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Me pareció oír como unos golpecitos suaves, pero estaba tan cansado que no tenía fuerzas ni para pensar, seguí durmiendo. Cuando de pronto oigo que me zarandean llamándome, yo estaba completamente desnudo y boca abajo. Me incorpore un poco, era mi tía, que me decía que me levantara rápido, que me pusiera algo y la acompañase rápido, me asusto verla así, peque un bote de la cama y me puse unos pantalones cortos nada más.
Mi tía ya iba con paso acelerado cuando yo salía de la habitación, ya bajaba las escaleras. Cuando la logro alcanzar la pregunto qué sucede, ella solo estira un brazo y señala con su dedo.
-¿No me dijiste que no me preocupara que tú te encargabas de todo?
-Discúlpame, creía que se habían ido a dormir, seguro que volvieron a bajar.
-Joder Carlos no me mientas, que me jode mucho. Estos llevan ahí toda la noche y mira que porquería. (Volviendo a señalar, los vómitos. Que había por todos los sitios hasta en la cristalera, por paredes, suelo…)
No te quedes callado di algo.
-¿Qué quieres que diga de estos dos cerdos? Lo único que puedo decir es que te vayas para adentro, que ya los despierto yo y limpio todo este desaguisado.
-Lo que más me fastidia es que en vez de mandarlos a dormir, te fuiste con alguna de las dos guarras y pasaste de esto.
-Que no, que me entro el sueño y solo fue eso…
-CARLOS JODER… que no me mientas, si cuando he entrado en la habitación olía a perfume y lo que no era perfume.
Si decir nada más, porque no sabía que decir, me dirigí a ellos y los desperté con muy mala leche, les costó levantarse, Dios sabe lo que bebieron. Fueron dando tumbos en dirección a sus habitaciones. Los fui vigilando, no fuera que vomitaran dentro.
Me fui a recoger los utensilios para limpiar todo. Natalia que me vio, me dijo que ya lo hacia ella. Yo la dije que no, cogiendo todo y saliendo a donde estaba el desastre. También puse la manguera, la prepare para cuando terminara de limpiar todo dar un manguerazo.
Empecé por las cristaleras, madre mía que pestazo y pensé que era imposible que dos seres humanos fueran capaces de semejante guarrada.
Hay estaba yo, sin desayunar, enfadada mi tía, un follón. Oí voces de varias personas, pero hablaban tan bajito que no distinguía quienes eran. Hasta que llegaron allí, eran todas las mujeres de la cena, que cuando subieron los maridos se tuvieron que bajar y Nani al oír el bullicio bajo también. Se quedaron todas estupefactas y ante el enfado de mi tía, solo se les oía pedir perdón una y otra vez a Mónica y Rocío.
Yo seguía a lo mío, oía como seguían hablando mientras se marchaban. Apareció a los 5 minutos Rocío nuevamente, sin decir nada se puso a limpiar conmigo.
-Además de no valer para nada, unos guarros. (Dijo Rocío)
-Gracias (Me hizo reír)
-Venga no le des más vueltas que lo limpiamos rápidamente.
-Pues no te mirare y así no me distraeré.
-Pues no mires, jajaja.
Lo cierto es que verla ayudándome y como iba, me relajaron y el enfado empezó a remitir. Llevaba un pantalón de los que dicen de mezclilla y una camiseta, que dejaban poco a la imaginación, por lo menos a la mía.
Ya estaba todo limpio, iba a dar un agua con la manguera para que se disipara un poco el olor. Cuando está casi terminando, no me pude resistir y moje a Rocío, la puse bien de agua. Eso hizo que los pezones se trasparentaban, ella se hizo la enfadada, pero sus ojos y su cara decían otra cosa. Viendo el “peligro”, la dije que era mejor que se fuera, ella puso cara de niña mala y me hizo burla sacándome la lengua y se fue.
Una vez terminado todo, recogí las cosas y las guarde. Salió mi tía, lo vio todo limpio y recogido, yo esperaba que ya se tranquilizase todo, pero vi que no era así, solo me dijo que después de que desayunara y me vistiera, hablaríamos. El tono de voz y su cara no presagiaban nada bueno, era la misma cara de mi madre cuando me va a soltar un discursito. Cuando iba hacia el interior de la casa con mi tía, en la terraza desayunando estaban Mónica, que ni se ofreció a ayudarme y el marido de Rocío. Que encima se lo tomaba a cachondeo y no paraba de reírse. Lo que hizo que me volviera el cabreo y cuando le iba a decir una cosa, me agarro mi tía del brazo y apretándome, me dijo… “venga vete a cambiar y dúchate, que después de limpiar todo eso, llevaras el olor metido”
Me fui subiendo las escaleras de dos en dos, porque con el mi tía estaba hablando en plan tranquilo. Entre en mi habitación cerré la puerta de golpe y puse el pestillo, por si se le ocurría a mi tía venir, porque prefería calmarme antes.
Me desnude y me fui para el baño, cuando…. SORPRESA. Estaba Rocío totalmente desnuda, apoyada en el mueble del lavabo, mirándome a través del espejo, con una sonrisa perversa me dijo…
-¿No quieres “vengarte” con este culito, de lo que hizo el cabrón de mi marido? (Esto lo decía moviendo el culo, de una manera más que provocativa y nada nerviosa como la noche anterior)
-No entiendo cómo puedes estar con ese gilipollas. (La dije mordisqueándola el hombro, mirándola a sus ojos a través del espejo)
-Cosas de la vida, que ahora precisamente no quiero hablar. No perdamos el tiempo que no lo tenemos.
-Primero déjame ducharme.
-Déjate ahora de duchas. (Agarrando mi polla totalmente dura, como una piedra y colocándosela por detrás entre sus piernas)
Yo seguía mordisqueándola, chupándola, lamiéndola, los hombros el cuello, los lóbulos de la oreja, no dejaba nada sin lamer. Ella se contoneaba, de tal manera que me estaba haciendo una paja así. Mi polla se iba mojando de sus líquidos, nos mirábamos por el espejo, ella su cara era de vicio total. No era como anoche, no estaba nada cortada, controlaba todo. Una delicia.
