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Valentina, in Memoriam

La semana había empezado mal para mi; tenia veintipocos años y un trabajo en la delegación de una ciudad de provincias de la Vetusta Castilla de una gran empresa Nacional. Había comenzado allí justo al acabar mis estudios universitarios, y llevaba todavía muy poco tiempo. Para el desarrollo de mi trabajo era necesario "un aprendizaje" que debía realizarse en alguna otra delegación de la estructura de la empresa.



Desde la central se decidió que mi rodaje se hiciera en otra ciudad de la costa mediterránea, el problema que este aprendizaje duraría varios meses. Además el clima de ese año estaba siendo anormalmente malo.



Y para rematar no viajaba con mi coche, sino que el viaje era en tren, pues a mi llegada allí tendría un utilitario de la empresa para hacer todas las visitas necesarias. Todavía tengo pesadillas con aquel "cacharro" un viejo SEAT panda, incomodo y viejo, era un coche pero no el que yo hubiese querido como estreno, pues hasta entonces solo conducía el de mi padre cuando él lo permitía claro.



Total que estaba en la estación a la espera de coger mi tren, había facturado casi todo el equipaje pues no estaba claro que pudiera volver a casa antes de acabar los cursillos.



Tampoco me importaba, a mi edad las situaciones diferentes, los cambios no afectaban, en esos momentos tampoco tenía novia, tuve tres mas o menos duraderas y varios rolletes de poco tiempo. Pero también diré que follar lo que es follar mas bien poco, en aquellos años el sexo seguía siendo algo difícil de consumar, aunque al final bueno algo llegaba; vamos que virgen no era pero tenia poca experiencia.



Cuando encontré mi compartimento en el ya estaban un matrimonio de media edad, y otro señor también de media edad. Después de un rato de indecisión empezamos a hablar, eran un matrimonio, el en los inicios de los sesenta, ella mediados los cincuenta pero muy preparada y el otro señor era el cuñado, viudo de la hermana de la señora. Ellos tres tenían un apartamento en la misma ciudad donde yo iba destinado y pasaban todo el otoño y parte del invierno a la espera de mejor clima.



Yo saque un libro y me dedique ala lectura, la señora llevaba un par de revistas del corazón y se puso a leer también y los dos cuñados enseguida desaparecieron camino del bar, iban y venían a menudo y pasadas un par de horas su situación etílica ya era divertida. La mujer supongo que estaba mosqueada pero no decía nada.



Una vez que yo estaba en el pasillo apoyado en la ventana y fumando un cigarro (entonces se podía) vi algo que me dejo perplejo, el marido sentado en el sillón todo tirado, la mujer intentando cubrirle y el cuñado desde atrás metiéndole mano a la señora, evidentemente a la vista del marido. Ella se enfado y se lo quito de encima como pudo y salio al pasillo también.



Yo me hice el desentendido y ella no se dio por enterada, estuvimos charlando un poco. Yo comente que tenia que estar un par de meses y ella me decía que no me preocupase que era una ciudad con mucho ambiente incluso en esas fechas, que había muchos jubilados y con ellos también mucha gente joven alrededor. Yo exprese mis dudas pero ahí lo dejamos.



La pareja de cuñados volvieron al bar y no volvían, supongo que la señora estaba preocupada, así que me preste a acercarme a ver si todo iba bien, allí estaban los dos, copa va y copa viene y en un estado ya mas que lamentable. Como pude les convencí y con grandes dificultades por el movimiento del tren les devolví al compartimento. La mujer les riño muy duro, pero ellos nada se desparramaron por el sillón y se quedaron fritos en un segundo.



Yo estaba incomodo, y salí al pasillo, fume otro cigarro y asomado mi cabeza le dije a la Señora que iba al bar, entonces ella me pregunto sino me importaba que me acompañase, que le daba un poco de corte ir sola. Evidentemente accedí, y le cedí la delantera, reconozco que no me había fijado en ella como mujer, pero la describiré.



Valentina que ese es su nombre era una mujer de altura media, redondita, con carnes pero no gorda, muy bien peinada, e impecable en el vestir. No era de esas señoras que destacan pero que si le dedicas atención las encuentras algo que atrae.



Ella iba por los pasillos delante de mi, llevaba una falda por debajo de las rodillas y unas medias negras enfundando un bonito par de piernas, pero lo mejor era su culo, un gran culo, grande pero no inmenso, prieto, y con un movimiento que hipnotizaba. Supongo que no había tenido oportunidad de verla con detalle en el compartimento, o por vergüenza casi no me había fijado. Pero ahora caminando delante de i me estaba dando un atracón.



Al llegar al bar pedimos un refresco y charlamos un rato de todo un poco, me estuvo interrogando por el trabajo, si tenia familia allí, que si tenia novia, que donde me alojaba, etc. Yo le conté que no conocía nadie, que en esa época estaba sin novia y que tenia hotel pagado por tres días y que luego me tenia que buscar la vida con el alojamiento, y que para eso me había dado una dieta un poco justa. Me aseguro que no tendría problema por encontrar un hotel o algo parecido por buen precio.



Luego se puso a hablar de ella y sus familia, que si tenia solo un hijo que estaba trabajando y viviendo en Madrid, que desde que su cuñado se quedo viudo y como no tenia hijos, y como ellos también estaban solos se había quedado a vivir con ellos. Que los dos hombres estaban prejubilados y que su situación económica era bastante desahogada, que viajaban en tren porque a ninguno de los dos les gusta conducir, y en bajo dijo que bebían un poco de mas y por eso tampoco a ella le parecía bien coger el coche, además en el tiempo que pasaban en Benidorm tampoco se movían a ningún sitio y no les hacia falta.



