Hola amigos y amigas, soy Yamila nuevamente, de Buenos Aires, Argentina… Quiero relatarles algo que hace tiempo tenía como fantasía dando vueltas por mi cabeza y, sin buscarlo directamente, se presentó cumplirlo este pasado viernes.
Terminado el receso por vacaciones de invierno, el lunes pasado retomé las clases en la facultad. Luego de la facu, como cada día, fui a ver a Tomy, mi novio, a su casa. Pasamos una hermosa semana de vernos a diario donde salimos a pasear por el centro, tomar algunas bebidas, música y luego, de regreso en su casa, tuvimos unas maravillosas sesiones de sexo, hicimos el amor con mucho sentimiento, disfrutándonos completamente.
Llegó el jueves y me dice que al día siguiente debía viajar hasta Córdoba, a unos 700 kms de Bs As, por 4 o 5 días… Como es algo habitual que deba viajar por negocios, no lo tomé a mal. Hicimos el amor por un par de horas más que los demás días, como para que no me extrañe durante su ausencia y ya bien entrada la noche me llevó hasta mi casa despidiéndonos con muchos dulces y apasionados besos.
Mi padre dormía, así que pasé directamente a mi habitación, me cambié y me dormí profundamente… Me levanté por la mañana, desayuné junto a mi padre mientras charlamos un poco y luego nos despedimos, donde salió rumbo a su oficina.
Mi día transcurrió casi monótonamente, realicé algún resumen de una materia, hice algunos llamados saludando amigos, almorcé y salí hacia la facultad… Allí, charlando con Valentina, me invita a que salgamos por la noche a bailar. Como no tengo mucho feeling con ella no supe que decirle, no quería rechazarla directamente, pero tampoco me gustaba la idea de aceptar su invitación, así que le dije que la llamaría más tarde para confirmar.
De regreso a casa comencé a planear con quienes saldría esa noche… Sabía que mi amiga Natalia saldría de viaje de fin de semana con su marido. Luciana se enamoró de Adrian y están viviendo su momento de pasión, así que esa noche no saldrían por quedarse a pasar la noche juntos. Llamé a Javier pero ya hizo planes junto a Aldana… Caro y Yanina irán a un boliche gay a bailar y no me va esa onda, así que les dije que esta vez no las acompañaría … Ufff… y con las ganas de salir a divertirme que tengo, debí llamar a Valentina y aceptar su invitación…
Decidimos salir de “cacería” a una disco que está de moda, con buena música para moverse y donde van todos aquellos que buscan una relación ocasional… Esa tarde la pasé anormalmente caliente pensando en que saldríamos con Valen dispuestas a conocer a alguien con quien tener una fuerte noche de sexo. Mi vulvita se mojaba de solo pensar que en unas horas más tendría una buena barra de carne metida entre las piernas… Mmmmmm…
Me di una muy larga ducha, preparé mi ropa más sexy, un diminuto vestido negro con un gran escote muy apretadito que hacía saltar mis redondas tetas, era tan corto que si me agachaba sólo un poco de más dejaba a la vista mis nalguitas y eso me ponía muy caliente. El solo pensar que cualquiera que quisiera podría ver parte de mi culito hacía subiera mi efervescencia… jajaja.
Me coloque mi diminuto vestido y unas medias de portaligas, pero sin tanguita ni corpiño y unos zapatos de taco fino, quería ser el centro de atención de todos allí… Ya no había vuelta atrás, sentí que me había transformado en un autentica putita, sedienta y adicta al sexo, ya saboreaba el delicioso y caliente néctar de los hombres; sólo pensaba en conocer alguien que me penetre por todos mis orificios y me bañe en leche caliente.
Me maquille y me hice algunas ondas en el cabello y me coloque mi perfume preferido… Me puse un sacón fino y largo que cubría mi corta ropa para salir de casa sin que mi papi me llamara la atención. Fui a saludarlo y salí de casa con una sola misión, “comerme una gran verga”.
Al salir de casa hice parar un taxi, inmediatamente me di cuenta de que ya era el centro de atención de todos en la calle, me subí y le di la dirección de Valentina al taxista… El taxista era un hombre de unos 40 años, delgado y muy desalineado, no dejaba de mirarme por el retrovisor, yo me hacía como que no me daba cuenta y miraba mi celu.
