FIN DE SEMANA EN LA QUINTA
Tenía un vecino al que se lo conocía como Lucho. Era un buen vecino, vivía a dos casas de la de mis padres. Teníamos una relación de conocidos. Alguna vez habíamos intimado en su jardín. Una noche de verano. Estando en su jardín con su esposa que se había marchado a lo de unas amigas, le di una mamada y el quedó encantado, pero no nos habíamos podido encontrar más.
Hacía un mes quizá de la invitación que me hizo una tarde de calor insoportable. Para ir un fin de semana con él y unos amigos, a una quinta.
__Quieres venir…habrá comida, bebidas y sexo, no sé si te interesa…
__¿Y esos amigos tuyos son casados?
__Son casados y de edad madura, el más joven tiene cincuenta…
__¿Y tu cuantos tienes?__ pregunté
__Yo ando por los cincuenta y tres…
__Guau…no lo pareces, sigues siendo muy vigoroso…
__Gracias Niky…piénsalo quieres, me haría muy feliz que vayas…y a los muchachos también los harías feliz…
__Cuanta gente para hacer feliz…__ dije riendo y el tema quedó ahí porque se acercó a nosotros la mujer de Lucho. Una rubia despampanante que seguramente tenía otros amantes, mientras su marido, andaba divirtiéndose con pendejos putitos como yo.
La invitación me calentaba de manera especial. Estar con machos maduros, deseosos de un jovencito, me ponía a mil. Mi cabeza se afiebraba. Me carcomía. Andaba como loca. Le conteste a Lucho que por supuesto iría con él y sus amigos a la quinta. Eso lo puso realmente contento.
__La vamos a pasar increíble, ya vas a ver…
__Eso espero Lucho
__Niky vas a ver…no olvidaras nunca como te van a coger ese fin de semana…te vamos a coger cariño__ dijo en tono muy bajo solo para que lo oyera yo, que sonreí muy emputecido y caliente. Íbamos caminando por la vereda y nos detuvimos frente a su casa. Mi pelo ondulado con rulos, volaba con el viento y él se atrevió a tocarme los hombros, yo temblé de deseo y calentura.
__No debería hacer esto pero…tu me pones…sabes…la tengo muy dura…__ dijo Lucho
__No me digas eso que caigo aquí mismo de deseo…__ le conteste yo y luego de decir esto él se dio media vuelta y se alejo de mi hasta entrar a su casa.
Ardiendo en deseos me fui a casa y allí me di a la tarea de afeitar todo mi cuerpo. Quedar bien lampiño. Ya lo venía haciendo desde hacia tiempo. A los hombres les gusta que uno este sin vellos. A la tarde me fui de una amiga que me conocía bien para que me sacara hasta el último pelito de mi cola. Quede lisito como bebe. Perfumado. Ansioso. No podía esperar a que llegara el sábado por la mañana que es cuando Lucho me pasaría a buscar en su auto.
__Te quedo divino Niky__ me dijo Ceci sonriendo con su ancha sonrisa mostrando todos los dientes hermosos que ella tenía.
__Mira que cola divina, casi igual que la mía, ja ja ja
__Ojala querida…pero bueno uno lleva lo que puede…
__Vamos…que debes disfrutar de buenos machos con eso que dios te dio…__ me fui a mi casa ardiendo y dormí bastante mal entre paja y paja.
Por fin llego la mañana del sábado y cerca de las diez de la mañana partimos con Lucho en su auto.
__ ¿Tuviste problemas en tu casa?
__ ¿Porque?
__Digo para decir dónde vas a estar…
__No, mis padres saben bien que voy a una quinta, no con quienes, pero si saben dónde voy a estar…__ el auto tomo la ruta que nos llevaría a nuestro destino.
__No sabes como estoy
__ ¿Como estas?__ pregunté
__Fíjate tu__ dijo mirando a su entrepierna e invitándome a que requisara que pasaba allí abajo. Llegue con mi mano buscona y ansiosa, yo también estaba muy caliente, ya no me aguantaba.
