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Sumisa en el salón de clases capitulo Cinco

Ring, ring…… La alarma del celular me despertó a mi erótica pesadilla personal. Tomé una bata y me dirigí al baño, no podía ir desnuda ya que mamá se va mas tarde la trabajo. Me senté en el váter e hice el primer pis del día, en un programa de televisión dijeron que es saludable beberlo, dirigí mi mano directo al chorro y deje que me golpeara, ya me estaba excitando y recordé la regla de masturbarme y así con mi mano tibia y húmeda por la meada la dirigí a mi sexo.

Me masturbe, acaricie mis labios a lo largo y frote mi clítoris. Lleve 2 dedos a mi interior y los moví salvajemente, no pude frenar antes de correrme y quede sin fuerzas sentada sobre el inodoro. Mire mi mano, pase mi lengua y deguste mis propios fluidos, era mi primera vez. Mas suave que el de mi amo, mas dulce que su liquido y no me dio arcadas.

Al dirigirme a mi pieza mi madre me intercepto en el pasillo

* ¿Todavía sin prepararte para el cole?

* Ma!!! Tengo la ropa sobre la cama. – Me siguió hasta la pieza.

* ¿Y esa pollera?

* Una amiga me la presto, es que hace calor para usar jean.

* ¿Y el corpiño?

* Ya, usare uno blanco esa ahí arribita maa…. ¡Vete que me cambiare!

*Cámbiate mientras preparo el desayuno.

Me tuve que poner un corpiño por mandato de mi madre, espero que mi amo no se enoje. Me alisté, sin bombacha, eso no notaria mi madre y fui a desayunar.

Ella me acompaño a tomar el colectivo, hablamos de cosas sin sentido, el cole, y mi hermanita que debía dar el ejemplo porque soy la mayor y esas cosas.

Ya en el bus me subí la pollera… Pero aun el miedo se apodero de mi…

 Baje, al caminar al colegio lo divise, su jopo hermoso, su sonrisa perfecta, mi amo estaba con sus compañeros y su alegría me invadía, me hacía sentir que soy buena perrita.

Vino a mi encuentro, me comió la boca y metió una mano bajo mi falda, sintió mi humedad y sonrió.

Duro poco, vio que tenia el corpiño y se enojo

* ¡Todavía no aprendes que mis reglas no son un jueguito! – Me dijo con tono lleno de ira.

* Perdón amo, mi mamá me obligo a usarlo, no tuve otra opción.

* ¿Quién es tu amo?

* Usted mi señor.

* ¿Qué tengo que hacer con mi perrita desobediente? – Me pregunto

* Castigarme mi Señor – Dije agachando mi cabeza.

 

* Quiero que te saques ese corpiño como se debe y me lo ofrezcas ya, ¡Es una orden!

 

Sabia a lo que se refería, me saque la remera, desprendí mi sostén y se lo entregue.

Él tomo mis dos pezones y me los pellizco muy fuerte que me hizo dar un grito de dolor.

* Sigue las reglas o sufre, esta mañana tendrás tu castigo por desobedecer.

* Si mi amo, no se volverá a repetir.

* Ponte la remera y deja esa porquería en el árbol colgado

Me puse la remera, dejé el bra en el árbol y fuimos a clases.

Sentí las miradas, la vergüenza, yo fui la que desobedecí, y lo tengo merecido por hacer enojar a mi amo.   

La primera hora la pase tranquila, salimos al recreo. Mi amo me alcanzo estaba comiendo gomitas con formas de ositos, esas me encantan.

* Perrita veo que quieres comer gomitas. – Dijo mientras observaba mi manera de ver esas delicias.

* Si amo, son mis preferidas.

* Vamos a tu lugar preferido, aquel cantero. -  Me dijo señalado mi lugar de siempre

Mientras caminamos saco un paquetito de mis gomitas preferidas y me las dio. Me puse feliz, salte de la alegría.

* Es tuyo, para que lo disfrutes, pero antes de comerlo debes meterte todos en la concha, después te masturbaras para mi y yo te diré cuando puedes empezar a comértelos. – me lo decía mientras nos sentábamos en mi cantero preferido.

Mi sonrisa se apagó, todavía no comprendo que yo solo soy su juguete. Me ubique, abro el paquete, lo miro como diciendo por favor no me agás meterlo dentro de mi concha.

* ¡Apúrate que el recreo acabara y quiero verte con todos esos ositos dentro de tu vagina! – Me dijo con su sonrisa sádica.

Tome el primer osito, mire a todos lados, me lo lleve a mi intimidad y me lo metí sin mucho problema. Uno a uno me lo lleve dentro.

* ¡Qué bien, te entro todo el paquetito! Ahora quiero que te masajees tu clítoris.

Me empecé a frotar y antes de acabar toco el timbre y pare justo antes de venirme.  

*Ya se me acabo la diversión, joder que lenta eres puta, ahora por ser lenta iras a tu salón y tenes toda esta hora para comer tus ositos. Espérame en tu salón el próximo recreo y si hay un osito dentro de tu puta concha te castigare.

Me costo llegar al curso, apretaba mis labios vaginales para que no caigan las gomitas en forma de ositos. Tome asiento y la clase empezó

No encontraba momentos en que la profe o algunos de mis compañeros no me mirara al sacar mis gomitas, tenia miedo y vergüenza, no obstante, sabía que la pasaría peor si mi amo encontrara una de esas gomitas.

 Así que cuando la profe no miraba me arme de valor y lleve una mano bajo mi falda hasta mi intimidad y saque el primer osito, me lo lleve a mi boca, mis jugos estaban presente y daba una mescla de agridulce al masticarlo. Y seguí así, uno a uno comiendo.

