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Categoría: Confesiones

Confundida (8)

Puso sus manos en mi potito y de un impulso me elevó hacia arriba, yo temiendo caerme me aferré de su cuello, cruce mis piernas en forma de tenazas por detrás de su cintura, quedando practicamente en el aire con mi cara pegada a la suya, me afirmó contra la pared acomodando su polla con la mano, sentí la cabeza de su glande a la altura de mi coño y en esa posición comenzó a penetrarme violentamente, a cada empujón golpeaba mi espalda contra el muro, sentía su tremenda verga clavandome y taladrando mi interior hasta provocarme un dolor acompañado de placer.



Cerré los ojos para gozar el momento.



-papá...que rico lo haces...



-sigue...no te detengas...



-oohh papá que felíz me haces...no te detengas...



Era como un pedazo inmenso de fierro caliente que entraba y salía dilatando mis paredes vaginales, en esa posición me mantuvo hasta vaciarse completamente dentro de mí, pude sentir su líquido caliente que me inundaba toda por dentro, había tenido al menos tres orgasmos, cuando ya sus piernas comenzaron a flaquear me bajó lentamente logrando ponerme de pie, una gran cantidad de semen caliente salía de mi vagina corriendo por mis piernas espeso y pegajoso, impreganando el ambiente con ese olor tan característico a sexo, me besó apasionadamente y nos fuimos al dormitorio.



lo que vino después...es difícil de describir, tengo algunos recuerdos vagos, debido a mi estado de embriaguez en que me encontraba, aquel fue un encuentro salvaje regado de copas y lujuria en aquella paradisiaca cabaña, follamos como dos locos insaciables hasta agotar todas nuestras energías, ya agotados y rendidos caímos sobbre la cama uno al lado del otro, ya sin fuerzas me puse de lado ya que el sueño se apoderaba de mí, sentí a papá arrimarse a mi espalda, sintiendo como su miembro trataba de abrirse paso a través de mis nalgas, desparramando sobre ellas quizás las últimas gotas de su semen y de esa forma nos dormimos profundamente.



Despertamos muy avanzada la mañana, la mucama esperaba afuera para realizar el aseo de la pieza, así sin ducharnos nos pusimos nuestros trajes de baño para bajar hacia la playa y nos sumergimos en las heladas aguas del mar por mas de media hora, éramos como dos niñoz jugando al ritmo de las olas, cada vez que me abrazaba sentía su miembro erecto entre mis piernas como hambriento de sexo.



Fueron aquellos días inolvidables, que aún hoy a pesar del tiempo transcurrido da la impresión que solo ocurrieron ayer; aquellas noches sentados en el balcón en compañía de unas copas de champagne; o cuando desnudos nos sumergíamos en el mar a medianoche, o las mañanas cuando despertaba y masturbaba su miembro hasta hacerlo depositar esa leche caliente en mi boca y luego cabalgarlo hasta alcanzar el éxtasis del placer, las folladas dentro de la tina del sauna, en fin tantas cosas hermosas que nunca olvidaré.



La mucama que hacía el aseo de nuestra cabaña,era una mujer joven de uno 25 años, trigueña de piel blanca, ojos azules pero de una mirada sensual y provocativa, yo tenía la impresión que algo sospechaba de nuestro parentesco con papá y claro era lógico que pensara que hacían allí un hombre de 40 años y una adolescente de 16, que se revolcaban sobre esa cama, donde cada día debía cambiar las sábanas impregnadas de semen y a veces de manchas de sangre.



Me había percatado disimuladamente, que siempre miraba las sábanas como buscando algo, con el correr de los días fuimos tomando mas confianza e intercambiamos algunas palabras, por eso supe que se llamaba Pamela, en algunas ocasiones nos sorprendimos mirándonos mutuamente, algo tenía aquella mujer que despertaba en mí cierta curiosidad y porque no decirlo cierta atracción sexual.



Una mañana papá, tuvo que levantarse de madrugada para concurrir al pueblo más cercano a realizar unos trámites bancarios, me dijo que estaría de vuelta al mediodía, por supuesto que antes de marcharse me dio una rica follada, aproveché de estar un rato más en cama quedándome traspuesta, de pronto desperté sobresaltada al sentir pequeños ruidos a mi alrededor, al abrir los ojos me percaté de que era la mucama que había entrado a realiar el aseo al dormitorio y se había encontrado conmigo que aún dormía.



-perdone señorita, no fue mi intención molestarla-



-me llamo Beatriz...no me llames señorita Pamela



-disculpe Beatriz...



-puedes hacer la pieza no te hagas problema, me levando en seguida...



-salté de la cama desnuda, buscando mi camisa de dormir...



-ví como sus ojos se clavaron en mi cuerpo desnudo-



-Pamela hace mucho que trabajas acá...



-como dos años...



-Y donde vives?



-a unos cuatro kilómetros de aquí...



-y tienes turnos todos los días...



-sí...es mejor trabajar que no tener nada que hacer...



-pero tendrás tu chico con quien disfrutar...



no...hace mucho que o me interesa eso...



-y porque Pamela, alguna desilusión?



-puede ser...pero también la falta de tiempo...



-pero una chica guapa como tu debe tener muchos pretendientes...



Comencé a manejar la conversación parada en el marco de la puerta, mientras Pamela arreglaba la cama, cambiando las sábanas nerviosamente.



-no para nada, hace tiempo que no tengo novio...



-lo que te pierdes Pamela, es tan rico tener un novio...



-como el suyo Beatriz?



-ja,ja,ja...no me digas que le has echado el ojo a mi novio..



