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Llevo una vida normal, diría que aburrida, estoy terminando el secundario curso el último año de una escuela industrial, mi nombre es German tengo 18 años. Todos los días de la semana curso en la escuela desde la 7 a.m. hasta las 6 p.m., es una jornada extenuante, especialmente este último año, pero quiero terminar por eso hago todo posible en no faltar a clases.
Somos una familia normal compuesta por sólo tres personas, yo y mis padres, Julia y Carlos. Mis padres nunca fueron sobreprotectores conmigo, ellos eran una pareja muy pasional, aunque no lo demostraran en público, pasaban de un extremo a otro en pocos minutos, sus peleas eran muy frecuentes, pero siempre reconciliaban, especialmente este último año los veía mas cariñosos. Mi padre era un poco mayor que mamá, ella tenía 35 años, era joven pero aparentaba menos, es de contextura menuda y se mantiene en muy buen estado físico.
Mi padre siempre trabajo en lo que podría ser una profesión, como escalador de competencia, muy reconocido entre sus pares, vivíamos de sus sponsors y de plata de mi abuela, pero principalmente era entrenador de escaladores y acompañaba a grupos en travesías, así se habían conocido con mamá. Ella muchas veces lo acompañaba para ayudarlo y era ahí cuando tenían las discusiones más fuertes.
Como les había dicho, el último año notaba algo extraño en su relación, se peleaban menos pero las reconciliaciones eran más escandalosas. Ellos tenían su habitación pegada a la mía y después de una pelea a la noche a la noche venía la reconciliación en la cama. Desde mi habitación se podía escuchar todo, pero ahora las cosas que se escuchaban parecían más violentas. Los golpes del respaldo de la cama contra la pared pasaron de ser pequeños golpecitos a fuertes sacudidas y mi madre pasó de gemir en tono bajo a fuertes gritos, creo que yo pasé a formar parte de su reconciliación, no era que me molestaba, hasta era excitante escuchar como cogían en vivo, pero medio que me sentía usado o por lo menos tenía cierta envidia de mi papá. Eran común es escuchar las súplicas de Julia “métela bien profundo” “rompeme el culo” o de vez en cuando él le ordenaba “traga, traga, todo” “puta, puta como te gusta”.
Como yo desayunaba muy temprano antes de ir a la escuela y ellos también lo hacían conmigo, no estaban cambiados, mi padre salía más tarde al trabajo, ella siempre estaba en camisón, en invierno también llevaba una bata sobre este, pero como nosotros estábamos en primavera y nos acercábamos al verano, comenzaba el calor muy temprano, entonces usaba un camisón muy fino, que no era transparente pero con un poco de atención se podía adivinar el color de su ropa interior, este era el caso hasta el último tiempo que me fui dando cuanta que no llevaba nada debajo, estaba completamente desnuda. Eran unos minutos en que la veía vestida así, pero los suficientes para no poder dejar de pensar en eso en todo el día. Cuando me daba la espalda mientras preparaba el desayuno, podía ver la raya del culo y cuando se daba vuelta sus oscuros pezones, era una imagen que me la ponía dura de inmediato. Cuando llegaba mi padre, apenas entraba le daba una palmada muy fuerte en la cola, ella primero se hacia la enojada pero lo besaba enseguida, apenas pasaba eso terminaba rápido con el desayuno y me iba al colegio.
Uno de esos días de los tantos en que se repite la misma imagen, les aviso que llegaría más temprano a casa, porque ya estaba terminando algunas clase y no tenía que cursarlas. Me habían escuchado, me di cuenta de ello, pero siguieron hablando como si nada, yo me despido y salgo para cursar.
Ese mismo día cambian las cosas, como ya les dije volvería temprano de la escuela, eso es lo que hice, entro y tiro la mochila sobre los sillones del living, no escucho el ruido de la televisión de la cocina, casi siempre encuentro a mi madre mirándola en la cocina. Voy a la cocina y mientras me acerco escucho un ruido que no llegaba a comprender de dónde provenía, era como un “plaf, plaf, plaf,plaf,..” imaginé que mi madre estaba preparando alguna comida para la noche así que no supuse otra cosa. La puerta de la cocina casi siempre se encontraba abierta, esta no era la ocasión pero tampoco me llamó la atención, muchas veces cuando prepara algo y tiene que freírlo, la cierra para que el olor no impregne el resto de la casa. Entonces tomo el picaporte y lo muevo para abrir la puerta, esperando encontrar a mi madre cocinando una rica comida, la realidad fue otra.
Apenas estoy abriendo la puerta el sonido onomatopéyico, plaf, plaf, plaf aumenta en su volumen, pero con naturalidad la termino de abrir del todo y una imagen me deja paralizado. La primera imagen es la espada de mi padre y el culo brilloso de transpiración, tenía atrapada a mi madre. Ella tenía el torso sobre la mesa, también estaba desnuda. Fueron sólo dos o tres segundos, no mucho más que eso, el sonido que hasta hacía unos segundos me intrigaba, se detiene después de dos últimos plaf, plaf, fue en ese momento en que reacciono, y me disculpo.
-Perdón, perdón,..
