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Capitulo Cinco
-¿¿Te gusta así Hijo de Puta?? ¿Te gusta? ¿Eh? ¡¡Mmmmm!! - Decía Jazmín jadeando descontrolada. Se movía frenéticamente mirándome fijo con sus hermosos ojos verdes y su sonrisita diabólica, de esas que solo le salen cuando se descontrola. Sus uñas se clavaban en mi espalda provocándome cierto dolor muy placentero. Mi verga entraba y salía de su vagina una y otra vez. Jazmín Saltaba sobre mí, cabalgaba como la mejor Cowgirl.
Los vidrios del auto estaban totalmente empañados. Hacia rato no estábamos tan calientes. Apenas si yo tenía los pantalones desabrochados y ella con su faldita enrollada en la cintura y su bombacha corrida hacia un costado. Estacionamos en un lugar solitario y nos entregaos al placer mas desenfrenado. No hubo mimos y carisias, sino el sexo duro y puro.
Jazmín brincaba sobre mi verga. Le gustaba esa posición, tener todo el control. Mi boca mordía y mis dedos pellizcaban sus pezones puntiagudos. Su carita de gatita era una de las cosas que me enamoraban de Jazmín. Se retorció y me mordió el hombre jadeando con fuerza, sus orgasmos tenían eso, poderosos y electrificados. Luego se bajo de mí y sin muchos preámbulos agarro mi pene duro y ardiente para comenzar a lamerlo.
-Mmmm... ¡Aaahh!.. ¿Te gusta así Papi?...- Había cambiado de rol. Antes era una gata salvaje, ahora jugaba a ser una nenita inocente. Pegaba lametones a mi verga como si fuera una paleta de caramelo y me miraba con carita inocente.
-¿Esta bien así señor?- Preguntaba Jazmín tragando lo mas que podía de mi verga.
-Sos una nenita bien Puta, y si, esta muy bien así- Le acariciaba sus cabellos. Cuando ella jugaba a la nena de esa manera es que quería recibir unas caricias. Aunque tal vez me equivoque esa vez y ella quería sexo forzado, porque me apretó la verga bien fuerte riendo.
-Mmmm ¿Te gustas las nenas de escuela Papi?... - Seguía Jazmín. La tumbe sobre el asiento bruscamente. Jazmín nunca dejaba de sonreír. Como un hombre de las cavernas me tire sobre ella y la penetre en su conchita nuevamente. Jazmín me rodeo con sus piernas y comenzó él mete saca frenético. Me mordía la oreja y me susurraba cosas. Cuando estaba muy caliente le gustaba decir cosas guarras, cosas que la excitaban.
-¿Te gustaría cogerte a mi hermanita con su uniforme de escuela Papi?- A veces la mente de Jazmín era un misterio. Este tipo de preguntas durante el sexo la excitaba mucho... a mi me excitaba mucho.
-La partiría en dos con mi verga como té parto a vos- Decía yo y Jazmín se excitaba aun más. Jadeaba y gemía alcanzando orgasmos tremendos. Por mi mente se cruzaba la carita Angelical de Jesse... Embestí más fuerte a Jazmín. Ella me agarró de la nuca y quedamos con las cabezas bien juntas, frente con frente, mirándonos fijamente a los ojos.
-¡Aahhhhh!...¿Te gustaría que estar con las dos juntas?...- Decía Jazmín con tono desafiante, con una mirada diabólica. Mi verga entraba y salía de ella más fuerte, más rápido.
-Las tres, las culearía a las tres juntas Putita...- Estábamos a punto de acabar.
-¿Luciana también diablito? Seguro te vuelven loco esas tetotas que tiene... !!Aaahhhhhhhhhh!!...-
-¡Unas tetas tremendas, se las chuparia toda la vida!- Jazmín comenzó a acabar gritando, comencé a venirme dentro de ella cargando su conchita con chorros y chorros de leche. Nunca dejamos de mirarnos, teníamos orgasmos simultáneos. Quedamos jadeando los dos, transpirados. Ella se coloco arriba mío dándome besitos en el cuello. Le acaricie el cabello.
-Sos un pervertidito... - Me dijo riendo. Yo me reí con ella. Nos acomodamos la ropa y salimos con el auto de ese lugar. A veces no podía creer que semejante chica fuera mi novia. Rubia, ojos verdes, cuerpo de modelo un una gata salvaje en la cama. Era perfecta, salvo.... el tema del sexo anal. Peor también estaban sus hermanas y...
-¿Sabes? Creo que más adelante me voy a poner las tetas, unos centímetros mas no me vendrían más ¿No?- Me pregunto agarrándose sus tetas por encima de la remera. A mí me parecía que estaban mas que bien, entraban perfectamente en mis manos.
-¿A que viene eso? Sabes que no te hace falta ponerte nada para ser más linda.- Ella se quedó mirando por la ventanilla.
-Luciana tiene unas tetas increíbles, todos se babosean cuando la ven...- La mire levantando una ceja. -... No me mires así porque vos también le miras sus tetas...- Dijo riendo. -... Y Jesse ya las tiene las grandes que yo, crece muy rápido, no me quiero quedar atrás... – Todo lo que decía era verdad. Jesse crecía de manera abrumadora, y de las tres hermanas, Jazmín era la que tenia pechos “normales”, Luciana era muy voluptuosa (Y cuando digo muy es muy) y Jesse seguía el mismo camino. No sé a donde iba Jazmín con esto, ella nunca sintió celos de las tetas de sus hermanas... había otra cosa.
-A mi me gustas así, pero si queres ponerte tetas yo te “apoyo”...- Le dije y Jazmín sonrió. Luego se puso seria y me dijo.
-¿No crees que ya es hora de que nos comprometamos?- Sabia que Jazmín quería decir otra cosa.
“Creo que Jesse esta enferma, necesita tu verga en su culito para curarse”.
“¿No te gustaría chuparme las tetas junto a mi hermanita?
“¿Te imaginas a las tres hermanitas juntas con vos? ¡Ah! Cierto que tu novia no sabe nada”
“Cuándo vengas a casa te voy a chupar bien su hermosa verga ¡Algo debes tener que a mis hermanitas las volves locas!”
“¿No te gustaría culearte a mi mama también?... Mmmm... ¡Me caliento de solo pensarlo!”
Esos son solo algunos de los mensajes de texto que me enviaba Luciana, la hermana mi novia Jazmín y Jesse. Luciana me ponía muy nervioso. Desde que ella y su novio participaron en esa “Orgía ocasional” me acosaba a cada momento y oportunidad. Si yo era un pervertido por meterle los cuernos a mi novia con su hermana menor, Luciana era una terrible pervertida.
No a pasado mucho tiempo si eso es lo que creen. Solo pasaron unas semanas sin que pasara nada. A pesar de que mi mente voló hacia el infinito con lo que paso. No deje de sentirme mal por meterle los cuernos de esa manera a Jazmín... y por convertir a Jesse en una... Putita. Desde esa vez Jazmín se comportaba como la mejor novia del mundo ¡Me pidió comprometernos! (Comprometerse significa llegar a lo más formal de un noviazgo, es un gran paso en una pareja y hasta se llevan alianzas y todo...) ¿Cómo podía comprometerme con Jazmín si no podía para de pensar en su hermana menor... hasta también su hermana mayor? No significa que no la amaba, ¡No! Pero soy un hombre y tengo mis debilidades, no puedo controlarme al estar seca de Jesse, me es imposible hacerlo. Ahora mas que nunca.
Desde esa “Orgía ocasional” todo avanzo fenomenalmente con Jazmín, pero retrocedió con Jesse. Ya van a entender lo que digo.
