En el liceo donde estudiaba, ya en la carrera de diversificado, había servicio de voluntariado para efectuarlo en el área rural de Guatemala. Al terminar el cuarto grado de bachicherato, mi madre aceptó, de que me fuera del 20 de actubre al 20 de diciembre, tenia que tener el permiso de ella por tener 16 años de edad. Se sorteó el departamento al que iría, y fué al oriente del país, el departamento era Jutiapa, y luego hubo otro sorteo para elegir el municipio y la o las aldeas, en donde estaría. El municipio fué Moyuta, un lugar muy bonito, al pié del volcan de ese mismo nombre, hacia el volcan se apreciaban los frondosos cafetales, hacia el frente y los lados, campos verdes, donde se criaba ganado y los destinados a la agricultura, a las 5 de la tarde empezaba una neblina y empezaba un frio delicioso. Pero las dos aldeas donde haría el voluntariado, me indicó el alcalde del lugar, que eran bajando hacia el litoral pacífico, buscando la frontera con la república de El salvador. En ese entonces el camino era de terracería, y se empezaba a descender, en camino muy pronumciado, y poco a poco el camino, empezaba a ser más tendido, cuando se iba entrando a terrenos planos, la temperatura era ya más alta y hacía calor. Esa tarde al llegar, el alcalde me llevó a la casa de unos amigos suyos, eran señores ya grandes, tenían dos hijos ya casados, pero uno de ellos vivía con su esposa en esa casa, eran recién casados y aún andaban de luna de miel. me asignaron un cuarto al fondo de un corredor, y allí viviría el tiempo del voluntariado. Al día siguiente me levanté temprano, había dormido de corrido de las 7 de la noche a las 5 de la mañana, salí a caminar por los potreros y cultivos, oí el ruido de un río, más bién arrollo, que descendía de la montaña, serpentiando entre rocas, lo seguí, hasta llegar a una poza, que recibía la caída de agua en dos partes, ya que había una roca enorme que cortaba el paso, y por las orillas de la roca, caía por sendos sendos lados los chorros de agua, me metí al agua, me dí cuenta que era la parte más honda, el agua me daba al pecho, caminé hacia la otra orilla, y el terreno se iba haciendo mas alto, por lo que al atravezarlo, me llegaba a la rodilla, la poza tenía como 9 metro de largo y unos 8 de ancho, luego, la corriente seguía hacia abajo, y el agua llegaba como a media pantorilla, en l parte de arriba antes de la caida era igual de bajito. Como a las nueve de la mañana, nos explicaron lo del voluntariado, era reforzar en clases de matematica a niños de primaria, y yo les empezaba también a dar sus primeras clases de inglés, nunca la habían recibido, por lo que empezaron por traducir ventana, puerta, cocina, etc. Por las tardes les daba inglés a los de educación media, y por la mera tarde para pasar el tiempo, les ensañaba algunos movimientos de Karate. Había un salón comunal bastante grande con dicisiones de tabla yeso, y allí se reunían las personas de las dos aldeas. Por la tarde llegaban variaa mujeres a recbir cursos de corte y confección. A la semana de estar allí, me llamó la atención dos mujeres, una de 15 años, morenita, no muy alta, de una carita preciosa, ojos expresivos, de cinturita< fina, y de piernas redonditas, lindas, pechos pequeños, de una sonrisa embrujadora, realmente encantadora, y sobre todo muy amable. Y la otra de unos 20 años, blanca, de ojos verdes, alta, de cuerpo espectacular, y chiches grandes, no exagerando, pero puntuditas y erguidas. Yo todos los días antes de almorzar iba al río, precisamente a la una de la tarde, me desnudaba entrsba al agua, llegaba hasta la caida de la parte profunda, me enjabonaba y luego al agua, talvéz diez minutos, y luego a comer. Uno de esos días que comimos todos juntos en la casa donde vivía, me dí cuenta que la mujer blanca como de 20 años que les relataba, era la esposa del hijo de los señores. Al terminar de almorzar, dije que iría al salón comunal, la nuera de los señores ignoraba que yo vivía allí, cuando estaba próximo a salir