-No entiendo con lo que disfrutas, que nunca le pusieras los cuernos a ese. (Agachándome un poco y colocando mi polla en la entrada de su coñito, sin metérsela del todo)
-En pensamientos siempre he sido muy puta, pero nunca me atreví, pero sabía que el día que diera el paso… Ahora soy la más PUTA. (Decía con voz totalmente excitada)
-Yo te ayudare.
-Pues no sé qué mierdas estas esperando, para metérmela hasta los huevos.
-Traaaaanquila, todo llega.
-¡METELA YA! (Ella empujaba hacia atrás para metérsela)
Cuando la note lo suficiente cachonda y viendo su cara, se la metí toda dentro. Abrió los ojos a tope y mirándome…
-BUUUAAAAUUUUU, como me llena, joder que delicioso. (Sin parar de moverse)
-Que bien que te mueves, me encanta y tu culito me volvió loco ayer, no creía que te entrara todo.
-Pues que sepas que llevaba muchiiiiisimo tiempo sin tener nada dentro, porque solo me dan por culo si estoy muy caliente, sino no hay manera, como te imaginaras… el cabrón no me pone ni tibia.
-Que bien te entra, es un gustazo, como se nota apretada dentro de ti.
-No te corras dentro de mí que nos “perdemos”.
-Donde quieres que me corra, la putita elige.
-De putita nada, PUTA, tu PUTA. (Eso me puso más bruto, lo que hizo que la diera más fuerte) Así, así, ahora no te pares, empótrame bien, SI, SI, SIIIIIIIIII (Corriéndose, clavando su culo hacia atrás de una manera salvaje)
Se quedó con la cabeza gacha, moviéndose suavemente, solo se la oía muy bajito algo como… uuuuhhhhmmmmm uuuffffffffff. El saque, me quería follar su culito otra vez, pero se giró…
-Te prometo que antes de irme me lo follaras, pero ahora no hay tiempo y además quiero tragarme tu lefa.
Se puso de cuclillas y empezó una de las mejores mamadas que me hicieron nunca, pasaba como con su culo, era increíble que le entrara tanto. Yo creía que tardaría en correrme, pero solo de verla me ponía cachondísimo, sabía que así no duraría mucho y me deje llevar. Corriéndome y agarrándola la cabeza, se lo trago todo, luego veía como con la lengua me relamía bien.
-Tío, que cantidad. Ni en las pelis porno vi cosa igual, que gustazo. Me he vuelto a poner caliente total otra vez.
-Pues ya sabes… si necesitas más…
-Jajaja… tú sigue pervirtiéndome.
-¿Yoooo?
-Jajaja, bueno me voy…
Se fue me duche, cuando me caía el agua, mi cabeza no sé porque, me hizo pensar en la cara de mi tía, estaba claro que todo se podía complicar muchísimo. El piso estaba prácticamente habitable ya, solo faltaban los muebles, la cocina ya estaba montada al completo. En ese momento lo decidí, como la cama estaba a punto de llegar, en el momento que llegara me iría al piso. Esto se me había escapado de las manos. Al final perjudicaría a mi tía, a sus amistades… No fue buscado, pero yo pensé más con la cabeza de abajo que con la de arriba.
La realidad que lo sucedido con esos dos hubiera sucedido igual. Nadie lo hubiera podido evitar. Salí arreglado y me dirigí a la cocina para desayunar algo, que después de este despertar, la verdad que tenía hambre.
Cuando llegue a la cocina la única que estaba era Natalia. Antes de poder decir nada, me hablo ella.
-Están todos en la terraza esperando.
-Vaya mierda, me van a dar el desayuno.
-Esta todo más calmado.
-Gracias por animar, pero ver el careto de esos dos la verdad que no me hace nada de gracia. Pero vamos a ver qué pasa.
-Y gracias por limpiar todo, que a mí se me hubiera puesto el cuerpo fatal.
-No tienes que darme las gracias.
Cuando me fui acercando oía hasta alguna risa. Sí que había cambiado el “cuento”, pensé. Detrás de mi venia Natalia con mi tazón grande, la leche y cereales. A punto de llegar la pregunte que para quien era eso, diciéndome ella que para mí. No sabía lo de los cereales, si no me gustaban, pero para no liar más las cosas, no dije nada, ya me los comería.
Cuando llegue todos se quedaron callados. Mi tía me indico que me sentara en el sitio que había vacío a su lado. Salude a todos pero en especial a Salva, ya que cuando me subí él no estaba.
SALVA-Carlos de verdad, discúlpame por todo lo sucedido, que ya me conto Mónica y la verdad estoy muy avergonzado, discúlpame, ha sido una falta de respeto que nadie se merecía, sobre todo por tu tía y por ti.
YO-Por mi esta todo olvidado (Desde luego Salva con sus meteduras de pata, no era mal tipo)
DANIEL-Coño, ¿Me tengo que poner de rodillas?
Las mujeres y Salva le miraron con cara de enfado. Mi tía me agarro el muslo, para que no dijera nada, la verdad que estaba removiendo los cereales en la leche y me estaba sonriendo, pensando en su mujer, que se aguantaba la risa cuando me miraba.
DANIEL-¿Y ahora de que te ríes?
YO-¿Me dices a mí?
DANIEL-Si claro, no va a ser a mi padre.
YO-De la vida. De la ducha tan reparadora que me he dado. Del sol que hace hoy. De este tazón de leche que me estoy tomando tan bueno…
SALVA-Daniel se acabó el tema ya. Porque si hubiera sido yo, no sería tan prudente como está siendo él.
YO-Tía ahora me iré para ver si está todo bien en el piso.
LUCIA-¿No puede ser mañana? Así te podré acompañar.
YO-No hace falta, así me distraigo.
ROCIO-No te preocupes Lucia que lo lleva Daniel.
DANIEL-A mí no me líes, llévalo tu si quieres, no te jode con la tía.
ROCIO-Carlos yo te bajare, bueno si te fías de mí conduciendo.
YO-Por mi sin problemas, gracias.
LUCIA-Bueno pues ya está, gracias Rocío. Pero Carlos antes de irte quiero hablar un minuto contigo.