No podía alejar la mirada de la escena, me era imposible, era un imán que me atraía. Mis disculpas detienen a mi padre, y retira su pene de mi madre. Al sacar la pija de su agujero, me doy cuenta del tamaño del ano, era exagerado, el culo blanco resaltaba un rosado esfínter, dilatado, parecía un increíble eclipse de sol, un centro de color negro de unos cuatro centímetros, con un borde colorado. Ella también estaba toda brillosa de transpiración. Su vagina se veía toda lubricada pero cerrada. La imagen me quedó en la memoria.
Cuando mi padre lo retira, lo saca erecto y al girar me apunta con el casi señalándome. Yo trato de no mirarlo, pero él me pide disculpas, pero no lo tapa, tal vez algo normal entre varones, mi madre no hace lo mismo aunque tardo unos segundos, se incorpora y se da vuelta mientras que con un brazo tapa sus pechos, con la mano su vagina. Mi padre dice.
-Perdón, hijo, perdón, no sabíamos que ibas a llegar más temprano, perdón.
No me queda más remedio que darme vuelta, aunque mi cerebro pedía otra cosa, quería seguir viendo a mi madre expuesta, desnuda, lubricada. Ella sale caminando sin decir palabra hacia su habitación, yo vuelvo al living con mi padre a mi lado, todavía con el pene erecto, bamboleándolo por el pasillo. Ya en living me dice.
-No sabíamos hijo, perdón, pero mira como me tiene, tiene un culo hermoso, me vuelve loco.
-Está bien Pa, no pasa nada.
Me siento en el sillón del living y sigue hablando a mi lado pero de pie, el pene estaba perdiendo dureza, continuaba con buen tamaño colgando entre sus piernas, una situación no fue muy agradable para mí, pero creo que él tenía necesidad de seguir hablando.
-Vos no sé si estás de novio, pero ¿viste el culo que tiene?
-No, no me fijé en eso.
-jajaja, claro nunca le miraste el culo a mamá……, bueno, me voy a duchar
Me dejó y desapareció caminando hacia el baño, yo quedé sentado en el sillón y prendo la tv para tratar de pesar en otra cosa. No pasa un minuto que llega mi madre, ahora vestida con un short de jean y una remera blanca se podían ver sus pezones duros y oscuros, se sienta a mi lado y me dice.
-Perdón hijo, pensábamos que estábamos solos, me da mucha vergüenza
-No pasa nada, ma, casi no vi nada, igual es algo normal que pase, están casados, no soy tonto.
-Bueno, pero en la cocina, ya sabes cómo es tu padre, se vuelve loco
-Si me dijo.
-¿Qué te dijo?
-No nada.
-¿Cómo que nada?
En eso regresa de la ducha mi padre y nos dice.
-nada, nada, cosa de hombres.
-Bueno si no me cuentan, no comen
-Si es así te cuento. Le decía que me vuelve loco tu culo, que me pierde. Pero tu hijo me dijo que nunca te lo miró.
-jajaja estás loco, como le vas a decir eso y hace bien en no mirarle el culo a una vieja.
-entonces se lo vas a tener que mostrar para que sepa de que hablo, mira como me pones
Mi padre, llevaba puestos unos pantalones cortos de futbol y se lo baja un poco y saca la pija parada y se la muestra a mi madre, la sacudía como una batuta de un lado para otro.
-jajaja, estás loco, mete eso adentro, como le voy a mostrar el culo, bueno voy a la cocina para preparar algo para la noche.
Cuando ya se había ido mi madre, mi padre ya con la pija dentro del pantalón se acerca y me dice.
-tranquilo, ella no te quiere mostrar el culo pero yo me voy a encargar de que se lo veas.
-jajaja tiene razón mamá, estas re loco.
Toda esta locura se fue tranquilizando, yo no me podía sacar de la cabeza cuando mi padre penetraba por el culo a mi madre, en realidad no sabía si todo era normal, si era idea de mi padre o lo más probable de ellos dos, pero yo les sigo la corriente, si yo era un factor más en su ecuación no me iba a resistir. Ese día a la noche cenamos con normalidad y después nos fuimos a dormir, como me tenían acostumbrado, cogían y los podía escuchar, esta vez hasta con más violencia.
A la mañana voy a la cocina como todos los días para desayunar, mi madre ya estaba preparando algo en la cocina, como ya era habitual con su camisón semitransparente. Estoy sentado esperando en la mesa cuando llega mi padre, me saluda con la mano y me hace un gesto apuntando a mamá, se le arrima despacio por detrás y de repente le levanta el camisón y le deja el culo al aire. Ella sorprendida se lo baja rápido y se da vuelta.
-¿Qué haces? Estás loco, no tengo bombacha
-jajaja viste hijo que era verdad lo que te decía, tiene un culo hermoso.
Fue un flash que duro menos que un relámpago, pero fue suficiente para inundar mis retinas con esa hermosa imagen.
-Ahora te puede poner un puntaje.
-Déjalo tranquilo, se tiene ir al colegio, no quiero que se vaya con la peor imagen de mí.
-pero que lo decida él, vamos ¿Cuántos puntos le pones?
Me quedo mirando pensativo, mi cabeza funcionaba a mil, decido poner un puntaje para seguir con el juego, los miro con cara de jurado.
-10
-jajaja estás loco sos como tu padre.
-¡Que grande German! Tienes muy buen gusto igual que tu padre.
