Este relato pasó hace algunos años, yo contaba 30 abriles y entré a trabajar a una empresa donde desempeñaba la supervisión técnica de una de las áreas, no quedaba muy lejos de donde vivía, así que caminaba algo de 15 minutos para llegar. Es en estas caminatas donde me percato que una mujer alta de una figura exuberante y un caminar sensual tomaba el mismo camino que el mío, también note en esos primeros días con sorpresa que esa hermosa dama era nada menos que la vecina que vivía a 4 o 5 casas de la mía, a la cual veía, antes de ingresar a trabajar, desde la ventana del departamento todas las tardes regresar a casa.

En esa primera semana de trabajo y de la caminata matutina, es cuando me di cuenta que la sexy vecina trabajaba en la misma empresa y que tenía el privilegio de verla caminar durante esos 15 minutos, claro está que yo caminaba siempre unos pasos atrás de ella. Siempre pensando, que llevaría puesto debajo de esos pantalones sastre, esa delgada tela que ceñía unos glúteas apetecibles y que dejaba en mi cabeza la idea de que por dentro llevaba una discreta lencería, ya que no se marcaba nada, solo a veces se podía notar ese triangulito propio de los hilos. Como sabrán, ese espectáculo de las mañanas eran lo mejor del día. Ya dentro de la empresa no sabía en qué área trabajaba y menos la podía ver, hasta que llego el día donde tenía la obligación de lidiar con el área de gerencia, es cuando entro a la oficina donde me esperaba el gerente del área legal, y me quede mudo al entrar a su oficina, no era el gerente, era la gerente y mayor la sorpresa al ver a la vecina que desvestía con la mirada todas las mañanas llamarme por mi nombre y saludarme con un beso, me quede mudo unos segundos, hasta que me invito a sentarme, hablamos de lo que me llevo a esa oficina, después de eso acordamos las reuniones futuras para ver otros temas y en ese dialogo es cuando se despide diciéndome, vecino ya nos vemos, nuevamente sude frio, acaso esa exuberante mujer se dio cuenta que todas las mañanas me despacho mirándola y dando riendas suelta a mi imaginación morbosa, en fin eso no lo sabría hasta un tiempo después.

Después de esa reunión, en la mañana siguiente no sabía si continuar la rutina morbosa de verla caminar o no, preferí salir mucho más temprano para evitar problemas, al menos ese día. Y al salir del edificio veo que pasaba la gerente en la otra vereda y al verme me saluda con una sonrisa que derrite, no me quedo otra que acercarme para recibir su saludo con un beso en la mejilla y aprovecho en disfrutar de su aroma, del calor de su cuerpo, ese contacto pial a piel, para aprovechar más aun el momento opté por sujetarla de la cintura con la mano derecha, con firmeza y delicadeza. Puede que crean que sean detalles irrelevantes, pero siempre pensé que la suma de todos los detalles es lo hace de las experiencias, memorables. En fin, caminamos ese día, hablando de cosas del trabajo, por ejemplo me contó que ese día tenía una reunión más temprano y por eso salía temprano de casa, yo también me justifique, diciendo que tenía pendientes, tamaña mentira.