Me comento que la vida que hacían allí, es de levantarse tarde, ellos bajaban a por el periódico y a tomarse unos vinos, mientras ella hacia la compra, la comida y la casa, por la tarde un poco de siesta y se iban los tres de paseo, y otra ronda de vinos para ellos.



Pregunte sino se aburría, me dijo que si pero que tenia algunos conocidos de otros años y a veces dejaba a sus hombres con sus cosas y ella se iba por otro lado.



Volvimos a nuestro vagón y los hombres estaban dormidos ocupando los dos asientos todos tirados. Cerramos la puerta, y como el compartimento de al lado también estaba vacío nos sentamos allí, de hecho casi todo el tren iba vacío ese día. Nos sentamos frente a frente y nos pusimos cómodos para descansar un poco, yo me solté las zapatillas y el cinturón del pantalón, y Valentina se estiró en el asiento. Paso un rato en que nos adormecimos los dos, cuando abrí un poco los ojos allí estaba ella tumbada en el sillón, de espaldas a mi, con su vestido bastante subido, dejando ver sus medias y sobre todo dejando adivinar un maravillosos culo, y unas fantásticas bragas de encaje también negras.



Me puse a fantasear con un rato de sexo salvaje con aquella mujer, pero como eso un sueño entre la duermevela del momento, pero mi aparato no lo vio como un suelo y dio muestras de reaccionar en seguida. Cerré los ojos e intente dormir de nuevo, me dormí otro poco y cuando desperté Valentina estaba bien sentada frente a mi, y sonreía. No supe porque hasta que vi que en mi entrepierna había signos evidentes de mi excitación. Me puse rojo como un tomate y ella se rió conmigo, me pregunto si había tenido buenos sueños, y confesé que seguramente si. Valentina haciéndose la simpática me pregunto si echaba de menos a mis novias y yo que no se de donde saque la audacia le conteste que había estado soñando con ella.



Ahora fue ella la que se puso roja como un tomate, y cambió de tema. Se levanto a ver como iban su marido y su cuñado y se quedó en el otro compartimento. Yo salí al pasillo a fumar otro cigarro, y me deje estar allí de pie un buen rato viendo correr el paisaje. Valentina salio y fue al baño, cuando volvió dijo que estaba muy sucio, y justo al pasar a mi lado nos miramos a los ojos, y nos quedamos parados frente a frente pero sin decir nada, no se porque ni de donde saque la fuerza para hacerlo, pero me moví un poco, que obligó a que ella se pusiese de espaldas a la ventana, y entonces poniendo mis manos en el cristal acerque mi boca a la altura de la suya, sin dejar de mirarla a los ojos.



Valentina no hablo, cerró los ojos y abriendo sus labios me beso, más bien me comió a besos, me devoro mientras mis manos seguían apoyadas en el cristal, pero mi cadera al ritmo del tren buscaba la suya. Estuvimos unos minutos dándonos el lote en el pasillo, hasta que algo nos descentro, creo que fue la sirena del tren al pasar por alguna curva, o no se, pero fuimos conscientes de donde estábamos.



Como pude la lleve al compartimento en que habíamos estado dormitando antes, cerré la puerta, corrí las cortinas y de pie los dos seguimos besándonos como desesperados, Valentina estaba con el culo apoyado en l puerta y yo encima de ella besándola y metiéndole mano. Como pude mi mano se escapo por debajo de su falda, y entre los pliegues de sus bragas llegue a las mollas de su culo, recorrí con mis dedos el canal de separación de los dos glúteos, y a veces me quedaba a puertas de su coño.



Suspiraba totalmente entregada y se refrotaba contra mi entrepierna. Cuando llegue con mis dedos a su coño, estaba chorreando, me dedique a entrar y salir un poco y luego sacando mi mano me los lleve a la boca para degustar su sabor, increíble, sabían a sexo, a puro sexo.



Me aparte un poco y de un movimiento solté el cinturón y el botón del pantalón y deje que este cayera al suelo, mi slip dejaba a las claras lo excitado que estaba yo también, pues marcaba un respetable bulto, ahora fue Valentina la que no se reprimió y con su mano derecha buscó mi polla por dentro del slip.



Lo acabo bajando y dejando todo mi instrumento a la vista y se dedico a hacerme un trabajo de alivio, me estuvo masturbando un poco, mientras yo seguía besándola y metiéndole mano como podía. Llego un momento que estaba que explotaba, le pedí que parase, que no quería "irme" así, que lo que quería era follar, se rió pero no se enfadó, y de hecho no se como pero dejo que sus faldas cayesen al suelo, y se recostó en el sillón. Me tumbe encima de ella mientras mi rabo empujaba en sus bragas de encaje. Le hice incorporarse un poco y saqué sus bragas, antes de dejarlas en el sillón inspiré su aroma, olían a coño, embriagaban con su olor a hembra. Y entonces de un pequeño empujón se la clavé. Fue magnifico, pues Valentina se movía en mi encuentro, bombee hasta que no pude mas y me corrí dentro de ella, quedando sudoroso y agotado. Valentina estaba también sudorosa, pero con un estupendo color en sus mejillas y sonreía.



