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Primera parte
Todo comenzó hace mas de un año, una noche, luego de ir a dejar a mi novia, pasé por un céntrico PUB de la ciudad cerca de las 3 de la mañana. Mi idea era tomarme algún trago y ver si podía cazar algo a esa hora. Era frecuente que en ese PUB fuesen mujeres maduras, separadas o casadas, donde los jóvenes de 24 años como yo, éramos un manjar para esos viejos pero deseables cuerpos.
Cerca de 15 minutos sentado en la barra, una mujer de unos 45 años aproximadamente se me acerca y se sienta a mi lado a conversar. La verdad no estaba mal, pero no era lo que yo andaba buscando, de todas formas converse con ella por unos 10 minutos cuando siento que alguien me coloca el brazo encima y le dice a mi compañera que "este bebe no estaba en venta". Era Elsa, una de las amigas de mi mamá. Elsa era una mujer separada hace años, que frecuentaba mi casa. Asistía al gimnasio con mi madre y más de alguna vez habían salido juntas. A mi la verdad no me gustaba que ella saliera con mi madre, ya que se notaba una mujer bohemia y del tipo "fácil", pero mi madre también era separada hace años y como casi nunca salía antes de conocer a Elsa, no me quedó mas remedio que aceptar y guardarme mis opiniones. Rehecho muchas veces note que Elsa me miraba con otros ojos cuando iba a mi casa. De un principio me hizo dejar de llamarla Sra. Y que le dijera Elsa nada más. Sus abrazos de saludos o despedidas siempre fueron muy efusivos y descaradamente le decía a mi madre el hermoso hombre que tenía en casa. Varias veces me sentí acosado por esa mujer, que la verdad no me gustaba mucho, pero que tenía unos pechos espectaculares, que en más de una ocasión me sorprendió viéndoselos. Peor Era la amiga de mi madre, algo prohibido, hasta esa noche.
Nunca pensé en tener algo con ella, siendo la amiga de mi mamá, pero esa noche, ya tarde, con varios tragos encima y con Elsa con un escote deslumbrante me animé a conversar con ella y aceptar un par de tragos que ella invito. Ya después de una hora, Elsa me abrazaba y me ponía la mano en la pierna, mirándome con ojos de deseos y todas sus bromas en doble sentido, dejándome más que claro que quería tener algo conmigo. Seguramente pensaba que se estaba encontrando con un novato. Sin embargo lo que ella desconocía que mi atracción por las mujeres maduras era desde hace años y que tenía muchas experiencias con mujeres de su misma edad ( 47 a 50 años ).
Manejándome muy bien en el tema de conquistas de mujeres de esa edad, y con Elsa bastante pasada de copas, me levante y le dije que me iba.
Me parece bien .. y ¿donde nos vamos?
Depende de lo que quieras hacer
Mmm .. eso me gusta , pensé que eras mas tímido
No, para nada
Excelente, creo que lo pasaremos bien. ¿andas en vehículo?
Si, en el auto de mi madre
Ah, Ok .. ¿te parece que nos vamos a mi casa a tomarnos un último trago?
Me parece una excelente idea
Mmmm .. ya me dan ganas de estar ahí .. ¿tu andas en vehículo? ( repitiendome la pregunta echa un segundo antes)
Si
Ok , sale y yo te sigo
vamos
Pero no te me vayas a perder mi rey .. ¡ok?
No , me voy detrás de ti
Mmmmm me encanta por detrás
Ya con esa última frase, era solo llegar a su casa y darle lo que hacia tiempo andaba buscando.
Ella, en notable estado de ebriedad, se sube a un tremendo jeep 4x4 y comienza a conducir hasta su casa, seguido de atrás por mi. Llegamos a un barrio muy acomodado y el portón de madera eléctrico de una tremenda casa se abre, entrando ella y haciéndome las señas para que también guardara el auto de mi madre dentro de su casa.