Jesse volvía a ser la de antes. Esa chica pura inocencia e ingenuidad que tanto me vuelve loco. Volvía a ser una chica callada, recluirse en su timidez y correr a esconderse cuando me veía cerca. Me sentía mal por ella, pero también eso me encendía. Jesse tenía esa ternura que Jazmín no tenia.
Cuando visitaba la casa de mi novia era todo un tema. Jazmín era puro amor. Me abrazaba y nos besábamos frente a la familia. Sus padres estaban mas que satisfechos conmigo, el “novio” ¡Si supieran que lo había hecho con la nena de la casa, la hermanita de mi novia!. Jesse miraba con ojitos melancólicos como Jazmín y yo nos tomábamos de la mano, nos hacíamos mimos o nos besábamos. Cada vez que quería hablar con ella, Jesse salía corriendo y se encerraba en su cuarto.
Capitulo Seis
Pero el gran drama era cuando estaba Luciana. Un viernes me invitaron a cenar. Estábamos todos, Jazmín, Jesse, Luciana y los padres de ella. Mirar a las tres hermanas era como ver tres fantasías sexuales frente a mí. Luciana era una perra total, la muy hija de puta sabia que tenia un cuerpo increíble, y lo mostraba sin el más mínimo pudor. Incluso frente a su familia. Esa noche iba vestida con una musculosa muy escotada, muy ajustada de color blanco. Sus tremendas tetas, enormes y redondas como pelotas de básquet se remarcaban tanto que uno podía verle claramente los pezones a través de la tela. Tenia una diminuta minifalda de negra que al sentarse dejaba ver todas sus piernas y muslos mas que apetitosos. Se maquillaje la hacia ver como su fuera una Femme Fatal, pestañas bien negras, ojos delineados, labios rojo bien brillantes... ¿Cómo es que su padre no le decía nada de cómo nadaba vestida? ¡Cada vez que la miraba inevitablemente mis ojos se desviaban hacia su escote!
Jazmín era otra cosa. Una opción distinta a la voluptuosidad y exhibicionismo de su hermana mayor. Siempre estaba bien arreglada. Tenía una camia blanca ajustada a su curvilíneo cuerpo y una falda que destacaba la redondez de su cola. Siempre tenía los cabellos con algún peinado a la moda, pero nada extravagante. Sus botas de caña alta negras, sus pulseras de plata y si fino maquillaje me hacían creer que estaba de novio con una modelo. Su mirada picara y su sonrisita me enamoraban. En medio de la comida me hablaba al oído y hacia chistes, o me tomaba de la mano y la apretaba durante un buen rato.
¿Que más podía pedir de ella?
Luego estaba la hermanita menor... oh si, estaba Jesse. Ella en unas semanas iba a cumplir años. Pero todavía seguía siendo la beba da la familia. Jesse es la opción tierna, dulce y angelical. Comía despacito, con sus hermosos ojos celestes mirando el plato. Cada vez que nuestras miradas se encontraban, ella se sonrojaba totalmente y volvía a bajar la cabeza. Era tan tierna... Esa noche traía un vestido que trataba de ocultar las insinuantes formas de su crecido cuerpo. Era celeste como sus ojos pero ya nada podía ocultar mucho sus apetitosas tetas, que eran ya algo más que grandes. Tenia medias y pantuflas, en evidencia que no salía mucho de su casa y por ello no necesitaba vestirse muy producía. Pero no falta hacia, a mí me encantaba así. Con sus rubios cabellos atrás en dos coletas que caían a los costados de su cabeza. Mirándola así, tan inocente y tímida, se me venían a la mente los hechos que habían vivido con ella ¿Cómo fue que una chica no era virgen por ninguno de sus agujeros y ya había estado en una orgía? ¡Ah claro, era mi culpa!
-¿Podes dejar de mirarle las tetas a Luciana?- Me dijo Jazmín al oído con su mano en mi entrepierna, me apretó los huevos muy fuerte. Casi escupo toda la comida. Luego me miro con u sonrisita maliciosa y siguió comiendo.
-¿Cómo va en facultad Javier?- Me pregunto el padre. Y comencé a decirle lo bien que me iba, que esto y lo otro. Jazmín Charlaba con su madre sobre ir de compras al día siguiente. En eso siento algo en mi entrepierna. Mire a Jazmín porque creí que era ella de nuevo, pero no. Mire un momento y vi un pie. Luciana estaba frente a mí mirándome y riendo contenida. Su pie me masajeaba mi verga lentamente mientras yo charlaba con su padre.
-Parece que le va muy bien en facultad, ¿No es cierto Papi?- Decía Luciana a su padre sin dejar de masajearme la verga con su pie. Jazmín todavía seguía charlando son su madre. Jesse miraba de reojo la conversión. Mi verga iba cobrando tamaño sin poder evitarlo. Apenas si podía seguir manteniéndome norma mientras charlaba.
-Creo que es el mejor novio que tuvo Jazmín, ¿No Papi?- seguía Luciana con juego. Su padre asentía y decía lo bueno que era yo y lo bien que le caía.
-¿Interrogando a mi novio?- Pregunto Jazmín uniéndose a la conversación. Su padre reía. Mi verga estaba bien dura, Luciana no dejaba de masajearla. La muy Puta inflaba su pecho y me mostraba su escote.
-Hablábamos del buen novio que tense Jazmín ¿Vos que pensas Jesse, no es el novio ideal ara Jazmín?- Pregunto Luciana mirando a su hermanita y sin dejar de masajear mi verga. Jesse levanto la mirada completamente colorada atragantada con la comida.
-Ella es muy chica para pensar en novios todavía- Dijo su padre severo.
-Espero que al día que tenga novio, sea uno tan bueno y buen mozo como Javier...- Dijo la madre. Jazmín me miro, yo estaba ya transpirando por los masajes de Luciana bajo la mesa. De un manotón saque el pie de ahí, si Jazmín veía lo que hacia su hermana, se armaba el escándalo.
-¡Un chico como Javier seria ideal para Jesse!- Exclamo Luciana riendo. Jesse no sabia donde esconderse.
-Es verdad Jesse ya esta grande y debe tener un montón de pretendientes- Dio Jazmín.
-Termine, me pue... ¿Puedo retirar?- Tartamudeo Jesse y se fue a su cuarto roja como un tomate.
-Nada de novios para “MI NENA”- Concluyo el padre dando fin al tema del “novio” de Jesse. Me sentí como si tuviera una soga en el cuello... Y Luciana me había dejado más que caliente, caliente en todo sentido.
Antes de irme, fui al baño. Jazmín se quedo charlando con sus padres en la cocina. Se me pasó por la mente ir al cuarto de Jesse y ver que le pasaba, me tenía muy preocupado mi colegiala. Pero si tardaba mucho Jazmín me vendría a buscar o algo, así que deseche esa idea. Entre al baño de la planta baja. Y cuando termine de orinar, abren la puerta del baño cuando tenia mi pene todavía afuera del pantalón.
-¡Ocupado!- Dije tratando de guardar mi pene, pero cuando vi que la que entraba y cerraba la puerta tras de si era Luciana, deje de hacerlo. La mire de arriba abajo, ¡Qué cuerpo tenia la muy hija de puta!
-¿qué haces acá, Jazmín...?- Intente decirle recordando de Jazmín estaba a solo unos pasos, en la cocina junto a sus padres.
-¿Y no es divertido eso? ¿Qué te puedan descubrir?- Dijo ella riendo mientras se pegaba a mí y me agarra la verga con una mano. De solo sentir el tacto de esos dedos mi verga se endureció con una rapidez inhóspita.
-Esta mal Luciana, si te van a acá conmigo...- Como Luciana a pensar de ser la mayor de las tres hermanas, era bajita. Me miraba a la cara sonriendo mientras movía muy rápido su mano sobre mi verga, que ya estaba más que dura.
