~Los domingos son infaltables los asados. Terminamos la sobre mesa como a las 4 de la tarde. Recién ahí emprendí viaje a la finca. Llegue como a las 5 y media, el viejo me dejo la puerta de su casa abierta y sobre la mesa una nota indicando que me esperaba en el establo; vi como tenia ya todo ordenado para marcharse. LLegue al establo y el viejo estaba esperandome sobre los fardos, con las mantas listas. Quien no estaba listo era él. Me confeso que estaba totalmente liquidadado, no podia aguantar un polvo mas conmigo. Pero se ofrecio a ayudarme. Le pedí que me dejara hacerle un último regalo, se la mamé un buen rato, costo que se pusiera dura, le dije que se calmara que yo aría todo. Me quite lo poco que llevaba puesto en un segundo, con mi concha ya húmeda me introducí la verga del viejo que no dejaba de gemir, y mientras lo montaba le colocaba mis pechos para que los disfrute. Una vez que lubrique bien su tranca me levante y lleve su punta a mi culo, que en una sola sentada me trague todo ese pedazo de carne. El viejo ya estaba a punto, solo fueron unos cuantos movimientos y sentí como tiraba su leche adentro. Tire mi cuerpo hacia atras y me apoye en el viejo quedandonos así. Se ve que sin darme cuenta yo tambien estaba algo agotada de estos días anteriores de tanto coger, mi cuerpo seguía ardiendo pero me faltaban fuerzas.
Uno de los perros se acerco y me comenzó a lamer la concha en la posición que estaba, lo deje que trabaje tranquilo hasta que quizo montarme. Ya que es alto no tuvo problemas en encontrar mi concha mi metermela con mucha fuerza. Yo estaba quieta sin hacer nada, dejando que me clavara a su antojo. Solo duro un instante y lleno toda. Se quedo un rato así hasta que el otro perro reclamo su turno empujando para clavarme. Solo subio y me la puso, sus movimientos hicieron que la pija del viejo ya flacida saliera de mi trasero, así que solo hice por levantar un poco mas mis ancas y hacer que ocupara ese lugar, yo gozaba de sentir las manos acariciando mis tetas, besando mi cuello y el perro metiendome su bola para quedar pegados. Cuando termino, se quito y con un pequeño tiron saco su falo de mi enterior. El viejo noto que yo estaba agotada pero que no habia terminado así que me dijo que me ayudaria a cumplir mi cuota del día, me acomodó sobre los fardos boca abajo, y trajo al burro con su tranca golpeando sus patas de la dureza que traia. Solo llego, se acomodó y me la metio en la segunda estocada. Estuvo espectacular sentir con la f uerza que me daba, era lo que necesitaba para terminar una estocada antes que él. Cuando quito su falo, los perros se abalanzaron para quitar los jugos que corrian por mis piernas, el mas grande se entusiamo y me volvio a clavar el orto. Yo solo me quedaba quieta gozando las cogidas que me daban, hasta el viejo se entusiasmo y me la metio en la boca, yo ya no chupaba, el me cogia hasta la garganta y cuando la tuvo dura se hizo un festin con mis dos agujeros. Volvía a terminar antes que el cuando sentía que se estaba por venir y tiraba todo su pero en mis caderas y me taladraba con dureza en culo. Nos quedamos recostados un buen rato, ya no hiba a cumpir, mis caballos se quedarían con las ganas de cogerme, mi cuerpo no daba mas. Llegue a casa como a las 10 de la noche. Dormí hasta el medio día que me despertaron para ir al asado de despedida. Fué la última vez que vi al viejo, no puedo negar que me hizo