YO-Cuando digas tu tía.
Además de borde, Daniel era el tío más cretino que había conocido, se creía alguien y no tenía ni media guantada. Me levante cogí la bandeja de mi desayuno y la lleve a la cocina, cuando llegue estaba mi tía y me dijo que la acompañara para hablar un momento que sería breve. La seguí a un cuarto de estar que hay en la planta baja, cuando llegamos cerró la puerta y…
-Todo esto ha ocurrido por no hacerme caso. Mira que te lo dije. Pero nada tú solo pensabas en lo que pensabas, ya me dirás cuál ha sido la gua... (Se quedó a medias de la palabra) que te llevaste a la habitación. Que has convertido esta casa en un picadero. Bueno en un picadero no, en tu picadero. (Hablaba en un tono bajo, que me disgustaba un montón, el sermón que me estaba dando era infumable, así que decidí cortarla)
-Para, para, que voy a decir yo un par de cositas. Mira lo ocurrido con esos dos borrachos hubiera ocurrido igual, nadie lo hubiera podido evitar, sino dime tú, ¿Por qué te encerraste a cal y canto? Te responderé yo que no hace falta que tú lo hagas. Porque los conoces mejor que yo y sabes que igual que el otro día, se ponen hasta el culo de alcohol. Y la próxima cena que hagáis donde sea, volverá a suceder. Por lo que no me siento culpable, ni tengo remordimientos. Sobre tus amigas, si es cierto y que quede entre nosotros, entro Mónica pasadita de copas, pero la lleve a su habitación y ahí acabo todo. Y para que no me des más sermones morales y que me los des tú… en el momento que llegue la cama, como muy tarde, me marcho y voy a mirarlo hoy, porque dijeron que eso estaría muy rápido, porque si lo siguen retrasando, me bajo y uso un saco de dormir. ¿Algo más?
-NO (Dijo toda cortada.
Quería mucho a mi tía pero los sermones morales, como que me fastidian. Me salí fuera y ya estaban los dos con una copa en la mano, eso es bien tempranito a darle al codo. Cuando me vieron, yo veía a Daniel que por lo bajito le decía a Salva algo, este ponía mala cara. Cuando apareció Rocío, que yo esperaba que bajara espectacular, bajo vestida de lo más discreto, con un vestido que la llegaba hasta los tobillos. El marido dijo, Carlos hay tienes a tu taxista, jajaja.
Que imbécil que era el tío, pero ya me reiría yo. Rocío no hizo ni caso, se fue camino a su coche y yo fui detrás. Nos montamos, íbamos en silencio y no me pude aguantar más…
-Como aguantas a ese cretino integral.
-Ya te dije que cosas de la vida. Y por favor no me lo preguntes más.
-Bueno pues permíteme no entender como follas con él.
-¿Quién te ha dicho que follo con él? Hace ya casi dos años, que no tengo nada con él, ni con nadie, hasta aparecer tú. Al machito no se le levanta y además llega todas la noches, pedo total. Pero no estropeemos el momento hablando de él.
-Tienes razón.
Fuimos el resto del camino hablando de todo un poco, era más simpática de lo que yo creía. Ella de vez en cuando repetía una y otra vez, que no se creía que se hubiera liado con un chico de 18 años, que en la vida lo hubiera pensado, porque además no le atraían tan jóvenes.
Llegamos al piso, solo estaba un carpintero, rematando las puertas, ya apenas quedaba olor a la pintura. La cocina estaba entera, todo muy bien. Pasamos dentro y mientras le enseñaba la casa, había unas cajas que llegaron por mensajería. Nadie me había dicho nada, era toda la habitación de estudio, que la había comprado por internet. Ya solo faltaba la cama, esto lo dije en alto y Rocío que se pegó a mi espalda, paso sus manos abrazándome y tocando mi polla por encima del pantalón y me dijo…
-Prométeme que la cama la estrenaras conmigo.
-(Riéndome) Nunca hago promesas que sabía que eran de difícil cumplimiento.
-Jajaja
-Pero ahora le digo que se vaya a tomar algo y ya verás…
-No, no, noooooo.
-¿Por? ¿Es que no te apetece?
-Muchísimo, pero lo quiero más morboso y ya lo tengo pensado, esta tarde todas las mujeres nos vamos de compra, pero… yo me quedare, ya te contare más.
-Me fio de ti, pero ya sabes lo que me prometiste.
Puso el culo medio en pompa, se levantó la falda y se dio un azote en una nalga, me saco la lengua y se fue rápido hacia la puerta. Cuando nos íbamos a ir, el carpintero me dijo que cuando acabara, la llave donde la dejaba, no sabía que decir porque para eso estaba el de la reforma, cogí la llave y le indique que cuando acabara la cerrara y ya estaba.
Como vi que no se quedaría nadie, la cama lo mismo llegaba y no había nadie, por lo que sin cortarme, toque el timbre de la vecina, salió la hija y… joder con la niña, salía con ropa cómoda de estar por casa, en concreto con una camiseta de manga corta que la llegaba por el muslo, sujetador no llevaba, porque se notaba, rápido la pregunte por su madre, me sonrió y llamo a la madre en alto, apareció la madre, que también iba cómoda, le solté todo el rollo, vamos resumiendo, que si se podía quedar la llave que traerían varias cosas y… ella rápidamente y muy amable me dijo que sí, me despedí y me fui.
Nada más irnos, en el ascensor después de morrearnos bien, cuando salimos a la calle, Rocío me dijo…
-Cuanto “peligro” con esas dos. Jajaja.
-Porque seréis tan mal pensadas las mujeres.
-¿Qué años tiene la hija 18?
-Sí, creo que sí.
-Pues dos de 18, las hormonas en ebullición, una “explosión”. Y la madre si no es tonta como yo…
-Jajaja, que “borde” que eres.
Nos fuimos en el coche a la tienda de las camas, una tienda especializada en camas grandes que me llevo mi tía. Nada más verme entrar el de la tienda, se acercó a mí, diciéndome que aunque era agosto, le acababa de llegar lo que faltaba. Que mañana por la mañana casi seguro que estaba allí. Le dije que si no había nadie, que llamara a la vecina que abriría ella la puerta. Me señalo con un dedo y vi que lo estaban embalando todo, desde sabanas, almohadas… Ya me quede más tranquilo.
