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A mi sobrina le gustó 50 sombras...

~Mi nombre es Carlos, soy un hombre de 36 años felizmente casado, presumo de tener una familia maravillosa. Me gusta mucho el deporte, por lo que es raro el fin de semana que no salgo con la bicicleta o hacer senderismo por las maravillosas sierras granadinas. Claudia es la hija de la hermana de mi mujer, desde que nació, ha sido como una hija para mi, se ha venido con nosotros a todos sitios, incluso, ha sido la niñera de mis hijos cuando lo hemos necesitado. Claudia es una adolescente muy normalita, delgadita, más bien bajita, pechos pequeñitos, de piel blanquita, media melena de color negro y ojos verdes escondidos detrás de sus gafas de pasta negra. Desde hace unos años atrás, se ha convertido en mi compañera de deportes, todos los domingos salimos con las bicicletas temprano. Durante estos años hemos salido con más gente, pero al final, los que quedamos somos nosotros dos, por lo que nos hemos convertido en más que familia, amigos y confidentes. Hacía mucho tiempo que me venía calentando la cabeza con el dichoso libro…

-Esta genial!, es muy divertido… te lo tienes que leer… El es maravilloso… muy atractivo… y tiene una habitación roja…

-Yo es que soy más de ver las películas… - le decía…- Cuando lo saquen en película lo veré…

En aquellos tiempos no se había hablado nada de ninguna película, pero dado el éxito que tuvo el libro, salió la película. Yo ya había escuchado hablar infinidad de cosas sobre aquellos libros, pero de veras que no me apetecía ponerme a leer. Y por fin llego el día del estreno.

-Que tal la película? Ha estado bien?- le pregunté el domingo del estreno a mi sobrina.

-Ni me hables… mis padres dicen que no tengo edad para ver esas películas… que donde voy yo a ver esa película con mis amigas… que ya saldrá en dvd… no es justo… todas mis amigas han ido… a ellas si las han dejado…

-Bueno, tampoco falta tanto para que salga en dvd… además… tu te has leído los libros…

-Pero no es justo… yo quiero verla… mis amigas dicen que es una pasada…

-Bueno… hablaré con tu tía… si quiere vamos a verla los tres…

-Jo…- dijo mientras seguíamos la ruta en bicicleta- pero seguro que luego se lo dice a mis padres, y entonces me castigarán… además… con quien vais a dejar los niños…

-jajaja… no vamos a ir tu y yo solos!...- le dije riendo

-Pues sería la mejor solución… eso es!... vamos tu y yo solos!- dijo ella sonriendo con esa carita de niña buena…

-Buf… me da pereza… debe ser un tostón de película…

-Por favor… por favor… por favor… estaré en deuda contigo!

-Está bien… -dije sabiendo que sería un aburrimiento total- pero no se puede enterar nadie, nos iremos a la capital a comprar material para las bicicletas, y es la excusa perfecta para que no nos quiera acompañar nadie.

Siempre que íbamos a los centros especializados de deporte, pasábamos horas mirando y comparando material… ni sus padres ni mi mujer aguantaban esas compras, así que nos íbamos solos.

-Genial!!! Como te quiero!!! Eres el mejor!!!- empezó a gritar Claudia

Y continuamos la marcha de aquel domingo. Lo organizamos todo para el siguiente sábado ir al cine como habíamos quedado y ver la película. Todo salió tal como lo habíamos planeado, cuando dijimos que íbamos a comprar material, todo el mundo tenía algo que hacer, con lo cual, acabamos yendo en mi moto los dos. Fuimos al principio a comprar unas cosas sin importancia para la bicicleta para tener la coartada, pagamos en efectivo y tiramos el ticket para que no se viera la hora y nos fuimos al cine. Entramos a la sala, una sala llena de adolescentes, parejas y mucha impaciencia en el ambiente.