Apenas se cerró el portó, ella se acerca a tomarme de la mano para que entráramos a la casa y como de la calle no se veía nada, la tome y la apoye contra el auto de mi madre, dándole un beso fogoso, metiéndole inmediatamente las manos bajo su falda y apretándole el culo con fuerza. Ella no esperaba ese rápido movimiento, pero le gustó. En el mismo lugar, se soltó de mí y agachándose me bajó los pantalones y me chupó la verga como poseída. La deje que se deleitara con mi mástil un arto, para luego, bruscamente tomarla y colocarla apoyada contra el capo del auto en 90º, dándome la espalda. Sin preámbulos le baje los calzones y le comencé a besar el culo, dejándola loca. Mi experiencia me dice que las mujeres de esa edad y posición social buscan en el hombre un macho dominante y eso era lo que a mi me gustaba. Sin darle tregua, le chupé el culo alternando con su concha, para luego pararme detrás de ella y sin permiso, le introduje todos mis centímetros de un solo golpe, los que le hicieron salir un grito de dolor y placer. Reconozco que la naturaleza me benefició con buenos centímetros de más, que siempre e sabido aprovechar. Me la follé un rato en esa posición, pero mi idea no era hacerla acabar ahí, solo quería darle un aperitivo para lo que vendría después.
Al soltarla, le dije que entráramos a su casa. Ella me miro con la cara sonriente, riéndose, y bamboleándose de lado a lado, diciéndome que era un zorro, arreglándose su ropa. Entramos a la casa, me preparó un tragó y otro para ella. A la mitad de este, echo un cojín al piso y me saco la verga nuevamente para deleitarse con ella. Me dijo lo mucho que le gustaba mi herramienta y que no hallaba la hora de que pasáramos a su cuarto para que me la follase como yo quisiera. Mas no estaba eso aun en mis planes, prendí un cigarro y me que de mirándola como me chupaba la verga con hambre y deseo.
Luego la tomé del pelo y la hice levantarse, plantándole un feroz beso mientras le tocaba las tetas que hace rato me tenían caliente. Me toma de la mano y me lleva a su cuarto. Prende la luz. Su cuarto era fabuloso, incluso tenía un sofá y dos sillones dentro de este.
Le ordene que se desvistiera, y trato de encararme diciéndome que ahí era ella la que mandaba, pero un fuerte empujón la tiró a la cama, diciéndole que esa noche era yo el que mandaba. Con su notable estado de embriaguez, le gustó ese trató y levantándose se saco la ropa lentamente hasta quedar completamente desnuda.
La hice que se acostara en la cama, con sus piernas abiertas y que se comenzara a tocar. Elsa estaba completamente excitada cumpliendo la fantasía con el joven hijo de su amiga y haciéndome caso, me dio un espectáculo tocándose y masturbándose antes mis ojos. Yo me comencé a desvestir lentamente viendo el espectáculo que me daba Elsa, gimiendo de placer y pidiéndome que la penetrara. Ya desnudo le abrí las piernas y le comí el coño por largo rato llevándola al cielo.
En todo el rato , me preocupe que siguiera bebiendo y así lo hizo. Ya a las finales se notaba su notable estado de embriaguez.
Me costé en la cama y le ordené que me la chupara por un buen rato. Luego bruscamente la tome y la monté sobre mi para darle una de las mejores folladas de su vida.
El morbo se había apoderado de mí, sabiendo que podía hacer cualquier cosa con esa madura mujer y tomé mi celular para tomarle algunas fotos. En un principio ella se opuso, pero al amenazarla que si no le gustaba la idea, podíamos parar ahí mismo, ella accedió y comenzó una sabrosa sesión de fotos.
Sus gemidos se escuchaban por todo el cuarto como si la estuviesen matando Elsa no paraba de disfrutar sentada sobre mi, enterrándose mi verga, tocándose las fabulosas tetas , mientras yo la fotografiaba.
Su entrega era total , diciéndome que no parara. No era necesario decirme eso, ya que con todos los tragos que llevaba encima, mi verga estaba dura como una roca y tenía que responder como todo un hombre, para que el encuentro se repitiera.
Elena estaba apunto de acabar, por sus gemidos, y dándome cuenta, la bote , cayendo ella de espalda en su tremenda cama , colocándome a la altura de su cara, tomándola del pelo y obligándola a tragarse nuevamente mi verga, metiéndosela hasta el fondo, casi al punto de hacerla atragantarse. Le encantaba que la tratara así, que le tomara de los pezones y se los tirara fuertemente, que i mano bajara hasta su concha y masturbarla bruscamente,
Luego le ordené que se masturbara, mientras yo le sacaba la verga de la boca y amarrándomela con la mano la hacia golpear contra su cara, para volver a metérsela bruscamente. Luego me coloque abajote ella, tomé las piernas colocándomelas en los hombros y enterrándosela completamente.