No me dejo en el coche ni a la ida ni a la vuelta, que me sobrepasara ni una sola vez. Llegamos, a mi tía se le quedo la cara más tranquila al vernos y más cuando supo que habíamos ido también a la tienda de las camas.
-¿Pasa algo tía? Que te he visto algo raro.
-Que no me fiaba ni de ella ni de ti.
-Ya te vale…
Me cambie y me fui a la piscina, me metí en el agua. Al rato llego Rocío, que para dejar la toalla, me mostro todo el culo, yo sabía que lo hacía para provocarme. Se metió en el agua, yo me quede en el borde de la piscina mirando hacia afuera, para no dar importancia a que Rocío se había tirado al agua. Vino nadando y se puso también apoyada en el borde.
-Escúchame bien. Tienes que lograr que después de comer, se ponga mi marido en una de las dos terrazas, me da igual que sea la del gimnasio o la del cuarto de estar.
-Y luego tú dices que las demás tienen “peligro”.
Ella se salió a tumbarse al sol, pero yo seguí en la piscina. Llego mi tía con Mónica y se pusieron junto a Rocío. Yo no podía escuchar lo que decían, así que seguí nadando, cuando noto por el ruido que alguien se tiró al agua, me giro y veo a Mónica, que viene muy lanzada hacia mí.
-Estoy enfadada ya no quieres saber nada de mí.
-Eso te lo dices tú solita.
-Que sepas que me encanto lo de anoche, aunque se puede mejorar mucho.
-¿SIIII? No me digas.
-Me supo a poco. Además me dejo impresionada la fantasía de Rocío, le he dado vueltas y…. uuufff, como se puso. Yo es que nunca lo hice por detrás. Ya que teníamos poco tiempo y además había que compartir. Pero esta noche, podíamos… tu y yo solos, ya me entiendes.
-Te entiendo perfectamente, pero ya te digo que NO.
-¿Y es corte que me acabas de dar?
-Esta mañana ni hiciste el amago de ayudarme con todo el follón y luego estuviste mudita.
-Jo, no te enfades, no te pongas así, perdóname.
-Ya no estoy enfadado ni tengo nada que perdonar, paso y ya está. Cada uno es dueño de sus actos.
-Venga, sonríe, dime que puedo hacer para que se te pase todo y esta noche lo hare.
-Mira Mónica, para no andar más con rodeos, no estoy enfadado contigo. Y si quieres algo lo tienes muy pero que muy fácil. Que me lo pida tu marido. (Ella no sabía que yo jugaba con la ventaja de haberlos oído)
-¿Te has vuelto loco? ¿Qué quieres que mi marido se divorcie de mí?
-Tú misma, ningún problema.
Yo me puse a nadar tranquilamente, no la veía pero sabía que estaba dándole vueltas a la cabeza. Cuando me gire nadando, la vi quieta mirando y me imagino que pensando.
-Carlos, para un momento.
-Dime.
-Y si te dijera que seguro que a Salva no le importaría. ¿Qué me dirías?
-Que no es verdad, porque si lo fuera, no existiría ningún problema y no me hubieras dicho lo de mi locura, el divorcio…
-Me fio de ti y solo te diré que somos una pareja “especial” (acompañando estas últimas palabras, haciendo un gesto de comillas con las dos manos)
-Si sois tan especiales… pues mucho mejor no tendría que existir ningún problema, te vuelvo a repetir.
-Es que a él le gusta mirar, sin que nadie se dé cuenta. Aunque ya estamos muy desanimados porque la gente se corta, bueno los jóvenes.
-Ah, ya. ¿Y a ti que te gusta?
-Que no me anden pidiendo permiso para hacer nada, que sean un poquito duros, que sepan controlar la situación, que me digan cosas…. ¿ya me entiendes?, lo mismo eres demasiado joven para comprenderlo.
-Voy a intentar comprenderlo, no sé si lo he pillado. Entiendo que si lo que me dices es cierto, que te “usen” para que disfrutes, de poquitos duros nada, que sean bien duros y a ser posible que te dejen el culo bien duro, de controlar la situación tampoco nada, que te dominen bien dominada. Que te digan todas las guarradas del mundo. Se me olvidaba y si es cierto lo de tu marido, que lo dudo, verte y oírte. Resumiendo que de ser todo así, sois un cornudo consentido, que no hay nada malo en serlo y tu una buena PUTA.
¿El jovencito lo entendió bien o se equivocó?
-Me has dejado sin palabras.
-Pues la pregunta fue clarita.
-Vale, SI, acertaste en todo. Es que tanto tiempo casado llega la monotonía…
-Ya me gustaría creerte, pero no son demasiadas dudas. No veo a tu marido por esos derroteros. Estaría bien, pero no lo veo. Y te dejo que si sigo más tiempo en el agua al final me saldrán aletas. (Saliéndome del agua)
Ella se quedó dentro del agua y yo me acerque a mi tía y a Rocío. Por lo que se ve Rocío le conto a mi tía, que la cama la mandaban ya mismo. Porque cuando me acerque mi tía me dijo, que no era necesario irse al piso sin estar con todas las comodidades. Yo simplemente me encogí de hombros y la dije que yo me adaptaba a todo. Aproveche y la pregunte si podía usar el estudio del tío para preparar unas cosas de la universidad y como es en el único sitio que hay ordenador. Mi tía con voz paternalista, me dijo que no tenía que pedir permiso, que lo que había en la casa era mío también. Así que me fui a cambiar.
Mi intención como no podía ser otra era tratar de saber si Mónica y Salva hablarían de algo, aunque me costaba creer que ella le dijera nada de lo pasado la noche anterior, eso sí tocaban el tema. Me cambie rápido y estaba pendiente de todo, prepare documentación de la universidad, unas carpetas… Veía a Mónica de pie charlando con todos, algo le dijo al marido, o eso me pareció, ella se dirigió al interior de la casa y yo rápidamente fui al estudio.
