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Iniciándome con mi primo V

Iniciándome con mi primo V

Había trascurrido un par de meses desde aquel segundo encuentro con mi primo, digo segundo encuentro porque era la segunda vez que me follaba, pero antes de eso tuvimos muchos manoseos y juegos sexuales.

Aquella última vez con el mi entrega había sido total, había quedado en claro que yo estaba dispuesto a asumir el rol de hembra o sumiso sin pedir lo mismo a cambio. El se notaba se sentía satisfecho en su rol dominante.

Entonces estaba con mi familia en casa de mi primo como otras veces, como quedaba lejos, solíamos quedarnos una o dos noches antes de regresar a casa. En el día todo transcurrió normal, sólo éramos dos muchachos amigos, nada más. Recuerdo haberme masturbado como unas dos veces, para atenuar el deseo que sentía por él y no cometer ninguna imprudencia, ya que siendo fin de semana la casa estaba llena de gente.

Antes de ir a dormir, me di una ducha y masturbe usando el mango de un cepillo de baño, lo inserte varias veces en mi ano, dejé mi reto abierto y algo jugoso por dentro, de alguna forma quise prepararme para lo que sospechaba sucedería después.

Más tarde todos nos fuimos a dormir, me tocó dormir en un estudio que estaba entre la sala y el cuarto del fondo (donde en dos ocasiones anteriores mi primo me había poseído). Luego, después que pasó un rato, mi primo calculó que todos dormían. Llegó a mi lado, de inmediato sus manos fueron a acariciar mis nalgas y culo, se acostó a mi lado y recostó su verga. Yo no había dormido nada esperándolo, aunque no nos habíamos puesto de acuerdo, ambos sabíamos lo que sucedería.

Lo malo, tanto el cuarto de fondo como el recibidor estaban ocupados con gente, el estudio quedaba en el paso, bastaba que cualquiera se asomara y nos vería en acción. Entonces le dije que no podíamos, que era muy arriesgado, el me propuso ir al baño.

Era una casa vieja, tenía un amplio comedor y luego una puerta que daba a la cocina y el cuarto de baño (también muy amplio), ambas dependencias quedaban casi fuera de la casa con un patio en el centro. Luego el baño era un sitio privado y alejado, mucho más seguro.

Una vez entramos al baño, el se quitó los calzones y quedo completamente desnudo, yo quise jugar un poco, rozando mi pene contra el del, pero eso no le llamó la atención, estando de pie ambos, puso su mano en mi cabeza y la empujó un poco hacía abajo, sin palabras, con su mirada y ese gesto, me indico que debía mamarle la verga como había hecho el día de año nuevo.

Yo sumisamente me agaché, el descubrió totalmente su glande e introdujo su verga en mi boca. Comencé a chupar suavemente. A lamer y saborear la verga. El de pie, yo de pie con el cuerpo inclinado.

Entonces me puse de rodillas, para mamar mejor y acariciar sus bolas que colgaban. Luego, estaba allí de rodillas, sumiso totalmente, saboreado aquella verga. El me miraba desde arriba, como si fuera mi amo. Luego, me agaché más aún y pase mi lengua por sus testículos, desde atrás donde comienzan, antes había lamido sus bolas pero no en esa forma. Fue algo tan delicioso, que él dijo con voz temblorosa, ay que vainas tienes.

Luego me pidió ponerme de pie, me puso contra la pared, como la policía cuando requisa a una persona. Apoyé las manos en la pared, para tener más equilibrio. Abrí las piernas y brinde mi culo en pompa.

Sentí nuevamente su glande en mi ano, pero ni si quiera lo había untado con saliva. Pretendía ensartarme así, al sentir todo seco y mi esfínter cerrado, pensé me va a desgarrar. Entonces le pedí un momento, introduje un dedo en mi ano, como me había masturbado más temprano, mi ano internamente estaba lubricado, esa baba que produce el recto sirvió de maravillas para lubricar mi ano. Entonces pudo penetrarme sin problema, fue poco a poco, hasta que estuvo dentro de mí, yo estaba súper relajado y muy excitado,su verga entró profundo, sentí algo de dolor pero muy tolerable.

Comenzó un vaivén lento pero firme, movimientos largos y deliciosos, la experiencia que él había ganado en los dos encuentros anteriores le permitió, estar en un término medio, ni follarme con tanta delicadeza y movimientos tan largos que el pene se saliera, ni reventarme el culo con movimientos cortos y punzantes.

Esta vez, aislados en aquel baño, no tuve que contener tanto mis reacciones. Shi, shii se escuchaba a cada momento, bien él o yo los emitíamos de tanto gusto.

Después de un rato, el lo sacó y me pidió acostarme en el piso. Yo quise entonces probar su culo, pensé me gustaría tener la sensación de penetrarlo y darle unas cuantas veces, me imaginaba darle digamos unas 10 ó 12 veces no más, pensaba no debía cogerlo como él a mí, pero quería experimentar aquello.

