WARNING:
Esta historia no la entenderá todo el mundo.
Acababa de atravesar el desierto del Mohave. El coche se murió de aburrimiento. O quizá le mordió el neumático una cascabel. No le gustaba la arena, ni el calor, ni el frío. Estornudaba mucho. Un calor horrible. Arena y lagartos. Culebras y más lagartos. Piedras y un cactus. Mis botas tenían hambre y dientes afilados.
Cagué detrás del cactus. Me estaba deshidratando y me faltaban dos kilómetros para llegar al pueblo. Tenía los huevos cocidos. O hervidos. Da igual.
Me dirigí directo al Bar de Toni.
También hacía mucho calor aquella noche en el Bar de Toni. Ni siquiera pensaba en follar. Sólo en beber cerveza fresca. Toni nos puso un par para mí y para Mike el Indio, y Mike sacó el dinero.
Le dejé pagar la primera ronda. Toni lo echó en la caja registradora, aburrido, y miró alrededor... había otros cinco o seis mirando sus cervezas. Imbéciles. Así que Toni se sentó con nosotros.
-¿Qué hay de nuevo, Toni?- pregunté.
- Es una mierda- dijo Toni.- No hay nada nuevo.
--¿Mierda?
- Hay mierda- dijo Mike el Indio. Bebimos las cervezas.
-¿Qué piensas tú de la Luna?- pregunté a Toni.
- Mierda- dijo Toni.
- Sí- dijo Mike el Indio-, el que es un carapijo en la Tierra es un carapijo en la Luna, qué mas da.
- Dicen que probablemente no haya vida en Marte - comenté.
-¿Y qué coño importa?- preguntó Toni.
- Pues si hay mierda- dije- dos cervezas más.
Toni las trajo, luego volvió a la caja con su dinero. Lo guardó y regresó.
- Mierda, vaya calor. Me gustaría estar más muerto que los antiguos.
-¿Adónde crees tú que van los hombres cuando mueren, Toni?
-¿Y qué coño importa?
- ¿Tú no crees en el Espíritu Humano?
-¡Eso son cuentos!
-¿Y qué piensas del Che, de Juana de Arco, de Billy el Niño, y de todos ésos?
- Cuentos, cuentos.
Bebimos las cervezas pensando en esto.
- Bueno- dije-, voy a echar una meada.
Fui al retrete y allí, como siempre, estaba Peter el Búho. La saqué y empecé a mear.
- Vaya polla más pequeña que tienes - me dijo.
-- Cuando meo y cuando medito sí. Pero soy lo que tú llamas un tipo elástico. Cuando llega el momento, cada milímetro de ahora se convierte en seis.
- Hombre, eso está muy bien, si es que no me engañas, porque ahí veo por lo menos cinco centímetros.
- Es sólo el capullo.
- Te doy un dólar si me dejas chupártela.
- No es mucho.
- Eso es más del capullo, seguro que no tienes más que eso.
- Vete a la mierda, Peter.
- Ya volverás cuando no te quede dinero para cerveza.
Volví a mi asiento.
- Dos cervezas más- pedí.
Toni hizo la operación habitual. Luego volvió.
- Vaya calor, voy a volverme loco - dijo.
- El calor te hace comprender precisamente cuál es tu verdadero yo - le expliqué a Toni.
-¡Corta ya! ¿Me estás llamando loco?
- La mayoría lo estamos. Pero permanece en secreto.
- Sí, claro, suponiendo que tengas razón en esa chorrada, dime,¿cuántos hombres cuerdos hay en la tierra?¿ hay alguno?
- Unos cuantos.
-- ¿Cuántos?
-¿De todos los millones que existen?
- Sí, sí.
- Bueno, yo diría que cinco o seis.
-¿Cinco o seis?- preguntó Mike el Indio -.¡hombre, no jodas!