La película comenzó, tal como me imaginaba era una historia un tanto aburrida… pero tenía su gancho, lo reconozco, no me aburrió tanto como esperaba. Las escenas iban subiendo de tono, y de reojo miraba a Claudia, sus piernas se movían de un lado al otro, cambiaba de postura, incluso se mordía el labio como la protagonista, cosa que, al igual que al tal Grey, a mi me excitaba muchísimo, se notaba que se estaba excitando, sus manos se posaban en sus piernas y las movía buscando su entrepierna. Nunca me había imaginado a Claudia cachonda, no sabía como sería su vida sexual, nunca me había atrevido a preguntarle, pero la verdad es que la veía de otro modo, la curiosidad me podía, tenía que buscar la manera de curiosear, además, entre los dos teníamos mucha confianza. Y la película acabo. Salimos del cine, buscamos la moto y volvimos a casa. Por el camino iba pensando en lo bien montado que lo tenía el tal Grey, mientras mi sobrina se agarraba fuerte a mí, seguramente recordando las tórridas escenas de la película. Llegamos a su casa.

-Mañana a la misma hora?

-Claro! Mañana nos vemos!- y me dio un beso en la cara, muy cerca de mis labios, supongo que por los nervios, se puso colorada y se dio la vuelta mirando para su casa, volvió a girarse y estaba mordiéndose el labio- hasta mañana… - se metió en casa.

Que niña, era un remolino. Yo me fui a casa y estuve con la familia el resto del día. A la mañana siguiente, fui a recoger a Claudia con el coche para ir a hacer una ruta larga que hacíamos de vez en cuando. Era muy espectacular, porque pasábamos por barrancos y por un antiguo pueblo que estaba abandonado, que era donde normalmente comíamos y descansábamos. Por el camino en el coche íbamos escuchando la radio, y Claudia no paraba de bostezar.

-Parece que no has dormido mucho…

-Buf… he dormido poco… entre una cosa y otra…

Seguramente había estado repasando aquellos libros, para comparar escenas de la película. Llegamos al punto de salida y descargamos las bicicletas, nos preparamos, y emprendimos la marcha. Llevábamos un rato pedaleando y hablando de cosas sin importancia y decidí calentar la conversación.

-No veas lo bien montado que lo tenía el pájaro de la película… si es que con dinero…

-Es increíble – dijo ella- vaya hombre! Me encanta! Pero no por el dinero…

-Tu firmarías un contrato como el de la protagonista?

-Pero sin quitar nada del contrato… - dijo suspirando muy flojito, como quien dice algo para que no lo escuche nadie.

-Vaya… no sabía que eras tan activa…- dije riendo

-No digas eso!-dijo ruborizándose, pero sin que pareciera molestarle la conversación- Si yo aún no he estado con ningún hombre…

-Claro… eso es lo que le dirás a tus padres… pero con tu edad… en estos tiempos… no te puedo creer…

-Una vez tuve un novio… pero aquello no funcionó, era muy niño… no me metía mano… jajaja… y yo tampoco le decía nada… porque que iban a decir los demás de mi… se pensaría que soy una fresca… así que pensé que mi próximo novio sería mayor… sería un hombre… me da igual casado que soltero… necesito que sea alguien de confianza para que no me de corte decirle o hacer nada… pero quiero descubrir cosas… quiero aprender… explorar…- ahora el que se ruborizaba por la conversación, era yo…

-Pero- dije yo- entonces tu no buscas un novio…

-No, claro que no, de novios ya tendré tiempo, yo quiero un, digamos, maestro – dijo clavando sus ojos en los mios.