Ese día ya estaba programada también reunión en su oficina, cuando fui, solo éramos los dos en la oficina y la notaba algo malhumorada, hablamos de los asuntos pactados y terminado el asunto laboral, le pregunto si estaba bien, ella me responde que estaba algo fastidiada, pero que estaba bien. Llego la hora de salir del trabajo y la suerte estaba de mi lado, a una cuadra pude verla caminando en dirección a casa, apresure el paso y pude alcanzarla, no sin antes disfrutar por un tiempo del espectáculo de mujer que era caminando. Ya en esta ocasión conversamos de todo un poco, algo de bromas, hasta que me bromea diciéndome que caminaba muy lento, porque lo dices le pregunto, es que desde que entraste a trabajar siempre caminabas detrás mío y así yo caminara más lento, nunca me pasabas. Escuchando eso me quede con una sonrisa de incomodidad, en mi cabeza me torturaba pensando que fui demasiado obvio y desfachatado para que se dé cuenta de mis ganas matutinas de verla caminar y alucinar con sus movimientos. Ella atinó a cambiar rápidamente de tema y seguimos como si nada, hablando de frivolidades mientras caminábamos. Desde ese día se volvió una costumbre ir juntos al trabajo y regresar también juntos, siempre conversando de su vida, yo de la mía, me conto que estaba casada hace varios años, que su esposo trabajaba con régimen 15 x 15, es decir, trabajaba 15 días y descansaba 15. Poco a poco nuestras conversaciones se hicieron más íntimas, hablamos de relaciones pasadas, de sexo, fetiches, siempre en un tono distendido y hasta divertido, era una mujer con la que se podía hablar de todo. Yo le preguntaba como hacia esos 15 días cuando no estaba su esposo, y me decía que con el trabajo y las tareas del hogar la mantenían ocupada. Aunque un día hablamos de la masturbación y se le escapo que a veces era mucho esos 15 días y peor cuando todos los días hablamos de sexo camino al trabajo. Le dije que entonces mejor no tocábamos esos temas si gustaba. Me dijo que no, pero también me dice que era mejor no frecuentar mucho que en la oficina podrían hablar, es ahí donde quedamos solo caminar camino al trabajo y separarnos a dos cuadras antes de llegar, lo mismo cuando salíamos. Esa complicidad hizo que nos mensajeáramos, evitar vernos cuando su esposos estaba por casa, todo esto sin hacer nada malo, solo el simple hecho de evitar malos entendidos. Hasta que una noche me atreví a escribirle algo tarde, cosa que no había hecho antes porque en casa estaba atareada con los hijos, sabía que estaba sola en casa con sus hijos, y me respondió diciéndome que en ese momento estaba ya en cama y justo estaba pensando en mí, yo en tono de broma le dije que estaba usándome de inspiración para autoestimarse, ya que sabía que en esa ocasión ya tenía casi 1 mes sin que su esposo este en casa por x motivos, la demora en la respuesta me hizo pensar que le molesto la broma, mientras que le escribía las disculpas del caso, recibí su respuesta, escribió, no es mala idea ya hace tiempo que no lo hacía. Mi corazón estaba a mil por hora, la erección era inevitable, se me ocurrió mandarle algunas fotos evidenciando como me ponían sus palabras, poniéndole, espero esto pueda ayudarte un poco y cuando quieras una mano para eso, no dudes en decírmelo. Me respondió, que rico, como me gustaría que estés acá conmigo, esa respuesta me acelero aún más, le respondí, sé que te estas masturbando pensando en mí, te diré que yo hago lo mismo contigo en mis pensamientos y que esta no es la primera vez que lo hago, desde que te veía caminar no puedo sacarte de mi cabeza, y le mande un video corto, eso la exitó aún más, por lo que escribió después, sigue escribiéndome y mandándome fotos porfa. No dude en seguir mandándole fotos y escribiéndole lo atractiva que me parecía, que siempre me la imaginaba desnuda en mi cama y todo lo que le haría si la tuviera unas horas conmigo, unos minutos después de tanto escribir y mandar fotos, me respondió, uffff que rico estuvo eso, hace muchísimo tiempo no tenía un orgasmo tan intenso en una masturbación. Yo no quería dejar pasar la oportunidad y le dije que yo aún no terminaba y que si me podía mandar una foto para yo también terminar. Ella me puso, solo recuerda todas las veces que te quedabas mirándome cuando caminaba y sabiendo que me masturbo pensando en ti, rico. Leer eso fue suficiente para terminar. El día siguiente nos encontramos camino al trabajo, y para aligerar la situación, la salude diciéndole, no vale, yo te mande fotos y tu ninguna y me reí, ella se reía mientras me decía, lo de ayer nunca lo hice pero me gustó, aunque prefiero el contacto piel con piel y te debo la fotito para tus noches de soledad. Desde ese momento la complicidad que teníamos se convirtió en coqueteo constante al saber que nos deseábamos, y los mensajes de texto durante el trabajo no faltaron, con intercambio de fotos, es ahí donde pude ver los hilos que se ponía y lo bien que se le veían, era una diosa de carne y hueso.

