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Me lo hicieron en un camión.

Una vez mas terminaba la temporada de clases y yo me preparaba para pasar un verano aburrido, ya que no tenía amigos, salvo algunos compañeros de clases pesados que a veces me invitaban a salir, pero por el solo hecho de divertirse a mis costillas.

Yo creo que lo hacian porque yo era introvertido, un chico de 16 años, de casi 1,70 m. no muy flaco, con acnés y lampiño.
Cuando que ellos ya casi todos tenian físicos imponentes y con mas de 1,90 m.y vellos en el pecho y las piernas, y claro se creian los machos irresistibles. A las chicas las volvían locas, y claro a mí nadie me daba bolilla.

Ese verano, mi padre contrató a un ayudante para que lo ayude en su trabajo, que era el de hacer transporte de cargas en sus camiones.

Este era un joven, de como 27 años, alto musculoso, con el pecho, piernas y brazos llenos de vellos y siempre llevaba la barba se crecida, al estilo naufrago.

Se presentó un día muy caluroso, tenía puesto un short de jeans ajustados y la camisa la tenía desprendida, dejando ver su fabuloso físico, que me hizo estremecer.

Al instante bajé la mirada a la entrepierna y ví un maravilloso bulto, que de solo imaginarme, se hizo agua la boca y empecé a tener una erección, que no se me notaba, pues yo siempre vestía ropa olgada y además el por el tamaño de mi herramienta no lo iba a notar.


- Me llamo Silvio, me dijo.
- Que tal? le respondí - Vas a trabajar con mi papá? le pregunte.
- Así es, me contrató para trabajar durante el verano.
Me paso la mano y me sonrío, yo le estreche la mano y me quedé mirandolo, ya que no solía tener un gesto amable de parte de mis congéneres masculinos.

- Vos también manejás los camiones?
- No! Estás loco, mi papá me mata si trato de tocar el volante de sus camiones, además no me interesa, le respondí.

Nos despedimos ese día y luego de dos días volvió para empezar a trabajar.
Me dijo que tenía que viajar al día siguiente y me preguntó si no tenia nada que hacer que podía acompañarlo si quería.

Por supuesto que me encantó la idea, pero tenia que pedirle permiso a los viejos.
A mi papá no le entusiamó tanto la idea porque significaba mas gastos en el viático, pero luego aceptó y además me dijo:
- Andá, así te hacés hombre por ahí!

Esa idea se pasó rondando mi cabeza toda la noche, ya empezaba a tener fantasías con Silvio, y esa noche mehice una flor de paja para alivianarme.

Salimos muy temprano en la madrugada, para aprovechar el fresco y empezamos nuestro viaje.
El manejaba el camión muy seguro, se notaba que ya tenía experiencia.
Al poco tiempo de estar en la ruta, ya salió el sol y nos daba de frente.
En minutos ya estabamos choreando de sudor, el traia una camisa, que se empezó a desprender, cuando salimos de la ciudad el ya estaba casí desnudo, manejando solo con un short bien ajustado y unas zapatillas.

Me miró y vio que yo estaba tambien empapado en sudor, me dijo si porque no me saco la remera, que iba a estar mas fresco.
- ok. le dije y me la saque. Yo quedé con unas bermudas olgadas.

De repente lo miraba y le caia el sudor po la cara y por el pecho, entre los vellos se notaba como iban cayendo los hilos de sudor.
Se lo veia muy caliente, en todos los aspectos!

El se secaba con una tohallita que tenia, de repente me la tiró en el regazo y me dijo:

- Secate ese sudor, que vas a mojarte todo.
No sabía que la ropa interior en la parte delantera ya la tenía totalmente mojada de mi líquido.
Me pasé la tohalla por la cara y pude oler el olor de un sudor de macho, que al instante me hizo tenerla dura, por lo que para disimular me incliné hacia adelante.