Hablamos un poco y pregunté si se había corrido ella, sin darle importancia me confeso que no, pero que estaba acostumbrada, como seguíamos medio desnudos me acerque a ella, la abrace y volví a besarla y mi mano volvió a buscar su coño, estuve un buen rato acariciándola, encontré su clítoris y no pare de acariciarla hasta que sus gemidos se hicieron mas fuertes y una gran sacudida me aviso de que se corría, se agitó, sin dejar de dar bandazos con su culo, y se corrió soltando un montón de flujo. Quedo toda tirada en el sillón mientras yo la abrazaba.



Supongo que habían pasado unos escasos veinte minutos, pero tan intensos que a los dos nos parecieron horas. Mi rabo que después de mi corrida había vuelto al reposos con el trabajito manual en le coño de Valentina y los morreos que nos dábamos volvió a ponerse en firmes, y tomé su mano para que lo notase.



Valentina, no dijo nada y comenzó de nuevo a meneármela, pero aparte su mano y volví a ponerla de espaldas en el asiento y abriendo un poco sus piernas puse de nuevo mi polla en la entrada de su coño, Ella me miraba entre sorprendida y excitada pero se dejaba hacer, levante un poco sus rodillas y volví a clavársela. Ahora aguante mucho mas y estuvimos culeando un montón de tiempo, y conseguí que entre mis clavadas y mis dedos jugando como podían con sus coño que se corriese, al poco lo hice yo vaciando la leche de mis testículos en su coño otra vez.



En total habría pasado una hora mas o menos, pero no nos molesto nadie, ni nadie paso por el pasillo, así que nos vestimos y volvimos a una posición normal.



Los dos cuñados seguían durmiendo. Y nosotros nos dedicamos a hablar, y yo a tirarle los tejos, conseguí que me dieses la dirección donde vivían y prometí llamarla en cuanto tuviese la oportunidad, le prometí que si teníamos la oportunidad de hacerlo en una cama le iba a hacer ver las estrellas de placer. Valentina sonreía pero callaba.



Nos medio adormilamos y poco antes del destino despertó a sus acompañantes.



Cuando bajamos del tren al llegar al destino me despedí de ellos y sobre todo de Valentina con un beso en las mejillas y aproveche para decirle bajito que en cuanto pudiese la iba a echar tres polvos seguidos, y conseguí que se pusiese roja como un tomate.



En mi nuevo trabajo las cosas no fueron fáciles, y mis compañeros tampoco me ayudaran en nada, me costo instalarme, pues el hotel era bastante cutre y hasta que me situé pasaron varios días, en ese tiempo no pude buscar a Valentina, pero el viernes después de comer que me quede libre fui a buscarla.



Fui a su casa pensando que su marido y su cuñado estarían con ella, llevaba una caja de bombones para justificar mi visita y decir que eran en agradecimiento por la informaciones que me había dado Valentina. Pero ella estaba sola y se alegro muchísimo al verme, me confeso que no pensaba que volviera a buscarla y que todo había sido un polvo loco para mi. Dije que de eso nada, que me lo había pasado muy bien y que si no había venido antes fue porque no me habían dejado, que si hubiese tenido su teléfono la hubiera llamado.



Al momento estábamos abrazados, besándonos y casi desnudos, de ahí a acabar en su cama de matrimonio no paso ni un minuto, y tener mi polla enchufada en su coño fue lo siguiente. Solté otro chorro grande de leche en su coñito pero Valentina no se corrió. Como la vez anterior abrazándola desde atrás mis dedos la masturbaron un montón de tiempo, a veces mis dedos sacaban mi leche y la llevaban a su boca para que los chupase, y otras era mi otro dedo el que presionaba desde atrás. Conseguí incluso que uno de mis dedos jugase en su culito y se corrió con mis "trabajitos manuales"



Después de un rato de descanso en su cama, nos pusimos juguetones otra vez y volvimos a follar, ahora fue ella la que se subió encima de mi, en esa postura conseguí manosear sus tetas a mi antojo, las tiene grandes y muy caídas pero aun así bonitas, con un gran pezón oscuro que se pone muy erecto cuando esta excitada. Yo aguante bastante mas y Valentina se corrió a gusto con mi polla bien clavada. Cuando me corrí yo descansamos otro poco y hablando, hablando nos pusimos cachondo de nuevo, la puse de espaldas y la volví a follar.



Lo hice duro, bombeando a todo meter y Valentina chillaba como una sirena, ella se corrió un par de veces y yo solté la poca leche que quedaba en mis pelotas.



Estábamos sudados, la habitación olía a sexo y el sexo estaba en el ambiente. Nos besamos y levantándonos de la cama nos fuimos a la ducha. Allí nos estuvimos besando y magreandonos pero nada mas, al salir ala habitación la estuve secando y ala vez metiéndole mano, sus tetas colgaban pesadas, pero mis labios las recogían mientras uno de mis dedos avanzaba en su coño, se empezó a mojar otra vez, y apoyándola en la pared con mis dedos la hice correrse de nuevo. Yo estaba en posición media y aunque mi rabo quería, no acababa de ponerse firme, por eso lo dejamos y nos vestimos.



Salimos juntos a la calle, bromeando como amigos, ella iba en busca de sus hombres y yo sin rumbo fijo. Los encontramos y estuve el resto de la tarde con ellos de paseo, de vinos y de charla sobre todo con Valentina.