-¿Juegas con la putita de mi hermana pero no queres jugar conmigo?- Me pregunto riendo mientras con su mano libre se apretaba sus enormes tetas. La paja que me estaba haciendo me hacia entrar en ebullición. Me controlaba como podía. Tener a semejante mujer ante mí, con ese increíble culo, esas enormes tetas... Pero no la tocaba, mantenía mis manos a los costados sin hacer nada. Si lo hacia, si llegaba a tocarla, no me podría controlar y no pararía hasta poseerla.
-Jaz... Jazmín no es ninguna Putita- Luciana soltó una risita maquiavélica sin dejar de mover su mano sobre mi verga. Sabia que estaba a punto de hacer acabar.
-¿Jazmín? No ella, no, Jazmín es una cornuda... La putita es mi hermana menor...- Me pajeaba mas fuerte, su mano subía y bajaba a gran velocidad. Pense en Jazmín, si llegaba a entrar al baño se armaba el escándalo. Pensé en Jesse, me excite más. Sentí mi orgasmo a punto de llegar. Unos segundos más y eyecularia leche por toda la mano de Luciana.
-Bueno, ya esta- Dijo Luciana soltando mi verga y dirigiéndose a la puerta del baño. Me quede estupefacto con mi verga latiendo.
-Pero... sos una hija de puta- Le alcancé a decir. Ella solo me miró riendo mientras meneaba su culo y salía del baño. Me quede parado mirando a la puerta cuando siento la vos de Jazmín.
-¡Javier!- Mierda, me guarde la verga como pude, meterse la verga erecta en los pantalones nos es muy cómodo que digamos. Salí del baño justo cuando Jazmín llegaba.
-Ah, saliste, creí que te sentías mal o algo, como tardabas tanto...- Me dijo ella preocupada.
-No no... no pasa nada, me... me sentí un poco mal pero ya me siento mejor... – Le dije y tenia algo de verdad. ¡Su hermana Luciana me havia dejado hirviendo!
-¡Pobrecito!- Me dijo Jazmín abrazándome y dándome besitos.
-Que tiernos son... espero que no pase nada que los separe- Dijo Luciana detrás nuestro. Jazmín la miro sonriendo, pero yo sabia que se refería a otra cosa. Al final, me tuve que ir a casa con una calentura terrible. Luciana era una pervertida que jugaba conmigo muy perversamente. Me masturbe pensando en las tres hermanas. Por mi mente paso Jazmín, paso Luciana... y Jesse. Tenia que hacer algo con ella. Eyecule como nunca.
Capitulo Siete
Como no encontraba momento de estar a solas con Jesse, al día siguiente fui a la salida de su colegio a buscarla. Fui caminado, así me despejaba un poco. Tener en la mente a les tres hermanas era agotador. Todavía no le había dicho a Jazmín si nos comprometíamos, me daba mala espina el juego perverso de Luciana... y quería ver que le pasaba a Jesse. Espere en la vereda de enfrente al colegio. Mierda, como me gustaba hacer eso. Desde que Jazmín había egresado de la secundaria no lo hacia. Ver a tantas chicas en uniforme de colegiala me volvía loco. Recuerdo que cuando salía Jazmín, ella se destacaba por sobre las demás. Jazmín era la”chica popular”. Sus compañeros me miraban con cierto odio al ver como Jazmín me saludaba con un beso en los labios. Me fascinaba verla con esa cortita faldita escocesa.
Ahora a la que buscaba era a Jesse. Empezaron a salir todos los colegiales. Eran muchos, mas que antes. Había chicas muy bonitas, algunas rodeadas de chicos y chicas como era Jazmín un par de años atrás. Me imagine a Jesse como la chica popular. Tenia todo para serlo, era bonita, muy bonita. Con un cuerpo increíble que en unos años seria tremendo. Pero al verla caí en la realidad. Jesse no era así, Jesse no tenía la personalidad de una chica popular. Y al verla me fue confirmado. Salía caminando despacio junto a una amiga. Nadie la miraba con interés, ni tampoco parecía tener muchos mas amigos que esa chica.
-Que estúpidos con los chicos de este colegio- Me dije a mí mismo la ver como casi todos los chicos miraban con deseos a una chica de pelo negro que sé hacia la linda. No le llegaba ni a los talones a Jesse. Ella estaba hermosa, como siempre. Su uniforme le quedaba grande. Su faldita escocesa le llevaba casi hasta las rodillas. Y su camisa era holgada, pero si uno miraba bien (como yo) podía notar unos pechos grandes. Tenia sus cabellos rubios peinados con una trenza y cargaba una gran mochila. Saludo con un beso en almejilla a su amiga y se fue caminando sola hacia su casa.
La alcance a los pocos metros.
-Jesse- Dije detrás de ella. Ella miró hacia atrás y abrió sus ojos sorprendida. Tenia unos ojos preciosos, celestes como el cielo. Se sonrojo inmediatamente. Pero luego bajo la mirada y sonrió.
-Hola...- Me dijo en vos bajita.
-¿Te puedo acompañar?-
-Bueno...- Me contesto. Caminamos uno al lado del otro sin decir nada. Agarre su mochila y la lleve yo a pesar de que se negó. ¿Qué llevaba ahí dentro? Pesaba mucho.
-Te extrañe mucho estos días, ¿Sabes?- Le dije de pronto. Ella se volvió a sonrojar.
-yo... yo también. Pero, pero...- No le salían las palabras. Se veía tan tierna. Me daban ganas de abrazarla y llenarla de besos ahí mismo. La guié caminando hacia una plaza tomándola de la mano. Ella sonrió de una manera tan dulce que me hizo erizar la piel. Sentir de nuevo su piel me fascinaba. Era muy bonito caminar tomados de la mano. Jesse se dejo llevar y la balanceaba. Llegamos a una banca que estaba oculta entre unos árboles y arbustos. La Plaza no estaba muy concurrida así que teníamos cierta intimidad. Nos sentamos en la banca. Jesse se miraba las manos mientras se las retorcía.
-¿Qué pasa bonita?- Pregunte colocándole un mechón de sus cabellos tras la oreja. Jesse suspiro el sentir mi mano.
-es que... yo... debes... debes pensar que soy...- Comenzó a decir ella casi llorando.
-¿Que sos que?-
-Que... que soy una Pu... una Putita- Me dijo escindiendo su cara entre las manos y comenzando a sollozar. ¿Pero de donde haba sacado eso? La abrase y ella sé reconformo entre mis brazos llorando.
-¿Cómo voy a pensar eso?...- Comencé a decirle mientras acariciaba sus cabellos. – Si sos la chica mas dulce y tierna que conocí en mi vida... ¿Vos crees que te extrañaría tanto si pensara así? No sé quien te dijo eso, pero esta equivocado... –
-¿En... Enserio?- Me pregunto algo mejor.
-Claro Bonita-
-yo creí... creí que no me quería mas... por... por... por las cosas que hice y...-
-Lo que haces o podes hacer es increíble y ninguna chica puede hacerlo como vos... solo te hace más perfecta de lo que sos Bonita... A mi me encanta como sos, pero si a vos te molesta...-
-No, es que.. – Intento decir Jesse pero le di un suave beso en sus rozados labios. Ella cerró los ojos y me beso. Nos besamos como dos enamorados en la plaza donde cualquiera nos podía ver. Saboreé sus labios como si nunca hubiera besado a nadie. Jesse me correspondía jugando con mi lengua cada vez mas apasionada. La abrace más fuerte, aferrándola a mi cuerpo. La deseaba, el tiempo que no nos vimos la desee como nunca. Mis manos recorrían su cuerpo que tanto me volvía loco. Fui recorriendo sus piernas hasta llegar a sus muslos. Mi otra mano se metió bajo su camisa. Jesse jadeo al sentir al tacto de mis manos en su cuerpo. Recorrí su abdomen hasta llegar a su sostén. Comencé a besarla en el cuello. Jesse suspiraba y gemía despacito, encendiéndose cada vez más. Mi mano apretó sus pechos. Baje el sostén y comencé a jugar con sus pezones erectos. Mi otra mano se colaba entre sus piernas y llego a su bombachita.