Conecte todo y allí estaba preparado, nervioso y con el pulso acelerado. Se oye la puerta, distintos sonidos y al rato, se oye muy débil, la ducha. Después de unos 5 ó 10 minutos máximo, se oye la puerta y la voz de Salva…
-Mónica ya estoy aquí, ¿Qué quieres?
-Espera un segundo que salgo de la ducha.
-Venga, mujer, que pasa que no podías esperar.
-Amorcito, cariñito, mi pequeñín travieso… (Todo con voz de niña pequeñita, mimosa)
-Que hiciste o que quieres hacer, que cuando te pones así tiemblo.
-Si te cuento algo, ¿no te enfadaras?
-Venga Moni, que ya no eres una niña pequeña, suéltalo.
-Ayer noche, tontee con Carlos, pero cumplí con lo que te prometí, solo tontee. En ese tonteo se la toque y no veas lo que tiene el niño. Algo exagerado de larga y gorda, nunca vimos un nabo así, por lo menos yo. Solo de pensarlo me pongo cachonda pérdida, mira compruébalo.
-Sí que estas mojada. Me nuda puta esta echa. Sigue contándome.
-Pero lo hare con dos condiciones. Si no, me callo.
-Venga, que no me enfado.
-Prométeme que lo aceptaras.
-Vaaaaale.
-Cómeme el coño mientras te lo cuento.
Uuuhhhmmmm, así cornudito, así.
Pues estuvimos tonteando, lo estuve provocando, veía como se empalmaba, así que una vez que fue a la cocina, le seguí…
Más rápido, méteme algún dedo, joder, que me quiero correr.
…una vez que llegue a la cocina, me acerque y lo bese, le saque el nabo y vaya “sustito” más bueno me lleve. La tiene grande, gorda, venosa, cabezona, muy caliente, seguro que te gustaría vérmela en la boca, mientras haciéndote una paja, viendo lo puta que soy…
Sigue, sigue, siiiiiigue, no pares cabroncete, que me corro… ¿quieres que le llame?
-Si puta hazlo.
-Carlos no pares, no pares Carlos sigue… Aaaahhhhhhhh.
Que corrida más buena. Ven que ahora te toca a ti.
-No hace falta ya me corrí.
-Eres un niño malo.
-¿Lo otro que era?
-Nada que le he dicho de follar y me ha dicho que no, que le caes bien, que te respeta. Le he insinuado que te daba igual, pero no se lo ha creído.
-No le habrás dicho nada de lo que me gusta, ¿verdad?
-Como se, lo voy a decir, eres tonto. Solo que esta vez quiero que sea diferente.
-¿Cómo de diferente?
-Quiero que en vez de estar escondido, estés viéndonos y yo verte. Por eso quiero que hables con él, para que follemos.
-Tú te has dado un golpe en la cabeza. Ni borracho se lo digo. Has perdido la razón.
-Acércate. Mira piénsalo bien, viéndonos con más detalle, oyéndonos mejor, yo diciéndote las cosas que te gusta que te diga. Tu oyendo todas las guarradas que me dicen a mí. Lo mismo le animamos y te dice a ti cosas. Ya lo hablamos alguna vez, es hora de dar una paso más y que mejor que con este semental.
No ves que ya solo de pensarlo te has empalmado, te pasa como a mí, somos demasiado calientes.
-Bueno déjame pensarlo.
-Poco tiempo tienes, porque ya mismo se va de aquí a su piso, seguro que la próxima vez que volvamos no está aquí. Perderíamos la oportunidad. ¿Tú me quieres?
-Que preguntas tienes. Claro que te quiero.
-Pues entonces lo harás por mí.
- Y no cumpliste mucho tu promesa, porque tontear no es besarle y tocarle la polla.
Ya te diré algo.
Se oyó cerrar la puerta, estaba claro que Mónica era una lianta, además de una mentirosa muy grande. Seguro que le había puesto los cuernos a su marido una y mil veces. Lo deje todo bien y me fui abajo. Estaban todos preparados para comer, la única que faltaba era Mónica. Me despiste un momento, sin que nadie me viera cogí la manguera y empape
todos los sitios donde alguno se podía sentar y solo deje seca la terraza que daba a la sala de estar.
Mónica saco el tema de las compras. Todas empezaron a hablar, yo me quede callado, solo observaba, no sé si era ya imaginaciones mías, pero Salva estaba como analizándome. Hasta que se dirigió a mí para iniciar una charla. Le seguí la corriente y estuvimos hablando. Mientras lo estábamos haciendo, oí como Rocío decía que ella no iría, que no sabía si era el resacón de ayer noche, que la dolía la cabeza y la tripa un montón. Todas se apenaron, pero ella dijo que en acabar de comer, se iría a acostarse un rato.
La comida fue muy cordial y al terminar Salva y Daniel, se levantaron para tomarse la copa en la terraza, volvieron rápido y dijeron que estaba todo empapado. Yo les dije que fui yo sin querer, pero que la otra terraza estaba seca y para allí se fueron.
Cuando todas se fueron por sus bolsos, Rocío haciendo muy bien el papel de enferma, se despidió y se subió a la habitación. Mi tía junto a Natalia, me dijo que no estuviera muy cerca de esos dos, que pasara de ellos, sobre todo de Daniel y Natalia me dijo que ella, hasta que regresaran las mujeres estaría en su habitación para evitar follones, que si me hacía falta algo que la llamara.
Yo las dije que no se preocuparan que estaría entretenido con las cosas de la universidad o en el gimnasio. Efectivamente, Natalia se fue para la zona de su habitación, Y las mujeres salieron, todas contentas. Yo me acerqué donde estaban los dos hombres y les dije que estaría en el ordenador o acostado. El idiota de Daniel, para no perder la costumbre dijo su exabrupto… como si te la machacas, a mí que me cuentas.
Me fui tranquilamente en dirección al cuarto de estar. Cuando llegue no había nadie. Me acerque al sillón que estaba pegado al ventanal y como ya conté anteriormente, los cristales además de ser blindados lo que hacía que no se oyera nada, eran polarizados, yo veía y ellos no podían ver.
