Con una chaqueta de manga larga negra de generala nazis con su sombrero con el emblema nazis y cintillo rojo con su falda negra hasta la rodilla cargando ligero negro con sus botas negras finalmente llevando su cartuchera de revolver en su hombro derecho diagonal a su cintura izquierda con su látigo y guantes negros; haciendo un interrogatorio a su prisionero que lo tiene esposado a grilletes al tenerlo colgando dolorido y maltrecho en uno de los calabozos de una torre prisión desesperándose hasta perdiendo los meros estribos igualmente dando latigazos fuertísimos hacia los ladrillos de las paredillas del mismo, pidiendo que delate a sus cómplices al frustrar una escapatoria de fuga de otros prisioneros de guerras apoyados obviamente por la resistencia que quieren vencer a los nazis en la segunda guerra mundial; derramando sangre por todo el cuerpo hasta él en mismísimo rostro aproximándose a su oído derecho diciéndole no te opongas nadie se ha salvado ni siquiera ha salido vivo de mis interrogatorios malvadísimos hasta inhumanos oliéndole el sudor que le corre por su cuello al sacarle levemente la punta de su lengua al probar a que sabe el sudor del prisionero gustándole al lamerle totalmente con el paladar de la misma lengua de Deborah excitada, deleitada, deseada, sabrosa, arrecha, atraída, calentona en fin todas aquellas vainas que la lujurian y la ponen morbosa a pedir de boca pasándose y sobándose con toda la mano derecha su vientre bajando a su vagina en que se la agarra al poner una cara de diabla en que se pega a la paredilla sucia al sobarse todo su culito doblada un poco hacia delante de arriba hacia abajo varias veces continua jadeando con la misma mano derecha sobándose sin parar su vientre y su vagina de arriba hacia abajo enloqueciéndose al abrirse de par en par la chaqueta al tener plenamente al descubierto sus tetas y senos bellísimos firmes como duritos hasta paraditos enrojecidos en los pezones y en las tetas que con la mano izquierda se jala la teta izquierda al sobársela pronunciadamente al clamor de su clímax, frenesí, efervescencia, provocación, placer, pasión, deleite, saciedad por los mil coños en que la pone a vibrar a múltiples orgasmos inundándola e inyectándola por doquier este necio y testarudo prisionero de guerra que no quiere divulgar ni delatar a sus cómplices de fuga de la prisión nazi. Con una pierna levantada apoyándose hasta pisoteándole y maltratando hasta doblegándolo con cada profundidad de su píe derecho con botas haciéndole sufrir grandes y tormentosos dolores en sus testículos al pobre prisionero de guerra que por todas las fuerzas y con todo el interrogatorio exhaustivo y maniático como maldito de la generala nazis ni se rinde ni baja la fuerza al estar mudo sin pronunciar ninguna palabra solamente gritando por el puro dolor a que lo tienen sometido y fulminando la misma generala ya al cabo de varios horas no aguanta al cantar todo el prisionero al llamar a los médicos nazis para que atiendan las heridas y lo curen al prisionero de guerra americano que es el mismísimo enamorado que andan jugando una de sus fantasías de puro y pleno como sublime sexo.