Mientras decía esto mi padre le daba unas palmaditas en la cola a mi madre, a ella parecía gustarle porque se reía, su cara era de felicidad más allá de las risas. Terminamos de desayunar y me voy a la escuela como todos los días, no podía alejar el culo de mi cabeza, se me venía la imagen una y otra vez cuando estaba en clases, en los recreos, en el transporte.
Pasaron dos o tres días con normalidad, o por lo menos con la normalidad de antes, aunque las sacudidas que se escuchaban en la cama de noche fueron disminuyendo un poco, continuaban, un día llego temprano a casa, como la vez anterior les avise que iba a llegar temprano, les mande un mensaje desde el colegio de a qué hora estaría por casa. Llego a casa a eso de las tres de la tarde y no escucho ningún ruido dentro, pienso que estoy solo, tal vez mis padres fueron para algún entrenamiento de alguna travesía. Llego al living y tiro la mochila y camino hacia la cocina, tampoco nadie, voy a la heladera para tomar alguna bebida y desde ese lado puedo ver por la ventana el fondo de casa donde hay un pequeño jardín con algunas reposeras. Me doy cuenta que no estaba solo en casa, veo que mis padres nuevamente estaban cogiendo y de igual forma a mi madre, esta vez inclinada sobre una mesa de jardín, estaba siendo sodomizada, brillaban en el sol como dos estatuas de bronce, estaban empapados en aceite de bebe, un frasco plástico sobre la mesa era la evidencia.
No sé si me habían escuchado llegar, yo supongo que me estaban esperando, sabían la hora en que llegaría y cuando lo hice lo hice haciendo ruido, pero no me importaba si ellos me querían de testigo yo lo sería y con gusto.
Me quedo mirándolos por ventana, la pija esta dura y muy roja y brillosa, siempre estando adentro, se movía hacia afuera y luego entraba, pero notaba que lo hacía con mucha violencia, mi madre con cada embestida gemía, pero los gemidos se fueron transformando en gritos. Mientras le metía el pene por el culo, ella se acariciaba el clítoris rápidamente. Estuvieron como cinco minutos en esa postura, de repente saca el pene y deja a mi vista ese oscuro agujero dilatado, la arrodilla tomándola del pelo y se lo mete en la boca, mi madre parecía que se ahogaba pero lo tragaba entero, después de un rato acaba en su boca, chorreaba por las comisuras del aboca dos hilos de leche blanca.
Terminaron y se empezaron a besar, yo camino y me alejo sigiloso de la ventana. Voy a la puerta de entrada pero ahora golpeo fuerte cuando la cierro y hago ruido cuando llego a la cocina, mientras estoy ahí aparecen los dos en traje de baño, mi padre en short y mi madre con una diminuta biquini.
-Hola hijo ¿Cómo estás? Estábamos tomando sol
-Bien, todo bien y ustedes.
-bien como vez, él mañana tiene que acompañar a unos amigos que van a una travesía por las montañas, por unos días, así que es nuestro último día juntos.
-Bueno, me ducho y los dejo solos, después me voy a jugar a la pelota.
No podía dejar de pensar que estaba hablando con casi dos actores porno, por lo que parecía mi madre disfrutaba del sexo anal más que todo, ese culo lo merecía. Mi padre me dice.
-bueno hijo yo hoy quiero aprovechar de este culito, no lo quiero extrañar mucho.
Mientras dice esto le mete la mano entre las nalgas y ella se la saca. Voy al baño y no aguanto ni dos segundos que tengo que hacerme una paja y acabar en el lavabo. Me ducho, los saludo y me voy.
Yo suponía que se excitaban cuando se sabían mirados y más por su hijo, tal vez el morbo o el romper la barrera del tabú.
El día transcurre normal, mi papá saldría al otro día muy temprano y no lo vería en el desayuno.
Cuando me levanto para desayunar ya estaba mamá en la cocina mostrando su hermoso culo con el camisón semitransparente, ahora yo tenía la ventaja de no alejar la vista hasta que se daba vueltas, estábamos solos los dos.
Estoy en el colegio y me llaman el director de la escuela, me sorprende, no sé qué pasa. Voy a averiguar.
-Hola German
-Sí ¿qué pasó?
-Mira nos llamó tu madre y nos dijo que te avisemos que tu padre tuvo un accidente y que vayas a tu casa cuanto antes. Nosotros te llevaremos así llegas más rápido.
Trato de llamar a mamá con el móvil pero no responde nadie. Estoy muy preocupado pero tomo coraje y entro a la casa. En el living está mi madre con los ojos llorosos, apenas entro viene corriendo y me abraza.
-Se mató
Me dijo con la voz entrecortada, yo no lo podía creer, fue una situación horrible, la apretaba bien fuerte para consolarla. Acá comienza otra historia.
Mi padre había muerto, un trágico accidente le quito la vida, se desprendió un pedazo de montaña y él junto a cuatro personas más perdieron la vida, una tragedia.
Pasaron los días y las semanas, quedamos los dos solos, yo ya había terminado con las clases así que pasaba todo el día con ella. Se encontraba muy deprimida, lloraba muy seguido. A la noche la escuchaba caminar por la casa, no podía dormir.