escuché voces en la parte trasera del cuarto donde estaba, me acerqué a ver por una rendija de la ventana, estaban hablando la nuera de los señores y la chiquilla de 15 años. La chiquilla le decía: Fíjate que al gringuito,(así me decían por lo rubio y lo de los ojos azules), lo he visto bañarse desnudo todos estos días, el llega por el lado de este camino, y yo ya he lavado mi ropa del otro lado, y cuando me estoy bañando llega, yo me escondo tras el chorro de agua del lado bajo, hasta que el se va. Luego preguntó la otra mujer, y le has visto su cosa?. asintió con la cabeza, luego la otra pregunta, y de que tamaño la tiene, es grande ó chiquita?, la chiquilla le responde que no sabe porque nunca había visto desnudo a un hombre. La otra mujer le dice: tu tío Enrique, cuando la tiene aguada es así, y con las manos le da un tamaño, y cuando la tiene dura es así, no pude ver el ademán por lo limitado dela visión. La chiquilla le dice: se la he visto colgando y es como así, la otra le dice: es grandota. Luego se oyen otras voces, se retiran y yo salgo por la parte de atrás. Al día siguiente a sabiendas que era vigilado, me fuí mucha más temprano, me metí al agua, y pude corroborar que tras las caídas de agua, la roca formaba como cajones y se podía esconder muy bién una persona y tener visibilidad hacia el río cuando va bajando, así como el contorno de la poza. Aguardé pacientmente a que llegara, el camino de huella por el que ella vendría podía observarlo muy bién, sin que ella tuviera aún visibilidad hacia el río. De una bolsa sacó la ropa limpia que se pondría y la puso sobre una piedra a la orilla del río. Se sacó el vestido y el fustán, quedandose en sostén y calzón, era una delicia de chica, su cinturita fina, y sus caderas hermosas, se metió al río con el agua a la cintura, y sobre una piedra plana, empezó a lavar su ropa, la puso sobre unas piedras, y se quitó el sostén, quedaron al descubierto sus pechitos duros morenos, sus pezones oscuros brillantes de lo estirado de la piel, luego bajo el agua se quitó el calzón y lo lavó,, y así se empezó a enjabonarsólo podía verle de cintura arriba, se fué siempre con el agua a la cintura y se metió bajo la caída de agua, practicmente estabamos separados,por tres metros, la piedra estaba enmedio de los dos, esperó, un rato, y supongo que como no me vió llegar, salío del chorro, y se fué caminando hacia la orilla, nunca me dió el frente, por lo que sólo pude apreciar su figura de espaldas, ví sus hermosas nalgas paraditas y redondas y la exquisitez de sus piernas, se vistió y se fué. Yo mientras tanto de verla desnuda de espaldas me empezé a masturbar, por lo que eché mi leche para tranquilizar mi excitación. Y así lo hice durante varios días. Ya me faltaba un mes para terminar el voluntariado, cuando me enteré que la chiquilla, era nieta de los señores donde vivía, hija del mayor de los hijos de la pareja. Ya tenía suficiente confianza con toda la gente de las aldeas, y era evidente que las miradas de la chiquilla y la mía eran más que amistad, nos gustábamos, y ciertas personas decían que estábamos enamorados en silencio, y claro ella 15 y yo 16 años, le simpatizaba a todos y no dejaban pasar oportunidad para tirarnos indirectas. Hubo una boda esos días, y bailamos casi toda la fiesta, en esos lugares se acostubra casarse por lo civil una tarde antes, y la boda religiosa a las diez de la mañana, se hace un almuerzo, y se baila toda la tarde hasta las 7 de la noche. Sus padres se retiraron temprano, y les dije que yo la llevaría, tomados de la mano caminamos el trayecto de aproximadanete un kilometro, La tomé de la cintura, y la acerqué hacia mi, ella temblaba, y le sudaban las manos, acerqué mis labios a su boca, no sabía besar, y poco a poco, empezó a hacer lo que le hacía. Dos días después, llegué al río antes, esperé que lavara su ropa, y cuando estaba lavando su calzón, me aperecí, ella se acurrucó entre el agua para cubrir sus pechos, lentamente me empezé a desvestir, entré