Estaba de rodillas apoyado en el respaldo del sillón, oigo abrir la puerta giro mi cabeza y allí estaba. Rocío se había cambiado, llevaba un pantalón cortísimo, se le notaba todo el coñito y arriba llevaba un top pequeño, que dejaba su tripa al aire, marcándose todos los pezones que estaban erectos. Sin decirla nada dio un giro lento y pude ver ese culito, que con ese pantalón, dejaba esas preciosas nalgas casi al descubierto. Me fui a mover y ella me dijo…
-Sigue así, no te muevas.
Se acercó y con su mano. Toco el interior de mis piernas, subiendo la mano, hasta meterse por una de las perneras del pantalón corto. Acariciándome muy suavemente. Logro que me empalmara rapidísimamente. Me empezó a bajar los pantalones, así que me puse de pie y me desnude completamente, ella me indico que me colocara como estaba. No lo dude.
Desde atrás me hacía una paja muy suave, de vez en cuando quitaba la mano, la mojaba de saliva y volvía, que bien lo hacía y viendo al cornudo de su marido a tan cortísima distancia me calentaba más. Vuelve a quitar la mano, pero esta vez me separa las nalgas y me come el culo, menuda lengua que tiene, la noto como entra, que buena que es. Una vez que la tiene bien metida, continúa haciéndome la paja. Si sigue así… será difícil aguantarse, con que arte y con qué ansias lo hace.
Me pongo de pie, la cojo con un brazo, pesa poco, parece tan frágil, con la mano que me queda libre la desnudo completamente. Su cara denota la calentura que tiene, su boca la tiene medio abierta, se está conteniendo. El muerdo los labios, cuando saca su lengua, la atrapo con mis labios. Noto como se va poniendo cada vez más “guerrera”. La apoyo en el mismo sillón en el que estaba yo antes. Se pone de rodillas, la digo que se agarre bien, la levanto, como si fuera una pluma, de tal manera que solo queda apoyada con sus manos.
Meto mi cabeza entre sus piernas, en esa posición mi lengua entra mejor por todos los sitios, lame con más comodidad. Noto como mi boca, mis labios, mi cara se llenan de sus líquidos, que rico, que bien sabe.
-Carlos no pares, que me matas, jamás nadie me hizo nada así. Que perra me estas poniendo y más viendo al cornudo ahí… Aaaahhhhhhhh. Si sigues así no me voy a poder aguantar. Cabrón, que bien me follas con esa lengua, joderrrrr.
Carlos, Carlos, CARRRRLOS ME VOOYYYYYYY, AAAAHHHHHHHHH.
Una vez se corrió, me pidió que parara la lengua un momento. Estaba con la respiración acelerada.
-Llevo esperándolo todo el día. Me entraban ganas de chupártela en medio de todos.
-Que golfa que eres, pero me gustas.
-Y contigo más.
-Ven.
Se acercó, pegue la espalda a la cristalera, cogiéndola en volandas, con cada pierna a un lado de cada brazo mío, en esa posición y ella viendo a su marido, se la metí y me la follaba así.
-Así, así, que entra tanto, que me va a salir, bufff, bufff, me llega hasta… ahhhh
-Si quieres paro o cambiamos.
-Si lo haces te mato. Que otra vez vas a hacer que me vaya. No eres normal. Lo que daría porque me viera ese gilipollas, uuffff, que gusto.
-Nunca vi a nadie con tantas ganas de polla.
-Calla y muévete más deprisa. Joderrrrr, si, méteme ese dedo hasta el fondo del culito, es lo que me faltaba, AAAAHHHHHHHHH
Corriéndose, de tal manera que se estiraba para atrás, de manera impulsiva. Luego me abrazo y me beso, con un beso muy cachondo, mordiéndome la boca, pasándome la lengua por toda la cara.
-No me sueltes, que no tengo fuerzas en las piernas.
-Tranquila, me gusta esta posición. (Mi polla seguía dentro de ella)
-Pero ahora no te muevas, me encanta sentirla así quieta, caliente, toda dura. Llenándome.
-Lo que tú digas. (Pero muy suavemente, volví a moverme)
-¿Por qué eres tan maaaalo?
-¿Yo? (sabía que se había dado cuenta, su coñito volvía a contraerse, no lo podía evitar ella)
-Te dije que estuvieras quieto y otra estas… no me dejas ni respirar.
No dije nada, la empecé a comer las tetas. Las mordisqueaba, las succionaba, las lamia profundamente con deseo. Ella mucho protestar pero otra vez estaba acompañándome con sus movimientos.
-Quiero que te corras tú también. Quiero que me llenes. No te aguantes más, que no nos queda mucho tiempo.
-Tranquila, mi mayor disfrute es verte cachonda, verte a ti, gozar, disfrutar, eso él lo que más cachondo me pone.
-Pues tienes que estar cachondísimo, porque a mí me tienes que me saaaaalgo. Ponme en el sillón otra vez.
La coloque y con cara cachonda total, cara de golfa perdida, me dijo…
-Mi culito es todo para ti. Ven que te la chupe un poco y me lo follas.
Me acerque a ella y la estuvo mamando con mucha ansia, la ensalivó bien y se colocó en posición sin decir nada más. No quise perder más tiempo, se la fui colocando la cabeza de mi polla en la entrada de su culito, me tome mi tiempo. Era un placer ver como ese culito, que parecía tan delicado, se comía mi polla como si nada, como se iba abriendo camino de una manera inexorable, era increíble que pudiera entrar todo eso.
-Vamos ahora no te andes con remilgos y fóllamelo bien.
-Te refieres a esto. (Dándola buenos pollazos, la sacaba casi toda y se la metía de golpe)
-OOOOHHHHHHH, me has entendido muuuuuyyyy bien.
La tenia bien agarrada por las caderas, metí mi mano por delante, para tocarla el clítoris, que estaba que reventaba, se lo tocaba y cambiaba para meterla los dedos en el coñito, volvía a cambiar así una y otra vez.
-Si encima me haces eso me volveré a correr sin poder remediarlo. Quiero que no te aguantes, lléname el culo.
-OK, avísame cuando estés apuntísimo y nos correremos juntos. (Yo estaba a reventar y no sabía cómo ella aguantaba los “viajes” que la estaba dando)
-Carlos no se tu pero yo…. No aguanto masssssss.
