Este es un relato verdadero, aunque los nombres han sido cambiados por cuestiones obvias.
Soy una persona demasiada confiada, pero siempre cierro la puerta con llave cuando salgo de casa y me ausento durante muchas horas. Me aseguro una y otra vez de que nadie me esté viendo cuando salgo para que no se metan los ladrones. Mido como seis pies de alto y peso como doscientas libras. Todavía puedo hacer ejercicio sin cansarme y cuando salgo a trotar se me nota bien fuerte.
Era un día sábado y regresaba de montar en bicicleta desde el mercado en donde compré el periódico y tomé café. Estuve ausente por menos de una hora, y fue por eso que me causó tanta sorpresa cuando estando a punto de entrar a la casa me detuve para mirar por la puerta entreabierta y había una hilera de ropas femeninas hacia la entrada del dormitorio. No fue sino hasta que vi el brasiere cuando me di cuenta de que el intruso era una mujer. Caminé despacio por el pasillo hasta mi cuarto. Lo que vi hizo que el huevo se me parara inmediatamente: Una fémina sobre mi cama, buena hembrota, rubia. Era de baja estatura; el problema es que yo era demasiado alto para ella se pensaba congérmela así como estaba. Sus caderas y senos parecían estar fuera de lugar, demasiado grandes para su estatura. No correspondían ni hacían juego con aquel super cuerpo. Su espeso cabello rubio estaba recogido en una gruesa cola de caballo que supuse que por lo largo nunca se lo había cortado en toda su vida.
La mujer volteó la cabeza hacia otra parte evitando mirar hacia la puerta cuando entré. Su mano izquierda la tenía muy ocupada, metida dentro de la raja de la cuca, bien rasurada. Con dos dedos le daba bien duro a la cuca; tan rápido que ya se estaban formando burbujas mientras que con la mano derecha se metía un collar de cuentas dentro de la cuca.
- ¡Luis, te he estado esperando para que te excites y me cojas bien duro!!
Se sacó los dedos de la cuca y con las dos manos, extendidas, se abrió los brillantes labios vaginales rosados.
- Desvístete y cógeme, hazme gritar!! -Pero primero sácame ese rosario de cuentas de la cuca!! –dijo la mujer.
Me quité la ropa como rayo. El huevo se me levantó y quedó parado hasta su máxima erección: así medía diez pulgadas y media. Una de mis novias siempre hacía una descripción de mi huevo en cuanto a su longitud y grueso: que era del tamaño de los brazos de un bebé que mostraba enojado su puño a la gente. Me monté en la cama detrás de ella y le coloqué una de mis manos en el chiquito. Ella supo inmediatamente lo que yo le iba a hacer y volteó la cabeza instintivamente para mirarme.
- ¡Usted no es Luís!!!
Diciendo esto y comenzó a voltearse para ponerse boca arriba, y así cambiar de posisión, pero yo se lo impedí: le coloqué mi mano con mas fuerza sobre el culo para evitar que se moviera. Le jalé collar de cuentas dejándolo sobre su espalda, para que sintiera lo mojado que estaba.
- Te has metido en mi casa sin pedir permiso y ahora, ¿En mi propia cama pones condiciones?
No te muevas y dime exactamente que coño es lo que está pasando aquí!
La cara se le puso roja y no intentó moverse ni salir corriendo, y empezó a decir lo siguiente:
- Luís es mi novio y me gusta mucho porque siempre me deja bien satisfecha. Me quitó mi virginidad. Culeamos juntos bien delicioso y me gusta como me hace el amor pero tenemos un problema: el quiere mas y mas, meterme el dedo en el culo, pero a mi no me gusta eso. También me pone desnuda en la cama y me lo hace delicioso y por lo rico que lo siento me hace tragar saliva, lamerme los labios de tanto gusto.
Un temblor sacudió su cuerpo.
Me acusa de ser una mojigata, puritana, porque no le doy el culo. Entonces le dije que se fuera de la casa. Cuando se fue lo empecé a extrañar mucho. Una de mis amigas me dio su dirección en donde encontrarlo y aquí estoy montada en esta cama, esperándolo, porque acepté su proposición. Todo esto que estoy haciendo es un simulacro y por eso es que tengo el culo parado en esta forma, para convencerlo de que yo no soy ninguna mojigata. En realidad yo no quiero hacer esto.