Toque el palo duro, palo que por otra parte ya conocía, temblé de emoción, suspire largamente y apreté aquel paquete que se me ofrecía.
__Ohhh Lucho…estas ardiendo
__Tu me pones así cariño…__ trate y saque la poronga mientras Lucho se movía para que apareciera, el palo en todo su esplendor. Me agache para saborear aquel bocado grueso y sabroso. Lo metí en mi boca. Jugué con el, mis labios lo besaban, lo chupaban arrancando gemidos explosivos de aquel macho.
__Ahhh sigue…así…así…chúpalo…ahhh me pones loco Niky__ me empujaba la cabeza para que tragara su sable rocoso, fogoso. Con los dedos alcanzaba a rozar sus bolas llenas, el solo gruñía y seguía manejando. Los vehículos nos pasaban. Se escuchaba el ruido de motores, nada le importaba, seguramente algunos camiones habrían visto lo que ocurría en aquel auto, pero a Lucho no le importaba nada.
__No puedo esperar a llegar a la quinta…ohhh cariño…como la chupas…ahhh. ..si… si…así cariño…así…me encanta…tu boquita es de fuego…__ yo seguía con la boca pegada a su pedazo de carne. Lo mamaba, apurando las chupadas, pues quería saborear su leche matutina. Mi saliva bañaba el pedazo. Lucho iba cada vez más lento y se escuchaban algunos bocinazos, no tuvo más remedio que detenerse en la banquina.
__Ahhh me vas a sacar la leche…ahhh…si…si ahí va…ohhh__ de a poco fue largando en escupitajos y convulsiones su jugo en mi boca. Trague lo que más pude, dejándolo vacio, de momento, levanto mi cabeza sonriendo y suspirando hondamente.
__Que mamada me has dado cariño…quiero cogerte…quiero poseer tu cola de una buena vez…pero por ahora tendré que esperar…__ me dijo mientras se acomodaba la ropa. Me alcanzo una servilleta de papel, que pase por la comisura de los labios. Me sentía realmente bien, excitado, para continuar el viaje.
Antes de salir a la ruta Lucho tomándome de la barbilla me beso de una manera caliente y profunda y no sería la única en aquel fin de semana caliente.
Llegamos al lugar y había dos autos estacionados bajo algunos árboles que daban una sombra espectacular.
__Hola preciosura__ saludo uno de los maduros que andaban por allí y se vino a abrazarme sin ningún tapujo, acariciando mis nalgas firmes y regordetas. Abundantes.
__Ohh cariño que bien que vienes de cola__ volvió a decir mientras Lucho me decía que se llamaba Tadeo
__Hola Tadeo…me alegro que te guste lo que ves y lo que tocas…__ dije sonriendo
__Ya quiero verte desnudo amorcito
__Estas un poco ansioso__ dijo Lucho
__Si, es más, te diría que estoy caliente como una pipa, pero no solo yo…__ en ese momento aparecieron tres hombres mas de distintas edades, sonriendo, y comiéndome con la mirada. Le saltaban chispas por los ojos y parecía que sus vergas apuntaban hacia adelante.
__Ellos son Mateo, Bartolomeo y Cachi
__Hola cariño, mírate__ dijo Cachi
__Sabroso el cachorro Lucho, tal cual dijiste__ comentó Bartolomeo mirándome de manera lasciva, casi tirándose sobre mi
__Es un fémina…ohhh me encanta este chico…ohhh siii__ exclamo Mateo. Todos los machos me rodearon, pero debo decir que en ningún momento me sentí con temor. Solo se respiraba un aire de calidez, de sexualidad desbordante. Lujuria.
Uno me acariciaba el rostro con sus dedos gruesos y temblorosos, otro me tocaba el pechito relleno, mis pezones erizados a través de la musculosa amplia que llevaba puesta. Otro besaba mis brazos suavemente y le pasaba la lengua, yo sonreía y los observaba quietamente.