-Nos... nos pueden... ver... - Me jadeo al oído. Esa vocecita de nena inocente que no era actuada me excitaba más. Mis dedos corrieron su bombachita y comenzaron a masturbarla lentamente. Jesse temblaba y jadeaba mientras le comía la boca a besos.
-Nos.. aahhhuu.. Van a veeer...Aaahhh...- Jadeaba Jesse ya perdida en un mundo de placer. Un mundo perverso en el que yo la introducía cada vez más y no tenia retorno.
-Nadie nos va a ver... nadie... solo estamos vos y yo...- Le susurraba al oído. Mis dedos la masturbaban cada vez más rápido. Apretaba sus deliciosos pechos haciéndola jadear aun más. Mi pene pedía libertad en mis pantalones. Baje el cierre y guié unas de las delicadas manos de mi colegiala hacia ahí. Jesse ya estaba perdida. Agarro mi verga durísima con sus dedos. Sentí una corriente eléctrica el sentir su piel. Comenzó a pajearme como le había enseñado. Ella era Mi colegiala. Mi colegiala no había olvidado nada de lo que aprendió.
-Aaahhhhmmmmm...- Jadeaba Jesse apretando los labios tratando de contenerse. La ayude con eso. Poco a poco fui bajando su cabeza hacia mi entrepierna. Ella se dejaba hacer. Mis dedos en mi entrepierna se introducían en su vagina provocándole espasmos. Sentí sus labios en mi glande, no hizo falta empujar. Jesse se fue introduciendo mi verga poco a poco mientras la degustaba con su lengua. El placer era increíble.
-Mmmmmssshhp...- Emitían sus labios que me succionaban la vida. Mamaba con pasión, masturbando con una mano y bajando y subiendo su cabeza. Mis dedos entraban y salían de su mojada vagina haciéndola delirar. Estamos en una plaza... en una plaza. Mire a mí alrededor gozando como nunca. Una señora pasaba detrás de los árboles por la senda. Una chica miraba a sus dos hijos pequeños jugar en el tobogán. Un señor leía el diario en una banca. Y yo, semioculto entre los árboles, recibía la mejor mamada de mi vida de la colegiala perfecta. Si alguien miraba en nuestra dirección nos podía ver. Iba a ver a un muchacho sentado y a una jovencita subiendo y bajando su cabeza mientras recibía dedos en su entrepierna. Era muy excitante, demasiado excitante la situación. Jesse mamaba más rápido, mis dedos la taladraban. Jadeaba cada vez mas fuerte con su boquita llena de carne caliente. Comenzó a temblar. Su cuerpito convulsionaba y me apretaba la verga con fuerza dejándola quita entre sus labios. Jesse estaba acabando. No pude retrasarlo más y comencé a venirme en potentes chorros dentro de su boca. Jesse como podía tragaba y tragaba, pero su orgasmo, y la cantidad de leche se lo impedía. Un poco de leche se le escurría por la comisura de los labios. Quedamos jadeando. Ella recostada en mis piernas mirándome pensativa. Vi mi leche en sus labios chorreando. Muy suavemente con mis dedos la fui juntando. Jesse abría la boca y me chupaba los dedos. Era como dar de comer a una gatita mimosa. Luego me miro con una sonrisita muy dulce.
-Hola- Le dije sonriendo.
-Hola...- Me dijo ella.
-Te extrañe mucho ¿Sabias?
-Yo te extrañe mas...- Me dijo riendo algo sonrojada.
Camine junto a Jesse por la cuidad. Ella mandó un mensaje a su Madre diciendo que se quedaba hasta la tarde en casa de una amiga a estudiar. Puse mi brazo en forma de jarra y ella cruzo el suyo. Caminamos muy juntos por lugares donde nadie conocido nos podía ver. No podía dejar de mirarla. Hablábamos de tonterías, nada referido al sexo. Me encantaba verla sonreír, hablar con soltura. Era una colegiala preciosa. El tiempo paso volando junto a ella. Mientras volvíamos hacia su casa, le pregunte quien le había dicho que era una “Putita”. Jesse se sonrojo totalmente y me dijo “Me da vergüenza”. Era tan dulce.. Pero tenia que saber. Aunque ya presentía saber quien era.
-Quiero decírtelo... pero... pero... - A Jesse no le salina las palabras cuando estaba muy tímida o nerviosa.
-Si queres podes escribirlo y me lo mandas por E-mail, ¿Qué te parece?- Ella sonrió y dijo “Bueno”. Al final la acompañe hasta la casa. Su madre nos miró raro al vernos llegar juntos.
-La encontré mientras venia para jaca y decidí acompañarla, no quería dejarla sola en la calle... - Le dije muy naturalmente.
-Ah, bueno. Sos muy buen chico Javier... - Me dijo ella con una extraña sonrisa. Al rato llegó Jazmín. Se alegro mucho de ver a su novio en casa.
Había vuelto a mis jugarretas. Con Jazmín la relación se afianzaba cada vez más y más. Y el sexo... Mierda, el sexo con Jazmín era increíble. Pensaran que el sexo con Jesse era mejor ¿No? No, era distinto... E igual de increíble. Luciana era una cosa terrible, sabia como usar su voluptuoso cuerpo y calentar hasta a un muerto. La muy hija de puta ya me tenia las bolas llenas. Me calentaba todo el tiempo y cada vez que podía. Me tocaba disimuladamente, me fregaba su tremendo culo contra mi bulto. Me mostraba descaradamente su escote para que vea sus tremendas tetas... Y siempre me dejaba hirviendo. Además estaba Jesse... ella me daba miraditas muy dulces a escondidas. Prácticamente no tenía tiempo o momentos de estar a solas con ella. Luciana siempre revoloteaba a nuestro alrededor buscando la oportunidad de hacer de las suyas. Y cada ve que miraba a Jesse deliraba. Imagínese tener a la colegiala de sus sueños tan cerca, tan cerca... y no poder hacer nada. Cada vez que la veía con ese uniforme, dios, me volvía loco de deseo.
Tenia pensamientos en la cabeza por lo que le hacia a Jazmín. La amaba, pero debía muy bien que lo que hacia no era para nada justo. Pero esos pensamientos los dejaba bien escondidos en el fondo de mi mente. Mi instinto animal me decía que viva el momento y no piense en compromisos.
Capitulo ocho
El viernes siguiente después de cenar en casa de Jazmín (Y sufrir los acosos de Luciana y gozar de las miraditas de Jesse) Salimos a una disco a divertirnos. Jazmín fue vestida de tal manera que quitaba la respiración. Una minifaldita de cuero negra ajustada a su redondito culo y una camisa semitransparente ajustada que no dejaba nada a la imaginación. En la disco además de divertirme con ella, tuve que ocuparme de alejar a varios hombres babosos de su alrededor. Ella se encontró con unas amigas de la facultad y se pusieron a festejar no sé que. Comenzamos a beber tragos de todo tipo. Pero me recate al pensar que tenia que manejar el auto. Jazmín y sus amigas bebían y bebían. Luego salimos a bailar, a pesar de que no me gusta bailar. Pero Jazmín estaba tan borracha que era muy divertido. Luego siguieron tomando hasta quedar ya muy borrachas. Y viendo que la noche no daba para más, decidí que era hora de irnos. Tuve que llevar en el auto a las tres amigas de Jazmín, no podía dejarlas solas en ese estado.