Cuando esa mujer me echó todo aquel cuento y ya me iba a contar lo que quedaba de la historia, casi no le presté atención: me gustaba la forma como se le quedaba mirando a mi huevo.
- Me acabo de mudar a este apartamento, señora, el primero de este mes – le contesté. - El dueño anterior se casó con una mujer con la que estuvo saliendo durante tres años. Ese no soy yo. No me llamo Luis, soy un nuevo inquilino.
Ella trató de respirar y lo hacía con dificultad porque estaba asustada. Aproveché la ocasión para meterle la mano en su fundillo y tocarle la cuca.
- Yo no me llamo Luís, le repito. No tengo novias secretas, pero no la voy a dejar con las ganas. Te lo haré de todos modos, muñeca.
Le hundí el dedo dentro de su caliente cuca.
– Quítate por fin todos esos pensamientos de Luís de tu cabeza. Olvídate de él. Estás desesperada por que te cojan, ¿No es así? – le dije.
Movió la cabeza afirmativamente, su cuerpo temblando.
Le saqué violentamente el dedo de la cuca y le metí mi huevo en la vagina antes de que tuviera la oportunidad de reaccionar.
-Mas lento!! Es que lo tienes mucha mas grande que Luisssss!!!
Como no se quejaba mucho, se lo empecé a hacer lentamente. Ese tal Luís lo debe tener pequeñito, porque solo pude hundirle la mitad del huevo en el primer empuje que le di. Se lo saqué casi todo y luego se lo zampé lo mas duro que pude. Sus gemidos eran cada vez mas altos con cada metida.
En la metida número veinte, dejó soltar un pequeño alarido de dolor cuando le toqué la cerviz. .. y todavía me quedaban dos pulgadas mas de huevo afuera. La agarré por las caderas con ambas manos y comencé a metérselo mas duro y adentro. Sus gritos se transformaron en gemidos. Le seguí dando. Ella comenzó a temblar con el orgasmo, sacudiéndose contra mi.
Fue entonces cuando ocurrió lo inesperado: Nuestras caderas se batieron entre si, su cerviz se abrió y pude entrar, metérselo completamente dentro de ese territorio virgen, que no había sido explorado hasta ahora: Le acababa de romper el himen: era no era ninguna virgen!!
Le llegué tan adentro entre los labios de la cuca que en realidad se lo enrollé adentro. Sentí cuando el clítoris le palpitó por lo sensible que estaba su pequeña abertura de piel entre mis bolas y la base de mi huevo.
Ella comenzó a acabar muy duro y yo sentía como si me tenía atrapado el huevo en una máquina ordeñadora de leche. Creo que ningún ser mortal puede aguantar esto. Luego acabé como manguera de incendios. El primer chorro la sorprendió y sacudió la cabeza hacia adelante, fuera del culo. Creía que ya había acabado.
En realidad lo que pasó fue que cayó inconsciente. La dejé descanzar en la cama, conmigo detrás de ella. Le le volví a dar duro y acariciaba su cuerpo hasta que volvió a acabar. Gimió diciendo:
- Nunca me han hecho acabar así en mi vida. Ah, quiero decirle mi nombre: me llamo Alicia. Me parece que deberíamos presentarnos ya que su huevo todavía lo tiene encajado dentro de mi cuca.
Le sonreí y la bese en el oído, y mi huevo que ya disminuía de tamaño se volvió a parar bien duro.
- Me llamo Rafael. Si me sigue diciendo palabritas sucias como esas me la voy a coger otra vez.
Su sonrisa era resplandeciente: - Ay, mierda! No creo que pueda aguantar que me metan otra vez ese nuevo tan grande dentro de mi tierna cuca. Hay que esperar.
Sus caderas se movían en pequeños círculos como si quisiera sacarse el huevo. Lo saqué y quedó afuera: se oyó un sonido como de algo que chupara o chasqueara.
Le cayó mi huevo ente las piernas. Ella extendió la mano y se metió los dedos en la cuca. Luego se los sacó para mostrármelos: - Mira, desgraciado, lo que has hecho!!
- ¡Me rompiste mi fresita, el himen! Mira la sangre!! Me rompiste mi virginidad. Ahora si soy una mujer de verdad.
Se lamió la mezcla de sangre y semen de los dedos.
–Mi amor, creo que voy a disfrutar de una mamada mas tarde. En este momento quiero que me vuelvas a coger. Ahora quiero que me lo metas por el culo. No vas a creer la cantidad de lubricante que tuve que ponerme para poder introducirme ese collar de cuentas dentro de mi apretado culito.