__Señores un poco de calma, vamos a la piscina quieren…__ invito cortésmente Lucho. Tomándome de una mano casi me arrastró hacia la pileta grande y azul. Los otros hombres suspiraban y reían nerviosos y calientes, en el camino hacia la pileta se quitaban sus ropas quedando desnudos por completo.
__Bueno, todos saben que debemos comportarnos, saben que la regla es que no hay regla, pero no hay porque ser desagradable, todos queremos disfrutar y hacer disfrutar a nuestro invitado___ dijo Lucho al borde de la pileta y todos los machos dieron un si potente y firme, sincero, se fueron hundiendo en la piscina. El calor ya se presentaba de a poco. Lucho también se quito la ropa y se hundió de cabeza en la piscina.
__Vamos, anda, niño hermoso, vamos queremos verte__ grito Tadeo
__Si, ya quítate la ropita mamacita__ vociferó Bartolomeo. Me quite suavemente la musculosa.
__Ahhh mira esos pechos, quiero besarte ya…__ exclamo Mateo
__Ya desnúdate…quítate todo…__ reclamo Cachi dando saltos en el agua cristalina. Los miraba desde el borde de la piscina donde había baldosas antideslizantes, me corrí un poco con el torso desnudo como ya estaba a la parte del césped. Me puse de espaldas a ellos que vociferaban como una tribuna de fútbol, silbaban, chillaban como salvajes animalitos.
Me quite la bermuda amplia y larga y pareció ante su vista una sunga ajustada a mis carnes firmes y deseables. Luego me coloque en cuclillas lo que hacia la visión de mis nalgas mucho mas fogosas y ellos se derretían de lujuria. Corrí un poco la parte delantera y mi verga empezó a largar pis, algo que deseaba hacer desde hacía rato. El chorro salto potente y poderoso. Los gritos de locura fueron atronadores. Gozaron del espectáculo de manera perversa pero sin moverse de sus lugares.
Una vez que largue hasta la última gota sacudí mi pija que buscaba levantarse por el momento erótico que vivíamos.
Entre al agua arrojándome desde el borde y cuando salí a la superficie los machos me rodearon como si fuera una presa. Estaban calientes como brasas, ya no podían esperar.
Tadeo me apoyo por detrás, haciéndome sentir su barra de carne dura y levantada. Yo seguía sin quitarme la sunga. Bartolomeo vino por el frente y empezó a chupar mis pezones que ardían y estaban muy duros, tan duros como la poronga de aquel macho maduro que me atendía de frente. Cachi mordía uno de mis hombros y con mi mano hizo que me aferrara a su miembro duro, grueso, no muy largo, me hacía cosquillas con su ancho bigote parecido al señor Flanders, gemía y me mordía sin llegar a hacerme daño.
Lucho retirado observaba a sus amigotes abalanzarse sobre mí, Mateo busco mi boca y me besaba desde un costado también, en tanto Tadeo me corría la sunga y con la cabeza de su poronga hurgaba intentando entrar en mi hoyito, ya encremado y preparado para recibir todas las pijas posibles.
La lengua de Mateo se paseaba fogosa dentro de mi boca y alguna mano se aferraba a mi verga totalmente dura y parada. Los gemidos inundaban aquella pileta de machos alzados, Tadeo entro en mi cola, aullando de placer.
__Ohhh que culito apretado mi amor…eres un nena muy rica, ahhhh__ gozaba mientras entraba con todo su sable en mi culo hambriento. Yo me movía hacia atrás facilitando que aquella hermosa vara entrara en mi ojete dispuesto, dilatado y caliente a pesar del agua fresca. Cachi saltando fuera del agua se sentó en el borde de la pileta. Con la poronga dura, tomándosela con las manos me llamaba para que fuera a por ella. Casi arrastrando a Tadeo que me tenía ensartado con su pijota, me acerqué a la férrea verga del macho sediento y calenturiento por demás. Un afiebrado sacado. Pude engullir aquella pijota en mi boca golosa. Empecé a chupar con delicia.