Continué pedaleando sin abrir la boca, tratando de asimilar toda la información que me había proporcionado de golpe. Vaya con mi sobrinita, que estudiado lo tenía todo, tenía claro lo que quería. Sin darnos cuenta, llegamos al viejo poblado abandonado donde siempre parabamos a descansar, buscamos la sombra de unos árboles en lo que había sido la plaza del pueblo y me senté en el suelo, justo en ese momento se me abalanzó Claudia y comenzó a besarme en la boca, con mucho ímpetu, como si se fuera a acabar el mundo, con la inexperiencia que me había dicho que tenía, yo me quedé colapsado, sin entender muy bien lo que estaba pasando, no fui capaz de hacer nada por quitármela de encima, incluso mis manos se fueron a su espalda, ella empezó a bajarme la cremallera de mi maillot hasta dejar mi torso fuera, acaricio mi pecho y comenzó a bajar besándome el cuello, el pecho, el abdomen… y el bulto que hacía mi polla en el pantalón.

-Pero que estamos haciendo?- dije en ese momento

-Lo que llevo deseando toda la vida… no puedo más… no sé como hacerte más señales… he leído los libros soñando que tú eras Grey… y ayer, cuando no parabas de mirarme en el cine, me mojé entera, quería subirme encima de ti y no parar de besarte… hazme tuya… enséñame…

-Pero…

-No te estoy pidiendo que rompas tu matrimonio, no te pido que seas mi novio, ni tan siquiera mi amante, solo quiero ser tuya, úsame, haz conmigo lo que quieras, me pidas lo que me pidas, yo no te voy a decir que no, lo probaremos… tan solo deberás ser algo paciente, pues todo esto va a ser nuevo para mí… -no paraba de acariciarme y darme mordisquitos en mi cuerpo- Jamás le contaré a nadie nada de lo que hagamos tu y yo, si es necesario, te lo doy por escrito… como en la película.

Ante todo aquel alegato, solo podía negarme, vestirme continuar la marcha, volver a casa y continuar feliz con mi mujer… o sucumbir al vicio en estado puro que había resultado ser mi sobrina… virgen… con ganas de ser mía… sin consecuencias… dios mío… era el sueño de cualquier hombre de mi edad hecho realidad…

-Dios… lo que voy a hacer es una locura… te enseñaré – dije como intentando convencerme de que lo hacía por ella.- pero jamás saldrá nada de esto de nosotros dos.

-A no ser que quieras meter a una tercera persona en esto- dijo sonriendo y besándome en los labios, ya sin tantos nervios, pero con más pasión aún si cabía.