Valentina estaba desatada, en cuanto podía yo la metía mano, la besaba, la tocaba el culo o lo que podía y la tenia acelerada. En un bar fue al servicio y yo detrás de ella, era un baño pequeño y estrecho y me colé con ella, la estuve besando mientras ella me decía que estaba loco, pero se dejaba hacer, como pude la masturbe y se corrió en tan solo un par de minutos, y pese a sus quejas le quite las bragas, diciéndole que así me iba a ser mas fácil meterle mano el resto de la tarde. Después de ahí fue total, mi mano estaba mas tiempo debajo de su falda que fuera y creo que bastante gente se tuvo que dar cuenta, no su marido ni su cuñado que ya andaban un poco pasados de vino.



Cuando se empezó a hacer tarde dije de invitarles a cenar por hacerme de anfitriones, fuimos a un mesón que conocían y nos pusimos de vino tibios los cuatro, incluso Valentina y yo. Durante la comida mi mano derecha se paso toda la cena jugando en el coño de Valentina que tuvo que hacer grandes esfuerzos por disimular.



Al salir como los cuñados iban a su aire y ni se enteraban yo detrás con Valentina no dejaba de darme el lote. Incluso la metí en un portal abierto y estuvimos un par de minutos besándonos y comiéndonos la boca desesperadamente, y los otros dos ni se enteraron.



A Valentina le dije que me gustaría dormir con ella y volver a follarmela, ella estaba tan caliente que hubiese accedido pero es era mas complicado, al llegar a donde vivían se quedo un poco rezagada conmigo en el portal, y me dijo que subiese en media hora, que iba a dejar la puerta entreabierta , que con la cogorza que llevaban los otros dos ni se iban a enterar que yo entraba en casa, pero que eso si, de madrugada tendría que marcharme.



A la media hora justa estaba en su piso, la puerta entreabierta y una luz suave en la sala, allí me esperaba Valentina, se había puesto la ropa mas sexy que tenia, lencería negra y un camisón negro semi transparente.



Con sigilo me acerqué y nos besamos como locos, nos tumbamos en el sofá y empezamos a besarnos y a magrearnos.



Valentina estaba cachonda como, estaba desatada, y loca por follar, me desnude en un momento y la desnude a ella sin pausa me puse entre sus muslos y entre hasta dentro, ahogo un grito en mi hombro y comenzamos a movernos los dos. Ella se corrió en seguida y yo también, supongo que después de toda la tarde calentándonos y pese a que ya habíamos follado tres veces estábamos "con ganas".



Nos quedamos quietos en el sofá, yo tuve que ir al baño a mear, y lo hice con cuidado de no despertar a sus hombres, pero vi algo que me dejo confuso, en la cama de matrimonio el que estaba era el cuñado y no el marido.



Al volver al salón, le dije que los dos tenían que estar muy pasados pues se habían equivocado de cuarto y el que estaba en su cama era su cuñado, y entonces Valentina me confeso que no se habían equivocado sino que se acostaba con los dos alternativamente, pero que ni así. Que su marido escasamente cumplían y que su cuñado algo mas pero tampoco, que cuando no estaban cansados, se habían pasado de vinos, total que ella nada de nada. También me confeso que bebían pero que no como esa tarde, que habitualmente vuelven alegres pero casi nunca borrachos, y que la convivencia era muy buena.



Pregunte como había llegado a acostarse con su cuñado y me confeso que fue idea de su marido al ver que él ya no cumplía, pero claro su cuñado aunque ponía interés tampoco llegaba muy lejos. Me pidió discreción, tanto en sus polvos conmigo como en lo que me había comentado, por supuesto que accedí y dije que tenía intención de seguir follando con ella hasta que se cansase de mi rabo. Valentina me dijo que de eso no se iba a cansar nunca.



Total que enseguida estaba sentado en el sofá, y Valentina sentada encima de mi polla subiendo y bajando. Fue un polvo muy largo pues yo ya daba poco mas de si y ella lo saboreaba totalmente.



Cuando se corrió se quedo como ida, pero yo ya no me corrí, mis pelotas ya no daban mas de si.



Después de descansar un rato me vestí y me fui.



 



El sábado en la mañana estuve en la cama hasta bien tarde y no baje ni a comer, por la tarde busque una cabina y llamé a Valentina por teléfono, le pregunté si podíamos vernos, dijo que si pero no en su casa, así que le di la dirección de mi hotel y me contestó que mientras su marido y su cuñado jugaban a las cartas ella se escapaba a verme. Cuando vino al hotel me dijo preocupada que la pasada tarde noche habíamos hecho muchas locuras, y que estaba preocupada.



Yo le dije que si lo había disfrutado y no había ocurrido nada, pues eso que llevábamos por delante.



Como tampoco teníamos mucho tiempo nos dedicamos a follar sin preámbulos, echamos un solo polvo pero largo e intenso. Cuando ya vestidos estábamos de charla me dijo que el hotel era bastante malo, y le dije que era el que me había buscado la empresa, y que con la dieta que me habían asignado tampoco iba a encontrar un cinco estrellas.



A Valentina se le ocurrió que podía hablar con su marido y alquilarme una habitación el tiempo que estuviera allí. Dije que seria estupendo y que estaba seguro que el trato de la patrona iba a ser muy bueno.



Quedamos en que esa noche me hiciese el encontradizo con ellos y que sacando el tema ella los convencía a los dos.