al agua desnudo, ella veía hacia otro lado, me acerqué a ella, y le tomé una mano para que se levantara, se opuso, pero no dejaba de verme el pene, que poco a poco se iba levantando, hasta quedar firme, ella bajo la vista, y me dijo que por favor me fuera para la otra orilla. Le dije ven levantate, tú varias veces me has visto desnudo en este lugary, y yo a tí te he visto varias veces desnuda, claro ambos escondidos bajo los chorros de agua, ella sintió morirse, te hicieron un dia la pregunta del tamaño de mi pene, nunca lo habías visto duro y ahora lo ves, ya puedes contestar el tamaño que tiene, poco a poco accedió a levantarse, por vez primera ví su vagina, hinchadita cubierta de vellos ralitos, la jalé hacia el centro de la poza, con el agua al pecho, y nos besamos por largo rato, sentía que mi pene erecto chocaba en su vientre, ese día chupe y mamé dulcemente sus pechos, y mi mano acariciaban su vientre y por encima de su vagina, mi dedo medio deslizaba por su raja, y ella se atrevió a tomar mi pene y a apretarlo. Día tras día las caricias se hacían mas atrevidas, le chupé su vagina, y lami su clítoris, ella llegaba con facilidad al orgasmo, en la orilla del rio, ella se sentaba sobre mi, colocando su raja, en todo lo largo del tronco del pene, yo la hacía hacia adelante y hacia atrás, tomandola de la cintura, su clitoris lo sentía al restregarse, empezaba a temblar y se sacudía fuertemente en cada orgasmo, con su mano subía y bajaba mi piel hasta tirar la leche, con los días el glande se fue abriendo paso en su entrada, al principio sólo le entraba la puntita, poco a poco le entraba toda la cabeza, y podía sentir el estiramiento de su himen al empujar, pero no quería presionar por miedo a romperselo, y tomando en cuenta que vivía enl la casa de los abuelos, y los padres me daban toda la confianza. Cuando faltaban tres días para irme del lugar era 17 de diciembre, me invitaron a una posada, en la cual estaba ella, me hizo una señal, al salir me dijo: Quiero ir a nuestro refugio, estabamos cerca, sobre la grama nos empezamos a besar, y a quitar la ropa, ella por primera vez, me chupó la verga, y luego me dijo, te vas el 20 de madrugada, y talvéz nunca pueda volver a verte, quiero que sepas que te amo con todo mi corazón, mi vida te pertenece, pero quiero pedirte algo de lo que puede ser que me arrepienta toda mi vida, pero si no lo hago si estoy segura de que me arrepentiré siempre, quiero que seas mío, y yo quiero ser tuya, pero tiene que ser ahora. Nosotros teníamos encuentros sexuales por encima, teniendo ella su período, no nos importaba, al fín y al cabo había suficiente agua para asearnos. un día antes le había pasado la regla, no había problema de preñarla, me mamó la verga hasta hacerme venir en su boca, esa noche probó mi semen,. y se lo tragó todo, empezé a chupar su vagina y su clítoris hasta venirse, sentí la humedad de su cuca en mis dedos, palpitaba de deseo, acerqué la verga a su hoyito, entró el glande, ella subió sus piernas a mi cintura, con sus talones empujó hacia ella, yo tamando la base d la verga con una mano, para darle mayor firmeza y evitar que deslizara hacia otro lado, empujé, me fuí a la mitad, ella volvió a empujar, en su cavidad estrechísima y con dificultad, logre meter el resto, las 8 pulgadas estaban integras en su vagina, me apretaba la estreches de sus paredes, nos besamos con amor y pasión, sentí al chupar su labio superior lo salado de sus lagrimas que rodando llegaron a sus labios, el dolor cedió, empezó a moverse lentamente, entraba y salía, de repente, pujó fuerte, se tensó, arquió su cuerpo, subió sus caderas y un ahahahah, y se quedó con los ojos cerrados, le dí rápido y mi pene se hinchó y empezó a descargar chorros de semen. nos depegamos, fuimos al agua, a lavarnos, ella orinó dentro del río, y sólo escuché ohooh, como me arde. estando en el agua, ella subió sus piernas a mi cintura, el agua me llegaba arriba de la cintura, con sus brazos al rededor de mi cuello me empezó