De a poco fue aceptando el duelo, se la veía más animada, desayunábamos juntos de nuevo, ella las primeras semanas aparecía con el camisón de siempre, me daba cuanta que llevaba puesta ropa interior, luego de unos días una tanga debajo sin ningún corpiño, sus pechos bailaban al ritmo de lo que preparaba para el desayuno. Cuando se apoya en la mesa para servir el amplio escote de su camisón me dejaba ver sus hermosas tetas casi por completo, los pezones eran hermosos, duros sobre sus firmes pechos.
Un día a la mañana llega más contenta a la cocina, de inmediato me doy cuenta que debajo del camisón estaba completamente desnuda, parecía que el pasado se volvía a repetir pero esta vez ya no podría pensar que era mi padre el que la obligaba, era su propia iniciativa por obvias razones.
Creo que ya empezaba a asumir la muerte de mi padre, sabía que yo la miraba aunque me esforzaba por no ser tan evidente, igual se me hacía imposible sacarle la vista de encima, sólo lo hacía cuando sabía que mi erección ella la podía notar, era la única forma de enfriar un poco la situación.
Mamá tiene la costumbre de ducharse después de desayunar, así lo hacia todos los días. Siempre salía vestida del baño pero esta vez comienza a cambiar la rutina. Sale envuelta con una toalla blanca que la cubre totalmente, para mí no era nada raro verla así, al contrario estaba más tapada de lo normal, por lo menos que cuando la veía en camisón. Yo me encontraba sentado en un sillón mirando televisión en el living, ella se sienta en la esquina del mismo.
-Hola, ¿Qué estás mirando?
-No hay nada, estoy haciendo zapping
-Si la verdad no hay nada en la tele. ¿Me puedes ayudar?
-Sí, ¿en qué´?
-me quiero pintar las uñas de los pies y siempre hago cualquier cosa.
-Bueno, pero nunca lo hice así que si te queda mal no te quejes.
-No hay problema seguro lo vas a hacer mejor que yo.
Levanta una de las piernas y la apoya sobre el sillón ofreciéndome el pie. Yo lo tomo y comienzo con el pequeño pincel a pintar sus uñas. La vista era gloriosa, en esa posición podía ver su vagina en plenitud, todo sus detalles, todos sus pliegos, una pequeña lenguita rosada asomaba entre el magnífico tajo, no existían pelos a la vista, no sabía cómo hacer para tapar mi brutal erección. Ella dominaba la situación, dominaba mi erección. Termino con un pie y levanta la otra pierna y la cruza sobre la primera, ya no veía el edén, pero creo que también lo hacía a propósito, ella sabía que hacerse desear me calentaría más. Cuando termino la tarea ella se arrima, me agradece con un beso y sale hacia su habitación con sus uñas color bermellón. Yo espero que desaparezca y salgo corriendo al baño para hacerme una paja, un abundante chorro de semen golpea en el lavamanos.
Fueron pasando los días y parecía que iba alejando la tragedia de su mente, se la veía más suelta y coqueta. Al decir verdad nunca fue de vestir de forma muy llamativa, dependía mucho de papá en la forma de vestir y usaba mucha ropa para travesías o alpinismo, pantalones holgados, camisas y chalecos con muchos bolsillos, muchas veces usaba calzas y eso era lo que mejor marcaba su redondo culo. Debes en cuando tenía alguna fiesta y se vestía como una mujer llamativa mujer, estaba para el infarto.
Me acuerdo que era un jueves a la noche ya nos habíamos acostado a dormir y una tormenta eléctrica terrible sacudida la casa por el viento, la habitación se iluminaba de un azul pálido por los relámpagos, de repente entre el ruido de la tormenta escucho una voz susurrante y no entiendo que dice, abro los ojos y veo cuando un relámpago me lo permite la figura de mi madre en las sombras, el camisón dejaba atravesar la luz que se detenía en el cuerpo desnudo, parecía de un brilloso dorado casi fosforescente. Sorprendido la escucho.
-¿Me puedo acostar a tu lado, me da miedo la tormenta?
-Sí, sí, entra
Como un pequeño cervatillo salta a la cama y se pone debajo de la sabana y me abraza por la espalda, siento el roce de sus duros pezones cuando los apoya. Me excito de inmediato, pero en esa posición no se daba cuenta. El olor a perfume del pelo era embriagante o era su perfume natural, era algo que gatilló en mi cerebro la imaginación más perversa. Creo que se durmió primero, yo tarde una hora más.
A la mañana abro los ojos y la veo sentada en la cama de espaldas estirando los brazos. Da un largo bostezo y se levanta, cuando lo hace atrapa con sus nalgas el pequeño camisón y sale caminando. Parecía que ese culo tenía vida propia, si tuviese dientes hubiera arrancado un pedazo de tela del camisón.
-Voy a la cocina a preparar el desayuno.
-Bueno, ahora voy
Todavía no podía creer con la yegua que había dormido. Voy a la cocina y está preparando el desayuno, era increíble pero la tela todavía no salía de entre sus nalgas, estaba casi desnuda.
-¿Pudiste dormir bien?
-Si gracias, si no fueses mi hijo dormiría todos los días con vos. Después de desayunar me baño y salgo para comprar ropa, antes me decía tu padre que ponerme o por lo menos lo que le gustaba a él. ¿No me quieres acompañar?
