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La zorra de la doctora

~~Les voy a narrar una historia
 que me aconteció cuando un verano trabajé como voluntario
 de celador en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.
 Yo estaba destinado al área de urología, y tenía
 a otro chaval y varias chicas de compañeros. En especial había
 una doctora, Olga, que estaba estupenda, me traía loquito, tenía
 unos 38 años, algunos más que yo, era delgada, tenía
 un hermoso culo, mediría sobre 1,74, y sus tetas eran redondas
 y hermosas.
 Estaba encargado de proveerles de los documentos de los exámenes
 que se les hacía a los pacientes. Una tarde como es costumbres,
 debía repartir a cada consulta las solicitudes pedidas, empecé
 a dejar documentos en todas las consultas, normalmente golpeando la
 puerta y entrando, hasta que llegué a una consulta y en esa ocasión
 se me olvido, resultando ser la sala de la citada médica. Al
 abrir la puerta ella me miró y el paciente que estaba dentro
 igual, estaba realizando unas palpaciones rutinarias al aparato masculino,
 ella se puso colorada, y pedí disculpa por no llamar, y le dije
 que después volvía, por lo que me fuí. Tras salir
 no se me iba de la cabeza la imagen, ella con un pene entre sus manos,
 estaba excitadísimo, pensaba que podía ser el mío.
 Ese día no pude retornar a su consulta, por lo que decidí
 ir al otro día. Al siguiente día, la llamé por
 teléfono para ver si podía llevarle los documentos, respondiéndome
 que sí, que estaba sola, por lo que le dije que iría de
 inmediato a llevárselos.
 Al alcanzar la consulta, pegué en la puerta, ella la abrió
 y me dijo que entrase, le solicité que me disculpara por lo de
 ayer, por entrar sin golpear, le expuse que debía ver todas las
 salas y eso me hizo apurarme, ella me dijo, que era conveniente que
 golpeara, pues a veces se podía mal interpretar lo que ella hacia
 con los pacientes. Por entablar conversación, le pregunte por
 el examen que le estaba haciendo al paciente y me contó que ese
 paciente sufría de unos dolores en los testículos y ella
 estaba palpando para descubrir la ubicación de la posible enfermedad.
 Para seguir dándole otra vuelta de rosca, le explique que algunas
 veces también sentía punzadas en los testículos,
 a lo que respondió que debería revisarlo para ver si tenía
 alguna enfermedad, replicándole que me daba vergüenza, a
 lo que ella me dijo que sus exámenes eran profesionales. Por
 lo que sin dejarme contestarle me dijo que fuera al otro día,
 que me preparara, le contesté que vale y me despedí.
 , a lo que ella me dijo espera, y me da un beso en la mejilla y me dice
 al oído: Prepárate que te haré un examen muy completo.
 Eso me dejo súper caliente. Llegado el momento señalado,
 me dirigí a su consulta, estaba con un paciente, cuando terminó,
 hizo pasar, tras esto oí como puso el seguro a la puerta, le
 pregunté para qué y me dijo que no quería ser interrumpida.
 Tras esto me senté, y me preguntó las cosas típicas,
 si fumaba, si hacia deportes, mi vida sexual, de mis dolores, mi peso,
 etc.. Finalizado esto, me dijo que me quitara los pantalones y que quedara
 con los slip. Obedecí y permanecí con los slip, que marcaban
 mi excitado pene, intenté pensar en otra cosa para bajar la dureza,
 me costó mucho pero logre reducirla un poco.
 Me dijo que me acercara y me sentara en la camilla, ella se sentó
 en un taburete bajo, con lo que quedaba su cara a la altura de mi entrepierna,
 después me ordenó que me despojara del slip, y yo me los
 quité lentamente, mientras ella buscaba unos guantes. Quedó
 mi pene en estado natural, sin erección, Olga me dijo que abriera
 un poco las piernas y tras esto tocó suavemente los testículos
 con una de sus manos, sentía su fría mano, y luchaba conmigo
 mismo por no excitarme, apuntó unas cosas y me preguntaba si
 me dolía por donde le tocaba, a lo que le dije que no, fue deslizando
 sus dedos por mis testículos hasta que le dije que me dolía
 un poco, lo cual era mentira, tras esto, ella con la otra mano tomó
 mi pene lo levantó, mientras con la otra palpaba mis testículos.
 La escenaera de lo más excitante, su cara estaba muy cerca de
 mi pene, buscando algo, esto me llevó a no poder aguantar más,
 por lo que mi pene se comenzó a endurecer, patentemente ella
 se dio cuenta, y empezó a aprisionármelo más con
 su mano, preguntándome que si me dolía, a lo que le dije
 que sí, ante lo cual ella continuaba buscando en mis testículos.
 De repente me soltó y me dijo que el dolor era causado por una
 alergia, por lo que me recetaría una crema. Viendo que el examen
 había finalizado, me inventé otra cosa, y le comenté
 que el pene a veces me dolía en la punta, a esta altura mi pene
 ya estaba a punto de explotar, ella con cara pícara y sabiendo
 demás que era mentira, me dijo que iba a revisarlo a ver que
 le pasaba, por lo que con una mano agarró el tronco del pene,
 y la otra estaba en la cabeza, la mano del tronco la movía de
 arriba abajo, pajeandome lentamente, y con la otra mano tocaba la cabeza
 del pene. Mi calentura era total, mi pene estaba en su cumbre con esa
 pequeña paja que me hacia, al momento, comenzó a salir
 el líquido preseminal, al verlo, ella automáticamente
 lo atrapó en sus dedos y se los llevó a sus labios, Olga
 también estaba muy caliente, le pregunté si le había
 gustado y que sabor tenía, ella contestó que era una prueba
 médica más, y yo le repliqué que me contestara,
 y ella medio colorada lo confirmó. Al ver la excitación
 que teniamos los dos, le dije que si quería tomar más,
 ella dudó, se quedó inmóvil, por lo que con mis
 manos le cogí la cabeza y lentamente se la aproximé a
 mi pene, seguidamente abrió su boca y se tragó toda mi
 polla, mamaba exquisitamente, iba rotando, entre chuparme la polla por
 fuera, un poco de esta y entera, las tres posiciones las dominaba como
 nadie, era delicioso, lamió durante unos diez minutos, hasta
 que le indiqué que me iba a ir, Olga aceleró mas, llegando
 hasta el fondo de su boca, hasta que comenzó a salir toda la
 leche, ella succionó toda mi leche, no se le escapó nada,
 sus ojos brillantes de placer, su cara delataba el placer que había
 logrado, le dije que era la médica más zorra que había
 visto nunca, que deseaba que fuera mi médica siempre, y ella
 tras oir esto, soltó una sonrisa de oreja a oreja, estaba muy
 feliz. Al rato nos limpiamos y me dijo que el examen estaba completo
 y que estaba en perfecto estado, ante esto, le dije que estaba bien
 porque la doctora había sido muy buena, y me fui diciéndole
 que ya cuando volviese a estar malo volvería.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 5.5
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