Había una vez una pequeña y linda mariposa, que todos los días salía a volar. Un día se demoro y apareció un niño que la empezó a perseguir con insistencia, tanto que ella tuvo que tomar altura y subir, subir y subir hasta llegar al balcón de una casa, allí el muchacho no la pudo seguir. Cuando ya no pudo esperar mas volvió a volar pero el muchachito fue otra vez tras ella, hasta cansarla y dejarla agotada, con un último esfuerzo, el hermoso insecto logró volver cerca de su "hábitat" y se encontró con su padre y le contó lo que le había pasado, pero seguía volando.
La mariposa papá salió a vengarse, encontró al niño y se posó en la frente de aquel jovencito; esta vez fue este el que se asusto y se puso a correr mientras el papá mariposa perseguía.
Le dio tanto miedo que llegó a contarle todo a su madre y le prometio no perseguir más a las mariposas.
Mientras tanto volando, volando llegó la mariposita al lado de su madre y cuando entró en su celda, se encontró con un gusanito el que más tarde se convertiría en mariposa y seria su hermanito.