Elsa estaba como loca, después me confesó entre gemidos, que nadie la había follado como yo y que encantaba sentirse sometida. La dejaba apunto de acabar para luego retirarme y hacerle otra cosa.
Separándole bien las piernas le comencé a comer el coño, escupiéndole el ano y besándoselo también, diciéndole que esa entrada también sería mía esa noche. Ella me pedía que por ahí no se lo hiciera, pero ya mis dedos estaba dentro de su ano dilatándoselo, mientras le comía el coño, haciéndola estremecer. Ya Elsa no aguanto mas y me grito que acabaría y sin dejar de comerle el coño, comenzó a acabar copiosamente en mi cara, un chorro de liquido caliente, mientras mi boca en ningún momento dejo de chuparle la concha. Y saborear ese néctar de placer de una mujer madura.
Con mi cara toda mojada, y su sexo estilando de jugos, con mi dedos dentro de su culo que ya no oponía ninguna resistencia, la di vuelta bruscamente, le separé las nalgas y haciendo caso omiso a sus suplicas se la metí en el culo, haciéndola lanzar un tremendo grito al enterrarle mi enorme mástil. En un principio sus gemidos eran de completo dolor. Esa parte de su cuerpo no era virgen, pero no había sido incursionado muchas veces, pero luego de un rato ya mordiendo la almohada, Elsa recibía todas mis embestidas como una profesional, y cuando le preguntaba si quería que se la sacara, me respondía que no, que no parara. Por casi media hora le estuve perforando el culo, hasta que la hice acabar nuevamente en esta posición.
Incluso yo mismo me sorprendí del aguante que había tenido con esta amiga de mi madre., haciéndola acabar dos veces a muerte y yo aun sin hacerlo. Le pasé el trago y bebió como si fuera agua, tratando de recuperar la respiración,. Cuando estaba tratando de dejar el vaso en el velador, la tomé de la cintura y se la enterré nuevamente, haciendo que botara el vaso desparramando todo el líquido en la alfombra.
Me Salí detrás de ella y me pare en la cama, tratándola de acomodar para que quedara en cuatro patas con el culo levantado. Me pedía que paráramos un rato, pero yo estaba completamente encendido y quería solo follarla hasta darla vueltas. Su estado etílico era completamente lamentable, apenas pudo levantarse para colocarse en la posición deseada, descansando su rostro en la cama, mientras con su culo levantado recibía nuevamente mi herramienta hasta el fondo. Su viejo culo jamás había recibido tanta verga en su vida y luego de perforarle un buen rato el coño, se la saqué y se la metí en el culo. Esta vez ni reclamo, sus gemidos se fueron aplacando, dándome cuenta que casi estaba perdiendo la conciencia.
No se cuanto rato la folle en esta posición pero fue mucho rato. A veces hasta se le doblaban las piernas y tenía que tomarla fuertemente de sus caderas para dejarla en la misma posición.
El sol comenzaba a salir y la amiga de mi madre era solo un dedazo de carne recibiendo mi verga. La solté y se desplomo textualmente en la cama. Me acerque a la altura de su boca, apenas conseguí que la abriera y metiéndosela en la boca, comencé a follarle descaradamente la boca, ya con Elena completamente como una muerta.
Mi verga entraba a 100 por hora en su boca sin recibir de su parte ninguna respuesta. A ratos a dura penas trataba de chapármela, pero volvía a caer rendida, hasta que dándome cuenta que era muy tarde, o muy temprano, me ayude masturbándome y terminar metiéndosela en la boca para echarle ahí toda mí leche a la madura amiga de mi madre.
Fue tal mi descarga y su embriaguez que comenzó a toser y a vomitar todo el alcohol que había consumido, mezclado con mis mocos. En ningún momento le saque la verga de la boca, recibiendo sus vómitos en mi verga, dejándome completamente sucio, pero satisfecho. Jamás me había follado a un mujer de esa forma tan animal. Me levanté y entre al tremendo baño de su cuarto, me limpie sus vómitos y volví al cuarto.
En la cama yacía tendida la amiga de mi madre, completamente muerta e inconsciente , desnuda, con sus grandes tetas desparramadas, su cama completamente vomitada, y su cara llena de mocos hasta en los ojos.
Me vestí, busque en su cartera las llaves del portón, y saque mi auto, y le deje las llaves en la mesa, para volver a salir y marcharme a mi casa, cuando el sol estaba calentando y la calle con algunas personas que salían a trabajar.
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