-como quieras
-Bueno, pero si te aburre decime que voy sola.
-No, no está bien te acompaño no hay problema.
-Bueno gracias hijos eres el mejor
Ella se ducha y se cambia, yo hago lo mismo y partimos hacia el centro comercial de la zona, tiene grandes patios donde varias marcas de ropa comparten el lugar.
La verdad que me aburre un poco, pero para ella parecía una nena en una juguetería, iba de un lado a otro y tomaba diferentes camisas, remeras, vestidos y polleras, me los mostraba y se los iba a probar a los vestidores de damas. Esto lamentablemente no era una película donde la ayudaba en los vestidores a probarse la ropa, fue algo más aburrido para mí.
Después se mete en un local y me obliga a entrar con ella. Era un local deportivo, en un sector vendían trajes de baño. Descuelga varios modelos y me los muestra para que elija, yo la verdad no le sabía decir, me daba lo mismo el color o los modelos. Si eran enterizos o de dos piezas. Ante mi poca definición me dijo.
-Voy a hacer una cosa llevo varios modelos como con los vestidos, igual acá los puedo cambiar o me devuelven la plata, les puedo decir que no entran y listo.
-bueno como quieras, con tiempo es mejor
Dimos algunas vueltas más y comimos algo por ahí, después regresamos a casa. Apenas pasamos la puerta de casa me dice.
-Me vas a tener que ayudar a elegir no te hagas el tonto.
-jaja ¿pero sí no me gusta nada?
-que vivo, no me hagas devolver todo
A eso de las siete de la tarde yo estaba con la computadora en mi habitación y se asoma por la puerta con los traje de baño en la mano.
-German me vas a tener que ayudar a elegir así mañana devuelvo lo que no me queda, ven a mi habitación.
-Bueno apago todo y voy
No tardo mucho y voy a su habitación, sobre la cama tiene ordena en filas y columnas como seis modelos diferentes, colores y tamaños diversos. Ella me esperaba parada a un costado con una bata blanca de tela muy fina que nunca se la había visto puesta, pero dejaba bien en claro que no llevaba nada debajo.
-¿Cuál me pruebo primero?
La miro sorprendido y se me acelera el ritmo cardiaco, parecía que el corazón se quería escapar por mi boca. No sabía por dónde empezar o con cual empezar, me decido a elegir el más recatado, era de una malla enteriza de lycra, no quería demostrarle que era un pajero.
-Esa de ahí.
-Bueno, ¿Esta de color verde?, date vuelta que me la pongo.
Me giro hacia la pared, podría haber elegido la que le colgaba un espejo, pero no quería ser tan obvio, me aguanto, sé que tengo cinco oportunidades más. El silencio resalta hasta el sonido de los elásticos cuando se la desliza por las piernas.
-Mira, date vuelta.
Giro y la veo, era algo increíble, un cuerpo espectacular, las piernas torneadas y musculosas remarcaban el culo que sobresalía de entre la malla verde flúor que llevaba metida hasta el fondo de la raya.
Perdón ahora vuelvo…
(10 minutos después)
Perdón no aguante, el recuerdo de la imagen de ese culo me obligó a una paja, disculpen.
Continúo.
El color quedó impregnado en mis retinas, pero el culo en mi cerebro. Si no era su hijo ya me hubiese tirado de cabeza para comerlo de forma salvaje. Gira y rota sobre un pie y me muestra su cuerpo perfecto. Las tetas sobresalían por los costados y marcaban sus pezones oscuros y duros. El paraíso, donde Adán se tenía que aplastar la chota con un martillo para no violar a su Eva. No sé si estaba transpirado o había acabado pero estaba todo mojado y pensar que no la podía tocar.
-¿Y te gusta?
Y que le iba a decir, lo primero que me vino a la cabeza, la nada misma. Casi la opinión de un gay.
-Mmmm, más o menos.
Qué pelotudo
-Tienes razón mejor me pruebo otra. ¿Cuál?
-Esa
Señalo con el dedo, pero tranquilamente podía usar la pija para señalar, le muestro una de color negro de dos piezas, no era la más chica, esos hilos lo dejaba para el final, pero yo pensaba que si la otra sugería está habla cuatro idiomas.
-Bueno, date vuelta.
De nuevo obedezco como un labrador ilusionado por comida. Pero cuando uno piensa que todo va sobre ruedas, la realidad golpea de la forma más dura. Cagamos llegó la abuela.
Ring, Ring, Riiiiiing, suena el timbre de calle. Volteo y mi madre se tapa con la bata que se había sacado para colocarse el biquini, nos miramos y ella recuerda.
-¡Es mamá!
Lo dijo un poco nerviosa o asustada pero me ordenó que vaya corriendo a abrir, ella conocía bien a la abuela, era un ser autoritario pero con mucha dinero, con mi padre nunca se había llevado bien, ni apareció para su velorio en parte algo de razón tenía, prácticamente él hacia el trabajo que le gustaba porque la tranquilidad económica venía de su suegra, sí, era medio paracito mi padre.
-Hola Nietito, que grande que estás
-Hola Abu.
-Decime Marta, me haces sentir más vieja de lo que soy.
