Hola, la historia que a continuación les relataré es el cumplimiento de uno de mis más fervientes deseos eróticos.
Daysi es una chica q acaba de cumplir 15 años y tiene un físico envidiable y que hace que luzca mayor de lo que en realidad es. Vive a solo dos casas de la mía y varias veces pasa al frente cuando va a hacer algunas compras y siempre me saluda pues nos conocemos desde hace rato. Al verla así tan bella, desde hace rato siempre ha sido uno de mis más grandes deseos tener algo con ella y cuando voy a su casa no puedo evitar mirar sus curvas perfectamente formadas y mi mente vuela a mil por hora con solo pensar en estar entre esas tan bien torneadas piernas.
Y así, entre tantos pensamientos y deseos, el día tan esperado llegó.
Un día como cualquier otro, llegué a su casa y me extrañó que estuviera sola porque su mamá y su hermana generalmente estaban allí. Ella me dijo que habían tenido que salir a hacer unas compras y que ella se había quedado cuidando la casa.
Estaba en ropas de casa, con una blusa sin mangas y no tenia sostén pues se notaba porque la blusa le quedaba algo ajustada, un patalón corto de licra que tomaba la deliciosa forma de sus caderas.
Estaba en la cocina haciendo algo para cenar y yo me dedique a observarla como siempre y mi mente empezó a volar. Al parecer ella notó que la miraba mucho y se volteó hacia donde mí, recostándose sobre la mesa de la cocina, sacando sus pecho y me preguntó que pq la miraba tanto, yo solo reí, volvió a voltearse y sin percatarme,pues desvié mi atención de ella, sentí un chorro de agua fría sobre mi miembro pues al parecer ella había notado que lo tenía erecto. Yo me levanté y pregunté porque había hecho eso y me siguió salpicando de agua. Yo le agarré las manos y ella hacía intensos movimientos por liberarse, pero como el piso había quedado mojado, yo me resbalé y me agarré de ella y ambos terminamos en el suelo; yo pensé que se iba a disgustar pero quedó muerta de risa en el suelo. No se si se había dado cuenta pero al agarrarme de ella le había bajado la blusa y uno de sus senos quedó descubierto. Mis ojos no daban crédito a lo que veían y menos a lo que ella hizo. Se la terminó de quitar y allí acostada, me preguntó que si me gustaban. Yo estaba todo embobado y le dije que eran preciosos. Sus pezones estaban parados y eran firmes como rocas.
Se levantó, recogió su blusa y entró a su cuarto. Yo pensé que eso sería todo pero no demoró mucho cuando me llamó y me pidió entrar. Yo no dudé ni un momento y al entrar, ni bien lo había hecho cuando sentí un almohadazo en mi cara, medio aturdido, pude ver que aún no se había puesto nada. Yo tomé otra almohada y se la tiré, siguió dandome almohadazos pero decidí que ya era hora de actuar. A medida que intentaba agarrarla, le tocaba sus senos y sentía que la exitaba porque sus pezones se los sentía más duros. Luego le quité la almohada y ella empezó a huir dentro de la habitación pero verla así con los pechos al aire, era muy poco para mí. La agarré y la lancé sobre la cama y sin darle tiempo a nada me le abalancé como un león sobre su presa. Empecé a besarla en la boca y ella no opuso resistencia, nuestras lenguas comenzaron a jugar mientras yo con las manos le acariciaba los senos. Luego comencé a besarla en el cuello y después bajé hasta sus senos. Eran los mejores que había probado en mis 18 años; no hacía más que morderlos y chuparlos hasta que con mis manos empecé a bajarle su licra hasta que quedó completamente desnuda, su vagina era bellísima con un leve vello que me hizo desearla más. Seguí besando sus senos y empecé a recorrer hacia abajo cada parte de su geografía. Me detuve justamente donde donde sentí su leve vello púbico (quería dejarlo para último) y empecé a deleitarme con sus piernas; a morderlas, a chuparlas, y sus gemidos me hacían exitarme más. Miré un poco hacia arriba y vi que se acariciaba los senos con sus manos y decidí no esperar más. Le dije que se pusiera en pie y sin titubear lo hizo. Me arrodillé frente a ella, la tomé por sus nalgas y acerqué mi rostro a su vagina y empecé a besarla como nunca antes creo que lo había hecho. Así, la senté en su cama, le abrí las piernas y me deleité con los jugos que de esa virgen cueva brotaban. Yo lo hacía todo y ella solo dejaba que yo le hiciera y no me importaba yo estaba feliz con aquel momento tan esperado. Le dije que se acostara bien y así lo hizo. Luego yo me paré en su cama y vi la expresión que puso al ver mi pene erecto a todo lo que daba, creo que eso la exitó y me dijo que no perdiera tiempo, que hiciera lo que tenía que hacer. Separó sus piernas y yo me agaché, puse la cabeza de mi miembro en toda la entrada de su vagina y suavemente la empecé a penetrar y efectivamente...puede sentir cuando atrávesé el delgado muro que guardaba su virginidad. Ella exclamo un leve grito y seguí penetrando más adentro. Luego empecé a moverme rítmicamente, a lo que ella respondió de igual modo. Al mismo tiempo, yo la besaba otra vez y acariciaba sus senos. Quería ser un pulpo en ese momento porque sentía que dos brazos no me eran suficientes. Luego ella comenzó a dar largos gemidos y comprendí que había alcanzdo a tener un orgasmo, yo ya estaba a punto de venirme cuando decidí sacar mi miembro pero ella me dijo que no lo hiciera porque no estaba en sus días. Que si era su primera vez, quería que fuese completo. Yo me vine entonces dentro de ella, aunque son cierto temor. Y dejé su vagina bañada en mi semen, luego de eso, seguimos besándonos y acariciándonos; nos fuimos a dar un baño juntos y allí prosiguieron los juegos. Luego del baño, me vestí y me fui a mi casa, pero no sin antes darnos un jugoso beso que la hiciera recordar ese inolvidable momento.
Ahora somos novios y solo un par de veces hemos vuelto a repetir aquella noche, pero esta ves con protección. Porque aunque la deseo mucho, también la amo y quiero que se cuide.