Me incorporé y la cogí en volandas, abrazándola y besándola , esta vez yo a ella, la tumbé en el suelo y comencé a desabrochar su maillot, con mucha calma, ella se mordía el labio, como ansiosa por mostrarme lo que tenía para mí, le quite el maillot y despacio fui subiendo aquel sujetador deportivo hasta dejar al descubierto aquellas dos tetas, que no eran tan pequeñas como aparentaban, las cogí con mis manos, rozando con dulzura sus dos pezones y acerque mis labios a sus pezones, acariciándolos con mi lengua, fui bajando con mis labios por su abdomen, pasando por su ombligo y baje su pantalón mientras con mi boca seguía besando su cuerpo, por encima de las braguitas, totalmente mojadas y siguiendo el recorrido del pantalón fui bajando besándola por una pierna hasta que le quite el pantalón y volví a subir besando la otra. Esta vez me mordí yo el labio y pasé mi lengua muy despacio por mis labios, como relamiéndome del manjar que me esperaba, mientras la miraba fijamente, empecé a bajarle las braguitas sin dejar de observarla, sus manos se perdían en su pelo, su cuerpo se arqueaba esperando el momento en que mi boca contactara con su zona púbica que, para mi sorpresa, estaba totalmente depilada. No la hice esperar más, acerque mi boca a su clítoris y le di un pequeño lametón… se estremeció entera separé sus piernas y pude observar aquel delicioso coñito totalmente depilado y virgen. Comencé a lamer los labios de aquel sabroso coñito, pasaba mi lengua por el derecho, luego por el izquierdo, separándolos con mis dedos. Entre gemidos y suspiros de Claudia, mis dedos jugaban con aquella pequeña entrada y con aquel clítoris, no pude evitar fijarme en el agujero de su culito e introduje un dedo lubricado con sus propios jugos vaginales para ver si en efecto estaba dispuesta a todo, no puso ninguna objeción, me dejo entrar aumentando los suspiros y gemidos… viendo su entrega decidí que hoy era el día de desvirgar aquel estrecho coñito, ya tendríamos tiempo para probar aquel culito, así que me centré en que llegara al orgasmo con mi lengua jugando con su dulce coñito, de repente noté que estaba a punto de correrse, aceleré más el ritmo agarrándola fuerte de las caderas, para que no pudiera escaparse, ella se agarró a mi cabeza, como para que no me separara, su cuerpo se retorcía delante de mí llegando a tener espasmos y se corrió en mi boca… estaba deliciosa… la disfruté un poco y comencé a darle besitos suaves en las piernas, zona púbica… empecé a subir poco a poco, besando su abdomen, aquellas bonitas tetas, su cuello… hasta llegar a sus labios, donde me fundí en un profundo beso, dulce pero apasionado. Me puse de pie y ella se arrodilló ante mí, me quité el pantalón y dejé mi polla totalmente erecta a la altura de su boca, se mordió los labios y sonrió, con la cara que pone una niña cuando ha conseguido lo que se proponía… no tuve que decirle nada, automáticamente se la metió en la boca y comenzó a chuparla, saboreándola, incluso jugando con la lengua, tal y como seguro que había visto en muchos videos porno. Lo cierto es que para no tener practica, se notaba que tenía mucha teoría. Pasaba su lengua desde los huevos por debajo del tronco hasta el glande, haciendo círculos con la punta de su lengua sobre él y comenzaba a engullir poco a poco mi polla, con su lengua jugando de lado a lado, muy despacito,  vuelta para fuera y vuelta para a empezar, cada vez un poquito más para adentro. Aquello me estaba llevando hasta el cielo, tal es así que decidí salir de su boca o no podría evitar correrme, fui a sacar la polla de su boca…

-No… espera… mmmm… - volvió a meterse la polla dentro y la saco- yo me he corrido en tu boca, ahora quiero saborearte yo a ti, quiero que te corras tu en la mía.

Me pareció razonable o estaba muy cachondo, la cosa es que ya solo me concentré en disfrutar de su cálida mamada… por poco tiempo, ya que enseguida comenzaron a salir caños de semen por mi polla, Claudia, separó sus labios de mi polla y comenzó a pajearme fuerte, como si quisiera meter más presión, recibiendo todos los chorros dentro de su boca, una vez acabé de correrme, cerró la boca y tragó todo lo que tenía dentro, sin dejar que saliera nada fuera de su boca. Se mostraba sumisa y entregada, con ganas de aprender, tal y como ella decía. La miré y pude ver su cara de satisfacción, estaba feliz, sus ojos brillaban, estaba consiguiendo lo que siempre había soñado. Se levantó, y se acerco a su bicicleta, bebió agua para recuperarse un poco y me ofreció. Me tumbé, para recuperarme un poco y ella se tumbó sobre mí, dejando su depilado y húmedo coño sobre mi polla.

-Eres increíble… - dijo besándome

-Tú eres un diamante en bruto!...- me salió de lo más profundo

-Pues tendrás que pulirme!... jajaja- contesto ella entre carcajadas.- que sepas que me ha excitado cuando me has metido el dedo en el culo…

-Es que pienso meterte algo más que un dedo- no era yo quien hablaba… era la lujuria que se había apoderado de mí.

-Te dije que no te diría que no a nada… -dijo sin inmutarse ni tener que pensarlo.- o te crees que no es algo que quiero probar… mientras te la he estado chupando, me la he imaginado dentro de mi coño… bombeándome… dentro de mi culo… bufff…

Ya estaba prácticamente recuperado, tenía el tronco de mi polla haciendo presión sobre sus labios vaginales, el segundo asalto estaba a punto de empezar.