-jajaja bueno, Marta
Me abrazó y apretaba mucho, era verdad que hacía mucho tiempo que no me veía, tal vez por eso la efusividad o era una vieja calentona y quería apretar a un joven, pero a mí no me desagradaba, para su edad estaba bastante bien, tenía cerca de los 55 años, se mantenía en forma, era linda por eso se casó en segundas nupcias con un viejo con plata que la dejó viuda hacía muchos años atrás, tenía varios barcos de carga que le quedaron a cargo y muchos negocios más. Cuando me apretó sentí lo que sabía de hace mucho, sus implantes mamarios, tetas grandes y duras eran su apego a una juventud perdida. El dinero mantenía su figura, cintura y buenas formas trabajadas por masajes y tratamientos de todo tipo.
Ella se iba a quedar tres días en casa, un poco para hacerle compañía a mi madre y otro poco porque estaba de paso, saldría en unos días a un viaje por África.
Apareció mi madre ya vestida normalmente, se saludaron y comenzaron a hablar como cotorras, eran imparables, cansaban, mi libido era pisada por las circunstancias, pero no tardaría mucho en despertar. Yo hacía casi tres años que no veía a mi abuela, me acordaba como era pero nunca la examine como mujer.
Ese día se pusieron al día creo que en todos los temas, a la noche durmieron las dos en la cama matrimonial de su habitación, se las escucha hablar hasta altas horas de la madrugada. Al otro día a la mañana me levanto temprano porque escucho ruido en la cocina, era mi abuela que estaba preparando el desayuno, me sorprende en cómo estaba vestida, una remera, que le había prestado mi mamá, larga que se levantaba por delante por el tamaño de sus tetas, debajo de la remera veo, cuando se agacha para agarrar algo, que llevaba una tanga metida adentro del culo, fue sólo un instante pero lo suficiente para mirarla con otros ojos.
Llega mi madre, pero no como siempre en camisón, sino vestida como para salir y se sienta a desayunar.
-Hola Ma, ¿vas a salir?
-Sí hijo tengo que pasar por unos trámites que tengo pendiente y después por el banco.
-¿Venís tarde?
-No, yo creo que a las tres o cuatro de la tarde estoy por aquí.
-Podemos aprovechar para tomar sol (dice mi abuela) ¿puedo usar a tu hijo?
-¿para qué?
-Necesito a alguien que me pase protector solar.
-No me preguntes a mí, pregúntale a él si quiere, no quiero que diga que yo lo exploto.
-jajaja ¿German me ayudas?
-Sí como no.
-¿Puedo hacer topless?
-Sí él no tiene vergüenza, yo no tengo problema.
-jajaja, pobre no lo quiero usar mucho a mi nietito, pero estoy acostumbrada a tomar sol así, hasta muchas veces voy a playas nudistas, pero no quiero asustarlo ¿Me prestas alguna tanga?
-Sí, ayer compré algunas, agarra la que más te guste, iba a devolver alguna pero no tengo tiempo.
-gracias hija, no lo voy a cansar mucho a tu hijo, un ratito para el protector y nada más.
-Bueno Ma, te lo encargo, mira que te conozco, jajaja
Yo no podía creer lo que estaba pasando, dentro de un rato iba a tocar a mi abuela, casi una desconocida y la iba a tener en tetas bajo mis manos. Fueron las dos a la habitación de mamá, después de un rato sale mi madre y se despide, mi abuela había quedado en su habitación.
-Listo German, voy y vengo, Marta está eligiendo una tanga, ayúdala con el protector, no discutas con ella, sabes cómo se pone cuando le llevas la contra.
-Listo.
Mi madre se va y yo espero que venga mi abuela sentado en el sillón del living mirando tv, pasaron unos minutos y escucho que me llama.
-¡German! ¿Me ayudas?
Miro sobre mi hombro y la veo parada bajo el dintel de la puerta del pasillo, estaba en tetas y con una tanga, que yo había descripto como unos hilos, era toda una hembra de revista, pechos firmes, sublimes, parados, redondos, duros y gigantes, dos areolas grandes y perfectamente redondas, lo encumbraban, la hermosura ya tenía otro sinónimo, era mi abuela. Se da vuelta y se va caminando, la sigo a un metro de distancia, la imagen era impactante, el culo sólo cubierto por la tira de lycra negra que iba a estrenar mi mamá, la verdad nunca me podría quejar por el cambio. El cuerpo parecía de una mujer de 30, el bótox y las cirugías estéticas en su cara delataban su edad, tal vez por ser excesivas.
Sale al jardín y se recuesta boca abajo sobre una reposera y me da en pomo de protector solar.
-Bueno, German estoy en tus manos.
Me pongo crema en las manos y comienzo por su espalda, rápidamente comienza a brillar en el sol como una estatua de bronce, ella llevaba un color bronceado siempre, pasaba la mayor parte del año en balnearios por el mundo, no tenía una marca en el cuerpo de haber usado algún tipo de traje de baño alguna vez. Termino con la espalda y bajo a sus piernas, las barro desde los pies hasta el culo, que no quería tocar.
-la cola también, no quiero que se me pele con el sol, ahora si te da asco me paso yo.
-Como me va a dar asco Abu.
-ya te dije, Marta, jajaja
-Uy perdón, la costumbre.