a besar, y luego al oído me dice: Esta noche ha sido muy dolorosa, pero a la vez la mejor que tenido, con una de sus manos, tomó mi pene y empezó a frotarselo en la ranura de su vagina, así cargandola, la llevé de nuevo a la orilla y ella misma se lo volvió a meter, al mismo tiempo nos corrinos. regresamos a la posada, ya había llegado a la casa de dstino, buscamos un lugar apartado para sentarnos y platicar. momentos después llegó la esposa del tío, una mirada de ambas fué suficiente para decirse todo, se acercó la besó en la mejilla, y luego besó la mía, y susurrando nos dijo, dichosotes.
Al año siguiente, llegaron las vacaciones, yo ya había sacado el bachillerato, quería hacer de nuevo el servicio de voluntariado, le telefonié al alcalde de Moyuta y se lo manifesté, él me dijo que se alegraba mucho y que la gente me iba a recibir muy bién.
La única persona que estaba enterada de lo nuestro era la tía política, al llegar, al día siguiente al medio día la cogí, esta vez fué mas placentero para ella desde el inicio de la penetración, pero ahora aconsejada por la tía política se cuidaba, pero igual cogíamos con regla o no, y era a diario, pero se corría riesgo de ser sorprendidos, ya que mucho chamacos salían con resorteras a pajarear, por lo que con complicidd de Eugenia, que así se llamaba la esposo del tío y a la vez nuera del señor donde vivía, y como ya había fallecido la abuelita, y aprovechando la susencia de los hombres de la casa por las actividades agrícolas, cogíamos dos ó trés veces al día a veces más. Pero no todo es miel sobre hojuelas, en el voluntsrisdo había una chica de mi edsd, por cierto muy guapa, y en cualquier oportunidad que se le presentaba me acosaba, si había un baile y estaba bailando con Delia, que era el nombre de mi novia, esperaba que yo fuera por algo y me tomaba del brazo y se ponía abailar conmigo, y en una de esa veces, fuí por refrescos y en le camino me abordó, y por educación bailé con ella, cuando regresé Delia se había marchado, y después fué ella quién empezó a darme con un Salvadoreño enamorado de ella, no me volvió a hablar, y por chingarme a cualquier lado iba con el salvadoreño. Pasaron 15 días, yo ya no salía para nada, la última noche, antes de irme de regreso por finalizar tod actividad, me hicieron un reconocimiento por la labor efectuada en los dos voluntaridos que hice, el alcalde de Moyuta para hacerlo mas emotivo, la orden máxima que entrega la municipalidad me fué otorgada, y desconociendo los problemas , llamó a Delia para que me la entregara, ella estaba con el Salvadoreño, tenía que ponerla sobre mi camisa con un gancho, mi camisa era blanca, al momneto de colocarla, metió todo el gamcho en mmi pecho con saña, luego lo émgamchó, me aguanté el dolor, fingiendo un sonrisa, pero nopasó desapercibido,la mancha de sangre que lucí el resto del acto. Sin despedirme de nadie, y saliendo a escondidas, me fuí a dormir, esa noche ya no dormiría en la aldea, sino que en un hyotelito del pueblo. Dos horas después, tocron a mi puerta, era Delia, estaba llorando, me pedía que la dejara entrar, que estaba arrepentida de haber dudado de mí, que se había dado cuenta que yo no tenía culpa de nada, yo estaba muy dolido y no le abrí, a las cuatro de la mañana abordé el bus, Delia y Eugenia estaban allí, las ví y subí por lapuerta de atrás que tienen los buses de parrilla, y así fué como volví a mi casa.