El huevo se me puso extra duro muy rápidamente. Así que la acosté el la cama de espalda.
- ¿Qué estás haciendo!!? Te dije que me lo metieras!!
Solo le sonreí y le enganché las piernas con mis brazos, jalándoselas hacia atrás y hacia arriba al mismo tiempo.
- No te preocupes Alicia. Te voy a coger ese enorme culo, pero también quiero jugar con tus bellas tetas. Ya quiero ver como pones los ojos cuando te meta el huevo por detrás.
Le coloqué las manos sobre sus senos, torciéndole los pezones entre mis pulgares y mi dedo índice. El huevo parecía que se alineaba automáticamente con el hueco del culo. Comencé a presionar hacia delante dentro del hueco, luego vi su nerviosa mirada en sus ojos. Le hice señas con la cabeza:
-Guíame para podértelo meter.
Alicia me agarró el huevo y lo dirigió hacia el culo y dejé que lo hiciera. Era tan grande y su chiquito tan diminuto.
Hubo un momento en que tomó aire y lo agarró con el puño fuertemente. -¡Espera un momento! – dijo tomando aire. –Ya no lo aguanto mas porque ya está adentro.
Esperé un poco hasta que se ajustó y se lo pude enterrar mas profundo. Luego, lentamente, comencé a cogerla, metiéndose y sacándoselo. Su mano todavía permanecía agarrando alrededor de mi huevo. Tiramos así por lo que me pareció horas, aunque sabía que habían pasado solo minutos.
Una mano alrededor de mi pene, apretándomelo y con la otra se estaba restregando el clítoris. Como ella sabía que me gustaban sus gemidos y malas palabras, dejó escapar un torrente de groserías cuando yo agarraba velocidad. Otra vez acabó primero y seguí rápido llenándole su totona con semen. Se lo saqué lentamente, luego rápido y la dejé caer en la cama lentamente. Luego la besé.
Fue algo mas que un beso, casi como dos almas que se funden juntas en un beso. Sonrió y se abrigó en mis brazos, contra mi, ambos casi sin aliento.
– Tengo sed, ¿Quieres una cerveza? – le pregunté.
Ella rió. –Creo que estoy demasiado viejo para cogerte, pero no tanto: puedo tragar. Así que me tomaré una cerveza.
Me detuve en el lavamanos y me lavé el huevo. Ya estaba bien limpio. Miré hacia el cuarto para observar cuando le dio risa. Alicia dijo entonces:
- Yo tenía todo preparado para perder mi himen anal porque me puse un enema caliente hace poco.
Solo moví la cabeza afirmativamente, tomé un paño mojado en el baño y fui a buscar las cervezas en la cocina. Destapé la de ella y luego me arrodillé entre sus piernas y comencé a limpiarle suavemente el semen que ya se había secado. Ella suspiró, como murmurando cuando sintió el frío y extendió la mano para detenerme.
- No tiene sentido limpiar algo que deseo que ensucies dentro de un rato.
Tiramos como conejos todo el resto del día, descansando solamente para comer. Cuando me dieron ganas de orinar por las cervezas, ella me siguió hasta el baño y me sostuvo el instrumento para que orinara. Después que me lo sacudió en el inodoro y orinó para expeler por el culo una mezcla de semen y mierda. Me miró sin creerlo.
-Ahora, estoy bien sucia para que me hagan una limpieza bien profunda. Esta fue la orden para una cogida salvaje en la regadera. Ya casi eran las doce de la noche.
Esto condujo a una tiradera salvaje en el baño. Ya eran casi las doce de la noche y después me hizo sentarme en mi culo, colocó sus manos en la parte de atrás y comenzó a mamarme el palo metiéndoselo lo mas adentro de la garganta que podía, tragándose hasta la última carga de semen de ese día. Me miraba con aquellos bellos ojos azules profundos. Al termar la cargué en mis brazos y me la volví a llevar para mi cama. Durmió como un bebé en mis brazos. Por mi parte, yo nunca me había sentido tan contento.
La mañana del siguiente día la pasamos abrazándonos y besándonos, y la mayor parte del tiempo sentados en la sala. Alicia estaba demasiado lastimada. No le pregunté pero me dio la impresión de que me la había cogido mas en un solo día que Luís en un año.