Enseguida empiezo a manosear el culo, era duro, firme, lo masajeo con las dos manos, trataba de separar esos hermosos cachetes, quería ver más y algo más llegaba a ver, la tira de la tanga dividía en dos parte exactas el asterisco que dibujaban los pliegos del ano, un esfínter magnífico que por su color delataba que siempre le llegaba el sol, era hermoso.
No había terminado, o había perdido la noción del tiempo y ella se empieza a dar vuelta y queda boca arriba, ahora sus tetas eran mías y empiezo por ellas, no podía creer lo que estaba tocando, mis manos se deslizaban en círculos sin resistencia, pegaban un salto en sus pezones que estaban tiesos. Cuando dejo a sus mellizas brillosas como la cabeza de un pelado, no me queda otra que bajar a su abdomen y terminar con sus piernas.
-Parece que te excité, jajaja
Dice eso y me aprieta la pija con su mano sobre el short que llevaba, la tenía parada, durísima, yo ya no me daba cuenta.
-Perdón, Marta pero no aguanté
-jajaja, está bien, no tengas vergüenza, a mí me pasa lo mismo, le moje toda la tanga a tu mamá, no la va a poder cambiar, jajaja. Ya que estás excitado, me quieres hacer un favor.
-Sí, como no
-Pero no le dices nada a tu mamá
-No hay problema, lo juro ¿Qué quieres?
-Mira me puedes acabar en la cara, hay un tratamiento facial para rejuvenecer donde usan semen de hombre y es una lástima que lo tires.
-Sí, sí, no hay problema Abu, pero no te va a dar asco.
-jajaja ¿Cómo me va a dar asco German? No eres un desconocido, al contrario sería como si me tiraras en la cara a mis bisnietos, ves queda todo en familia.
-jajaja, bueno.
Yo no lo podía creer, estaba en el cielo y encima había ganado la lotería. Ella acomoda su cara esperando la descarga, yo saco el pene y empiezo con una paja a cinco centímetros de su cara.
-Mnnn. Que grande lo tienes, mejor cierro los ojos y no me tiento que sino te lo voy a terminar comiendo.
Apenas terminó de decir eso acabe sobre su nariz, dos sacudidas más y otro chorro golpea sus ojos, quedo seco. Ella empieza con sus manos a desparramar el semen por su cara, cuando llegaba a su boca pasaba la lengua. Fui enfundando la pija en el pantalón y ella queda como dormida tomando sol.
-Gracias German, eres muy bueno.
Termina de decir eso y la dejo, tengo que ir al baño y hacerme otra paja, aunque ya no saldría nada.
Siguió tomando sol hasta la tarde, yo no podía alejar la vista de mi abuela, de vez en cuando pasaba caminando cerca o le ofrecía agua. A eso de las tres de la tarde llega mi madre.
-Hola ¿Cómo pasaron el día?
-bien todo bien
-sí, mi nietito es un amor
-Me alegro, no me acordaba que las tenías tan grandes, jajaja ¿también le pasó crema?
-Sí pero es todo un caballero tu hijo, lo hizo como todo un profesional
-jajaja ves como cuida a la abuela y a su madre la deja de lado, como son los hijos.
-porque no me lo pedís como la abuela.
-Dale hija, acompáñame a tomar sol
-me cambio y vuelvo.
Se fue corriendo a cambiar y volvió enseguida, traía el traje de baño enterizo que se había probado, el verde flúor, pensaba que se pondría otro de dos piezas pero no.
-Hija ¿pensaba que ibas a hacer topless?
-No me da vergüenza
-De lo que te pierdes, toma German pásale protector está muy blanca y se va a poner colorada
Me alcanza el protector y mi madre se acuesta en otra reposera, el culo en el sol era hermoso, era poético, parecía una estatua de mármol de Bernini, sólo le faltaba hablar, una obra de arte. Empiezo por su espalda y sigo por sus piernas, el postre era para lo último, cuando por fin llego al culo como al de mi abuela repito los movimientos, los glúteos eran firmes pero no tan duros como los de Marta, los separo y me sorprende la diferencia, del ano se veían los costados pero estos no eran rugosos era una piel rosada y lisa, que rápidamente se convertía en agujero, no era un esfínter cerrado se lo notaba abierto, pero la tela censuraba la vista. Se da vueltas paro no queda en tetas, le paso por delante la crema y me acuesto a un costado para acompañarlas.
-Viste que mano que tiene tu hijo, ¿te gusta el culo que tiene tu madre? A tu padre lo volvía loco.
-Sí es muy lindo.
-Te acuerdas hija como ponías a tu padrastro, si no hubieses sido mi hija seguro que pagaba por tenerlo ese viejo degenerado.
-¡Ay mamá!, jajajaja que va a pensar German.
-Ya dijo que le gusta tu culo, son todos los hombres iguales. Lástima que no quedo más de una crema rejuvenecedora que me pasé en la cara, cierto German
-Sí, si lástima que se acabó
Vieja puta, era más que calentona, me quería excitar delante de mi mamá. Tomaron sol y siguieron hablando, después de unas horas ya conocía todos los detalles de las tetas de mi abuela, conocía cada puntada en las areolas de sus pezones por donde metieron las prótesis.