En un momento cuando estaba mirándome decidí regalarle algo para que me recuerde, como estaba sentada justo en medio del asiento trasero abrí lentamente las piernas dejándole ver toda mi depilada entrepierna para luego cruzarlas nuevamente… Sus ojos se agrandaron como dos platos, casi saltando de sus órbitas, olvidándose completamente de mirar la avenida… Estoy segura de que fueron los 5 segundos más felices de su vida… jajaja… Su cara fue sólo felicidad y vi cómo se relamía sus secos y gruesos labios, no animándose a articular una sola palabra.
Llegamos a la casa de Valentina, quien esperaba impaciente mirando desde la ventana. Salió presurosa y en el mismo taxi continuamos hacia la disco… Nos saludamos y continuamos charlando el resto del viaje. Al llegar al boliche vimos que el ingreso estaba lleno, con una larga cola de gente que esperaba por entrar. Le pregunte al taxista cuanto era, le pague y le acaricie la mano al pasarle el dinero, le regale una sonrisa, un gracias y un beso al aire… Moría por decirme algo, pero no se animó…
Nos bajamos justo frente a la entrada, todos los hombres se giraron a vernos, sentí que nos perforaban con sus miradas y supe que sería muy fácil encontrar con quien terminar mi noche… El guardia de la entrada nos miró y quito la cuerda de contención. – “Hola guapas, pasen, no necesitan estar en la fila”.
– “Uyyyh … Gracias galán”… Al pasar a su lado me acerqué a su cara poniéndome en punta de pies y le di un beso en la mejilla… Me sentía endemoniada, mi sexualidad estaba a flor de piel y todos lo notaban… Llegamos al guardarropa y dejamos nuestros abrigos, quedando en nuestros diminutos vestidos que dejaban ver todas nuestras insinuantes curvas.
Entramos, estaba repleto de gente bailando, tomando, riendo y pasándola muy bien… La música invitaba a moverse; dimos una vuelta por el lugar, había muchos hombres divinos, no sabía a cuál elegir, así que deje que ellos me eligieran… jajaja…
Fuimos hacia la barra, pedimos algo para beber, un largo trago de color… Seguimos dando una vuelta por el lugar, pasábamos por donde había más gente, quería jugar un poco, provocar, rozar a algunos hombres y que ellos me rozaran, que me tocaran, que se aprovecharan de mí, estaba muy excitada… No tarde en sentir los primeros intrusos, un par se giraron para mirarnos y rozarnos con sus cuerpos a la pasada, sentí un par de manos que apretaron descaradamente mis nalgas y uno más intrépido logro acariciar mis pechos mientras le saqué la mano con una sonrisa en mis labios.
Esta situación me estaba agradando, ya habíamos captado la atención de buena parte de los hombres… Me dio una pequeña descarga eléctrica en el estómago, mi temperatura subía y comencé a mojarme un poco… Decidimos ir a la barra nuevamente a tomar algo, relajarnos y charlar un poco allí.
– Hola, un par de cervezas por favor
– Dos cervezas saliendo para las chicas más sexy de esta noche
– jajaja… Gracias guapo.
– De nada hermosas señoritas, va por cuenta de la casa.
– Uyyyy muchas gracias, creo que vendremos más seguido
– Eso esperamos chicas.
Tomamos nuestras cervezas y dimos una vuelta más para ver el ganado… jajaja… Nos detuvimos junto a unos sillones. A mi lado había un chico muy lindo, pero estaba completamente ebrio y me hablaba, pero no podía entender que decía, tampoco me importaba, con lo ebrio que estaba no era lo que quería para mí esta noche.
Cuando quiero dar cuenta, frente a mi bailando veo una pareja; era Valentina que la había sacado un chico sin que me diera cuenta… Ella se veía muy bella y el chico, ufff… un bombón… Yo lo miraba descaradamente y él se dio cuenta, cada vez bailaba más sexy, la colocaba a ella de espaldas a él y frotaba su bulto en el trasero de Valen.
Yo le sonreía, me mordía los labios, me lo comía con los ojos.