Luego de un rato el se dió cuenta que yo la tenía bien al palo y me dijo:
- Ah! se te paró, no te preocupes, eso ocurre mucho cuando viajas por primera vez en estos camiones que se sacuden mucho. Yo me hago la paja para alivianarme.

En eso sentí un calor extraño que me recorria el cuerpo, pero que no era debido al clima.
El se dió cuenta que se me puso la cara como tomate y me dijo.
- No me digas que vos no te haces la paja!
- Claro que me hago la paja!, le respondí.
- Pero me encantaría que nos hicieramos juntos, le agregué.
- EEEh! mirá vos, te gustan las emociones fuertes, me dijo.
- Claro, o es que no te gustaría que te lo haga, le contesté.

En eso llegamos a un parador, comimos algo liviano y calmamos nuestra sed de liquidos, pero había otra sed que no podíamos calmar.

Seguimos viajando hasta encintrar un desvío en la ruta, nos metimos como 1 km.
Era un lugar donde no se podía ver a nadie, con muchos arboles y sombra.

De todas formas, solo nos quedamos dentro del camión, pues este tenía como una cama atrás de los asientos.

El se sacó de un tiro aquel short de jean ajustado que tenía, no llevaba ropa interior, mi mirada se centró al instante en aquella pija de unos 18 cm. que la tenía bien parada y empezó a acariciarse.

No dudé ni un momento y me desvestí en menos de lo que canta un gallo.
- Veni, cumpli con lo que me prometiste me dijo.

Me acerque a el y fuí directo a aquel hermoso miembro que el me ofrecía abriendo sus muslos.
Empecé a besarlo, primero suavemente, le pasaba la lengua por la cabeza y le metía la punta en su meato, saboreando el líquido salado que empezaba a salir.
- Ah! que sabroso, me dijo
- Te gusta? le dije.
- Ahhh! siguio gimiendo.

En eso se dío la vuelta y quedamos en una posición 69, no empezamos a chupar la pija mutuamente.
Aquello era realmente caliente, y aparte estabamos empados de sudor.

Luego de estar así un buen rato, me hizo poner acostado boca arriba con las piernas levantadas, fue directo a mi culo, a pasarme su lengua, me lamía el agujero, eso sí que estaba como para explotar de la calentura.
Yo gemía de placer, mientras el me abría el orto con su caprichosa lengua juguetona.

Al rato de pone como de rodillas y se acuesta encima mío, me acerca su cabeza a mi culo, siento como la apoya, siento como late.
Me pasa algo por el culo, ahora creo que habrá sido algún lubricante de vehiculos, pero se sintió suave.
Me la iba metiendo despacio, con mucha suavidad, porque me dijo que no me quería lastimar.
Pero de igual manera a mi me dolía, yo gemía, tanto de placer, como de dolor.
Después de estar así por un rato ya se me fue pasando el dolor y el empezó a sacar y empujar su pija dentro de mi culo, que placer sentíamos los dos, nos pasabamos la lengua por la cara, el cuello, sintiendo el gusto salado del sudor, luego nos metíamos la lengua en la boca, que placer!
Creo que estubo dentro mio como media hora, metiendo y sacando su poderosa pija dentro de mi culo, bañandome con su sudor.
En eso siento que lanza un grito, y me dice:
- Ya viene, ya viene, gritando de placer.
- Tambien yo ya llego, le dije, al rato explota el semen por su pecho y por mi abdomen.
Creo que nunca sentí tanto placer comoa aquella primera vez entre Silvio y yo.

Luego de lavarnos algo y secarnos el sudor, continuamos nuestro viaje.

Silvio estuvo contratado cerca de 3 meses y yo viajé con el como cinco veces, y en cada viaje el me hacía experimentar cosas nuevas.
Datos del Relato
  • Autor: Rory
  • Código: 14097
  • Fecha: 09-04-2005
  • Categoría: Gays
  • Media: 5.56
  • Votos: 66
  • Envios: 5
  • Lecturas: 3090
  • Valoración:
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