-Que buen novio tenes Jazmín-
-Es tan bueno, nos lleva a casa, pero yo me quería quedar...-
-es muy bonito Jazmín... - Decían sus tres amigas riendo en el asiento de atrás del auto. Jazmín estaba a mi lado también riendo. Todas borrachas.
-Nos lo podrías prestar un ratito para jugar Jazmín...- Decían sus amigas y se descostillaban de la risa.
-Él es solo mío y de nadie más. Además seguro que el no quiere que lo preste... ¿O queres que te preste Javi?- Me dijo Jazmín acariciándome la entrepierna. Me imagine enfiestándome con todas ellas. Eso si seria una buena noche.
-Yo hago lo que vos me digas...- Le dije sonriendo.
-¿Lo que yo diga eh?... ¿Y si te digo que tengamos sexo con todas mis amigas lo arias?- Me dijo Jazmín Apretando mi bulto. La cosa iba por buen camino.
-Claro, si vos me dejas y queres que lo haga... yo lo hago...- Las amigas de Jazmín rieron emocionadas. Una de ellas miro por la ventanilla y comenzó a gritar “Acá, Acá”. Era su casa, y se bajaron dos chicas porque una se quedaba a dormir con ella. Bueno, quedaban Jazmín y una amiga, todavía podía haber “Fiesta”.Jazmín me masajeaba el bulto mientras yo manejaba.
-¿Cuándo me prestas a tu novio Jazmín?- Le pregunto su amiga riendo.
-mmm... No sé, tengo que pensarlo. Aunque... Mira como esta- La amiga de Jazmín se apoyo detrás de mí y miro como la mano de Jazmín masajeaba mi bulto que estaba bien hinchado bajo su pantalón.
-seguro que a él le gusta si jugamos un ratito ¿No?..- Dijo si amiga recorriendo mi pecho con sus manos. Jazmín seguía masajeándome el bulto y comenzó a darme besitos en el cuello. ¡Apenas si podía manejar con las dos haciendo lo que hacían! Las manos de la amiga bajaban para encontrarse con las manos de Jazmín en mi bulto. Ella mientras Jazmín me besaba el cuello, comenzó a morderme el lóbulo de la oreja. Me aferré al volante para no descarrilar el auto. Tenia que estacionar, y tenia que hacerlo enseguida.
-¡Acá!- Grito su amiga de pronto. -... Esta es mi casa. Bueno, los dejo solitos...- Dijo cuando frente y se bajo del auto. Jazmín me miro y comenzó a reírse. Yo estaba que hervía, no bien estacionara el auto agarraría a Jazmín y la poseería como nunca en su vida.
-¿Te gusto Picaron?- Me decía Jazmín riendo. Yo manejaba ahora hacia su casa.
-A vos te gusto más ¿No?- Le pregunte, ahora que estaba borracha ella estaba mas suelta y tal vez podría sacarle algo.
-No estuvo mal... tendríamos que hacer... No, Mejor no...- Decía Jazmín riendo.
-¿No te gustaría hacer un trío?- Jazmín me miro y comenzó a reír a carcajadas.
-¡Sí! ¡Con una chica!- Exclamó ella de pronto.
-¿Qué chica?-
-Que sé yo, alguna... – Decía ella. Había llegado al frente de su casa. Estacione y sin mas abrace a Jazmín y comencé a besarla. Ella se dejó hacer por unos momentos mientras mis manos se metían por debajo de su ropa.
-vamos adentro, tengo frió...- Me dijo y abrió la puerta del auto dejándome bien caliente. Entre con ella a la casa tratando de no hacer ruido. Jazmín apenas si podía caminar. Y cada vez que tropezaba con algo se reía tapándose la boca con la mano. Llegamos al living y ella se tiró en el sofá rendida. Me acerque a ella para comenzar a “jugar” pero ni bien recostó la cabeza quedo completamente dormida.
-¿Jazmín?-
-Mmmmmm...- Decía ella entre sueños acurrucándose. Mierda, mierda, mierda. Parece que me iba a quedar caliente sin hacer nada esa noche. Cargue a Jazmín en mis brazos y subí las esclareas hacia su cuarto lo sin hacer ruido. La acosté en su cama, le saque sus botas y la faldita. Ella se acurrucó y entre sueños me dijo:
-Acostate conmigo...- Pero agarro una almohada creyendo que era yo y la abrazo. Ronroneaba como una gatita así dormida. La casa estaba completamente en silencio. Fui al baño y volví a cuarto de Jazmín. Me disponía a dormir con ella unas horas antes de que se despierten sus padres. Pero se me ocurrió hacerle una visita a Jesse. Estaba bien caliente y con Jazmín en ese estado no podía hacer nada. Salí del cuarto y me dirigí al de Jesse. Escuche un ruido y pensando que era alguno de sus padres corrí al baño y me encerré ahí dentro. Vi como el picaporte se movía, pero pense que no había nada de que preocuparme, No hacia nada malo. La puerta se abrió y pareció Luciana. Ella cerró la puerta detrás de ella. La mire de arriba abajo. ¡Que cuerpo tenia la hija de puta! Tenía solo puesto una remera larga y evidentemente nada debajo. Se le veían sus piernas en todo su esplendor y se notaban claramente los pezones de sus tetotas. Llevaba sus largos cabellos rubios sueltos y me miraba con una sonrisita.
-¿Querías visitar a mi hermanita en medio de la noche? Sos un chico malo, muy malo...- Decía y reía.
-Trajiste a Jazmín muy borracha, seguro le metiste su verga sin que ella se enterara ¿No es cierto? – Comenzó a caminar hacia mí. Yo Solo la miraba, no sabia bien que hacer. Luciana era capaz de armar un escándalo por solo divertirse.
-¿Te dejo bien caliente? ¿Por eso te querías meter en el cuarto de mi hermanita menor?- Luciana ya frente a mi agarro mi bulto y lo apretó con fuerza.
-¿Le querías meter tu vergota a la Nenita de Papa, chico malo?- Me apretó la verga con mas fuerza. -... Pero eso no va a suceder, te vas a quedar bien caliente... –
-Sos una hija de puta, ¿Sabias?- Le dije enojado y excitado a la vez. Mi cuerpo hervía, y tener a semejante mujer frente a mí jugando conmigo me estaba sacando de mis cabales.
-Putita como mis hermanas... Especialmente la más chica...- Dijo Luciana pegando un ultimo apretón a mi verga. Luego la soltó y comenzó a caminar hacia la puerta. Esto no podía quedar así. Luciana no alcanzó el picaporte que al agarre de un brazo y bruscamente la di vuelta. Ella me miró sorprendida y divertida a la vez.
-Puedo hacer un escándalo- Me dijo aun más divertida. Comenzamos a forcejear. Pero yo era más grande que ella. Luciana era petiza y no tenia dramas en dominarla. Yo Estaba fuera de mí. Tenia tanta calentura de toda la noche que ese tremendo culo y esas tremendas tetas no se me iban a escapar. La di vuelta colocándola de espaldas a mí. Luciana quedó frente al espejo del lavatorio. Pegue mi bulto contra su culo mientras le apretaba sus tetotas con fuerza. Luciana apretó los dientes, pero no grito. Solo me miro riendo a través del espejo.