En cierto momento Valentina me mira, sonrío y le hago una cómplice seña con los labios… Ella sonríe y se aleja con su nuevo amigo, supongo que hacia el baño… Me acerco a la barra mientras algunas manos siguen tocándome a la pasada, pido al barman un nuevo trago y justo a mi lado, sin dejar de verme, veo a un hermoso chico, de unos 30 y pico de años, rubio y de ojos muy claros… Deja de verme por un momento, pidió una cerveza, me volvió a mirar y se acercó a mi oído.
– Hola… ¿Primera vez por acá?
–Hola …. No, ya he venido otras veces.
– jajaja… Sólo lo dije para entrar en conversación, pues yo sí es la primera vez que vengo.
– Si, nunca te vi por aquí antes.
– Mi nombre es Pedro, ¿querés bailar?
– Mmmm…. Soy Yamila, ¿seguro? ¿No has venido con alguna novia? No quiero problemas.
– Vine solo, lo juro, ¿vamos?
– Ok, vamos, veamos que tal te movés… jajaja…
Comenzamos a movernos con el ritmo de tremendo reguetón que invita a frotarse y a calentar los cuerpos… Pedro se movía divino, se frotaba con descaro sobre mi culito, yo cerraba los ojos y me concentraba en imaginar lo que escondía allí dentro, en sentir cada centímetro de este semental que estaba obviamente decidido a conquistarme.
Me di vuelta para ver su rostro y apretar mis senos sobre su pecho, él se movía deliciosamente bien, el aroma de su piel era increíble, colocaba su boca cerca de mi cuello y podía sentir su aliento agitado, sus manos comenzaban a tocarme, primero mi espalda suavemente luego bajó y acariciaba mi cintura. Al ver que me gustaba apostó por bajar aún más las manos y las coloco sobre mis nalgas, las acaricio y las apretó levemente. Mi corto vestido se subía mostrando la mitad de mis nalgas a todos los hombres quienes nos miraban… Me reacomodé el vestido.
– Mmmm …. Tranquilo, ¿tan rápido querés llegar al postre?
– jajajaja – solo sonrió y siguió metiéndome mano.
Así estuvimos un par de temas más, tocándonos, frotándonos, excitándonos… De pronto miro hacia un lado de la pista y veo a Valentina con su saco puesto y saludándome, haciendo señas de que se iba junto a su nueva conquista… Sonreí y la saludé agitando mis manos… Fue entonces cuando Pedro me tomo de una mano y apresuradamente me llevo a un rincón donde comenzó a besarme apasionadamente, mi boca mi cuello, con una mano apretaba uno de mis pechos, mientras con la otra acariciaba mis nalgas por sobre el vestidito.
Yo lo abrazaba, lo besaba, mordía sus labios, pero moría de ganas de acariciar su verga. Estaba por hacerlo cuando me dijo volvamos a bailar y sin más me arrastro a la pista… Una vez ahí bailamos más pegados, casi haciendo el amor, nuestros movimientos ya eran evidentes de nuestra excitación.
De pronto escucho que lo saludan, al mirar veo a otro hombre que estaba increíble, que era un amigo de él, se saludaron y nos presento.
– Yami, él es Cris. Cris, ella es Yamila
– Hola, mucho gusto Yamila… Woow! estas increíble, no puedo creer la suerte de este maldito, ¡¡Que pedazo de mujer!!.
– jajaja… Muchas gracias, vos tampoco estás nada de mal bombón.
Seguimos bailando entre tragos y risas, en algunos momentos bailaba con Pedro y otras con Cris, que por cierto se notaba que estaba muy bien dotado, me lo dejó bien claro cuando me apoyó todo su bulto en mi colita cada vez que pudo… y me encantó!!... jajaja… Ya en mi cabeza comenzaba a rondar la loca idea de terminar la noche con ambos sementales en una misma cama… pero no sé, no estoy segura, nunca había pasado por esto antes… y nuevamente la misma idea me golpeaba por dentro…
Cuando bailaba con Cris el último tema de la noche, se acercó una rubia, muy alta y de cuerpo con bastantes curvas voluptuosas; ignorándome le dio un enorme beso en la boca y le dijo - ”Bien Cris, es hora de irnos”… Me quedé sin saber bien que era lo que sucedía, cuando se me acerca Pedro, pegándose a mi espalda y me dice al oído - ”Es su novia que estaba bailando con unas amigas”…
Me vi sorprendida en un primer momento, pero enseguida me causó mucha risa y comencé a pensar que allí se me iba la loca idea de mi trio con ambos… jajaja… Continué mirando a Pedro, quien se acercó a mi boca y me beso sin un mínimo de vergüenza, lo hizo tan deliciosamente que le correspondí, rodee su cuello con mis brazos y devore su boca. Él, 100% jugado, con una de sus manos atrapo una de mis tetas y la comenzó a masajear, buscando mi pezón para darle suaves pellizcos.