Fue decir eso y nos empezamos a correr los dos, los golpes con mi polla eran aún más fuertes. Me agache la mordisque y lamí toda. Nos quedamos así, como si fuéramos un solo cuerpo. Mi polla metida y los dos quietecitos, relajados. Y en esa posición la dije…
-No sé si te lo creerás, pero lo que más cachondo me pone de ti, es tu culito, muy bien formado, respingón, pero… tan pequeñito, que cuando entra mi polla, me vuelve loco, si me lo cuentan diría que imposible.
-Me alegra, mucho. Sera tuyo y solo tuyo cuando quieras.
-Lo dirás por decir. (Empecé otra vez a moverme)
-Joder, no eres normal, para ya. Tengo el culo destrozado. No me voy a poder sentar, no lo digo en broma. No aguantaría otro polvo por el culo.
-Vale, pararemos un ratito.
-Cuidado al salirte, que me has llenado bien, pero bien. No manchemos el sillón.
¿Cómo haces para aguantar tanto y luego correrte esa cantidad?
-Deporte, buena alimentación y técnica.
-Madre mía, me cae por todos los sitios.
-No te preocupes ahora lo limpiare yo. Vete que ya me quedo yo arreglando todo.
-Y abre que se ventile, que huele a polvera total. Jajaja
Ella se fue, yo limpie todo bien. Deje la puerta abierta, me subí a lavarme y cuando bajara abriría el ventanal. Baje y salí a la terraza por el ventanal del cuarto de estar, para que así se ventilara mejor. Los salude y los tíos seguían ahí, como si no hubiera nada más importante que hacer. Estaban hablando de política, arreglando España y el mundo.
Me senté cerca de ellos pero sin hablar, solos los miraba y pensaba. Estaba abstraído. Tomando el aire fresquito. Pensé lo que pensé y dije que me subía a poner el bañador y darme un baño.
Fui a mi habitación me puse el bañador y salí, pero no sé porque, pero me fui a la habitación de Rocío, ella estaba en la cama, me vio llegar y se quedó sorprendida de verme.
-¿Qué haces aquí? Que desde aquí no los controlamos. No fastidies.
-Pssshhhhhh… silencio. (Puse el cerrojo y me quite el bañador)
-¿Otra vez estas en “canción”? ¿Cómo lo haces?
Me acerque a la cama, me puse cerca de su boca y no hizo falta decir más. Me agarro la polla, pero antes de metérsela en la boca me dijo, no te aguantes. Que además del culo tenerlo fatal, no me dejes también la mandíbula mal.
Lo cierto es que no me resistí, me deje llevar hasta que la llene bien la boca. Cuando me dispuse a marcharme, me cogió la mano y me hizo prometerla que, cuando estuviera en mi piso instalado, la invitaría para estar más tranquilos y “desquitarse” bien. Sonriéndola la dije que eso ya lo tenía pensado.
Me fui a gusto y tranquilo a bañarme. Al rato de estar en el agua oigo el portón de la entrada del garaje. Llegaban las mujeres, apareció mi tía saludando a todos y preguntando por Rocío, su marido contesto que no había aparecido en toda la tarde, que luego por la noche no dormiría. Mi tía en voz alta le dijo a las otras mujeres de tomar algo fresquito en la terraza y mientras subiría a despertar a Rocío.
Bajo mi tía, diciendo que era verdad que estaba totalmente dormida. Cuando apareció Rocío, que hacía muy bien su papel, dijo que le había sentado la siesta de maravilla. Pero cuando se sentó hizo un gesto, por lo que la preguntaron, ella con toda la tranquilidad del mundo, dijo que una mala postura y que le molestaba un poco la ciática.
Yo desde la piscina me reía, que cara tenia Rocío, con su cara de inocente de no haber roto un plato en su vida… jajaja, una campeona. Estaba en esto, cuando sin esperármelo aparece Salva en bañador y dice que se va a dar un baño. Se da un buen remojón y empieza una conversación conmigo…
-¿Ya se te ha pasado lo de esta mañana?
-Ni me acuerdo ya. Se me pasan rápido los enfados y no me gusta ser rencoroso, el rencor le come a uno.
-Eso es verdad.
Es que Daniel a veces…
-Paso de hablar de él, no me gusta perder el tiempo.
-Me dijeron tus tíos que eres muy bueno con los ordenadores.
-Digamos que me defiendo bien.
-Pues un día de estos, te podrías pasar por mi casa y me pegas un vistazo al mío, que falla mucho.
-Ya lo veremos. Porque ahora con el inicio de la universidad voy a ir muy liado.
-Ah, es verdad, que por eso has venido aquí. Tendrás a tus tíos de profesores, no lo sé, pero es posible.
Bueno de todas maneras, tienes que venir.
-Ya te digo que lo intentare, pero si no más adelante. (Sabía que le estaba poniendo en un compromiso)
-Mira seamos claros, ya se lo que te ha dicho Mónica.
-No sé a qué te refieres, porque hemos hablado de tantas cosas que…
-Respétame, que yo te respeto. Sabes de sobra de que hablo.
-Pues no, no lo sé seguro y no quiero meter la pata. Tú dime y yo te diré.
-Bueno que somos una pareja “especial” que a mí no me importaría… lo que tú ya sabes. ¿Ahora te he refrescado la memoria?
-Así que no mentía Mónica y yo poniéndola en duda.
-Ella es así, además es muy caprichosa.
-¿Bueno y donde están los límites?
-Solo hay una condición. La discreción. El resto lo que decidamos.
-La discreción está asegurada, a nadie le interesa decir nada. Pero quiero saber los límites.
-Mira, para que te hagas a una idea. A ella le gusta un poco de rudeza, yo lo he intentado, pero como… que no me sale. Es como cuando la quiero decir algo subido de tono, me corto completamente, es la educación recibida imagino, o que cada uno es como es. Ella es muy, muy…
-Puta, dilo.
-Ves a ti te ha salido de lo más natural.
-Y tú que quieres.
-La verdad no lo sé, lo mismo me corto y me sienta mal, que lo mismo me gusta y… yo que sé. Hasta que no pase, no lo sabré.