Dos veces en el día ella se dio cuenta de que tenía el huevo muy erecto y duro y me miró casi asustada. Yo me reía y la besaba. Como a las dos de la tarde vi que se estaba poniendo insegura sobre si debía regresar a su casa o quedarse a dormir conmigo otra vez. Bueno, di mi primer paso: yo había hecho un collar con la llave de repuesto que tenía y la colgué alrededor de su cuello.
- Alicia, me di cuenta de que esto es muy pronto para preguntármelo porque casi no nos conocemos, pero anoche me pediste que fuera tu hombre.
Hice una pausa. Me gustó su mirada sorprendida en su cara. Era como si no creía que alguien la encontrara atractiva –Te pedía que fueras mi mujer, que vivas aquí, en esta casa conmigo.
Ella se rió y saltó en el aire, colocando sus brazos alrededor de mi cuello. Su beso era contagioso. Pronto la seguí hasta su cuarto quitándonos la ropa mientras entrábamos. Sus hábiles y rápidos dedos ya habían desenrollado su cabello como en veinte minutos. Tenía el rosario que se había metido ya armado y reparado. Pase el tiempo entre sus piernas mostrándole lo bueno que yo podía usar mi lengua en su cuchara. Me alejó un poco y se colocó apoyada en sus manos y rodillas. Tomó un tubo de lubricante de la mesita de noche y me dio instrucciones: que se le metiera el collar de cuentas en el culo.
- Quiero que me cojas!! ¡Cógeme lo mas duro que puedas, como lo hiciste la primera vez!!
Las cuentas entraron fácilmente dentro del culo, pero todavía lo tenía demasiado apretado. Me puse a trabajar y ella comenzó a dar empujes hacia atrás poco tiempo después. Me agarró cuando la penetré y llegué hasta la cerviz. Tiramos como si nuestras almas fueran una sola. Nuestros orgasmos fueron tan explosivos como la primera vez. Nos quedamos acostados en aquella cama jadeando en medio del tremendo juego y ella se comenzó a reir.
Ahora tienes una buena excusa demostrar que eres levantador de pesas.
Estuve dos días sin ir a trabajar, ayudándola en la mudanza. Su novio no podía creer que Alicia fuera a mudarse a su apartamento con un tipo que había conocido hace apenas dos días. Un mes después se la presenté a mi familia. A ellos les encantó la mujer casi igual que a mi. En la fiesta navideña de la empresa en donde trabajo la hice parar frente a todos y le pregunté si deseaba casarse conmigo. Todavía no puedo creer cuando aceptó. Desde entonces hemos estado juntos y vivido cinco años hasta ahora, teniendo ahora menos sexo principalmente porque ambos nos preocupamos por nuestro gemelos que ya pronto iban a nacer. Ella siempre dice que espera que el hijo se encargue de mi, a lo cual respondo que la niña se encargará de ella.
FIN
Traducido por Marcos Urbina
Traduttore_traidore
CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS:
This is a true story, though the names are changed.
I am a very trusting person. I lock my door only when I am going
to be away from home for severl hours. Then again, I am fairly sure
anyone who has ever seen me would not be stealing from me. I stand close
to six feet tall and weigh two hundred sixty pounds. I may not be
totally ripped, but don't jiggle while I jog either. It was saturday,
and I was coming back from riding my bike to the market for a newspaper
and fresh coffee. I was gone less than an hour, that is why it was a
real suprise for me to step back in thru the door and see a line of
female clothes leading back to the bedroom. It wasn't till I saw the
bra that I realised that my intruder was a female. I walked softly down
the hall to my bedroom.
What I saw started my cock to swell. The woman on my bed was as
small as I am large. Her hips and breast seemed out of place on her
extra petite body. Her thick blond hair was worked into a heavy braid
that I guessed from the length had never been shorn in her entire life.
Her head was turned away from the door, as I stepped in. Her left hand
was busy in her clean shaven slit. Two fingers being worked in so hard
and fast she was causing a froth. Her right hand was busy working the
beaded tip of her braid into her ass. "Darren, I've been waiting for you
to show up and fuck me good." She pulled her fingers out of her cunt and
then reached back with both hands and spread her brillant pink lips.
"Get naked and fuck me till I scream! Then pull the braid out of my
ass." I got naked in a flash. My cock rose to its full ten and a half
inches. One of my exgirlfriends use to describe my cock as the length
and thickness of a fat babies arm, with an angry fist on the end. I
climbed onto the bed behind her and placed one of my hands on the small
of her back. She immediately knew something was up, her head snapping
around to look at me.