Ya como se imaginaran esta singular relación se tornó mucho más íntima y caliente, hasta que llego la fiesta de la empresa, donde ya habíamos quedado que no levantaríamos sospechas y que nos encontraríamos siempre excusándonos con cualquier cosa, y así se dio, cada uno con los compañeros de sus áreas, en su área trabajaba de auxiliar un chico con el que yo jugaba futbol y teníamos cierta amistad, es ahí donde el me presenta a los de su área de trabajo y ahí estaba la gerente, no dude y me junte con su grupo a conversar y tomar unos tragos. Ella estaba con un vestido negro que le llegaba a una palma de las rodillas, y unas pantimedias oscuras que se robaron todo mi atención cada que cruzaba las piernas, conversaba sin prestar mucha atención a lo que me decían, toda mi atención estaba en ella, aprovecho y le empiezo a mandar mensajes diciéndole lo linda y sexi se ve con ese vestido, y la conversación se puso caliente, en la primera que fue al baño veo que muchos se quedaban viendo ese derrier que derretía a cualquiera, claro que lo hacían disimuladamente, así que cuando regresó no dude en invitarla a bailar, señora gerente ya que nadie tiene la delicadeza de invitarle, ¿me permite bailar con usted?, atino a decir, por fin alguien que quiere bailar, mis compañeros solo saben tomar, mientras caminamos a la pista de baile no le solté la mano ni un segundo, tocaba una salsa, así que la sujete de la cintura y pegaba su cuerpo al mío cada que el ritmo lo permitía, ella ,me dijo con esa voz picara que la caracterizaba, te aprovechas de la situación, aprovecha nomas, rico. Yo le respondí, los dos estamos aprovechando, o no?, eso mientras mi mano bajaba tratando de explorar más ese cuerpo que tanto deseo despertaba, sabiendo que la fiesta estaba avanzada y todos estaban algo tomados y bastante alegres. Esa noche bailamos bastante y en el grupo donde estábamos, ya éramos solamente 4 hombres y 5 mujeres, es cuando uno dice que mejor era ir a su casa a continuarla, porque el local ya cerraba, todos estaban de acuerdo y salimos a buscar taxis, me ocupe de parar uno y embarcar a algunos en ese, siempre asegurándome en compartir asiento con ella, y así paso.

Amparado en la oscuridad de la noche y de lo apretados que estábamos en ese taxi, es cuando mis manos empezaron a posarse en su rodilla primero, poco a poco la subía para saber si había reparo, al principio me tomo de la mano y me susurro, se pueden dar cuenta, se me ocurrió sacarme el abrigo y lo coloque sobre nuestras piernas, debajo del abrigo mis manos tenían menos reparos para poder subir, siempre con su mano posada en la mía, el sentir las pantimedias me excitaba mucho, llegue a notar la calidez y humedad de su entrepierna, la acariciaba y notaba cierto temblor en sus piernas y el contorneo que trataba de disimular, nuevamente me susurra, si estás buscando mi calzón, te comentare que no llevo, solo las pantimedias, cada palabra que decía y la forma como hablaba me hacía perder el pudor y que me importe poco si se dan o no cuenta de algo, yo le sujete la mano y la puse para que sienta la erección que ocasionaba, le dije al oído, así me tienes, y ella empezó a acariciarlo y mordía su labio inferior, quería que no termine nunca esa viaje. Pero llegamos a nuestro destino y no quedo otra que bajar y entrar en la casa del anfitrión para seguir la fiesta, sin que ellos sepan, nosotros dos teníamos una fiesta aparte.