De mi boca salían gemidos entrecortados por sus besos y su lengua que entraba y salía de mi boca entrelazándose con la mía. Lamia mis labios y también los mordía, pasaba su lengua por mi cuello y la llevaba hasta el escote, lamiendo justo en medio de mis pechos, que ya a esa altura estaban siendo manoseados por sus dos manos.
Estábamos en esa cuando siento que apretó con fuerza una de mis nalgas y dijo:
– Creo que ya es hora de irnos a otro lado a seguir esta fiesta.
– Pues yo creo que es una magnifica idea…Que la noche no se acabe, sigámosla donde quieras…
– Mmmm …. Yo creo que esta fiesta recién está comenzando.
Pedro tomo una de mis manos y emprendió camino a la entrada, pasando luego el brazo por detrás mío y con su mano apretaba fuerte mi colita… Muchas miradas de hombres que no se animaron a acercarse nos siguieron hasta perdernos.
Fuimos al estacionamiento y antes de que me abriera la puerta del auto se abalanzó sobre mí y comenzó a besarme, yo lo besaba y como pude apreté su verga por sobre el pantalón, se notaba que estaba muy excitado. Enseguida fue un poco más allá y metió una mano bajo mi vestidito llevándose una sorpresa al darse cuenta de que no llevaba nada debajo.
– Heyy, que bueno, me he sacado la lotería con esta hembra… – Levanto mi vestido dejando mi depilada y húmeda vagina al aire.
– Wooow!! Jajajaja… ya venias preparada?. Pues hoy tendrás todo el sexo que puedas soportar.
– En serio? … Me lo prometés?
– Es una promesa.
Abrió la puerta, entré y cerró. Enseguida corrió a subir al volante y encendió el motor… Pedro estaba ultra caliente y yo más aún, nos besamos, nos tocamos y raudamente salió con destino incierto para mí.
Mientras manejaba y como pudo, tomó con una mano mi vestido y me levanto la falda hasta la cintura… Estiró su mano, abrí un poco más mis piernas y comenzó a meterme los dedos en la vagina ya muy húmeda. Lo hacía de foma increíble, yo gemía y con mis manos apretaba el asiento lo más que podía. Mordía mis labios, gemía, gritaba, era genial… Luego coloco dos dedos dentro y comenzó a presionar hacia arriba, seguidamente comenzó a frotar rápidamente mi clítoris, solo bastaron unos segundos y comencé a sentir que me venía en un orgasmo… Aaaggghhhh!!... Tuve un fuerte squirt y mis jugos vaginales saltaron hasta el tablero y el parabrisas, mi cuerpo temblaba y no podía parar de gemir… Pedro me miraba de reojo, sin sacar su vista de la ruta y se reía…
Estuve con la respiración entrecortada y gimiendo por unos tres minutos… Cuando pude recuperarme le dije – “Bueno, ahora me toca a mí”… Desaté su cinturón, le desabotoné el pantalón y bajé su cierre… Haciendo se incorpore un poco del asiento bajé sus jeans y su bóxer hasta las rodillas… Su verga quedó completamente tiesa y apuntando bien arriba… No tenía un gran tamaño, ni era tan gruesa, no más de 17 centímetros, pero al tocarla la sentí tan dura como una roca…
Lo comencé a masturbar suavemente, no quería se distraiga del camino, pero no pasaron dos o tres minutos que me agaché hacia su entrepierna y me la llevé toda a la boca… Se la comencé a chupar fuertemente, hacía que entrara y saliera de mi boca, la envolvía con mi lengua, por un momento la sacaba, lamía sus costados y nuevamente me la metía para mamársela enloquecidamente... Sabía que ya lo tenía en las nubes pero no quería que acabara, no quería se distrajera por demás en el manejo… Así lo tuve todo lo que quedaba de camino. Por momentos notaba que sus piernas temblaban y aflojaba un poco en la intensidad… Yo hervía de caliente, sentía el interior de mis muslos muy mojados, tanto que el asiento estaba completamente humedecido debajo de mi culito.