El día continúo con normalidad cenamos y ellas hablaban de África y que nos quería regalar un viaje por el mundo. Ella se iría al otro día a media mañana, nos quedamos hablando hasta la una de la mañana y nos fuimos a dormir. Yo esperaba una noche tranquila, las escucho que hablaban y se reían en su habitación, no se entendía que se decían, después de un rato se escucha silencio y un pequeña golpe con el respaldo de la cama contra la pared, no me llamo la atención. Creo que pasaron unos diez minutos y otro golpe un poco más fuerte, y unas risas y un shiiii de mi madre, al rato, otro ¡pum! contra la pared. Pasaron unos minutos y los golpes eran más frecuentes y repetitivos y empiezo a escuchar gemidos, fuertes y hablan pero no entiendo que dicen. Apoyo la oreja en la pared y escucho.
-Dale, dale no seas tonta que te gusta.
-shiiii, habla bajo, hahhahah
-toma muerde esto
-hahahaha….hhahahha..hah-ha-ha-ha-ha-aahhhh
De fondo escucha un ruido, plaf, plaf, plaf, plaf,. …me hacía acordar a mi padre en sus maratones con mamá plaf
Estuvieron como dos horas así, después se durmieron. No sé qué hicieron, si fuera ciego diría que estuvieron cogiendo toda la noche, pero no lo podía creer.
A la mañana nos encontramos en la cocina para desayunar ellas ya estaban cambiadas, mi madre iba a acompañar a mi abuela al centro comercial y después de ahí se iría al aeropuerto, así que desayunamos y me despide, me da un largo beso y me susurra al oído.
-Cuídala mucho, te encargo ese culito.
Era como si me hubiese otorgado la llave de la ciudad, me sentía el dueño de los placeres de mi mamá.
Mi madre regresó como a las cinco de la tarde siempre tardan en salir los vuelos, estaba cansada.
-Hola, hijo me ducho y después comemos algo, no comí nada en todo el día
Se ducha y regresa, vuelve con el camisón de siempre y nuevamente no lleva nada debajo, hace la comida y comemos, cuando estamos en eso me comenta.
-no pude probarme los trajes de baño, mañana a la mañana seguimos después del desayuno, ok, así después tomamos sol.
Casi no pude dormir pensando en el otro día, a la mañana desayunamos y se fue a duchar, vuelve envuelta en una toalla y me invita a su habitación.
Cuando entro siento su olor a perfume, tenía como el otro día ordenado los trajes sobre la cama.
-¿Empiezo por este? Date vuelta
Elige un conjunto de dos piezas, no muy chico pero cuando se lo pone la cola sobresalía. Hizo lo mismo con todos los conjuntos, yo obedecía y miraba para otro lado cuando estaba desnuda. Ella estaba espectacular, cualquier cosa le quedaba bien.
-Bien ¿Cuál eliges?
-Mmmmmm, ese
Le señalo el más chico
-bueno me pongo ese y vamos a tomar sol.
Yo me cambio de ropa, me pongo un short y quedo sin nada arriba, voy al patio y la espero.
Cuando llega la miro y trae el protector solar en las manos.
-¿Me pones?
No dije nada, sólo destape el pomo obedeciendo. Se recuesta y le acaricio todo el cuerpo especialmente el culo. Cuando se da vuelta le pregunto.
-¿Por qué no haces topless?
-yo por mi no tengo problema pero no quiero que te enojes si me ves de esa forma.
-¿Cómo me voy a enojar?
-Bueno mejor así no me van a quedar marcas.
Se pone de pie y queda en tetas y se vuelve a acostar boca arriba, para esperar el protector. Yo la miro, ella cierra los ojos, me dejaba que mire todos sus detalles. Pongo crema en las manos y empiezo a masajearle las tetas, a diferencia de las mellizas de mi abuela estas eran naturales, duras y blandas a la vez, podía sentir cada protuberancia de sus pezones, eran hermosas, una tonalidad clara de nunca haber tocado el sol, parecía una adolecente. No me quedaba otra, tuve que terminar y me acuesto a su lado, comenzamos a hablar.
-¿Siempre fue así la abuela?
-Ahora está más tranquila, cuando yo era adolecente después de morir papá, se había liberado del todo, andaba todo el día desnuda por casa, cuando venía algún repartidor o alguien de mantenimiento se las arreglaba para que la vean desnuda, era muy caliente, después se calmó cuando conoció a mi padrastro.
-¿Cuál el degenerado?
-Sí, era un hombre de mundo y mucha plata, por eso lo eligió, le daba todos los gustos conocieron todo el mundo, eran tal para cual, tenían las mismas costumbres, igual que ella le gustaba estar desnudo por la casa, al principio ella no quería que anduviese así delante de mí y se peleaban, pero al tiempo se fue haciendo natural, fuimos a playas nudistas pero nunca le di el gusto de estar desnuda delante de él, eso lo enfurecía pero en el medio estaba mi madre.
-¿Pero te molesta estar desnuda delante mío?
-jajaja no, delante tuyo estaría todo el día desnuda. No le quería dar el gusto a mi padrastro era un viejo sucio. Siempre con ese pene depilado colgando delante de mí. Me sentía contenta cuando se peleaba con la abuela porque desaparecía unos meses de casa y nos quedábamos las dos solas.
-Ayer las escuche a la noche en la cama.
-¿Qué escuchaste?
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