-Voy a gritar, voy a gritar y Jazmín se va a enterar de todo. Todos se van a enterar de todo...- Me decía Luciana forcejeando. Pero yo la tenía bien sujeta. Como pude me desabroche mi pantalón y mi verga salió en libertad. En mi mente sólo había una imagen. Mi verga entrando y rompiendo ese tremendo culo que tanto se me había hecho desear. Mis manos estrujaban estas tremendas tetas y pellizcaban sus pezones. A Luciana le gustaba. No podía disimular su sonrisa. Ella seguía forcejeando, pero más que para escarparse, era para fregar más mi verga contra los cachetes de su culo. Una de mis manos se metió entre sus piernas bruscamente. Luciana Jadeo apretando sus labios. Mi verga pedía acción. Luciana iba a tener su merecido. Mientras ella se retorcía, enrolle la remera hasta la cintura dejando su tremendo culo desnudo. Deje caer un chorro de saliva, acomode mi verga a la vez que tapaba su boca con una de mis manos. Ahora Luciana forcejeaba de verdad para salirme de mí.
-¡Mmmmmm!- Grito y me mordió la mano el sentir la cabeza de mi verga entrando en su ano. No había amor, no había dulzura, era puro instinto animal del más salvaje. No dude ni un segundo. Empuje con todas mis fuerzas y enterré mi verga hasta lo mas profundo de su recto. Luciana corvo su cuerpo quedando dura en esa posición.
-¿No era lo que querías Putita?- Le decía al oído mientras movías mis caderas. Sacaba casi totalmente mi verga para volverla a meter con toda la fuerza que podía. Los cachetes de ese increíble culo vibraban como gelatina en cada estocada. Luciana Gemía y estaría gritando si no fuera porque le estaba tapando la boca. Ella me mordía la mano y unas gotas de sangre comenzaron a caer de mis dedos. Pero no sentía dolor, solo el placer de por fin poder partir en dos ese culo que tanto me volvía loco.
-¡Mmmmmm! ¡Mmmmmm! ¡¡¡Mmmmmm!!!- Emitía Luciana recibiendo la culeada más brutal. Mi otra mano apretaba como podía esas tremendas tetas. Eran tan grandes que no podía agarrarlas. Ella tenia su cara pegada al espejo y estaba de puntas de pie, a punto de perder el equilibrio por mis fuertes embestidas. Pellizque con fuerza sus tetas y pezones. Me canse de masajearlos y estrujarlos. Luego bajo mi mano y comencé a meterle dedos en su vagina. La muy puta estaba completamente mojada, gozaba con la brutal culeada.
-Aahhummmm... Aaaahhhmmmm...- Solté su boca y ella contenía sus jadeos apretando los labios. Se agarraba del lavatorio mientras yo la sostenía de sus caderas embistiendo más y más rápido su culo. La mire a través del espejo. Ella ahora me miraba sonriendo. Disfrutaba de la cogida. Parecía una vampiresa. Tenia sangre de mi mano chorreando por su boca. Se veía increíblemente sexy. Una voluptuosa vampiresa increíblemente sexy.
-¡¡Aauuhgmmmmmmm!!- Comenzó a Jadear fuertemente Luciana apretando los dientes. Su orgasmo era increíblemente fuerte. Mientras ella acababa, saque mi verga de su culo y la arrodille en el suelo. La tome de los pelos y de un empujón metí mi verga en su boca hasta la garganta. Dejando quita su cabeza comencé a culearle la boca a gran velocidad. Ella se aferraba a mis caderas aguatando. Cuando estaba por acabar, saque mi verga de su boca. Con una mano agarre sus mejillas e incline su cabeza hacia mí, para que me mirara. Mi otra mano apunto mi verga a su cara y comencé a venirme con los potentes chorros que me aguante toda la noche. Embardune toda la cara y su pelo. Luego la solté y pase mi verga por toda su cara. Luciana, muy excitada evidentemente, pegaba lametones provocándome descargas eléctricas.
-Esta vez ganaste vos... pero la próxima, la que manda soy Yo...- Me dijo dándole un apretón a mi verga y salió de baño como si ada hubiera pasado. Me acomode la ropa y salí también. Ya era tarde para visitar a Jesse. Además me había sacado bien las ganas con Luciana. Salí en silencio de la casa. Había tendió sexo con las tres hermanas. Si tenía sexo con la madre, seguro entraba en el Libro de los Record Guinnes. No pude evitar comenzar a reírme a carcajadas mientras manejaba por tan absurdo pensamiento
Capitulo Nueve
“Me gusto mucho que me hayas buscado a la salida del Cole... ¡Besos!”
“Extraño nuestras charlas... ¿Cuándo será que podremos estar solos?”
“Gracias por ser mi chico especial”
“Té extraño”
Esos eran algunos delos mensajes de texto que me enviaba Jesse a mi celular. No sé porque me encantaba recibirlos, me hacia sonreír de una manera el ver que tenia un mensaje de ella. Era tan dulce, ni siquiera Jazmín (ni hablar de Luciana) tenían esa ternura que Jesse emanaba de todo su ser. Pero cuando más dulce e ingenua era ella, más perversos eran mis pensamientos. No podía dejar de pensar en ella vestida en su trajecito de colegio bailándome un Lap-Dance o haciendo cosas que solo Luciana se animaría a hacer por propia iniciativa.
Una de las pocas alternativas de estar a solas con Jesse era ir a buscarla a la salida del colegio. Así que para darle una sorpresa a ella (Y sacarme mis deseos de estar con ella), la fui a buscar. Nuevamente mi mente deliro al ver tantas chicas con uniforme. No quería que Jesse se convierta en la chica popular. Quería que siga siendo para siempre la colegiala inocente y tierna. Pero sabía muy bien que su dulzura ya tenia los días contados. Los chicos no tardarían en darse cuenta de lo buena que estaba Jesse, y cuando se fijen en ella, Jesse se convertiría en otra persona, seria la “Chica Popular”. Tenia que aprovechar ese tiempo con ella los más posible, sin desperdiciar un segundo.
-Hola Princesa- Le dije sentado en una banca que había a dos cuadras de su colegio. Sabia que Jesse pasaría caminado por ahí. Ella iba muy sumida en sus pensamientos. La vi venir de lejos. Nada podía hacer que no reconociera a mil metros a mi colegiala en uniforme.
-¡Hola! ¡Que sorpresa!- Me dijo ella emocionada al verme. Me abrazo y me dio un sonoro beso en la mejilla algo sonrojada.
-Casi no me ves ¿En qué pensabas?- Le pregunte mientras caminábamos muy juntos y lentamente. Ella sonrió bajando la mirada y se sonrojo de nuevo. Como me gustaba cuando se sonrojaba.
-Yo... Venia pensando en vos...- No le dije nada, La tome de la mano y ella apretó al mía con sus deditos. Sin que le diga nada, mando un mensaje a su madre diciendo que llegaría unas horas tarde porque se quedaba en la biblioteca. La lleve a tomar algo a una cafetería de un shooping. Ella estaba muy nerviosa. Se senté en la mesa frente a mí mirando hacia todos lados algo sonrojada.
-¿Que pasa? Si alguien nos ve no pasa nada, no hacemos nada malo... – Le dije para tranquilizarla. Pero ella me miró con esos ojitos celestes y me dijo:
-No Es... Eso... – Dijo con dificultad. Cada vez que hacia eso me daban ganas de abrazarla y comerla a besos (Y algo mas...)
-Es que... Que... Es que nunca... – Siguió Jesse –Es que nunca... salí con un chico a tomar algo... – Me dijo muerta de vergüenza.
-Sos muy dulce ¿Sabias? No cambies nunca Princesa...- Dije en una de las pocas veces que hablaba con total sinceridad. Comenzamos a charlar de cosas mientras pensábamos que podíamos tomar. Le conté sobre mi facultad como a ella le gustaba escuchar.
-¿Que queres tomar Jesse?- Le pregunte.
-No sé... ¿Qué puedo tomar? ¿Vos que vas a tomar?- Me pregunto.