Finalmente llegamos a su casa, estacionamos y yo dejé de chupársela, incorporándome en mi asiento. Sequé algo de saliva que aún pendía de mis labios, él acomodó su bóxer y sus pantalones… Finalmente bajamos del auto, nos dirigimos hacia la entrada, abrió y entramos a la vivienda…
Me invita a tomar asiento en un sillón del living. Lo hago y acomodo un poco mi falda que estaba aún un poco subida luego de lo del auto…
- Tomás algo Yami?... Me preguntó
- Sí, traete un par de cervecitas bien heladas.
Salió hacia la cocina, no lo veo pero escucho que abre la heladera y el tintinear de las botellas que tomó chocando entre ellas… Pero también escucho un sonido de pasos que se acercan desde el lado contrario, desde las habitaciones… y grande fue mi sorpresa cuando veo a Pedro que viene desde esa dirección hacia el living…
Me paro casi de un salto, muy sorprendida, lo veo acercarse mirándome directamente, con una sonrisa en su cara y escucho detrás de mí una voz que me dice – “Te presento a mi hermano”… me giro y era Pedro que volvía con tres botellas de cerveza en las manos… Vuelvo a mirar hacia el lado contrario… Era como mirar un espejo, una imagen era exactamente igual a la otra, no veía diferencia alguna… Me perdí, no podía llegar a coordinar mis pensamientos, mi desconcierto era total…
Vuelve a hablar Pedro diciendo – “Yami, te presento a mi hermano gemelo Pablo, Pablo, ella es Yamila”… Me quedé helada, inmóvil, sin reacción ante tal similitud… Pablo acerca su cara y me dice _ “Un gusto Yami” y me saluda con un beso que toma gran parte de mis labios… Sólo pude balbucear _ “Un gusto Pablo”…
Sin salir aún de mi asombro escucho a Pablo, que me acababa de saludar con ese hermoso beso, que me dice – “Siento que tus labios tienen ya el sabor de mi hermanito, eso me excita… jaja”… No pude evitar sonrojarme un poco, pero a la vez también me sonreí sin contestar nada.
Nos sentamos los tres en un mismo sillón, cada uno con su cerveza, se acomodaron uno a cada lado mío… Pedro me dice – “Con mi hermanito somos muy unidos, siempre nos compartimos todo… Todo!”… Me sonreí, sabía que se refería a que se compartían hasta sus chicas de conquista… jajaja…
Brindamos por el encuentro y conocernos, bebimos nuestras cervezas y conversamos un par de cosas banales… Pero de pronto nos quedamos sólo riendo y mirándonos y fue Pedro quien tomó la iniciativa, de pronto comenzó a besarme, Pablo se colocó por detrás, levanto la falda de mi vestido hasta la cintura y manoseaba mi conchita. Pedro fue quien bajó la parte de arriba del vestido, quedando ya completamente enrollado en mi cintura, dejando mis pechos a su disposición, no tardo en comenzar a besarlos y chuparlos, yo tomaba su cabeza y lo presionaba ligeramente para que devorara mis pezones, con mi otra mano tomaba la nuca de Pablo para que se acercara a mi boca y así poder besarlo mezclando nuestras lenguas y nuestras salivas.
Luego de unos minutos de acariciar mi cuerpo, besarnos y chuparme toda les digo – “Bueno, veo que son exactamente iguales, se visten exactamente igual, pero ahora quiero verlos como se desvisten igual”… Ambos se incorporaron, los miraba y no podía creerlo, eran exactos, dos gotas de agua, sentía como mirar hacia un espejo…
Había música en el ambiente puesta anteriormente por Pedro, ambos comenzaron a moverse a su ritmo, acompasados y fueron quitando las mismas prendas una a una hasta quedar en boxer… Yo miraba, sonreía con picardía y me relamía de ver esos cuerpos bien formados, esas blancas pieles casi brillantes, sus ojos eran cuatro faros verdes que me miraban mientras se meneaban rítmicamente… Y al momento de quitarse los boxer veo dos pijas muy iguales, no tan grandes, pero ambas se veían igual de duras, firmes, erectas al máximo… Wooowww!!... Era la gloria para mí…
Yo ya no podía más necesitaba tener esas vergas en mi boca, me incorporé, coloque una mano en el pecho de pablo y otra en el pecho de Pedro y los empuje suavemente.