Cuando a la noche me encontré en la calle de los bares con ellos, compartí unos vinos y charla, me queje mucho de que el hotel donde estaba era muy malo y que no me llegaba para pagar otro mejor, que encima tenia que comer, y bueno estuve muy pesado con ese tema. Total que los dos hombres me apoyaban en que no había derecho, etc. pero fue Valentina la que dijo que si su marido quería ellos podían alquilarme una habitación completa y lo mismo le daba cocinar para dos que para tres.



Yo agradecí el ofrecimiento pero dije que primero lo hablasen ellos, que a mi me harían un gran favor pero tampoco quería molestar, así que con buenas palabras les deje a los dos hombres que lo decidiesen ellos. Me despedí y con Valentina quede que el Domingo a la tarde la esperaba en mi hotel.



Al día siguiente Valentina a primera hora de la tarde estaba en mi hotel, y directamente se metió en mi cama, estuvimos abrazados y de conversación un rato. Me comento que no volvió a sacar el tema de alojarme en su casa, pero que lo hizo su cuñado, ella se mantuvo al margen pero su marido no estaba convencido pero que al fin dijeron que como iban a ser unos meses y parecía formal y de fiar, además de ser de la misma ciudad pues que si me veían otra vez por ahí negociarían conmigo las condiciones.



Esa tarde en mi cama no hubo sexo, pero si muchas caricias y carantoñas, cuando yo ya estaba mas que en forma me dijo que se había hecho tarde y que ya nos encontraríamos por la tarde. Me dejó con una erección terrible pero la promesa de arreglar el asunto en cuanto fuese posible.



A la tarde me los encontré de poteo y me junte a ellos, yo no comente nada del alquiler, pero el cuñado saco el tema, diciendo que lo habían estado pensando y que si llegábamos a un acuerdo económico se podía arreglar. Pregunte que para mi no era solo el dinero, sino que me hacían un favor y que ellos pusiesen la cantidad que yo la aceptaba. Me dijeron una cantidad, bastante ajustada y me dijeron también que sobre todo no querían que nadie fuera de mí fuese a la casa, que si quería tener "visitas" me las apañase de otra forma. Poco se imaginaban lo que iba a pasar.



Quede con ellos que ese mismo lunes al mediodía me instalaba, me dijeron la dirección y como llegar (Valentina entre tanto sonreía socarrona), decidí irme a dormir con la excusa del trabajo del lunes. Al irme Valentina me dedicó una sonrisa promesa de futuros placeres.



El lunes desde el trabajo cuando supuse que Valentina estaría sola en casa llame por teléfono y hable con ella, la note contenta, pero también me aviso de que debíamos ser muy cautos, por supuesto prometí absoluta cautela.



Pasadas las tres de la tarde llegue a la casa, ellos estaban en la mesa comiendo ya, me disculpe diciendo que yo en le trabajo salgo a las tres y me es completamente imposible llegar antes, también me puse ala maesa y Valentina me puso la comida, acabamos de comer y estuvimos un buen rato de charla, para su marido y su cuñado se había hecho tarde, y ese lunes no echaron siesta y se fueron directamente a jugar la partida con su cuadrilla habitual. Yo dije de retirarme a mi habitación diciendo que tenía que repasar un montón de informes.



Cuando sentí que los dos hombres se marchaban y pasado un corto espacio de tiempo de precaución volví a la cocina, Valentina ya había acabado de recogerlos todo y estaba sentada a la mesa con un café, me ofreció otro y nos pusimos a hablar.



La sentí preocupada, y pregunte los motivos, me contestó que veía que la situación se le estaba escapando de las manos y que si no tenia cuidado todo podía acabar mal. Yo intente tranquilizarla y confesé que la situación era morbosa pero que no pasaría nada de lo que se pudiese arrepentir, y de hecho intentaría que ellos tres hiciesen su vida más o menos normal.



Fuimos al sofá, y estuvimos un rato dormitando y viendo la tele, esa tarde no paso nada, supongo que nos estuvimos evaluando el uno al otro y cual era nuestra posición. Llego un momento que me retire a mi habitación a leer, mientras ella seguía viendo la tele.



A media tarde llegaron los dos hombres a buscar a Valentina para pasear, me ofrecieron la posibilidad de acompañarlos, pero me negué, diciendo que había sido un día duro. Ellos salieron y estuvieron fuera hasta pasadas las nueve y media de la noche en que volvieron. En el rato en que estuve en casa husmee un poco por la casa pero sin entrometerme demasiado, vi donde estaba todo y ojee los libros, fotos etc.



Cuando llegaron cene con ellos y estuvimos otro rato de charla, supongo que yo soy capaz de seguir casi cualquier conversación, hablamos de casi y se nos hizo bien tarde de charla. A una hora prudencial me fui a dormir mientras ellos se quedaban un rato en la tele.



Sentí por los ruidos cuando iban a la cama y lo que mas me impactó es que en la habitación de matrimonio hubo juerga, sentí que hablaban en susurros y luego los movimientos rítmicos de la cama que daban a entender un polvo contenido. Supongo que a uno de los hombres de la casa mi presencia allí igual le dio ganas de demostrar su virilidad desde la distancia.



Yo me dormí y no se cuando acabarían ni como.



Al día siguiente cuando llegue a comer me estaban esperando, comimos y hubo un rato de charla al café pero cortito, los dos hombres se fueron a echar la siesta mientras yo seguía en la cocina charlando con Valentina.



