"Aquí tenéis algo nuevo, no sabéis la de veces que me he masturbado viéndolo ;)".
Así comenzaba un nuevo post en la página web de Lucía. El mensaje iba acompañado de un vídeo, era lo habitual pues ella es webcammer y comparte su vida sexual, lo que le da unos beneficios nada despreciables. Lucía tiene un compañero de piso, Ezequiel, que está al tanto de las actividades cibernéticas de la mujer pero que nunca participa. Desde un primer momento a ninguno de los dos se les ocurrió llegar a acostarse juntos, creen que eso podría complicar tanto su amistad como su vida en el piso, y seguramente tengan razón. Pero la mente inquieta y calenturienta de la chica ha encontrado una nueva perversión a costa de Ezequiel.
Lucía es bisexual y una noche en la que había quedado con una amiga se le ocurrió una idea. Ella sabía que su compañero de piso tenía un sueño muy profundo, tanto que al despertarse por la mañana no se enteraba de nada y solía ir desnudo por la casa sin reparar en la presencia de la mujer. Lucía le comentó esto a su amiga y le contó su plan, lo que originó una sonrisa maliciosa en la otra chica. Cámara en mano, ambas chicas salieron de la habitación de Lucía de madrugada llevando sólo camiseta y tanga puestos.
Fueron silenciosamente hacia la habitación de su compañero. Con la luz del pasillo encendida para poder ver algo, abrieron cuidadosamente la puerta de la habitación del hombre. Todo ello entre miradas y risitas en voz baja. La luz penetró en la habitación de Ezequiel, y con ella las dos mujeres. El chico estaba completamente dormido, la claridad que entraba por la puerta no lo había despertado, como Lucía sabía que pasaría. Lucía entró y se agachó con la cámara al lado de la puerta mientras su amiga iba a gatas hacia la cama del hombre, que estaba durmiendo de costado. La luz del pasillo proporcionaba la iluminación adecuada para aquella escena.
La amiga de la webcammer se situó al lado de la cama, miró la cara del hombre para comprobar que no se hubiese percatado de su presencia y acto seguido levantó la colcha con la que estaba tapado y se la echó hacia un lado. Ante la mujer se descubrió el pene del hombre, dormía desnudo como sabía Lucía. Su amiga la miró ahogando una risa y acercó su cara a la polla caída del hombre, sacó la lengua y la lamió con cuidado. Pasó su lengua húmeda por el miembro flácido del chico, desde el glande casi hasta la base repetidamente. La polla empezó a reaccionar ante esas atenciones y comenzó a crecer. Otra ojeada a la cara del chico confirmó que seguía en fase REM. La chica acogió el glande que empezaba a hincharse con sus labios, como si estuviese chupando un chupa chups. Y la polla seguía creciendo y endureciéndose.
- Joder no aguanto - se escuchó por lo bajo en el vídeo. Lucía estaba cachondísima por la escena y empezó a masturbarse mientras grababa.
Cuando la polla del chico estuvo completamente dura, la amiga de Lucía miró hacia ella y con cara de perplejidad susurró "dios, es enorme", "te lo dije" le contestó ella. Como queriendo confirmar su afirmación, la chica abrió la boca y se metió la polla en ella, cada vez más y más adentro hasta que le llegó a la garganta, no le había entrado ni la mitad. Antes de ahogarse con ella se la sacó y se la metió nuevamente en la boca para continuar chupándola más comedidamente. Hasta que ocurrió lo inevitable... Ezequiel se removió en sueños y ambas mujeres salieron huyendo procurando hacer el mínimo ruido. Pero se dejaron tanto la cámara como la puerta abierta...
Ezequiel despertó atolondrado de un sueño rarísimo y descubrió que tenía una erección descomunal. Extrañado y cachondo a partes iguales no reparó en que tenía la puerta abierta y quiso aliviar la tensión de su polla para poder seguir durmiendo. Tras unos minutos masturbándose con brío eyaculó sobre su abdomen y un momento después se durmió.
La cámara había caído al suelo y mostraba la escena con un ángulo raro, pero perfectamente claro. Más tarde, Lucía la recuperaría, censuraría la cara de su compañero para que nadie lo reconociera y subiría el vídeo a su web.