La fiesta continuó en casa de anfitrión, ahí teníamos que tener mucho más cuidado peor aún que yo por ser de otra área y no tener tanta confianza con todos, es que preferí despedirme, excusándome en que tenía que ir temprano al trabajo, mientras agradecía al anfitrión por invitarme pese a no conocernos mucho y pactando un partido de futbol con el equipo de su área, es ahí cuando la gerente dice, tú también vives por la zona tres verdad, si, le digo, creo que podemos compartir el taxi, y les pregunto a los demás, alguien más vive por la zona tres para tomar el mismo taxi, ninguno se pronunció, así que dijo, bueno entonces nos vamos, se despidió de todos y nos fuimos, en la puerta de la casa me dice toda picara, claro que sé que nadie vive por ahí, todos viven al otro lado de la ciudad, aun la fiesta no termina para nosotros. Lo primero que se ocurrió es tomar un taxi e ir a mi departamento, pero como si leyera mi cabeza me dice, a tu depa no puede ser, los vecinos pueden darse cuenta, además hay cámaras por todos lados, mejor vamos a otro lado.

La verdad es que al tener siempre el depa a disposición, no conocía ningún hotel, pero recordé alguno que había por ahí, era lo primero a la mano, además parecía por fuera un buen hotel. Es así que subimos al taxi y nos dirigimos al hotel, ella me dijo en algún momento que no había ido a hoteles en la ciudad, solo cuando viajaba y para estar con la familia, ella también sabía que yo tampoco conocía, así que entramos, pague y al cuarto, no estaba mal la verdad, aunque estaba más ocupado es acariciarla camino al cuarto, en el pasillo al no haber nadie, nos besamos por primera vez, un largo beso, mientras yo subía ese vestido y ella bajaba el cierre de mis pantalones, llegamos al cuarto, cerramos y continuamos con los besos y caricias en la cama, era un sueño hecho realidad, sentir su aroma, la calidez de su cuerpo, como se contorneaba, poder servirme de esas curvas, en especial esas nalgas que tantas miradas roban y que era digno de un monumento, la bese de pies a cabeza, me pidió que me pare y me sujeto el pene y se lo metió a la boca mientras con una mirada, de esas que te excita mas, hace una pausa y me dice, hace tiempo me la quería comer, quiero que tomarme toda tu leche, era una mamada de esas que no olvidas, mientras la tenía en la boca sacaba la lengua y lamia hasta los testículos, también hacia como un remolino en la boca, succionaba y no paso mucho para que eyacule, le dije, ahí va tu leche, ella succionaba más y no dejo ni una gota, la  tumbe a la cama, abrí sus piernas y al saber que no tenía calzones le desgarre las pantimedias para devorar su sexo que ya estaba bastante húmeda y caliente, ella arañaba el colchón y se retorcía de placer, con solo tenerla así, el segundo aire regresó, ya la tenía erecta nuevamente, y fue a tiempo, ya que me decía, métemela, métemela ya. Y para ser obediente, la sujete de las piernas la jale hasta una esquina de la cama y sin miramientos se la metí, ella se pato la boca para callar un gemido, pero le saque la mano de la boca mientras la penetraba, diciéndole, acá puedes gemir y gritar si quieres, y le aplicaba con más fuerza y comenzó a gemir cada vez más fuerte, y me decía, rico, métemela así, quiero tu leche dentro mío, la humedad aumento, lanco un alarido, diciendo, carajo me vengo, me vengo, trate de apurar el ritmo y también eyacule, ella soltó un gemido, y me dijo lo sentí  caliente tu leche adentro, pero creo me orine, nunca me había pasado. La cama estaba totalmente mojada. Yo solo le dije, no creo que sea eso, sino que fue intenso. Nos recostamos en la cama para descansar mientras yo seguía acariciando sus senos, sus nalgas. Las ganas seguían a flor de piel, pero sonó su celular, era la persona que cuidaba a sus hijos, ella le decía que ya estaba de regreso, que ya estaba en el taxi. Se metió al baño, yo me cambie rápidamente y no quedo otra que irnos de ese cuarto, cuarto que fue testigo de ese encuentro, tal vez uno de los muchos que esa habitación vio, pero es el que, estoy seguro los dos recordamos hasta ahora.

En el taxi recordábamos lo pasado, nos reíamos pero antes de bajar, ella me dijo que esa era la primera y la última vez que pasaría esto, nos despedimos y cada uno a su casa. Puedo decirles que fue la primera vez pero no la última.