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Categoría: Confesiones

COMPARTIENDO ALGO MÁS QUE UNA PASION - PARTE 4 DE 5

"La pasión por el sexo y la lencería les hace crecer como futura pareja liberal"

 

Por: ByL

Al cabo del rato, nosotros seguíamos en el salón y apareció Verónica ya vestida con su espectacular súper minifalda, con medias de silicona negras que se veía perfectamente la banda superior, una blusa roja y taconazos rojos, y Carmen le dijo “joder, ¿te vistes así para salir? Que puta eres”, y dijo “ah, ¿qué vamos a salir?”, y le dijimos “claro, vamos a dar una vuelta, no todo es pasarse el día follando” y dijo “bueno, pues me cambio la minifalda y nos vamos” y yo le dije “venga golfilla”. Después cogí a Carmen por sorpresa y metiéndola mano por la camisa y tocándole el sujetador y luego las tetas y los pezones, le di un morreo. Ella no dijo nada y se dejó hacer, pero con una sonrisa en la cara.

Poco después apareció Verónica con otra minifalda, más larga pero también mini que cubría las medias y nos dijo “bueno, vámonos” y nos pusimos de pie en dirección a la puerta. En el ascensor ellas dos se liaron con un par de morreos y sobándose y les dije “¿ya estáis otra vez?” y Verónica me dijo “es que nosotras siempre estamos igual” y Carmen dijo “eso es verdad, que se le va a hacer.” Y llegamos al garaje. Salimos del descansillo y llegando al coche nos preguntó Verónica “bueno, ¿y dónde vamos?” y le dijimos “a dar una vuelta y a tomar algo por ahí” y ella dijo “vale”.

Estuvimos un par de horas por la calle, paseando, tomando algo en un par de bares y yo dije “oye chicas, tengo que ir un momento a mi casa, vale? Me acerco un momento y ahora vuelvo” y dijo Carmen “voy contigo. Te importa ¿Vero?” y ella respondió que no, que iba a ver un par de tiendas y que la llamase cuando volviésemos.

Entonces nos levantamos y fuimos al coche y Carmen dijo “¿de verdad tenías que ir a tu casa?” y le dije ya sentados “No. Es que quería que vinieras conmigo, me apetecía estar a solas contigo. Además, así puedo enseñarte mi casa y mi ropa interior y echar un polvo si te apetece” y dijo “joder, claro que me apetece, vamos” y me dio un morreo mientras me tocaba mi polla por encima del pantalón.

Por el camino le pregunté sobre Verónica y si hacía mucho que follaban, si era su única amante y que si era ella siempre así de puta y demás, y me comentó que la conocía hacía más de 10 años, que la conoció en un club liberal en París follando una noche y que siempre era así de guarra, y que no, que no era su única amante mujer, que tenía otras amigas.

Entonces me preguntó si me importaba que tuviera amigas amantes y le dije que no, que no tenía ningún problema, y entonces me repitió la pregunta para los hombres y le dije que tampoco, y le dije que no era celoso y que estaba en su derecho de follar con quien quisiera. Entonces le pregunté por su novio y me dijo que hacía ya mucho que no se veían, que él también follaba por ahí y que tenían una relación abierta pero muy extraña porque se veían muy poco y le dije que solo era por curiosidad, a lo que me respondió que no pasaba nada, que no le importaba contármelo.

Cuando ya quedaba poco para llegar, le dije que se subiera un poco la falda, que quería verla el liguero en el coche, y sonriendo lo hizo casi hasta arriba, y me miró y me dijo “te encanta, ¿no?” y le dije que ya sabía que sí.

Al rato llegamos a mi casa y entramos en el garaje, aparque el coche y no pude más que meterla mano por la falda, tocarle el liguero, las medias, el tanga y besarla mientras ella me tocaba la polla por el pantalón. Entonces me dijo “que dura la tienes”, me reí y la dije, “luego lo compruebas en directo” y entonces se rio ella y salimos del coche.

En el ascensor nos liamos y nos besamos mientras nos agarrábamos de la cintura y del cuello y entonces le desabroche la falda justo cuando llegábamos al descansillo de mi piso y me dijo “ehi, aquí no” y le dije “¿no quieres?”, y me dijo “si quiero, pero en tu casa” y entonces abrí la puerta y nada más pasar, ella dejó caer su falda. A continuación, le dije “quítate la blusa” y se quedó solo en lencería. Lo único que acerté a decir fue “joder, que buena estas. Quiero verte siempre así.” Y ella se rió y me dijo “si siempre estoy así contigo, anda, enséñame tu casa” y le dije “adelante.”

Entonces le hice un tour guiado por la casa hasta que llegamos a un cuarto pequeño con un par de armarios, y le dije señalando “abre ese”, ella lo hizo y se encontró con toda mi ropa de mujer. No solo lencería, también tenía minifaldas, vestidos cortos y largos y una gran variedad de ropa de mujer.

Sonrió y me dijo, “que pillín eres, tienes vestidos y todo” y entonces poniéndome detrás suya y besando su cuello le dije “¿te gusta mi ropa de zorrita?” y me dijo “joder, eres una guarra, mira este body, es de puta total, me encanta!” y me dijo, “póntelo para mí, ahora mismo” y entonces me desnude delante suyo, me quite su tanga que me había dejado y me puse el body tanga con escotazo, me miró y me pasó unas medias con costura y silicona que cogió del cajón del armario y me dijo, “y ahora esto”. Me las puse mientras me miraba como lo hacía, y me dijo “o me follas ahora mismo o te mato”, la cogí en brazos y la llevé al cuarto contiguo que era mi dormitorio. La tiré en la cama y comencé a chuparle los pezones mientras le metía los dedos en el coño, luego se lo comí y ella me hizo una mamada sacando mi polla del body hasta casi correrme, entonces paró, se puso a cuatro patas y me dijo “follame ya”. Se la metí de golpe y empecé a darle lo más fuerte que pude mientras ella gritaba de placer y decía “sigue, follame, follame”.