__Ahhh traga puta, come mi verga anda amorcito, ahhh, si, así, sigue, ohhh es un encanto, es un encanto…__ gemía Cachi. No tardo en imitarlo Bartolomeo que salió de la piscina y se coloco a su lado, fierro en mano urgido de mis caricias bucales. Empecé a repartir las chupadas, y los machos gritaban aullando casi al unísono de placer y lujuria, se apretaban los pechos y se tocaban entre si los pezones, mientras mi boca los mamaba generosamente. Tadeo seguía serruchando con ímpetu mi cola abierta.
__Ohhh putita que culito tienes…ahhh…si amor ya viene, ya viene __gritaba aferrando mas fuerte mis caderas y moviéndose mucho más veloz, su pistón no tardaría en llenar mi cola de leche, entre arqueos, gruñidos y convulsiones Tadeo me fue llenando de semen la cola, abundante acabada se pegó aquel macho caliente y enfermizamente alzado con un chico joven como yo.
Ser retiró con el blando pene que hacía instantes había sido una roca clavándose en mi interior y su lugar fue ocupado rápidamente por Mateo quien hundió su estilete sin ninguna dificultad. Era más grueso que el de Tadeo, eso lo pude notar, aquel macho empezó a entrar y salir, daba dos o tres estocadas y sacaba su garrote de mí y lo volvía a hundir, golpeando con sus bolas en mi trasero dispuesto y afiebrado. Masturbaba entre tanto los garrotes de Bartolomeo y Cachi que gemían de placer. Hundía en mi boca una vara y a la otra la acariciaba, la masajeaba, hasta que cambiaba de bocado. Besaba las bolas de ambos. Recorría todo el caño de abajo a arriba y de arriba a abajo. Acariciaba con mis dientes y mi lengua y mi boca y luego tragaba. Sé que Lucho hacía de observador, aunque se masturbaba observando cómo atendía a sus amigos que vociferaban y exclamaban.
__Ahhh Lucho…es un encanto…es una maravilla…mira como me come la verga…ahhhh
__Siii así putita, traga, traga
__Este culito que tienes es maravilloso…putita…cariño…hermosa….__ gemían los machos encabritados.
__Les dije que era un chiquillo muy caliente…que daría todo para hacerlos gozar…y bueno…ahí lo tienen…__ Mateo me sacudía, hundía su vara. Me apretaba los pezones y mordía mi nuca, ellos no se enteraron pero yo largue mis jugos en el agua, se mezclaron y se disolvieron rápidamente.
La verga de Bartolomeo empezó a largar sus jugos a borbotones, y yo tragaba lo más que podía, luego se vino en mi boca sin mucha distancia de tiempo Cachi. Me apretó la cabeza contra su fierro tanto que casi me ahoga, tragué todas las leches que pude, era una mañana salvaje como nunca había tenido y creo que no volví a tener.
Los machos quedaron resollando unos momentos, buscando aire, Mateo en tanto se vino en mi cola. Era la segunda acabada que recibía en mi trasero que se abría un poco cada vez.
__Porque no salimos de la pileta que nos estamos poniendo azules__ sugirió Lucho con la verga dura como roca. Cachi se acercó con un toallón a mí, y acercando su boca a la mía, me hundió su lengua de pie, como estábamos, dándome un beso profundo, caliente, de amantes fogosos. Haciéndome cosquillas con su bigote sensual y ancho.
__Necesito ir al baño__ dije porque sentía mucha leche revolucionando mi interior. Bartolomeo me acompaño hasta la puerta con su verga dormida bamboleando a un lado y a otro. Acariciando mis nalgas y dándome besitos furtivos en mi cuello y mis labios, besos inocentes, suaves de chico tímido.
Me di una larga ducha sacando toda la leche de mi interior como me fue posible. Me sentía renovado y listo para más enculamientos. Deseaba tener más pijas en mi culito. Llegue a la sala en donde los machos estaban en rueda haciendo chistes y bebiendo algunos tragos y algunos bocadillos que no sé de donde habían aparecido.