-Un Café-
-Entonces yo también quiero un café- Me dijo decidida.
-¿Tomas café? Mira que puede no gustarte mucho...-
-Quiero tomar lo que vos tomas...- Me dijo así que pedimos dos cafés. Fue muy gracioso ver arrugar un poco los labios a Jesse al probarlo. En su casa no le dejaban tomar café porque decían que todavía era muy chica (eran extremistas con ella). Hablamos de ella, quería saber de ella. Me contó que escribió muchas poesías, que comenzó a dibujar como le había aconsejado... que escuchaba la música que yo le dije que a mí me gustaba... ¿Era yo o estaba influenciando a Jesse? ¿Era posible eso? ¿Eras posible encaminar a Jesse hacia mis gustos y convertirla en la chica perfecta? ¿Una colegiala perfecta? Eso a lo era, para mí era perfecta así como era...
-... Y esa película me encanto... me hubiera encantado verla en cine...- Me decía ella. Sin darnos cuenta, los dos estábamos con las manos en la mesa. Nuestros dedos se enredaban unos contra otros, jugando. Como queriendo tomarnos de la mano peor sin animarnos totalmente. Jesse balanceaba sus pies como una nena pequeña. Se notaba en la expresión de su cara que la estaba pasando realmente bien. Yo la estaba pasando realmente bien.
-En estos días te invito al cine, de alguna forma...- Ella me miro con ojos radiantes.
-¡Ay una película que me fascinaría ver!... – ¿Porque era tan especial? ¿Será porque se ponía muy feliz por detalles? Jazmín era feliz con ropas a la moda y salidas costosas además del amor de estar de novios... Luciana hasta donde sabia era feliz haciendo cosas “maléficas” y solo se preocupaba por su placer sexual.. Pero Jesse era feliz con otras cosas, con cositas, detalles pequeños. Leer un libro, escribir, o como ahora, tomar un café y charlar...
Mirar sus sugerentes labios sonreír, ver como jugaba con un mechón de sus cabellos rubios, como balanceaba sus piecitos o sentir su manita contra la mía me hacina arder de deseos por ella. Comenzamos a caminar por el shooping tomados de la mano. Que nos vieran era un riesgo que valía la pena correr. Era fascínate para mi ver las redondas formas de su camisa tratando de ocultar sus generosos pechos, su corbata cayendo entre ellos, su faldita tableada ondear con su dulce caminar... No aguante más. Caminado la dirigí hacia el segundo piso del shooping. Jesse me hablaba de las cosas que veía en las vidrieras y le gustaría comprarse si sus padres le dieran permiso. Yo solo pensaba en una cosa, en estar a solas con ella. Mientras Jesse miraba emocionada una vidriera, yo miraba el pasillo que daba a los baños. Vi que nadie entraba ni salía, así que tomándola de la mano lleve.
-No podemos entrar los dos... es el de señoritas... – Me dijo ella mirándome, pero entramos. Ella miraba hacia todos lados algo asustada, pero con una sonrisita divertida. La mire a los ojos sonriendo para darle confianza. Ella me devolvió la sonrisa. Era como ver a una pequeña a punto de hacer una travesura. Nos metimos en él último de los cubicuelos y nos encerramos dentro. El lugar era chiquito. No era para dos personas. Pero para mí era más que suficiente.
-Nos pueden ver en cualqui... Mmmmm...- No la deje terninar. La abrase con fuerza y ternura besándola. Ella cerró los ojos y se derritió en mis brazos. Nos besábamos con pasión, con lujuria. Jesse me abrazo con fuerza. Mis manos recorrían el cuerpo de mi colegiala. Acariciaba sus piernas metiendo más manos bajo su falda. Luego las metí debajo de su camisa recorriendo su espalda. Jesse respiraba cada vez más fuerte. Fui besando su cuello y bajando. Jesse se recostó contra la pared mientras mi cabeza se colocaba entre sus piernitas y bajo su falda. No hizo falta bajar su bombachita, la corrí hacia un costado y comencé a pasar mi lengua rápidamente por su botoncito. Jesse pego un grito y luego se contuvo. Se coloco su corbata entre los dientes. Mi lengua hacia estragos en ella. Jesse se retorcía contra la pared y me apretaba la cabeza contra su vagina.
-¡Mmmmm! ¡¡Mmmmmmm!! ¡¡¡¡Mmmmmmmmmmm!!!! – Jesse comenzó a acabar temblando, cerraba y abría sus pequeños y sus piernas apenas si la podían sostener. Pero yo no paraba. Mi lengua se colaba entre sus labios vaginales. Mis manos buscaron sus pechos y comenzaron a amasarlos por encima de la camisa. No se cuento tiempo había pasado. Pero Jesse comenzó a tener otro orgasmo. Me volvía loco verla tan excitada. Mi lengua dejo de saborearla y subí hasta estar cara a cara. Jesse me agarro la cara y me beso con pasión, como nunca me había besado. Mientras yo metía nuevamente mis manos bajo su camisa y comenzaba a amasar sus pechos, Jesse solita y sin que le diga nada bajo el cierre de mi pantalón y busco mi verga. Yo la tenia ardiendo y dura como un mástil. Sentir sus deditos liberándola me sacaron de quicio.
-Sos hermosa nena... Hermosa... - Le susurraba en el oído excitándola más mientras Jesse me masturbaba con sus manitas. Mientras nos retorcíamos entre abrazos y toqueteos, perdí un poco el equilibrio y para no caerme me senté en el inodoro. Jesse miro mi verga dura con una carita golosa, con una sonrisita traviesa que me encanto. Tomándola de la mano suavemente, la invite a arrodillarse. Ella lo hizo encantada. Tomo mi verga con sus manitas mientras me miraba dulcemente. Me pajeaba lentamente sin dejar de mirarme. No eran como Jazmín o Luciana que harina eso solo para hacerme desear que le chupen ya, Jesse yo hacia porque ella era así, era dulce. Apreté mis dientes para no jadear a los gritos cuando Jesse comenzó a pegar lentos lametones al glande.
-Mmmmmssshhhp- Emitía su boca. Ella lo hacia disfrutándolo, como queriendo alargar el momento eternamente. Luego poco a poco la fue metiendo en su boca para comenzar a mamarla como su fuera una mamadera. Sentía su lengua moverse despacito sobre mi tronco y me hacia delirar. Me recosté contra la pared a disfrutar como la hermanita de mi novia me daba la mejor mamada de mi vida. Acaricié mus cabellos dejándola hacer lo que ella quería. Jesse se la sacaba de la oca y la pajeaba, la lamía y se la volvía a meter. A veces levantaba la mirada y me encontraba con sus ojitos celeste mirándome tiernamente.
-Acabo Princesa- Le dije conteniéndome. Pero Jesse se metió mi verga bien adentro de su boca y comenzó a chupar mas fuerte. Los chorros de leche salían de mi pene sin control hacia su garganta. Jesse succionaba y tragaba todo sin desperdiciar nada. Luego lamió mi verga hasta dejarla limpia y me miro sonriendo.
-Lo hice bien ¿No?- Me pregunto con toda la ingenuidad del mundo. No le dije nada, mi cara de placer lo decía todo. La abrase atrayéndola. La senté sobre mí y comenzamos a besarnos. No era el lugar más cómodo pero no importaba. Nos besábamos lento, muy suavemente. Uno a uno fui desabrochando los botones de su camisa. Saque sus pechos afuera y comencé a lamerlos, pasando mi lengua especialmente por sus pezones. Jesse tenia mi verga entre sus manitas y me pajeaba. Su tacto me hacia cobrar vigor de nuevo. Para hacer mutuo el placer, mis dedos buscaron su rajita y comenzaron a frotarla. Jesse comenzó a jadear despacito en mi oído enloqueciéndome.