-Me muero por saber lo que se siente al tener tu polla dentro- me susurró al oído

-Pues no te voy a hacer esperar –dije tumbándola boca arriba sobre el suelo- has traído condones?

-Pues… no… no lo había pensado…-puso cara de circunstancia- pues … pues … no se… mierda… no te corras dentro… pero no me dejes sin follar… -me decía suplicándome.

-Está bien… -como pasó antes, no hablaba yo… era la lujuria, se las consecuencias que podía acarrear esa situación, se que “antes de llover chispea” pero estaba cachondísimo y me convencía a mi mismo de que era su primera vez y que yo controlaba.- chúpamela bien para acabar con los restos de semen que hayan quedado.

Claudia, obediente, se incorporó y como si de una aspiradora se tratase, comenzó a chupar mi polla hasta que ella consideró que ya no quedaban restos de semen. Volvió a tumbarse boca arriba y separé sus piernas, dejando la entrada de aquella cueva virgen a la vista, apoye la cabeza de mi polla y comencé a introducirme poco a poco dentro de ella, aun con lo apretado que estaba se abría camino con más facilidad de la esperada, dado a lo mojada que estaba. Por fin me topé con su himen que no me dejaba entrar más, ella lo notó, y se agarró con sus manos a mis hombros, elevando su espalda , dejando su cara a pocos centímetros de la mía, me miró a los ojos y asintió con la cabeza, como si me estuviera autorizando, yo retrocedí como si quisiera coger carrerilla, ella se dio cuenta de lo que venía a continuación, se mordió el labio inferior y le di una fuerte embestida rompiendo su himen de un golpe, ella dejo caer su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y lanzo un pequeño suspiro. Me mantuve inmóvil unos segundos para que ella se recuperara, para ella abrió los ojos y me los clavó en los míos, pude ver una lagrima cayendo, que recogí con mis labios.

-Estas bien?- pregunté, era mi sobrinita, la niña de mis ojos, lo último que quería era lastimarla.- te duele?

-Estoy bien… no lloro de dolor… es de felicidad… me acabas de hacer mujer… -me dijo besándome los labios, se fue para mi oído y me susurró- ahora, acaba lo que has empezado… fóllame… 

Y dicho eso, comencé a moverme despacio, suave, sin profundizar demasiado, para que ella fuera haciendo su cuerpo a mi polla, para que se adaptara a tener aquel trozo de carne dentro, poco a poco, sin dejar de observar sus  gestos, sus movimientos, fui subiendo el ritmo de mis embestidas y profundizando más, hasta que ya mis huevos golpeaban contra su culo.

-Esto es increíble… mmmm… me encanta… aghhh..- sus gemidos y suspiros cada vez eran más sonoros.

Mis manos se perdían por su cuerpo, ella ya estaba totalmente tumbada sobre el suelo, recibiendo mis embestidas, yo lo mismo estaba besando sus labios, mordiendo sus pezones que mordiendo los dedos de los pies. Lo cierto es que no aguanto casi nada, se corrió enseguida, su cuerpo empezó a estremecerse, a vibrar yo mantuve el ritmo y la presión para que se corriera libremente.

-Me corro… me corro… me corroooooooo… mmmmmmm

Claudia había sucumbido a su primer orgasmo vaginal, su cara era felicidad en estado puro, así que me convencí que tenía que conseguir que su primer polvo fuera de los más apoteósicos de su vida. Así que saque mi polla de su coñito, ya no tan estrecho, y me tumbé en el suelo, con mi polla apuntando al cielo, ella lo entendió rápidamente y como si yo fuera un caballo, se montó sobre mí, le costó un poco apuntar, pero consiguió lo que yo quería, ser ella quien se metiera la polla, como no tenía experiencia, al conseguir apuntarla en su coño, se la metió de golpe hasta el fondo, con lo que se le escapo un grito, por la sensación tan repentina.