Mi móvil vibro mire el remitente y era mi amo. Abro el mensaje y era un video corto mientras comía. En el texto me felicito por ser obediente.

Mire a todos lados, no parecía que hubiera alguien filmándome, ¿Quién era y porque le reportaba al amo lo que hacía?

 No fue el único alumno que se dio cuenta, al meter una de las gomitas a la boca escuche unas risitas. Me sonroje, pero sabía que no podía parar.

Sonó el timbre del segundo recreo, por suerte no fui reprendida por comer en clase y espero que no haya quedado nada dentro.

*¡Perra al rincón ya! – Mi amo entro y su vos me saco del trance.

* ¡si amo! – dije mientras saltaba de mi silla

En el rincón, sin preparación ni contemplaciones, mi amo me metió dos dedos y hurgo en mi interior.

* ¡Muy bien perra golosa! – me dijo mientras me follaba con sus dos dedos. – Quiero que me agradezcas como se debe y me la chupes hasta hacerme correr, y rápido que este es un recreo más corto, y ya veo que te encuentran con una pija de quinto año en la boca.

* ¡Gracias amo! – dije mientras me arrodillaba.

Solo baje el cierre de su jean, tome su verga con mis labios y empecé a degustar su sabor. Ya estaba chorreando y super parada, me la metí hasta el fondo, pasaba mi lengua por su glande, la sacaba y la volvía a meter.

Tomo mi cabeza y empezó un frenético mete saca, se oyeron unos pasos a los que no dio artículo, no hubo palabras y no sé si alcanzo a ver que era yo, la sumisa del salón de clases la que estaba de rodillas.

Acabo en mi boca justo al sonar la campana del fin del segundo recreo, por suerte esta vez no se me escurrió mucho por las comisuras de mis labios, pero mi pelo quedo hecho un desastre y por el esfuerzo quede un poco sudorosa.

Me arregle para el comienzo de la tercera hora, que importaba, ya soy oficialmente toda una puta pensé.

A mitad de la clase el celular volvió a vibrar. Mi amo me ordeno que le espere afuera de la torre. Hora de mi castigo dijo.

Pedí permiso al profesor, que con poco animo me dejo salir. Al caminar hacia la torre meditaba en lo que me esperaría, sus castigos son duros y el miedo me invadió.

Él me estaba esperando, lo vi al salir al patio, cuando llegue a su encuentro me vendo los ojos.

* Ahora entras ahí, no hablaras, no te negaras a nada, no intentes descubrirte los ojos, solo déjate hacer y cuando termine y sientas que te dejan sola, espera un tiempo antes de salir de la torre. ¡Entendiste Perra puta! ¿O tengo que repetirlo? Si haces algo mal ya sabes que pasara.

* Sí amo, entiendo. Su perra puta no le fallara.

* Eso espero…-

Entre, super nerviosa, temblando, sin entender porque le hacia caso. Escuche la puerta, un banco que la trabo, pasos que se acercaron. Me tomo por la cara y me beso profundamente, su lengua hurgaba en mi boca, su sabor mentolado, fresco hizo que me olvidara del sabor a semen que aún persistía.

Metió sus dos manos por debajo de mi remera hasta mis dos tetas y me las apretó tan fuerte que ahogue un grito en sus labios, siguió apretando cada vez más fuerte hasta que se me aflojaron las piernas.

Me tiro sobre unos pupitres y se metió entre mis piernas, muy ágilmente subió mi remera dejando al descubierto mis tetas, me dejo, intuí que se bajo los pantalones y me tomo de mi cadera. Sentí su miembro enorme buscando mi entrada delantera, abriéndose paso por entre mis labios vaginales. De una estocada se enterró en mí.

Fuerte, brusco, entraba y salía, sin contemplaciones, empecé a llorar y gritar que parara. Me dio dos fuertes cachetada que me dejaron ardiendo mis cachetes y dos mas cayeron. Él seguía si mete saca frenético y volvió a ensañarse con mis tetas, me las apretaba, me las golpeaba, me dolían. Dos fuertes estocadas y quedo dentro, pensé que acabo.

Se aparto, me puso de espaldas. Le implore que por atrás no, llore más fuerte y empezó a nalguearme rápida e intensamente. Tomo mi cabello y se lo envolvió en una de sus manos, con la otra guio su enorme pija a mi culo. Me la enterró sin misericordia, hasta el fondo, me estiraba de los cabellos, tanto que mi cabeza se fue para atrás, y mi ano empezó a arder.

No contento con eso, empezó a golpear mi espada con su cinto, me arqueaba y él se excitaba con cada golpe. Solo lloraba, ya estaba resignada, vejada, violada otra vez y el hombre no paraba.

De pronto se despegó de mí y me hizo arrodillar delante de él, escuche sus gemidos y como se jalaba. Grandes gotas de semen cayeron en mi cara, tomo mi cabello y limpio su pene. Me acosté en el piso llorando mientras él se vestía y dejaba la torre al mismo tiempo que iniciaba el ultimo recreo.

Entraba la algarabía de los chicos en el patio, risas, gritos mientras mi mundo es una pesadilla. Me incorporé, vi los moretones en mis tetas, mi cara pegajosa, mis agujeros supurando mescla de sangre con fluidos y no tenia nada con que limpiarme.

Me saque la venda he hice lo que mi amo esperaría que hiciera, el fluido de la cara lo deslice a mi boca y al final lamí mi mano. Tome el paño que me cubría los ojos y me pase por mis muslos y pierna. Me hice un rodete y me fui al baño.

Estaba lleno, me mire al espejo y los moretones eran evidentes. Me lave la cara y enjuague la boca, mis huecos seguían abiertos y me dolía todo el cuerpo así que despacio me dirigí a mi salón.

Esa ultima hora fue tranquila por suerte.

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 4.67
  • Votos: 3
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