No lo pude resistir y cuando estaba en la fregadera me levante y m e puse a su espalda, mientras mi manos buscaban sus tetas desde atrás y ponía mi bulto en su culo, le comí la oreja y le decía que me ponía muy caliente verla tan guapa. Ella no decía nada pero tampoco protestó supongo que halagada de mi interés.



Se dio la vuelta y nos besamos en silencio, se dejaba hacer y yo aproveche para meterla mano y ponerla a tono. Cuando note que empezaba a ponerse cachonda lo deje y fije que cuando sus hombres se fuesen a jugar la partida acabaríamos el juego, que mientras estaba en mi habitación.



Se quedo un poco chafada pero lo medio entendió, y siguió a lo suyo. Cuando los hombres se levantaron de la siesta y se fueron ella como un rayo vino a mi cuarto en mi busca, estuvimos un rato de besuqueo y antes de pasar a mayores dije que necesitaba darme una ducha; fue una de esas casualidades de la vida, pues mientras yo me duchaba ella se fue al salón y puso la tele, y en ese momento aparecieron los dos hombres, traían una excusa tonta y supongo que desconfiaban y habían vuelto a ver si nos pillaban hacinado algo extraño. Y no nos pillaron de pura casualidad. Cuando vieron que todo estaba normal se quedaron tranquilos, al salir en albornoz y preguntar que pasaba dijeron que nada y Valentina decidió que se iba con ellos de paseo un poco antes que otras veces.



Me quede un poco contrariado pero supongo que fue la mejor solución, me dedique a descansar y a la lectura, luego me di una pequeña vuelta por el pueblo antes de volver a cenar.



Cenamos y charlamos un rato, a Valentina se le notaba la calentura desde lejos pero en lugar de calmarla me dedique a acelerarla mas, cuando me levantaba y coincidía en el pasillo, o en la cocina la metía mano y la besaba, diciéndole obscenidades al oído. Total que tenia que estar como un horno.



Esa noche también sentí movimiento en su cuarto pero preste mas atención y comprobé que el movimiento era de poca intensidad y enseguida lo dejaron.



Al día siguiente llame por teléfono y le vacile un poco con ella, diciendo que no era justo, que yo la calentaba y luego el otro se la follaba, ella estaba enfadada y me dijo que lo intento pero nada de nada, pregunte cual de los dos hombres había sido y me contesto que la pasada noche fue su marido y la anterior el cuñado, que por cierto lo único que hizo fue subirse encima, metérsela, moverse un rato y correrse y que ni se entero. Yo le asegure que a la mínima oportunidad que nos dieran se iba a enterar.



Esa tarde en la comida dije que tenia que marcharme enseguida que me esperaba una compañera de trabajo para enseñarme la ciudad, era mentira pero quería tener una excusa para irme y poder volver cuando Valentina estuviese sola. Cuando me oyó se quedo mosqueada pero se lo guardó muy bien. Tome café y me fui, sabia que los dos cuñados se iban sobre las cinco y media así que a las seis menos cuarto volví a la casa. Valentina pensando que eran ellos que volvían como el día anterior salio a decirles algo y al verme se le abrieron los ojos como platos. Allí mismo en la entrada se echo encima mío y nos comimos los morros como dos adolescentes. Fue visto y no visto, estábamos desnudos en un instante y apoyada en la misma puerta de entrada se la estuve refrotando por la entrada de su coño, Valentina se corrió aullando y me pidió irnos a mi cama. En mi cama y con el tiempo justo echamos un par de polvos rápidos pero intensos, los dos quedamos conformes y volví a escaparme.



Confesé que lo de mi cita había sido una treta pero que había pensado que si ellos creían que tenia un apaño por ahí no sospecharían que yo me metía en su cama. Salí de la casa y se que al poco volvieron ellos. Estuvieron de paseo por ahí y cuando volvieron yo ya estaba en casa. Cenamos y como todas las noches tuvimos un rato de charla.



Hubo un momento en que Salí a la terraza a fumarme un cigarrillo y salio también Valentina a tomar el aire, cuando pude la bese y la magree y le dije que se preparase que al día siguiente se iba a enterar. Esa noche no hubo movimientos en su cama supongo que los jubilados no estaban para esfuerzos.



El siguiente día en la comida me interrogaron como me había ido todo, conté un montón de mentiras y dije que lo había pasado bien, y todo eso pero que esa tarde tenia cosas que preparar y no podía salir. Cuando se fueron a dormir su ratito de siesta en la cocina estuve un buen rato preparando a Valentina para nuestra siesta particular y en cuanto se fueron los dos cuñados volví a la cocina y de pie con Valentina espatarrada encima de la mesa de la cocina me la folle. Gemía y bufaba como una vaca, se corrió dando bandazos con el culo y yo le llene también el coño de leche. Fueron tan solo unos minutos y me volví a mi cuarto, mientras ella acababa de preparar unas cosas, no habrían pasado ni diez minutos que volvieron los dos hombres, ella estaba ocupada en la cocina y mosca con la actitud de ellos pero como efectivamente tenia cosas que hacer se callaron, y dijo que esa tarde no iba a salir. Y fui yo el que dije que me iba ala calle con ellos, les deje en su ruta habitual y así como al descuido les dije que iba a ver si me encontraba con mi compañera de trabajo. En cuanto les despiste volví a la casa Valentina seguía ocupada en la cocina pero en cuanto me vio lo dejo todo y nos fuimos a mi cama donde sin tanta presión del reloj pasamos un par de horas de intenso folleteo.