-Te amo...- Me dijo mirándome directo a los ojos mientras mi verga entraba lentamente en su vagina. Luego cerro los ojos tirando la cabeza hacia tras conteniendo el jadeo. Se sentía tan bien estar dentro de mi colegiala. La agarre de la cintura y comencé a subirla y a bajarla. Jesse busco mi boca para evitar jadear y que nos escucharan. Mi verga entraba y salía de dentro de ella. Jesse sola comenzaba a cabalgarme más rápido.
-... Mi marido dice que... – Escuchamos en el baño y nos quedamos como estatuas de piedra mirando hacia la puerta. Por las voces habían entrado dos señoras chismosas. Jesse me miro con los ojos muy abiertos. Yo le sonreí divertido.
-Y esta mujer se cree una diosa vistiendo esos trajes ¡Qué barbaridad!- Seguían charlando las señoras. Agarra a Jesse de los cachetes de su cola y la subí un poco. Ella me miraba asustada y me decía que “NO” con la cabeza. La baje lentamente volviéndola a penetrar hasta los huevos. Jesse se mordía los labios tratando de que no se escuche sus jadeos. Volví a subirla un poco, y luego la volvía a bajar. Jesse sudaba sin dejar de mirarme.
-¡Ay sí! ¿Sabias que tiene como dos amantes?- Seguían las señoras. Jesse respiraba por la nariz agitada mientras yo la subía y la bajaba ensartándole mi verga. Cuando puedo controlarse me miro divertida todavía mordiéndose los labios. Su mirada me decía “¿Ves?, puede controlarlo”. Así que le agregue emoción al asunto. Me chupe los dedos y los dirigí hacia su cola, directamente hacia su anito. Jesse me miro de nuevo asustada moviendo rápidamente su cabeza hacia os lados, gritando silenciosamente “¡No lo hagas!”. Peor lo hice y metí dos dedos directamente en su anito mientras no dejaba de penetrarla por la vagina..
-¡¡¡¡Mmmmmmmmm!!!!- Grito Jesse Apretando los dientes.
-Y esa otra, no sabes, ella... ¿Escuchaste eso? ¿Hola?- Dijo una de las señoras. Jesse tenia su carita arrugada mientras yo la hacia subiré y bajar sobre mi verga y movía en círculos mis dos dedos por su anito. Y no era que le dolía, sino que ya no podía contener más sus jadeos.
-¡¡¡Hhugggmmmm!!!- Se le escapo a Jesse de la boca cuando metí bien hasta el fondo mis dedos en su anito. Escuchamos golpear la puerta de nuestro cubículo.
-¿Hola? ¿Se encuentra bien?- Preguntaba la señora. Deje a Jesse unos segundos en Paz.
-Si... Si... Graciaaaahhss...- Dijo Jesse casi gimiendo. Yo la miraba divertido.
-¿Seguro?- Pregunto la señora. Yo Comencé a subirla y a bajarla de nuevo por mi verga, enterrándosela hasta el fondo de su vagina.
-¡Sí! .. Gracias, es... Estoy... bien...- Dijo Jesse mirándome. Las señoras dijeron “Bueno” y escudamos como salían del baño. Baje a Jesse sobre mi verga nuevamente.
-¡¡¡Dioooosss!!!- Grito jadeando y riendo a la vez. Comenzó a temblar sin control alguno en un potente orgasmo. Me calvo las uñas en la espalda con fuerza. Aprovechando que estaba jadeando recuperándose, la saque de encima de mí y la coloque dándome la espalda contra la pared. Dirigí mi verga hacia su anito y comete a metersela lentamente.
-Des.... Despaci... toooommmmmmmmm....- Dijo jadeando largamente mientras se la metía hasta el fondo. Me abrace y agarre sus pechos para masajearlos mientras su anito se acostumbraba al grosor de mi verga. Jesse giro un poco su cabeza hacia atrás y se encontró con mis labios. Comenzamos a besarnos ruidosamente mientras comenzaba a bombearla. Primero lentamente, luego cada vez más rápido. Jesse jadeaba dulcemente recostando su cabeza contra la pared. Yo me aferraba a sus tetas y me besaba el cuello.
-Ahhhhmmmmm...- Ronroneaba Jesse calentándome más si eso era posible. Me volvía loco verla de espadas a mí, con mi verga entrando y saliendo de mi colegiala en uniforme. Comencé a embestirla más rápido. El sudor caía por nuestras frentes. Respirábamos agitados gozando como nunca. Jesse me miro y se coloco la corbata en la boca, mordiéndola. La tome firme de la cintura con las dos manos y comencé a bombear con fuerza. La aplastaba contra la pared. Jesse se para de puntas de pie en cada embestida. Una, dos tres... Ya no aguantaba más. Jesse comenzó a convulsionar de nuevo. Entere mi verga en lo más profundo de su recto y comencé a descargarme a chorros y chorros. Jesse quedo como desinflada, la corbata cayo de su boca mientras ella trataba de recuperar el aliento. Yo estaba casi sin respiración. Ella se dio vuelta y nos besamos tiernamente durante un buen rato. Luego le acomode la ropa y salimos precavidamente del baño. Por suerte no había nadie a la vista.
-¿Qué tal te pareció lo de recién, te gusto?- Le pregunte mientras caminábamos hacia la salida del shooping. Jesse me miro sonriendo algo sonrojada.
-Fue... Muy excitante... Me gusto... y Mucho...- Esta colegiala era increíble.
La lleve de nuevo a su casa. No había nadie. Pero su madre había dejado una nota diciendo que vendría en un rato. Así que dándole un último beso y una buena manoseada en sus pechos y cola, me fui mas que contento y satisfecho a mí casa.
Me hubiera encantado buscar a Jesse todos los días al colegio, pero hacer eso significada levantar sospechas. Así que me tenía que aguantar. En poco menos de dos semanas seria su cumpleaños. Me sentía como una especie de padre, no quería que Jesse creciera, quería se quedara como estaba por toda la eternidad.
Luciana seguía con sus jueguitos a toda hora. Y Gracias a dios, no Jesse, ni Jazmín se dieron cuenta de ello. Cada día Luciana estaba más descarada. Podíamos estar mirando tv, que esperaba a que Jazmín mire hacia otro lado para agarrarme la verga y apretarla con fuerza. O sin que nadie nos viera, se agarraba las tetas y se las masajeaba. Una vez, mientras Jazmín estaba de espaldas a ella, Luciana se sacó una de sus enormes tetas afuera de la remera y se lamió el pezón. ¡Era una hija de puta! Sabia como calentarme a sobremanera. Un día de estos la iba a agarrar y pegarle una buena culeada.
A pesar de que Jazmín era la hermana del medio y salía conmigo hace bastante tiempo, no la dejaban quedarse a dormir en mi casa. Yo podía ir a la de ella, y tal vez en una de esas me invitan a quedarme a dormir, pero en el cuarto de huéspedes, no en el de ella. Y hasta hoy nunca me había quedado a dormir en su casa. Así que teníamos que arreglarnos para tener sexo en otro lado. Aun vivía con mis padres, así que no podía traer a ni novia en cualquier momento para tener un poco de sexo salvaje. El auto siempre era una buena opción. Era una lastima que mi casa no estaba a solas cuando Jesse salía del Colegio, porque si no la llevaría y... Ustedes saben. Pero bueno, no me podía quejar para nada de mi vida sexual, porque era más que satisfactoria ¿No creen?
invitado-invitado 17-06-2016 20:22:27
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invitado-Jose 19-04-2016 07:32:37
Excelente es excitante y tiene mucho morbo. |
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eres un crack, si esto te ah pasado de verdad eres mi nuevo idolo ajajaja