Me senté en medio de Cachi y Mateo, que me prodigaban caricias y tocamientos, me besaban , y de paso comíamos algo liviano.
Tadeo y Mateo se fueron a duchar al menos eso fue lo que dijeron. Bartolomeo se coloco en lugar de Mateo. Bartolomeo tenía cara de actor de cine, me recordaba a alguien aunque nunca supe bien a quien. Era muy buen mozo. De ojos claros verdosos. Una boca tentadora que me daba grandes chupones en mis pezones erectos. Cachi me comenzó a chupar la pija que se había puesto muy dura. Yo gemía y Lucho nos observaba con su poronga alzada al techo. Bartolomeo hincaba un par de dedos en mi trasero limpio y renovado. Me besaba la boca abriendo muy grande su boca, tragándome.
Lucho se acercó por detrás y puso sobre mis hombros su pijota, la bese haciendo que mi cuello se torciera bastante. La olfateaba como perro. La acariciaba con la lengua estirada al máximo.
Bartolomeo me giro y me puso en cuatro patas sobre aquel sofá. Abrió mi culito con sus manos gordas y metió su lengua de lleno en mi ojete espumoso. Yo gemía como linda putita. Contoneaba mi culito gozoso de lengua, Cachi no soltaba mi verga, pues se había metido debajo de mí y la saboreaba plenamente. Entonces Lucho me hundió su poronga que bien conocía en mi boca sediento de leche y verga. Otra vez estaba siendo amado y cogido por esa banda de machos maduros alzados en su máximo esplendor.
Bartolomeo llenaba de saliva mi ojete que pedía verga nuevamente, los gemidos crecían en el lugar. Resoplidos, gruñidos. Los ayees, pequeños grititos, aullidos leves. Todo eso condensado en aquel lugar al que me había llevado Lucho.
__Es una hembrita tremenda…__ comentaba Bartolomeo y metía su lengua traviesa en mi agujero otra vez
__Quiere verga todo el tiempo…ahhhh…es insaciable…__ recitaba caliente Lucho, mientras yo mordía y tragaba su gruesa poronga. Bartolomeo alejo su lengua de mi culito y pronto fue entrando con su garrote firme. Me perforo de inmediato. Sus pedazos de bolas grandes empezaron a golpear mis nalgas. Yo lloriqueaba de placer. Ensartado como insecto. Dándole de beber mi leche a Cachi que hasta no sacar la última gota no dejo mi pija desinflada y sin nada.
Bartolomeo bombeaba de manera feroz e incontrolable. Mis gemidos y lloriqueos lo ponían más loco y más apuraba sus embestidas. Temí por unos momentos que le ocurriera alguna desgracia.
Yo seguía igualmente tragando la poronga de piedra de Lucho que se contenía como nunca, esperando poseerme tal vez como él quería. El quería cogerme, quería tener para el mi ojete juguetón y volcánico. Fogoso, caliente como una brasa al rojo vivo. Bartolomeo se aferraba de mis hombros y hundía su vara de forma violenta, dando golpeteos dentro de mi túnel receptivo.
__Ohhh hermosa perra…ahhh quiero llenarte ese precioso agujero amorcito…eres…eres…increíble…ohhhh…ya vieeeenneee ahhhhh siiiii__ Bartolomeo fue vaciándose dentro de mi gentil hoyito dilatado y agrandado. Cayo sobre mi espalda y en eso Lucho sacó su pistón de mis fauces. Bartolomeo suspirando me besaba la nuca y la espalda, parte de ella, apretaba mis pezones, Cachi sonreía con su verga alzada, pero solo se la tocaba de vez en cuando, y la misma se movía automáticamente, para un lado y para otro.
Lucho se sentó en el sofá.