Tres años después, fuí a un viaje a San Salvador, y regresé por la frontera que queda en el litoral pacífico, estaba a 10 ó 15 kms. de la aldea, cruzé y llegué al lugar, me quedé frente al salón de uso multiplos, y entré, al reconocerme varias personas me fueron a saludar, supe que Delia se había casado con el salvadoreño y vivía El salvador, pregunté por Eugenia, y supe que después de la muerte del suegro, el esposo la abndonó por otra, y que ahora viviá sóla, en una casita cerca de allí. La fuí a visitar, lloró al verme, y me contó de la inmensa tristeza que vivió Delia, de lo arrepentida que estaba, y ciento por ciento segura que no la buscaría se termino casando. Su esposo la abondonó por otra mujer, que estaba esperando un hijo supuestamente suyo, y como ella no podía darle hijos la dejó. Estaba muy hermosa, bién cuidada, yo ya tenía 20 años, ella 24, lloró mucho ese día, esa noche me pidió que no viajara por lo tarde y lso peligros que trae la lluvia, me quedé en su casa. Pasaron dos días y yo seguía en su casa, las murmurciones no se hicieron esperar, económicmente estaba nal, fuimos a la frontera y a Moyuta, compré varias cosas, y le pedí que fuéramos al río a nadar, ella se ofreció a lavar mi ropa, yo el paza, y ella lavando la ropa, en la misma piedra en la que Delia lavaba, estaba en brassier y fustan, claro el calzón de último, la humedad del fustán se lo hicieron transparente, igual que ekl calzón, cuando se paraba, y se erguía, se le marcaba lo negro de su vellos, y sus iernas rollizas y hermosas, me acerqué a ella, la tompe de las manos y le dije vente conmigo al agua, la abrzaé y sentí el temblor de su cuerpo al estar pegado a un macho, le dije voy a enjabonarte, y de espaldas a mi empezé a pasarle la pstilla del jabón, pr la espalda, y con otra mano se lo regaba, solté el broche del sosten, luego, así de espaldas a mi, enjaboné su viente, y fuí subiendo hsta enjabonarle los pechos grandes y duros, sobé sus pezones, sentí que se pusieron duros, y su cuerpo se estremeció, terminé de sacar su sostén lo tiré hacuia la orilla, y kle dí vuelta, con las manos eché agua para quitarles el jabóm, y de verlos duros y oarados, los empezé a chupar, no puso resistencia, saqué el fustán con todo y calzón, y bajo el agua le pasé el jabón por la vagina, y con mis dedps jugaba con su clítoris, le metí el dedo medio en su cuca, tembló y solto un M, se pegó a mi, y me agarró el pene, rápidamente con car de sorpresa, lenamta su vista, y ,e dic es enorme, la besé con pasío, lsa saqué a la orilla, sus ojos abiertos mas de la cuenta no daba crédito a lo que véia, se lo aceruqé a la boca, no se animaba a chuparlo, me dijo que nunca lo había hecho y le daba verguenza, se lo cerqúe y casi metiendo a la fuerza abrió la boca y empezó a chuparlo, me corrí ensu boca, abrí sus hermosas piernas y empezé a chuparle la vagina, era obvio que nunca había sentido esas caricias, abrió más sus piernas y me pidió que la penetrara, se la metí todita, dos bombazos y se vino ahogando ungrito de placer en mi pecho, seguí dándole, así pasaron los minutos, se corrió dos veces más y la metí todita, empezé a soltar chorros, ella cerró los ojos, gozando de los lchorros de leche que le estaba depositando. A sabiendas de las murmuraciones, al día siguiente se fué conmigo a la capital, le busqué trabajo en una Zapatería y le alquilé un apartamentito, esa noche nos pegamos una soberbia cogida, era orgasmo trás orgasmo, su marido nunc la había llegado a esos placeres, el sólo se satisfacía y la dejaba con ganas. No había pasado un mes, cuando se desmayó, empezó connausea, y vómitos, la llevé dond el médico, estaba preñada. El imbecil del marido la dejó porque otra mujer estaba embarazada de otro, y perdió lo que yo gané. Nació un hermoso bebé, blanco, de cabello como el de su madre, muy parecido a ella, pero de ojos azules. Cuando el nene cumplió dos años, fuimos a la aldea, la madre de Eugenia me dijo cuando fuí a su casa: Usted es el amante de la perdida de mi hija, le dije: no señora soy el marido de su hija, y el padre se su nieto, y si no me he c asado con ella, es porque legalmente sigue siendo esposa, del que hoy es su yerno por segunda vez, y que dejó a su mujer, por la cuñada quién lo presionó a unirse a ella, por el bebé que esperaba, y él es esteril, entonces aquí quien es la perdida. era feria de Moyuta, nos paseamos por el pueblo de lamano y con nuestro hijo en brazoa, ahora toda la gente nos saludaba, ella vestida con ropa y xapatos de narca, con corte moderno de cabello, conun cuerpo escultural y una belleza impresionante.