Con mí querido esposo soy una excepcional esposa, que me comporto a su altura sobre todo, lo respeto por supuesto lo amo mucho, tengo una perfecta relación matrimonial sin ninguna queja ni objección ni reproche por mí. Igualmente nos confiamos ciegamente uno por el otro, en el amor es un tempano de iceberg que solo se remite a besarme y acariciarme hasta abrazarme en fin al tenerme algo olvidada y abandonada en que yo creo hasta pienso es porque sera un caballero de quién me enamore y me case felizmente hasta la muerte nos llame.
Desde que tengo relaciones sentimentales asimismo amorosas obviamente que nunca pense ni se me paso por un instante en mí, ser toda una prostituta que sostiene relaciones precisa y primordialmente estando casada con mi amigo, con él es un animal en la cama que me trata igualmente se comporta cómo mi proxeneta en que me dejo llevar absolutamente. Le concedo que me haga cariñitos ropa casual y de prostituta al tener yo una figura y perfil de ahí ser toda una Barbie panameña ante sus ojos, este me hace el amor cómo el sexo adonde me dejo hurgar, follar, coger, mamar, tocar, acariciar, manosear, deleitar, provocar, cautivar, ligar, etcétera.
A mí me hace ser muchisimo más mujer con unos hartos furores orgásmicos, etcétera en fin y mucho más. Yo prefiero si se acaba el mundo eligo quedarme con mi amigo, sí está verdaderamente enamorado de mí me ama y quiere y eso que yo misma en el pasado le pedi que no tergiversara conmigo que nunca lo vería con otros ojos de amiga con cariño y que se fijara y conociera otra mujer que lo zaceara al tener sexo como que busca pero a la larga fuí yo que lo busco estoy donde estoy al ser completamente hoy por hoy cómo su prostituta como me llama e dice insultandome mi queridisimo esposo a mí.