__Ven amorcito…ven…siéntate aquí__ dijo señalando su garrote grueso y erecto. No espere ni un segundo. Aún chorreaba los jugos del otro macho y a horcajadas fui resbalando por el pedazo de carne que me ofrecía Lucho. Caliente, marmóreo, inmensamente hermoso. Abrí mis nalgas con mis propias manos, luego me ayudo Lucho. Fue clavando por completo el garrote. Busco mis labios y beso mi boca sin apuro. Casi no nos movíamos. Sentía aquel pedazo clavado en mi y ya me hacia gozar. Solo sentirlo inflamado y gordo, ocupando el túnel. Empecé a cabalgar despacio, recorriendo todo aquel garrote. Casi hasta aplastar sus huevos llenos de miel para mí.
__Que cola golosa tienes cariño…por fin puedo tenerla para mi…eres una hembrita del demonio…ohhhh…siii…cabalga…despacio…siii quiero disfrutarte, ohhhh, divina….__ gemía Lucho desquiciado y muy al rojo vivo. Ardiendo.
En eso entraron al lugar Mateo y Tadeo que volvían del supuesto baño
__Ohhh mira como lo tiene ensartado el muy guacho de Lucho…__ dijo Tadeo exaltado, seguro que mi culo resaltaba hacia atrás, en todo su esplendor. Aquellos machos eran tremendos. Muy calientes. Seguramente además se habían adornado con algunas pastillitas para reforzar su libido.
__Siii mira como lo goza…Lucho si te vieras el rostro…seguro que con tu mujercita no gozas tanto como con esta hembrita, ohhh ese culo que tienes amor…__ Dijo Mateo y mordisqueo mis nalgas lisas y firmes. Paso su lengua por allí. Las besaba con tanto ardor, era una delicia.
Lucho pellizcaba mis nalgas, las frotaba y me besaba las orejas, el cuello y volvía a libar mis labios, lo profundo de mi boca. Amasaba mis nalgas y yo me sentía la reina de las putas. Gozando y haciendo gozar a aquellos maduros machos.
__Ohhh quiero meterme dentro… ¿te animas cariño? ¿quieres?__ pregunto babeante Mateo
__Ahhh…tú dices meterte junto…con Lucho…__ dije yo afiebrado
__Sí claro…anda… ¿me dejas?
__Siiiii…hazlo…con cuidado…y…ahhhh….hazlo__ Mateo se tomo de mis caderas, sentí un chorro de una aceite que resbalaba por dentro de mi túnel a pesar del garrote de Lucho que gemía y seguía besándome casi sin decir nada y de pronto Mateo empujo y mi cola se dilato mucho más, de forma elástica y muy despacio fue entrando el pedazo de Mateo que gritaba, como chancho, como animal enloquecido.
__Ohhh lo sientes cariño, ¿te gusta?...ahhh ¿Te gusta?...__ vociferaba Mateo mordiendo mi nuca, tomándome de los pechos y pellizcándolos candentemente, afiebrado, casi demente. Me bombeaba, raspando la vergota de Lucho que gruñía y apretaba sus mandíbulas aguantando para no acabar allí mismo. Mateo iba y venía y yo sentí que mi túnel se había agrandado de manera descomunal, gozaba como perra, y sabía que aquellos machos me llenarían de sus leches en cualquier instante.
No paso mucho que entre mordidas, besos, chupadas, gritos, susurros, gemidos fueron llenando mi túnel. Rebalsándolo de jugos. Cataratas de fluidos mezclándose dentro de mí y fuera también porque chorreaban abundantemente.
Sus vergajos se desinflaron paulatinamente entre caricias, besos más tranquilos fueron sacando su semi dormidas y bamboleantes pedazos.
Cachi no tardo en sodomizarme y luego Tadeo entro junto con Cachi otra vez dándome doble placer.
Dese aquel fin de semana, prácticamente fue todo el verano que me pase los fines de semana en aquella quinta, con aquellos machos. A veces venía alguno nuevo.
Disfruté aquellos fines de semana de manera extrema.
Con Lucho que fue el que me inició en todo aquello, jugábamos al menos una vez por semana en algún lugar en que nos encontrábamos, pero eso sus amigos nunca lo supieron.-