Le pedí se parara de espaldas, el reaccionó un poco contrariado, no entendía porque ahora yo quería asumir el rol de macho, si ya había quedado más que sentado en acciones y en palabras que yo sería la hembra. Entonces él se colocó como le pedí, por aquello del trueque (tú me das y yo te doy).

Apunte su ano con mi verga. Lo tenía muy cerrado, apretado, claramente el aún era virgen. Comencé a presionar un poco, pero aún sin penetrar. Lo abracé y tomé su verga entre mis manos.

De pronto, el con sus manos (más grandes) por sobre las mías, comenzó a mover las mías, pajeandose de esa manera. Parecía quería acabar. Pienso el estaba inconforme con el cambio de roles, entonces quería acabar el encuentro antes que yo lo penetrara. Entendí que si seguía así el acabaría muy pronto, cosa que yo no quería, le dije no, no, quédate quieto, trate de detenerlo, pero siendo que era más fuerte el no paraba, me dijo es que no aguanto.

Entonces giró medía vuelta su cuerpo, empujó mi cabeza hacia abajo para que volviera a mamar su verga, quedé de pie, con el torso inclinado hacia adelante, introdujo su verga hasta mi garganta. Antes en cada mamada, era yo quien controlaba la profundidad, esta vez llegó hasta donde no entró más. Sentí el sabor de mi culo en su verga.

Sentí me atragantaba un poco. El sostuvo mi cabeza y comenzó a moverse con energía, cogiéndome fuerte por la boca. Hasta ese momento había respetado mi boca, pero hizo valer su condición dominante, sentía como aquella cabeza hinchada golpeaba mi paladar o se hundía hasta mi garganta. Me tenía nuevamente a su antojo, esta vez por la boca. Pienso fue como una especie de lección para que no se me ocurriera emanciparme nuevamente.

Luego, el colocó una toalla en el piso (como dije era una sala de baño muy amplia) me ordenó acostarme boca abajo.

Mi intento de penetrarlo había quedado totalmente sepultado. El hábilmente se había encargado de regresarme a mi papel de puta rápidamente. Pienso si en el encuentro anterior yo no me habría regalado de la forma en que lo hice, el habría estado dispuesto a ceder más, pero el ya estaba claro en que yo era la hembra y así debía mantenerme.

Me acosté boca abajo, el sobre mí, abrió mis nalgas para penetrarme, apunto su verga la cual yo ayude a acomodar mejor, me empalo a fondo, sentí aquello muy rico. Me abrió las piernas tanto como quiso para quedar cómodo y follarme rítmicamente. Yo ardía de placer, esa posición, bastante cómoda y relajada, evitaba que su verga me llegara a lo más profundo, por lo que disfrutaba mucho sin experimentar dolor.

Sentía su peso sobre mí, su aliento y respiración en mi nuca, su verga en mi culo, sus bolas golpeando. Entraba con facilidad a un buen ritmo. Me dijo que rico tienes el culo. Sentía cada vez más placer, mi recto estaba totalmente dilatado y lubricado. Sentía que el orgasmo anal se hacía inminente.

Mi culo comenzó a sonar plop, plop, como cuando se chapotea en agua o hay mucho líquido. Era tal lo lubricado y abierto que estaba. La sensación de liquido en mi recto era tanta, que pensé el había acabado y estaba batiendo la leche dentro de mi culo. Pregunté, acabaste, el dijo, no, todavía no. Pensé en pedirle cambiar de posición, para prolongar el encuentro. Sin embargo, estaba gozando tanto que no quería que se detuviera.

De pronto, se clavo muy fuerte, su cuerpo tembló mientras descargaba sus chorros de semen dentro de mí. Mi primo había ganado más confianza y control, ya no se venía tan rápido como antes y había comenzado a exigirme más.

Luego, el se puso de pie para irse, cuando yo me incorporaba, su verga quedo a la altura de mi cara, como yo no había eyaculado aún me mantenía muy deseoso, por lo que le di una chupada, sentí por primera vez el sabor del semen de otro hombre en mi boca.

Mientras él se alistaba para irse, le pregunte si no le gustaría echar el segundo, es decir, volver a follarme, el se sonrió sin decir más y se fue. Entonces me masturbé hasta acabar y regresé a dormir muy satisfecho.

Eso fue cuanto sucedió, dime si te gusto y si quieres que siga contando.
Datos del Relato
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Carlos
invitado-Carlos 02-09-2008 00:00:00

Me gustó mucho tu relato, pero no te dejes manipular por el, el si se las quiere dar de muy macho, pero si le gusta tanto que también se deje hacer cosas por ti, ya después de la primera vez que se la metas le encantará---hablale claro, o si no le dices que si no se deja pues tu tampoco...todo es de dar y recibir, porque el si disfruta siempre y a ti te toca acabar eyaculando solo...chao

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