En mi anterior narración les conté la metida descomunal por el culo que sufrío la Sra. María, contada por élla misma a mi novia cuando ésta vivía en su casa.
Después de esa primera vez por el culo de María, Raul seguía yendo 1 ó 2 noches a la semana a la casa de María, ya sea para quedarse hasta el otro día o irse pasada la media noche, y como mi novia Marilú recibió la autorización para que yo también me quedara si quisiera, así lo hice.
Tuve la oportunidad de conocer a Raul,conversar de actos bélicos, estrategias militares y muchas otras cosas, a eso de las 10 de la noche nos ibamos cada quien a su respectiva habitación yo con mi novia a la nuestra y María y Raul a la suya.
Apagamos la luz y nos quedamos quietos un rato sin hacer ruido, mientras Marilú me iba chupando la pinga suavemente, pero lo que me tenía intrigado era escuchar cuando hacían el amor Raul y María, cuando calculamos que se desvistieron abrimos la puerta sin hacer ruido, nos acercamos muy despacito a la puerta de Raul y María, parecía que él se la comía la concha porque no hacián ruido y élla se quejaba; entonces me incliné un poco hasta la concha de Marilú que ya estaba sin calzón, la abrí un poco las piernas y comencé a chuparla lentamente de abajo hacia arriba, metiendo mi lengua en su concha hasta donde entraba, se excitaba cada vez más y me cogía del pelo apretándome contra su vientre, disfruté de sus jugos mientras Raul hacía lo propio con los de María.
Cuando mi novia se vino toda y yo tenía mojado incluso todo el cachete, escuchamos decir a Raul:
- Ponte en cuatro cariño.
A lo que María le contestó:
- Si me vas a cachar por el culo déjame ponerme una vaselina para que que no me duela mucho.
- Está bien amor póntela, le dijo él.
En eso se levantó María y se dirigió a su cómoda a sacar la vaselina, me asusté un poco porque pensé que la tendría en el comedor y abriría la puerta y nos encontraría huzmeando, ambos se untaron la crema y escuchamos a María decir:
- Más despacio amor por favor, me duele un poco.
Después de unos momentos ambos parecían disfrutar de la culiada porque solo se oían gemidos y arremetidas que hacían sonar las nalgas de María, hasta que Raul exclamó:
- Que rico culo tienes amor, ajustadito, ya me voy a venir.
Ella le contestó:
- Disfrútalo amor es todo tuyo.
Después de unos instantes se escuchó a él decir:
¡me vineé!
En ese momento nos dirigimos a nuestra habitación porque me tocaba a mí disfrutar del culo de Marilú mi novia.
Después de un tiempo, mi novia se cambió de vivienda y se fué a un lugar más cerca a la Universidad en dónde le fué prohibido, por el dueño de la casa, recibir visitas a su habitación.
A Raul, el oficial del ejército, también lo cambiaron de cuartel, lo enviaron a Piura, unas 8 horas de viaje en bus desde Trujillo, y dejó de frecuentar a María; eso me lo contó élla misma un día que nos encontramos en la calle, me invitó a su casa para conversar y tomar café; le dije que iría por la noche porque a esa hora tenía tiempo.
Lo que ocurrió con María después les contaré en otro relato.
Abrazos.