– “Bueno chicos ahora quiero ver en acción esas vergas que me han estado comiendo la cabeza toda la noche”…
Tome un almohadón del sillón, lo coloque en el suelo y me arrodille, desde esa posición no me perdí detalle de esas dos increíbles barras de dura carne.
Mi corazón se aceleró al ver aquel delicioso buffet que comería esta noche… No perdí más tiempo, tomé una en cada mano y comencé a acariciarlas, eran dos hermosas vergas perfectamente depiladas, duras, con sus cabezas brillantes por la humedad que ya tenían… Mi boca se hacía agua y comencé a probarlas de a una, lamia la cabeza tratando de cubrirla con la mayor cantidad de saliva que pudiese, mientras a la otra la masturbaba suavemente casi torturando a su dueño.
Sus gemidos se mezclaban con los sonidos que hacía mi garganta al tratar de comerme entero cada uno de esos pedazos de carne, mis chupadas se fueron turnando de una verga a la otra, tratando de dar el máximo placer posible a mis dos machos gemelos.
Luego de largo rato, viendo que ninguno de los dos daba muestras de querer eyacular y cuando mi boca ya no podía más, me levanté y, tomándolos de las bolas, los llevé por el pasillo, hacia las habitaciones. Entré en una de ellas y fui directo hacia la cama. Subí gateando sobre el colchón, como una gata en celo y dándoles la espalda me puse en cuatro.
– Quien va a ser el primero en darme verga?
Giro mi vista hacia atrás y vi a ambos abalanzarse sobre la cama, pero Pedro fue más rápido y tomo mi cintura con sus manos.
Pablo solo rió y dijo – “Bien, ganaste esta hermanito, pero ese culo se lo hago yo”…
Al escuchar eso un escalofrío recorrió mi espalda y no porque nunca me lo hayan hecho por detrás, sino porque aún no había tenido dos pedazos de carne palpitante, vivos, dentro mío a la vez.
Se sentó en un sillón que estaba al costado de la cama y se masturbaba lentamente. Mientras tanto Pedro con su herramienta en mano pincelaba la entrada a mi mojada vagina cada vez más fuerte hasta que se detuvo, la coloco justo en la entrada y comenzó a presionar lenta y suavemente, al entrar su cabeza una electricidad invadió mi espina dorsal, empujo un poco más y ya tenía media verga adentro. A esa altura yo ya mordía las sabanas hundiendo mi cabeza en la cama, un empujón más y la clavó entera dentro de mí… Aaahhh… Un grito de placer inundó la habitación, acompañado por un sonoro nalgazo que me hizo voltear para solo ver la cara de placer de Pedro, quien ya comenzaba con un ritmo frenético.
– Siiiii Ssssiiiii….. Daaa.. mm.. eee… fuerrr.. teeeee…. Mmmmmhhhhh….
– Así te gusta?... Asiiii… Uuffff
– Siiiii… haceme acabar mucho, dame más nalgazos, quiero ser su putita esta noche.
– Serás nuestra puta esta noche y todas las que queramos.
– Siii, lo que quieran, pero ahora solo denme toda su leche.
Me tomaba de las caderas clavándome sus manos, cada embestida era como una tonelada golpeando dentro de mí, podía sentir como llegaba hasta el fondo de mi sexo y las paredes de mi conchita abrazaban esa verga formidablemente dura.