Cuando acabamos me fui y volví cuando ya estaban los hombres en casa



Estuvimos así mas de un mes de jugar al escondite con los dos cuñados y yo follandome todos los días a Valentina pero siempre corriendo y pendiente del reloj.



Una noche que sentí movimiento en el cuarto de Valentina, sentí también alguna que otra voz pero me hice el dormido, pregunte al día siguiente que pasaba y me dijo que su cuñado la había follado pero sin mas y le había echado la bronca por que ella no se enteraba de nada. Esa tarde (esto me lo comento pasado un tiempo) hablo con su marido y le cantó las cuarenta, le dijo que eso de ser la puta de los dos cuñados y encima no enterarse de nada se iba a acabar, que ella también quería disfrutar aunque fuese un poco. Así que tenían que ponerse las pilas. Esa noche lo intento primero uno y luego el otro, pero ella no saco nada en limpio y se enfadó con ellos dos. Y lo mejor de todo es que les aviso que iba a insinuarse a mi y si conseguía atraerme me iba a llevar a la cama.



Los dos cuñados lo intentaron pero Valentina les hizo comprender que no conseguían nada, total que hablo con su marido y le dijo que hablase conmigo y le preparase el terreno para poder seducirme. El hombre no estaba por la labor, y le amenazó con buscarse un amante fuera de casa y que iba a ser peor.



Total que un sábado a la mañana que me tome un par de vinos con los dos cuñados se sinceraron conmigo, lo mas curiosos es que era el cuñado el que llevaba la voz cantante. Empezaron que si ellos estaban mayores, que si tal que si cual, que si Valentina era mucho mas joven, que todavía sentía ganas por "hacerlo" y me avisaron que si alguna día ella hacia una acercamiento no me sintiese ofendido. Yo me hice le sorprendido y les dije que su mujer era una señora muy apetecible, y que a cualquiera le gustaría estar con una mujer como ella, pero que yo no podía traicionar su confianza y esas cosas, y bla bla bla, que me pondría en una situación incomoda y todo eso. Vamos que la final fueron ellos los que me insistieron en que si Valentina intentaba algo conmigo que si no me importaba, ellos lo entenderían, claramente me dejaban la puerta abierta a que fuese a la cama con Valentina.



Yo lo deje estar y cambiamos de tema, esa tarde salieron de paseo y me hice el encontradizo con ellos, tomamos mas vinos de lo normal, incluida Valentina que estaba un poco achispada, no dejaba relanzarme puyas.



Dije de picar un poco en el mesón de la anterior vez, estuvieron de acuerdo y yo les invite como agradecimiento de todas las molestias que les causaba, cenando Valentina no paro de meterme mano, mientras que yo me escabullía. Después tomamos un café y Valentina quiso ir a un pub de gente mas joven a tomar un "cubata" sus maridos ya estaba un poco cascados pero accedieron, aunque era todavía un poco pronto en un pub encontramos música y un poco de espacio para bailar, Valentina casi me obliga a salir con ella a una pista minúscula donde se me restregó a conciencia. Le dije que me estaba provocando y me contesto que esa era su intención, total que me lié la manta ala cabeza y nos arrimamos tanto que en la pista en la zona masa oscura nos dimos unos morreos de espanto.



Dije que iba al baño y al pasar hable con los dos cuñados, les comente que Valentina estaba muy acelerada y que si seguía provocándome no respondía de mi mismo, y que lo sentía mucho pero que no lo podría evitar, me miraron y se rieron con una risa tonta, dejándome hacer. Al volver del baño les dije que igual era mas cómodo para todos si ellos se marchaban a casa y así no se sentirían incómodos. Se lo pensaron pero no se fueron.



Yo mande a la mierda los prejuicios y de vuelta a la pista le di un repaso en condiciones a Valentina, mientras los dos cuñados no perdían detalle.



Cuando salimos fuera, Valentina les dijo claramente que estaba a falta de macho y que si yo no quería se iba a buscar otro como fuese. Yo estaba un poco incomodo pero los dos cuñados con su media melopea callaban. Ella se me acerco y delante de ellos dos me morreo a conciencia. Los dos hombres miraban incrédulos pero creo que excitados, yo con los ojos les buscaba pero ellos solo tenían una sonrisa entre incrédula y estupida y callaban. Así que me deje ir.



Fuimos a otro bar y allí fue pero, esta muy lleno y Valentina se pegó tanto a mi que consiguió que mi rabo se pusiese como una barra, tuve que decirla que parase y dejase algo para casa. Les dije a todos que volvíamos a casa y les lleve con mi minúsculo "SEAT panda" solo para entrar tuvimos que reírnos, al llegar en el ascensor no dejo de provocarme sin importarle nada que los dos hombres estuviesen presentes, y al entrar en casa en un aparte con su marido le dijo que la cama grande la iba a usar conmigo y que se fuese a dormir a mi habitación.



Entramos en su dormitorio y como una loba se fue a por mi, no cerró ni la puerta, le daba igual todo y follamos una vez, y follamos de nuevo, y volvimos a follar. Fue una madrugada muy larga, me saco toda la leche de mis huevos, y se quedó mas que satisfecha, y yo por supuesto reventado.