"Your not Darren!" She started to move, but I forced my hand
down on her back preventing her from moving. I tugged on her braid,
letting her feel it in both her ass and the back of her head. "You have
broken into my house and then propositioned me from my own bed. Before
you move, I suggest you tell me exactly what the hell is going on." Her
face blushed crimson, but she didn't try to escape. "Darren was my
boyfriend. I thought he was the only one for me. I gave him my
virginity. We moved in together. He wanted more, fingers in my ass,
making me dance naked, making me swallow." A shudder ran thru her. "I
finnaly said enough. He acused me of being a prude, moved out. When he
was gone I found I REALLY missed him. One of my girlfriends gave me this
address as to where he moved to. I put together this act to convince him
I wasn't a prude." I put two and two together, and decided to tell her
the rest of the story. Besides I liked the way she was eyeing my cock.
"I just moved in to this place at the first of the month. The former
tennate got married. To a woman he had been dating for close to three
years. His name was Darren." She gasped in shock. I took the
oppertunity to move my hand from the small of her back to cup her cunt.
"I am not Darren. I don't have any secret fiance's, I won't betray you.
I will however," I sank a finger into her hot box. "fuck all thoughts of
Darren from your head. And your desperate to be fucked arn't you." She
nodded, her body shuddering as she pulled one of the braided beads out of
her ass. "Go slow, your much bigger than DarrenNNNNNNNN!" I went slow
all right I jerked my finger out of her cunt and thrust my cock into her
before she had a chance to react. Good old Darren must have been tiny, I
could only sink half my cock into her on the first thrust. I pulled
almost all the way out, and then thrust back in as hard as I could. Her
moans became louder with each thrust. By thrust twenty she gave a little
yowl of pain as I hit her cervix. I still had two inches of cock
showing. I grabbed her hips in both hands and started to thrust harder.
Her yelps turned back into moans. I kept slaming into her. She started
to shudder in orgasm, thrusting herself back onto me. That was when it
happened. Our hips slamed together, her cervix opened and I entered
totally virgin teritory. I was so far in the lips of her cunt actually
rolled inside. I felt her clit throbbing at the sensitive little strech
of skin between my balls and the base of my cock. She started to come so
hard it felt like I had stuck my cock in a milking machine. It was I
belive more than any mortal man could with stand. I came like a fire
hose. The first squirt suprised her and she jerked her head forward,
rippping the beads out of her ass. I thought she had cum hard before.
She actually collapsed unconcious. I followed her to the bed, spooning
up behind her. I stroked and carressed her body until she came around
again. She moaned. "I have never cum so hard in my life. My name is
Ashley, by the way. I feel we should be introduced as your cock is still
stuffed up my cunt." I smiled at her and kissed her ear, my dimishing
cock starting to get hard again. "My name is Ran. Keep talking dirty
like that and you may just get fucked hard again."
Her smile was blazing. "Oh shit. I don't think I could stand
having that big cock jambed up my tender cunt so soon." Her hips
started to move in a slow circle as she deliberatly pulled herself off my
cock. It pulled free with an audible sucking sound. It landed heavily
on her thigh. She reached down and stuck her fingers into her cunt.
Then she pulled out and showed it to him. "Look you bastard! Blood! You
broke my real cherry. I guess I am a real woman now." She licked the
mixture of blood and cum off her fingers. "Sweet, I am going to really
enjoy sucking you off later. Right now, I want to be fucked again. I
want you to fuck me in my ass. You wont belive how much lube I had to
use to get those beads in my tight ass." My cock got extra hard extra
fast. I rolled her to her back. "What are you doing! I want you in my
ass!" I just smiled and hooked her knees with my arms, pulling her legs
back and upward. "Don't worry Ashly, I will fuck that gorgous ass, but I
also want to play with your beautiful tits. I cant wait to see your eyes
when I stuff my cock up your ass" I put my hands on her breasts,
twirling her nipples between my thumb and forefingers. My cock seemed to
naturally line up with her asshole. I started to press forward into her
ass, then I caught the nervous look in her eyes. I nodded to her.
"Guide me into yor ass." She took my cock and started to guide me into
her ass. I let her guide me. I was very large and she was very tiny.
