Al entrar al cuarto de mi hermano, no podía creer lo que veía, la muy puta era partida con todas las ganas por su marido, una y otra vez, sus pies flotaban en los hombros del macho, no paraba ni un segundo de gemir y el macho de chocar sus bolas enormes contra el culo de la puta.
Ella seguramente sabía que yo estaba mirando, por eso ambos lo daban todo, se reventaban como sabiendo que debían dar un espectáculo digno para una hembra como yo que muy mal atendida estaba.
El macho vergon la tomo de los pelos y la puso en cuatro, la tomo de cintura y comenzó a hacerle el culo de una manera rabiosa, la espalda de mi hermana era agua y el culo del macho moviéndose al ritmo de la clavada era pura calentura.
Vamos mi macho, cójase a su puta esposa como si fuera una puta.
Reviente a si puta macho, saque su bronca con esta reventada.
Comenzó a cabalgar, las tetas de la hembra eran enormes, ya que estaba dando de mamar, por lo que esos pechos estaban muy bien cargados de leche y de calentura, el macho esposo se los amasaba, la acercaba y se los chupaba para volver a ver como esas tetas saltaban.
Amas mis tetas pijudo.
Sabes muy bien cómo me calienta cabalgarte la verga.
Sobre la cama la pone de rodillas y la hace abrir la boca para recibir su leche, exploto en su cara, su lengua fue totalmente bañada de leche semental, hasta caer por sus ojos. Quedaron extasiados de semejante polvo, bien explotados, conmigo de testigo de semejante polvo.