Bien entrada la mañana me despertó con sus manos en mis huevos, acariciándolos y consiguiendo de nuevo ponerme en marcha, echamos un ruidoso polvo mañanero. Después de la ducha se levanto a preparar le desayuno, cuando fui a la cocina los dos cuñados ya estaban allí, y en sus caras no se notaba nada raro. Yo intente hacerme el despistado pero como ellos no se dieron por aludidos yo tampoco.



Valentina estaba radiante, no comentó nada, tan solo dijo que hacia años que no dormía tan bien, y todos callamos.



Salí a la calle con los dos hombres a por la prensa y a por el pan, íbamos callados, hasta que un poco azorado les pedí disculpas por lo de la pasada noche, ellos dijeron que hacia años que no veían a su mujer tan feliz, y que no pasaba nada.



Esa tarde después de comer Valentina dijo que se iba a echar la siesta y reclamó a su marido con ella, (su cuñado sonrió) Su marido estaba como un niño con zapatos nuevos y se entretuvieron en la cama un buen rato, fue algo poco efectivo pero él se quedó contento. Esa noche compartió cama con el cuñado y también le dejo contento.



Desde ese día follabamos por las tardes sin escondernos y con el consentimiento implícito de los dos hombres pero las noches entre semana se las reservaba a ellos.



Los fines de semana que estuve allí salimos a cenar y luego un poco de marcha, acabábamos los cuatro bastante pasados y generalmente acababa metiéndole mano en cualquier sitio acabando la follada en casa.



Por lo que me contó Valentina un día, a su marido y su cuñado les gustaba mirarnos follar y se escondían para ver como se la clavaba. Un sábado les vi en el umbral de la puerta, así que les dije que podían pasar. Verme con publico me hizo sentir todavía mas cachondo y los dos dimos lo mejor de nosotros mismos. Fueron un par de polvos de película, les sacamos chispas.



Esa noche me amorre por primera vez a su coño, nunca se lo había hecho y conseguí que Valentina bramase de gusto. Además iba retransmitiendo la jugada, que si era muy calentorra, ,…. Cuando acabe y con Valentina totalmente espatarrada y reventada les dije a los dos "maridos" que no hacia falta un rabo duro, que si la lengua funciona también vale.



Desde ese sábado fuimos descubriendo todas las posibilidades del sexo juntos, Valentina y yo realizándolas y ellos viéndolas. Empezamos a practicar todo tipo de posturas, seguimos con sexo oral, a Valentina le costo aprender a chuparla pero luego lo bordo, además es algo que a los dos maduros les encantó. Practicamos sexo anal, que a los tres les dejó pasmados pero que luego Valentina disfrutó a tope, incluso un par de noches vendé sus ojos y até sus muñecas a la cama, primero la folle yo y cuando me hube corrido la dejé a disposición de los dos maduros, que se enviciaron con ella.



En el tiempo que follamos juntos jamás hubo un reproche ni una mala contestación, ni siquiera malas caras.



Lo peor fue cuando tuve que volver a mi casa, me costo renuncia a una hembra tan caliente, no perdí el contacto telefónico con ellos, hablaba con los tres y me comentaban que a base de dedos, de lengua conseguían medio satisfacer a Valentina, pero que sobre todo ella echaba de menos mi rabo.



 



Cuando llego la primavera y volvieron a mi cuidad me llamo casi enseguida y corrí como loco a su cama, me esperaban los tres y los tres disfrutamos de una noche completamente loca, en la que hicimos de todo, pero de todo. Fueron un montón de horas de sexo a tope en las que simios de todo y compartimos de todo.



El problema es que esta es una ciudad pequeña y no nos podemos permitir el lujo de descarriarnos en publico, la mayor locura que hemos hecho aquí fue una tarde en las piscinas, que en un pequeño resguardo a escondidas del publico y mientras el marido vigilaba echamos un polvo rápido. Realmente me escapaba muchas tardes a su casa y follabamos sin cortapisas, y sin prejuicios.



En esta situación estuvimos varios años, hasta que murió el marido y a los dos años se volvió a casar con su cuñado, su hijo iba poco por casa pero eso no nos freno para seguir follando. Con la muerte de su marido nos fuimos enfriando un poco pero aun así quedábamos de vez en cuando.



Ella fue cómplice y testigo de mis avances profesionales, de algunas de mis novias y luego de la que es mi mujer. A esta le confesé que había tenido una pequeña aventura con Valentina y se quedo extrañada pues entonces ya pasaba de los sesenta, aunque mentí diciendo que había sido mucho antes.



Pero aun a sus setentas y pico años de vez en cuando iba a visitarla y alguna vez nos metíamos al dormitorio a follar y a recordar los viejos tiempos, también murió su cuñado y nuevo marido y al poco fue ella la que nos dejo. Siempre recordare que dos semanas antes fui a verla y echamos un glorioso polvo, pausado, despacio y disfrutando de cada pausa, de cada embestida. Lo recuerdo porque me dijo que ya se podía morir tranquila, estuvimos un buen rato en la cama hablando como buenos amigos y recordamos como nos conocimos y como se desarrollo todo después.



Como su marido era reticente a lo que paso pero que luego lo disfruto como nadie, y que entre los tres la hicimos feliz y una mujer sexualmente satisfechas. Me hizo un regalo como si adivinase los acontecimientos, era una pequeña joya que llevaba cuando nos conocimos y que siempre llevó puesta desde ese día y que ahora ha heredado mi hija más pequeña.



Esta historia es un pequeño homenaje a una gran mujer que supo vivir como una señora y hacer felices a sus hombres.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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