At one point she gasped and wrapped her fist tightly around me. "Hold
it!" She gasped. "I can't stand any deeper." I waited a while till she
adjusted to me being burried in her ass. Then I slowly started to fuck
in and out. Her hand stayed wrapped around my cock. We fucked like that
for what felt like hours, though I know it was only minutes. Her one
hand stayed wrapped around my cock, her other was busy frigging her clit.
Knowing I liked to her her slutty moans and foul words, she kept up a
constant stream of curses as I picked up speed. She climaxed first
again, I follwed fast behind blasting her bowels with cum. I pulled out
slowly, stroking her, allowing her to come down slowly. I kissed her
then. It was something more than a kiss, almost a melding of souls. She
smiled and snuggled against me, both of us short of breath. "I'm
thristy, you want a beer?" I asked her. She laughed. "Fraid I am old
enough for you to fuck, but not old enough to swallow. I stopped at the
sink and cleaned my dick off. It was remarkably clean. I looked back
into the bedroom to see her laughing. "I planed to loose my anal cherry.
Took a nice warm enema not to long ago" I just nodded and then wet a
wash cloth and got the beers from the kitchen. I popped the top on hers
and then knelt between her legs and began to gently clean the drying scum
from her legs. She hissed at the cold and then reached down to stop me.
"No sense cleaning something I want you to dirty up again real soon."
We fucked like rabbits all the rest of the day, pausing only to
eat. When I had to take a leak from the beer, she followed me into the
john and held my instrument for me. After she had shaken me off she
squated on the toilet and pissed and expelled a mixture of cum and shit
from her ass. She looked at me with mischief in her eyes. "Now, I am
dirty enough to need a thorough cleaning." That lead to a fierce fuck in
the shower. It was near midnight, after she had sat me in my lazy boy,
placed her hands behind her back and sucked my rod as deep into her
throat as she could, swallowing my last dribbling load of the day that
she looked at me with those beautiful deep blue eyes. "Ran, will you be
my man?" For an answer I swept her into my arms and carried her to bed.
She slept like a baby in my arms. As for me, I never had felt so
content.
The morning of the next day was spent, hugging and kissing, and
generally lounging. Ashley was very sore. I didn't ask, but I got the
feeling that I had fucked her more in a single day than Darren had in a
year. A cupple of times during the day she felt my dick get hard and she
looked at me almost in a panic. I would just laugh and kiss her. About
two pm I saw that she was getting ancy unsure weather she should return
home or sleep with me again. I made the first move. I had made a
necklace of my spare key and I hung it around her neck. "Ashley, I
realize that this is fast, but last night you asked me to be your man."
I paused. I liked the look of wonder on her face. I was as if she
couldn't belive that anyone would find her attractive. "I ask you now to
be my woman, to live here with me." She laughed and lept in the air
locking her arms around my neck. Her kiss was infectiouse. Soon I
following her into the bedroom stripping off cloths as we went. Her
nimble fingers had braided her hair in about twenty minutes complete with
beads. I spent my time between her legs, showing her how well I could
use my tounge. She pushed me away and rolled over to her hands and
knees. She grabbed the lube off the night stand and instructed me to
work the beads into her ass. "I want you to fuck me! Fuck me just as
hard as you did the first time!" The beads went in her ass fairly easy,
but she was still amazingly tight. I went to work, and she started
thrusting back a lot sooner. She grabbed me as I penetrated past her
cervix. WE fucked like our souls were joined. Our climaxes were as
explosive as the first. As we lay there panting in the aftermath she
laughed. "Now I have an exscuse for you to do all the heavy lifting.
I took two days off from work, and helped her move in. Her
girlfriend was pissed, couldn't belive that Ashley was going to move
into an apartment with a guy that she had known for two days. A month
later I introduced her to my family. They loved her nearly as much as
me. At the company christmas party I brought her up in front of everyone
and asked her to marry me. I still can't belive she said yes. We've
been together for five years now, and the sex has tapered off recently.
Mainly because we both worry about our soon to be born twins. She
always says that she hopes the boy takes after me, to which I respond, I
hope the girl takes after her.
END OF STORY
Muchas gracias, amigo Yermali, por tu comentario. Algunas veces no reviso bien los cuentos, en cuanto a coherencia, ect. debido a que las traducciones las hago en un Cyber Café a toda velocidad, sin utilizar ninguna clase de ayudas. Le prometo revisarlo y modificarlo (en cuanto a lo que Ud. dice) lo mas pronto posible. Saludos a Colombia. Marcos Urbina