Miraba como Pablo seguía masturbándose frente a nosotros y estirando una mano lo invite a metérmela por la boca. Se paró, camino con ese duro martillo entre sus manos, golpeo mi rostro con ella, la coloco entre mis labios y tomando mis cabellos entre sus manos me dio un tremendo empujón que hizo llegara a casi traspasar mi garganta… Mmmmmm… En mis pensamientos agradecí no fuera más grande, sino me la hubiera hecho tragar y provocarme tremenda arcada… Quitándola lentamente intentó a hacerme un rodete en el cabello, mientras comenzó a meter y sacar su verga de mi boca, la metía tan adentro como podía casi provocándome arcadas. Mientras yo con una mano le acariciaba las bolas, las tenía suaves y cubiertas de mi saliva… Chupé y lamí esa rica pija, la envolvía con mi lengua, la disfruté al máximo…
Pedro se detuvo, saco su verga de mí provocándome una sensación de vacío, tomo mis piernas y haciendo un movimiento me giro, quedando boca arriba. Ahora colocó mis piernas sobre sus hombros y me comenzó a penetrar fuerte, duro, sin delicadeza… Pablo tomo mi cabeza con sus manos y desde arriba comenzó a penetrarme la boca; esta vez la metía tan adentro que sus bolas golpeaban mi nariz y mis ojos se llenaron de lágrimas producto de que a duras penas lograba respirar… pero me encantaba, de hecho, apretaba su culo con mis manos para que la metiera más adentro.
Comencé a escuchar como Pedro gemía cada vez más rápido, presentía que acabaría pronto, pero se detuvo y la saco.
– Aaahhhh… Aun no quiero acabar, te toca compañero.
Saliendo de entre mis piernas y dándome una fuerte palmada en mi culito le cedió el lugar a Pablo, que rápidamente se acostó boca arriba y me indicó sentarme sobre él.
Me incorporé, pase una pierna sobre su cuerpo, tome esa bella verga y la acomode sentándome despacio, sintiendo cada centímetro entrar, era definitivamente muy suave. Se abrió camino dentro de mí, comencé a temblar, sabía que estaba por tener un orgasmo y así fue, cuando me senté por completo sobre él y sus bolas tocaron mi culito estaba tan llena que no resistí y gimiendo con descontrol acabe… Aaaggghhhhh!!!...
Sin darme tiempo a nada me inclino hacia él, recostándome sobre su pecho, para comenzar a penetrarme sin compasión… Era una máquina de taladrar, mi respiración entrecortada, mis ojos casi en blanco, mis manos apretando las sabanas decían que estaba en la gloria… Pedro al verme con la boca abierta y sumida en el éxtasis no dudo en comenzar a metérmela duro por mi boca.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, solo sé que me moje tanto que en cada embestida la cadera de Pablo chapoteaba en mis jugos produciendo un ruido tal como si aplaudiesen.
Pablo se detuvo y dijo – “Es hora de probar ese culito”.
Pedro no estuvo ni lento ni perezoso, inmediatamente se acomodó detrás de mí y así, como me tenía clavada Pablo por la conchita y con mi culito hacia arriba, Pedro acercó la cabeza de su durísima verga a la entrada de mi culito y, sin pedir permiso, dejó caer todo su peso sobre mí, haciendo se entierre completamente todo el largo de su verga en mi culo… Aaayyyhhh… Fue una fuerte exclamación mezcla de dolor y placer… Su verga se abrió paso en mi apretado ano, pero estaba tan mojada y excitada que no fue necesario ni lubricarme ni estimular mi culito, simplemente se alojó hasta lo más profundo y se acomodó rápidamente al placer…
Lentamente comencé a moverme, acostumbrándome poco a poco a ese intruso en mi culo, intruso que muy rápido me estaba causando placer… Mi cabeza giraba locamente, mi calentura era incalculable, no podía creer que tenía esas dos duras e idénticas vergas dentro de mí…
Al notar ambos que mis movimientos ya eran de placer y no de dolor, ambos comenzaron a moverse descontroladamente, salvajes, sin compasión alguna hacia mí… Ya mis gemidos eran de una autentica perra en celo, solo gritaba que me dieran duro, que quería terminar bañada en la caliente leche de sus vergas… - “Siiiii… Soyy Su Putaaaa!!!!”… Gritaba, mi descontrol era algo irreal, toda esa situación era irreal, esas dos duras barras de carne, con gruesas venas y enormes bolas dentro de mí, moviéndose juntas, llenándome como pocas veces lo había estado; el aroma a sexo en el ambiente era algo embriagador, el perfume de esos dos machos me ponía loca… Gritaba, gemía, bufaba y ellos acompasados con su ritmo demoledor gemían de placer…
Su ritmo no disminuía, eran dos motores enchufados a la corriente eléctrica… Tuve un orgasmo que me sacudió entera, pero ninguno se dio por enterado, continuaron con ese ritmo demoledor… No sé cuánto tiempo estuvieron sin parar ni disminuir sus salvajes embestidas, fue eterno, completamente interminable… Dos orgasmos más me blandieron mientras me penetraban los dos a la vez, ya mi cuerpo no daba más, me sentía sin fuerzas, mi garganta se sentía raspar cada vez que gemía, mis piernas temblaban, mis manos ya casi no apretaban, era mucho el agotamiento que me provoco cada orgasmo, necesitaba parar y descansar, pero mis dos machos estaban lejos de cansarse, por suerte para mi percibo que estaban a punto de acabar.
