En el anochecer, me gusta ver, cómo te quitas las bragas
no es de una forma lenta, como tu mano se desliza con ellas
es porque tardan en bajar, de tus largas piernas
tan pequeñas las bragas y tu tan escultural, como un castillo
tarda el diminuto tanga, en llegar a tus tacones
como si el tanga y los tacones, se hicieran los remolones
los dos son confidentes, saben que yo, ya estoy dispuesto
dispuesto a separarte, ya esas largas piernas
que, a la luz de las velas, sensuales y tan doradas brillan
tan esbeltas, ya más relajadas y un poco entreabiertas
bajando ya la guardia, de su humedecida puerta
poseo la llave, que da entrada, a ese espectacular castillo
y escalar hasta los solidos y duros torreones de tus pezones
que son escalados, con mis manos y tomados por mis lamidos
a la vez que penetro en tu interior, traspasándolo
en ese atardecer, que te rendiste a mi “duro” acoso de gozo
por las fuertes y repetidas embestidas ,de mi “gran poder”
fue tomado tu castillo y será siempre tomado, por tu amo y señor
aunque te revuelvas y opongas la mas feroz resistencia
serás doblegada, como un castillo de arena, e inundada de mi
hasta que tú, ya cansada, te arrodilles ante tu amo y te someta
te someterás, a su aparato de guerra, que te castiga y te encela
que te da placer y que buscarás todos los días, guerra
tu señor te someterá y te encadenará, serás prisionera a su antojo
y en las mazmorras, te castigará como una zorra, al anochecer
te azotará y regará tu rostro, de ese líquido caliente y blanco
nos oyen las paredes de piedra, tanto placer, siempre al anochecer.
Más al alba de un nuevo día, me postro a los pies de mi señora
elegante, radiante y bella, regia como sus torres y sus almenas
tan femenina, tan señora, siempre vestida de sensual seda
escultural castillo, donde ondean al aire, sus cabellos por bandera
dueña y señora de todas mis tierras y donde su vista alcanza
¡! Buenos días majestad¡! ¿Ha dormido bien?
Francisco Camino