-no...como se le ocurre Beatriz, me refiero a que usted se ve tan jovencita...



-pero disfruto la vida como una verdadera mujer...



-sí, ya me he dado cuenta, por las sábanas se nota que disfrutan mucho...



-ja,ja,ja, eres una picarona Pamela, las cosas que dices...



-acaso no disfrutan?



-pues claro que disfrutamos mujer, y mucho..



Por el calor reinante en el lugar, Pamela llevaba solo un delantal con botones en la parte delantera cuya trasparencia, hacía traslucir su sostén y una delgada tanguita de color negro. Me había comenzado a excitar y mi calentura empezaba a elevarse.



Me quedé en silencio admirando su hermoso cuerpo, Pamela se percató que la observaba y nerviosamente me pregunto..



-pasa algo?...



-no nada...no tepreocupes, solo te miraba...



-y que me miraba...



-a ti que tienes un lindo cuerpo....



-Beatriz, no diga esas cosas, como se le ocurre que voy a tener lindo cuerpo



-pero mujer...mírate, acaso no lo has comprobado?



Se paró frente al espejo, se miró desde el costado derecho y luego dio un giro para mirarse del otro lado en forma sensual y coqueta.



-ves que tienes lindo cuerpo?



-mmmmmmmmm....mmmm....



-abrete el delantal para que te observes mejor...



-me miró con una sonrisa en los labios y sin desviar la vista comenzó nerviosamente a desabrocarse botón por botón



-me acerqué a ella y le ayude a sacarse el delantal...



-Pamela estaba hipnotizada...



que te pasa mujer...me tienes verguenza?



-no es eso...es que nunca había hecho esto...



-pero siempre hay una primera ves, no crees?



-mira que lindos pechos se te ven bajo ese sosten-



Al tiempo que ponía mi mano derecha sobre uno de ellos dandole como pequeños mordiscos con mis dedos a sus pezones que comenzaban a endurecerse.



Me acerqué decididamente a su boca y antes de que pudiera reaccionar la bese fuertemente en los labios, ella no me rechazó muy por el contrario respondió a mi beso, mientras su respiración se volvía rápida y agitada.



Mi lengua buscó la suya dentro de su boca, empapandome de su saliva y jugando con ella...



-oh Pamela, eres exquisita para besar...



-de verdad, Beatriz?



-sí...Pamela...



-yo...yo...nunca había hecho esto Beatriz...



-y dime, te gusta?



-sí...me gusta...



Bajé mi mano hasta su sexo, palpé su tanga completamente húmeda, se notaba que Pamela estaba alcanzando el orgasmo y un grado de calentura que para ella en esos momentos era ya incontrolable.



-muestrame tus senos....te los voy a devorar a besos...-



-Pamela se desprendió de su sosten, quedando a mi vista sus dos hermosos pechos blancos con unos inmensos pezones de color rojisos, yo sin dudar un segundo, comencé a devorarselos a besos, dandole pequeños mordiscos con mis dientes desesperadamente..



-ooohhhh....ooohhh....Beatriz....nnoooo.....



mmmmm......mmmmm....mmmmm......



La empuje sobre la cama cayendo las dos abrazadas, sentí sus manos sobre mi espalda que me abrazaban fuertemente contra su cuerpo, con mi boca baje hacia su estómago que hacía pequeñas contorsines arriba y abajo, me detuve besando su ombligo, con mis manos desprendí su tanga hasta despedazarsela y cuando tuve a la vista su pubis, empecé a chuparle su coño y saciarla de besos, creo que en esos momentos Pamela se vino, pues percibí las secreciones que ´fluían de su vagina, succionandolos con mi boca y beberselos completamente, me desprendí de mi camisa quedando desnuda al igual que ella, comenzamos a restregar nuestros cuerpos juntando nuestras vaginas y nuestros pechos, lo que me daba un grado de excitación extraordinario.



-Pamela oohhh...me tienes ardiento....deseo que me chupes....hazlo...



Me puse de espaldas sobre la cama, abrí lo que mas pude mis piernas, ostrandole mi vagina que palpitaba entera de calentura. se agachó metiendo toda su lengua en mi vagina, hasta topar mi clítoris, que fue el momento de mi primer orgasmo, luego otro y otro, la tenía agarrada fuertemente para impedir que su boca saliera de mi entrepiernas. Permanecimos un buen rato en esta posición, luego me di vuelta e hicimos un 69 donde acabamos no se cuantas veces.



-uuufff Pamela....eres tan ardiente, dime si te gustó



-sí Beatris, me gustó mucho, sentí cosas que nunca había sentido..



-ves que es rico, además me chupastes el coño de una forma que me dejastes con ganas...



-sí, pero lamentablemente debo irme, tengo que hacer otras habitaciones...



-chúpame por última vez antes que te vayas...



-volvió a repetirlo, haciendome correr nuevamente.



Se levantó como pude de la cama y comenzó a ponerse la ropa pausadamente. Su cuerpo lleno de sudor estaba impregnado al olor de su sexo.



-que momento mas agradable me has hecho sentir...



si Beatriz...fue muy agradable..



Cuando Pamela terminó de arreglar la pieza, se dirigió hacia la puerta y antes de que abandonara la cabaña nos despedimos con un apasionado beso en la boca.



Yo en vista que papá no regresaba, bajé ala playa y me sumergí en el mar para apagar toda la calentura que Pamela había encendido en mi cuerpo.



Al volver a la cabaña, papá me esperaba para almorzar.....



Continuará....


Datos del Relato
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