Primero Pedro se levantó quitándomela del culo y, con su verga en mano, me tomo de mis cabellos y me hizo chupársela… Lo hice casi como devorando el bocado más delicioso del mundo, estaba en ello cuando Pablo me dice que me quite que quería llenarme la boca con su leche.
Mmmm …. Leche caliente, deje por dentro de mí, ya quería saborear esa exquisitez.
Ambos se pararon sobre la cama comenzando a masturbarse y yo arrodillada con la boca abierta esperando al primero en darme mi premio.
Como la mejor escena de una película porno, el primer lechazo fue a dar parte en mi boca y hasta la nariz, seguido de otro a la altura de mi mejilla, otro en mi frente, uno nuevo, ya con menos fuerza, en mi cuello y para terminar sobre mis pechos… La cantidad fue obscena, parecía como si aquel hombre no hubiese tenido sexo en un largo tiempo, ese había sido Pedro…
Pablo, que aguardo su turno, no fue muy diferente en cuanto a la cantidad y, como si hubiera estado haciendo puntería, casi todos los chorros de leche dieron en mis ojos y cabello; dejando entre ambos mi cara completamente cubierta de una espesa y caliente capa de semen… Semen que rápidamente comencé a recolectar con mis dedos para llevármelos todos a la boca, aún caliente, juntando una gran bocanada, la que les mostré haciendo gárgaras, jugando con mi lengua sumergida en leche…
Ellos reían y lo celebraban, mientras con mis manos seguía masturbándolos lentamente. Me tragué toda aquella leche y fue deliciosamente increíble. Después de tragar comencé a chupársela a Pedro, para sacarle hasta la última gota, dejándosela limpia y brillosa; lo mismo hice a Pablo que aún bufaba de placer…
Les deje sus vergas limpiecitas, relucientes. Ambos cayeron sobre la cama elogiándome por lo buena putita que era, yo solo reía y les decía gracias… Estaba completamente extasiada pero mi culito y mi conchita estaban un poco adoloridos, necesitaba descansar.
Y así lo hicimos, por un momento descansamos… Pedí que tomemos unos tragos y ambos saltaron de la cama para complacerme, trayendo unas frías botellas de cerveza a la cama…
Apenas terminamos las cervezas veo que mis machos ya estaban listos para otro round… jajaja… y yo, yo ya quería más leche.
Esa noche se turnaron para darme duro por el culo, un par de veces lo hice con un solo macho a la vez, ese acababa y enseguida el otro ocupaba su lugar… Varios orgasmos me sacudieron completa, ya no llevaba la cuenta de cuantos con cada uno… Varias veces me cogieron entre los dos, me lo hicieron en la cama, contra la pared, en la ducha, en el sillón, en cada uno de los rincones de esa habitación…
Ya he tenido varias vergas anteriormente dentro mío, grandes y gruesas… Estas no eran las de mayor tamaño, pero si duras como piedra y, lo que era seguro, es que fueron los machos con mayor aguante que he conocido… duros de acabar!!... jaja… Fue una de mis mejores noches de loco sexo hasta el momento…
Luego de ducharnos todos juntos, vestirnos y de regreso a casa nos fuimos riendo, hablando de lo bien que lo pasamos… Llegamos a mi casa, los bese apasionadamente, les acaricie sus vergas y me despedí, no sin que antes cada uno me clavaran un par de dedos en mi conchita y en el culo.
Apenas llegue a mi cama ni me saque la ropa, estaba exhausta, creo que me dormí con una enorme sonrisa en mis labios.
Esta fue mi primera vez con más de un hombre y, con lo que me ha gustado, seguramente no será la última… Ya hago planes como repetirla… jajaja…