vestido de seda dejaba entrever sus contornos una línea fina presumía ser su ropa interior.



Hola dije si quieres podemos ir a un café cerca y me contesto que quería almorzar en un restaurante que ella conocía y que podríamos ir en su auto, lo que acepte aunque tenía trabajo quería dejar arreglado este asunto de una sola vez, en el camino no me insinuó nada del tema que creí era el motivo de su presencia, cuando llegamos recordé que era un restaurante un poco alejado de la ciudad y con un toque romántico, algo así como para amantes que no quieren ser vistos.



Nuestra platica giro en torno a nuestras parejas, no sé por qué me sentía nervioso ya que lo que estaba ocurriendo no era normal y mucho menos con Cary, realmente no éramos amigos y sentía que su rechazo se estaba volviendo una atracción erótica, comencé a sentir como mi pene se sentía incómodo en mi ropa interior, nos habíamos sentado juntos en sillón y sentí como ella rozaba su cuerpo el cual tenía un olor a mujer, es un olor muy particular en las hembras en celo y que llama a la lujuria, pidió dos whiskys en las rocas iba a preguntar si era muy temprano para ese tipo de bebida, pero mi erotismo iba en aumento y existía un ambiente prefabricado para esos dos primeros tragos.



Seguimos nuestra conversación y entonces le dije que disculpara que le había dicho que su vestido le quedaba muy bien y que se miraba atractiva, a lo que me contesto que lo había hecho especialmente para mí como una forma de disculpa por la grosería que me había dicho la noche anterior, la forma en que lo dijo hizo que algunas gotas de semen no pudieran contener su salida y empezaran a mojar mi pantalón, en ese momento Cary casi de una forma desesperada introdujo su mano debajo de la mesa buscando mi pene el cual encontró y muy tieso y escuché aquellas palabras que aún me excitan “papi desearía tener tu verga en mi boca y secarte esa lechita que estas echando”, creo que el mesero no quedo muy contento ya que salimos en ese momento sin que hubiesen llegado los tragos.



En el camino hacia el motel que estaba a un kilómetro, metí mano a todo el cuerpo de Cary, sentí como la humedad de su monte de Venus se volvía más viscosa en la medida en que mis dedos se introducían, había en el aire encerrado de su carro un olor a zorra y erotismo, saque mi verga y se la mostré, ella retiro su mano del timón del auto y esparció mi semen alrededor de la cabeza de mi pene, estábamos más que excitados, probábamos el semen de cada uno y eso nos volvía más animales, la lujuria nos invadía.



Al llegar al motel ella había tenido ya su primer orgasmo y yo estaba a punto de venirme, me contuve esperando que la cama me brindara mejores sensaciones y valió la pena, Cary comenzó a mamar como nunca en su vida parecía que quería arrancar mi verga desde sus raíces y tenerla solo para ella, me separe un momento para adoptar la posición del 69 y comencé a comerme aquella parte de su cuerpo jugosa y sin vellos, poco a poco mi lengua se deslizo hasta su rosado culo, creo que fue el punto ciego que la hizo tener su segundo orgasmo, eso provoco tal lujuria en mí que no pude contenerme y me corrí en su boca, sentí ya que no podía abrir mis ojos como su lengua buscaba en toda mi verga hasta la ultimas gotas de semen y me preguntaba que si me lo tragaba, lo que me éxito aún más.



Creo que era un pasión retenida por mucho tiempo por parte de Cary ya que me dijo que quería que la probara por el culo, aunque estaba exhausto la sola idea de comerme su ardiente culo provoco una erección inmediata, observe como de forma provocativa y lasciva, se ponía en cuatro brotando aquella flor rosada y dispuesta a que la destrozara, comencé a acariciarlo con mi lengua, de forma suave comencé a introducir la cabeza de mi verga, lo que arranco algunos quejidos lastimeros que me excitaban y que se fueron transformando en gemidos de placer en la medida en que introducía más la verga.



Sentir el orgasmo de una mujer cuando hace el sexo anal es algo maravilloso ya que vives la pasión a través de sus contracciones anales y Cary demostró en todo su esplendor que disfruta plenamente aquel orgasmo que le proporcionaba, estaba a punto de correrme en su culo, cuando se separó y me agarro la verga y comenzó a darme otra mamada, era la primera vez que me hacían eso de mamármela después de tenerla en el culo de una mujer, la sensación y la morbosidad me hicieron correrme aún más que la primera vez, sin sacarla de su boca hizo que me acostara echando mi semen en mis huevos el cual se resbalo hasta mi culo, Cary no dejaba de asombrarme comenzó a lamer y a tragarse el semen, sentí una nueva sensación única cuando su lengua comenzó a limpiarme el ano del semen que se había deslizado, sensación que duro unos minutos hasta que se sintió satisfecha.



Aquella tarde disfrute el sexo en toda su plenitud con una mujer que creí me odiaba y es la mejor amiga de mi esposa.


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