-Ahora, cabálgame… fóllame tu a mi- le dije yo.

Y comenzó a cabalgarme, sus movimientos eran arrítmicos, muy torpes, pero le ponía empeño, y se le salía mi polla.

-Perdona… se me ha salido… - y volvía a metérsela y otra vez comenzaba a cabalgarme.

-Espera… mira… clávatela hasta el fondo- y obedeció sin rechistar entre suspiros y gemidos- buena chica, ahora, imagina que no se puede separar, así que, ve moviéndote sobre ella, como dibujando formas con tu cintura.

Aquello le gustaba más, movía su cuerpo haciendo círculos, dibujando formas, sus gemidos me indicaban que le estaba gustando, así que, me cogí a sus caderas y comencé a moverla yo un poco, para ayudarla a coger ritmo, sus gemidos se mezclaban con gritos no tardaría mucho en correrse.

-Mira, recuéstate sobre mi y eleva un poquito el culo- ella obedeció sin saber muy bien lo que iba a hacer, de esa forma yo tenía margen de movimiento- ahora bésame y agárrate…

Cogí con mis dos manos los cachetes de su culo duro, para evitar que se moviera hacia arriba y comencé a bombearla en esa postura, penetrándola muy fuerte, embistiéndola muy rápido, ella gritaba como una loca, yo aproveché la posición de mis manos para introducir un dedo en aquel culito apretado… no tardó ni dos minutos en notar que se iba a correr, arqueó su cuerpo, se agarró las tetas muy fuerte, casi pellizcándose… su cara se puso roja como el tomate y sucumbió al segundo orgasmo vaginal… yo ya no iba a aguantar demasiado, así que sin contemplaciones, la desmonté, la puse a cuatro patas, y me puse a follármela como un loco, reconozco que es mi postura favorita, empecé a bombearla profundo y duro… reconozco que me olvide de todo, perdiendo la noción del tiempo, hasta que noté que el momento llegaba, me hubiera encantado correrme dentro… pero sabía que no podía ser, así que saque mi polla de su enrojecido y dilatado coño y comencé  a soltar muchísimos chorros de semen sobre su espalda... hacía mucho tiempo que no me corría así… ella se dejo caer boca abajo sobre el suelo y yo me tumbe a su lado, exhausto por el polvazo que acabábamos de echar.

-Ha sido increíble, ni en el mejor de mis sueños me lo hubiera imaginado así…- dijo besándome.

-Yo si que no me hubiera imaginado tu primera vez conmigo…- dije riéndome

Me abrazó y nos quedamos descansando un rato. Cuando nos recuperamos, nos vestimos y reemprendimos la marcha en dirección al coche para volver a casa. Un poco antes de llegar a su casa me pidió que me parara, se quito el cinturón, miro que no hubiera nadie cerca, y me beso en los labios.

-Gracias por el día más especial y maravilloso de mi vida, me despido aquí, porque en la puerta de casa pueden estar papá o mamá y no te podía besar así. Se me va a hacer eterna la espera hasta el próximo fin de semana…

- Y a mi princesa… y a mi…

Continuamos la marcha hasta su casa y la dejé allí. Me fui para casa con una sensación de bienestar increíble, no me sentía culpable, si no satisfecho por lo que había pasado…

Os pido perdón por haber tardado tanto en volver a escribir, espero que no esté demasiado oxidado y os haya gustado. Como os digo siempre, estos relatos se alargarán en el tiempo en función a vuestros comentarios y valoraciones, cuantos más comentarios, y más me agreguéis a MSN, más durará. Disfrutadlo.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 10
  • Votos: 3
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4752
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 11-08-2015 02:34:01

Excelente, muy bien descritas las escenas de sexo tiene mucho morbo y es excitante, deberías continuarlo.

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