Estuvimos algo más de tres cuartos de hora haciéndolo de todas las maneras posibles antes de caer en la cama sudorosos pero más que satisfechos. Seguro que los vecinos nos escucharon porque fue un polvo muy escandaloso y bastante salvaje.

Nos quedamos un rato en la cama y me dijo “anda, que si supieran los compis de la ofi a lo que nos dedicamos y lo puta que eres en la cama, sería un exitazo” y le dije “un bombazo más bien” y nos reímos los dos. Luego se sentó encima de mí y me dijo “me gustas mucho tío” y yo le dije “y tú a mi” y me dijo “ya lo sabía, se te nota un montón” y le dije “¿si?” y me dijo “si, por cómo me besas, por cómo me tocas y por cómo me miras” y le dije “la verdad es que no sé si me estoy enamorando de ti” y me dijo “pues ya sabes el estilo de vida que tengo y no pienso cambiarlo por ti, que lo sepas” y le dije “si ya lo sé, y te he dicho antes que no soy celoso y que te puedes follar a quien quieras, que no me importa, de verdad” y me dijo “¿de verdad?” y le dije “claro” y entonces se tumbó sobre mí pecho y me dio el mejor morreo que me había dado hasta el momento, fue muy diferente, ya no era puro sexo. A continuación, me miró y me dijo “quítate el body y follame otra vez” y así lo hice.

Después de ese polvo, nos vestimos de nuevo, esta vez me puse un bóxer y salimos de vuelta con Verónica que ya nos había mandado un sms “¿dónde estáis?” al que no respondimos, por lo que cuando llegamos donde ella estaba, por la sonrisa que teníamos los dos en la cara nos dijo “¿qué ha pasado que venís tan sonrientes?” y Carmen se inventó la mejor historia de su vida diciendo que la había contado un chiste y un montón de chorradas, y no dijo nada de lo que había pasado, por lo que yo me hice el sueco y le seguí el rollo.

De camino nuevamente a casa de Carmen, Verónica nos comentó que se había comprado un vestido monísimo y muy sexy y un conjuntito transparente de lo más zorrón y que estaba cachonda deseando enseñárnoslo para follar los tres en cuanto llegásemos. Carmen dijo “menuda puta estas hecha cielo” y ella respondió “ya lo sé, pero te encanta follarte a esta puta” y le respondió “si, eso es verdad, me encanta follarte, putón”, y ella dijo “pues estoy cachonda, así que ya sabes” y entonces se giró un poco y acercándose a Verónica le metió la lengua en su boca y se dieron un morreo en el coche, y luego una dijo a la otra “zorra” y la otra dijo “puta” y se rieron.

No tardamos mucho en llegar a casa de Carmen, y en cuanto salimos del coche ellas dos comenzaron a enrollarse, casi se despelotan del todo en el ascensor porque llegaron en lencería y en caso de Carmen sin el sujetador a su piso. Entramos y casi se arrancan la ropa, quedándose solo con el liguero, las medias y los tacones, y se fueron directas a la cama a follar.

Comenzaron ellas y entonces me dijo Carmen “¿te unes a nosotras?” y le dije “no, voy a miraros” y entonces comenzaron a follar entre ellas, mientras yo me desnudaba y me masturbaba mirándolas. Me corrí un par de veces mirándolas porque no paraban, parecía una competición a ver cuál de las dos caía antes rendida a la otra, fue impresionante, menudo polvo lésbico me regalaron. Al final cayeron las dos rendidas casi al tiempo.

Les dije “joder nenas, menudas zorras sois” y me dijo Veronica “pues te ha gustado, ¿no?” y le dije “si, mucho”. Entonces Carmen me dijo “ven a la cama con nosotras, por fa”, me tumbe en medio y Carmen se sentó encima mío y comenzó a besarme como hizo en mi casa. Vero entones dijo “¿os dejo solos, tortolitos?” y Carmen le respondió “¿porque dices eso?” y respondió “joder tía, os besáis como si estuvieseis enrollados, en vez de estar echando un polvo” y Carmen se rió disimulando como pudo. Luego fue ella la que se tumbó en medio.

Estuvimos un rato los tres en la cama, charlando desnudos y al cabo del rato fue Verónica quien empezó a provocarme, me puso cachondo y al final la puse a cuatro patas mientras Carmen la besaba y la comía los pezones mientras yo la follaba. Luego Carmen se sentó, abrió las piernas y nos miraba mientras se masturbaba mirando como follaba con Verónica.

Después de corrernos, les dije “chicas, me voy a duchar y me voy a casa, que mañana hay que trabajar, ¿ok?” y Carmen dijo “bueno, tú te lo pierdes” y Verónica dijo “si, porque nosotros vamos a seguir follando un buen rato todavía” y entonces dije “bueno, anda, os dejo ya”. Me metí en la ducha y a la salida les vi con el arnés a Carmen y a Vero a cuatro patas, follando como locas.

 

Me acerque, y las di un beso en la boca a las dos antes de irme y dejarlas haciéndolo. Luego me marche.

Datos del Relato
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