-Pero ahora pensaras algo, digo yo.
-No me disgusta lo que pienso, pero… pase lo que pase lo único que te pido, que no nos enfademos.
-Por mi tranquilo, si es NO, será no, se para y tan amigos.
-Me caes bien, eres majete.
-Gracias. Bueno ya quedaremos.
-Eso si tiene que ser un día en que estemos solos en casa.
-Normal, sin problemas.
Nos salimos del agua vi que Mónica estaba pendiente de nosotros. No me di cuenta, pero seguro que lo estuvo todo el tiempo. Me hice el distraído y me fui hacia donde estaban todos, a tomar algo.
Lo que aprovecho Mónica para acercarse a su marido, ya estaría contenta. Los observaba con disimulo, cuando veo que Mónica tenia cara de enfadada y era como si le estuviera regañando. Había algo que se me escapaba. O no le había contado lo que acabábamos de hablar o no sabía yo.
Ella salió escopetada en dirección a donde estábamos todos, cuando llego, se la veía con cara de pocos amigos y una sonrisa forzada. Yo ya me había perdido, ella con esa cara de funeral, Salva solo junto a la piscina, secándose lentamente y cabizbajo. Estuve a punto de acercarme pero, pensé que lo mismo no era el momento.
Salva se va acercando, lleva agarrada la toalla que lleva sobre el cuello, me mira y me hace un gesto indicándome que le siga. Dejo que él vaya delante y a los pocos minutos voy yo.
-Perdóname Carlos, pero es que Mónica…
-Dime, se claro y directo.
-Bueno es que ella… por lo que se ve quería esta noche… ya sabes. Yo no la entendí bien y piensa que lo que hice en la piscina contigo fue un paripé, para darle largas ahora a ella.
-No me gusta que me presionen, eso lo primero. Lo segundo, tenemos que estar todos de acuerdo en el cuándo. Y tercero y más importante en este caso, es ponerse de acuerdo en el donde y aquí en casa de mis tíos no y NO.
-Si yo te entiendo. Por eso ni se me ocurrió ni insinuártelo, porque además así, sí que yo estaría incomodo, no podría. Estaría intranquilo. Pero podías hacerme el favor de hablar con ella. Es que esta situación me está dejando ya muy cortado…
-Déjame a mí. No te cortes, que esto pasa hasta en las mejores familias.
Cuando salí, mi tía dijo que se iba a cambiar, que se pondría más cómoda, que los tacones la mataban. Rocío se quedó allí sentada, con su marido y Salva que aparecía en ese momento sin cambiarse todavía. Mónica dijo que ella iba a hacer lo mismo que mi tía.
Yo la seguí a unos pasos y cuando estaba a punto de cerrar su puerta, entre de golpe. Ella se llevó un pequeño susto. La agarre y la puse apoyada en la pared y susurrándola, pero con voz seria y dominante…
-Ya diré yo cuando te follo. Ni tu ni tu marido lo decidiréis. (Esto se lo decía, metiendo mi mano entre sus piernas, por debajo de la falda). Estas muy mal acostumbrada y eso merecerá su castigo. (Yo no paraba de tocarla y notaba como se mojaba por momentos).
-No sabi…
-Que no hables, zorra. (La di la vuelta y aunque me costó la medio rompí las bragas)
-Uuuummmmm
-Cuando lo decida, además te romperé el culo. (La metí un dedo y no sé si sería verdad o no que era virgen por el culito, pero estaba prieto y se resistió)
-Eso tendrá que ser no estando Salva, le prometí que si alguna vez lo hacía, el primero sería el.
-No te he dicho que hables. Y ya puedes arreglarlo con él, que tiene cara de funeral. ¿Me has oído?
-Sí, sí, lo hare en cuanto baje. Pero hazme algo ahora.
Sin decir nada más me marche de la habitación, Me mire los dedos y estaban súper mojados, menuda con la Mónica. En mi habitación por si me había quedado alguna duda, estaba claro, me tenía que ir de allí.
Cuando baje me encontré a Rocío en las escaleras, que riéndose me dijo en el oído si sabía de algún remedio para su culito. Riéndome la cogí la mano, la lleve a mi polla y la dije que otro pequeño ejercicio con ella. Ella apretándome la polla, me dijo que no la tentase y se fue.
Cuando vi a Salva le guiñe un ojo, fue hacer eso y le cambio la cara. Se le vio un poco más relajado. Pero cuando llego Mónica, se sentó sobre el apoyabrazos de donde estaba el sentado y le hizo caricias, me miro y en su mirada note como me daba las gracias. Mientras lo acariciaba me miraba, la cara de “puta” que llevaba me ponía cachondo perdido, decidí no esperar más. Ahora fui yo el que le hice la seña a Salva.
Al rato se encontró conmigo.
-Escucha bien que seré rápido. Pon cualquier excusa, decir que os vais a vuestra casa. Como yo diré antes que he quedado para cenar, os ofrecéis a llevarme.
-Pero…
-Ni peros ni gaitas. Esta noche o ninguna. Vosotros mismos.
Y le deje de pie como si estuviera petrificado y cuando estaba nuevamente con todos, le dije a mi tía que no contaran conmigo para cenar, que había quedado. Mientras hablaba con mi tía, veía a Salva en la distancia hacer gestos a su mujer, esta como no paraba de hablar no se enteraba, hasta que por fin se dio cuenta. Se levantó y se fue con él. Se acercaron yo no sabía que harían, pero desde luego sería una faena para mi tener que irme yo solo.
Cuando llegaron mi tía estaba diciendo, que se lo podía haber dicho antes, así no se hubiera cambiado y me hubiera acercado. Yo dije que llamaba a un taxi, que no había mayor problema. Entonces Salva… ¿pregunto un taxi para qué?, cuando mi tía lo explico, él dijo que me acercarían ellos donde quisieran, que se tenían que ir a su casa.
Según lo que contaban, se acordaron de que habían quedado en su casa con unos amigos de Almería, que sería una faena después de venir dejarlos tirados. Todos lo comprendieron menos Daniel.
Pasado un poco más de una hora nos montamos en el coche…
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