-¿Cómo sabes que estoy loco? di - peguntó Toni
-.¿Cómo podemos funcionar si estamos locos? – preguntó Mike
- Bueno, dado que estamos todos locos, hay sólo unos cuantos para controlarnos, demasiado pocos, así que nos dejan andar por ahí con nuestras locuras. De momento, es todo lo que pueden hacer. Yo en tiempos creía que los cuerdos podrían encontrar algún sitio donde vivir en el espacio exterior mientras nos destruían. Pero ahora sé que también los locos controlan el espacio.
-¿Cómo lo sabes?
- Porque ya plantaron la bandera norteamericana en la luna. Ahora quieren ir a cagar a Marte.
-¿Y si los rusos hubieran plantado una bandera rusa en la luna?
- Sería lo mismo- dije.
-¿Entonces tú eres imparcial?- preguntó Toni.
- Soy imparcial con todos los tipos de locura.
Silencio. Seguimos bebiendo. Toni también; empezó a servirse whisky con agua, podía; era el dueño.
-- Coño, qué calor hace- dijo Toni.
- Mierda, sí- dijo Mike el Indio. Entonces Toni empezó a hablar.
- ¿Locura?- dijo-¿Y si os dijera que ahora mismo está pasando algo de auténtica locura?
- Claro- dije.
- No, no, no...¡ quiero decir AQUI, en mi bar!
-¿ Sí?
- Sí. Algo tan loco que a veces me da miedo.
-- Explícame eso, Toni- dije, siempre dispuesto a escuchar los cuentos de los otros. Toni se acercó más.
- Conozco a un tío que ha hecho una máquina de follar. No esas chorradas de las revistas de tías. Esas cosas que se ven en los anuncios. Botellas de agua caliente con coños de carne de buey cambiables, todas esas chorradas. Este tipo lo ha conseguido de veras. Es un científico alemán, lo cogimos nosotros, quiero decir nuestro gobierno. Antes de que pudieran agarrarlo los rusos. No lo contéis por ahí.
- Claro hombre, no te preocupes...
- Von Brashlitz. El gobierno intentó hacerle trabajar en el ESPACIO. No hubo nada que hacer. Es un tipo muy listo, pero no tiene en la cabeza más que esa MAQUINA DE FOLLAR. Al mismo tiempo, se considera una especie de artista, a veces dice que es Miguel Angel... le dieron una pensión de quinientos dólares al mes para que pudiera seguir lo bastante vivo para no acabar en un manicomio. Anduvieron vigilándole un tiempo, luego se aburrieron o se olvidaron de él, pero seguían mandándole los cheques, y de vez en cuando, una vez al mes o así, iba un agente y hablaba con él diez o veinte minutos, mandaba un informe diciendo que aún seguía loco y listo. Así que él andaba por ahí de un sitio a otro, con su gran baúl rojo hasta que, por fin, una noche, llega aquí y empieza a beber. Me cuenta que es sólo un viejo cansado, que necesita un lugar realmente tranquilo para hacer sus experimentos, y le escondí aquí. Aquí vienen muchos locos, ya sabéis.
- Sí- dije yo.
- Luego, amigos, empezó a beber cada vez más, y acabó contándomelo.
Había hecho una mujer mecánica que podía darle a un hombre más gusto que ninguna mujer real de toda la historia... además sin tampax, ni mierdas, ni discusiones.
- Llevo toda la vida buscando una mujer así- dije yo. Toni se echó a reír.
- Y quién no. Yo creía que estaba chiflado, claro, hasta que una noche después de cerrar subí con él y sacó la MAQUINA DE FOLLAR del baúl rojo.
-¿ Y?
-- Fue como ir al cielo antes de morir.
-- Déjame que imagine el resto- le pedí -- ¿Von Brashlitz y su MAQUINA DE FOLLAR están en este momento arriba, en esta misma casa?
- Eso es - dijo Toni.
-¿Cuánto?
- Veinte billetes por sesión.
-¿Veinte billetes por follarse una máquina?
- Ese tipo ha superado a lo que nos creó, fuese lo que fuese, ya lo verás.
- Peter el Búho me la chupa y me da un dólar.
- Peter el Búho no está mal, pero no es un invento que supere a los dioses.
Le di mis veinte.
Continuará...