¡Cógeme, cógeme!!
Yo asistía a una Universidad de mucho prestigio a la edad de 17 años. Tenía novia y un grupo musical. Yo era de mente abierta, como cualquier joven que acaba de graduarse de bachiller, tolerante y con mucha paciencia: el típico bachiller.
Muy pronto me hice de muchos amigos en esta universidad y pasábamos muchas noches en clubes nocturnos, bebiendo, y sin poder evitarlo, ocurrió lo inesperado: me encontré atraído por cierta muchacha muy bonita a pesar de que tenía mi novia.
Se llamaba Verónica pero todos la conocíamos como Rona. Era mas bien morena, de cabello largo y negro que le caía hasta los hombros, ojos marrones y una piel de un tono perfecto. Tenía un culo bien llenito, tan grande como de 5'6''. La primera vez que la vi, aaahhhh, Dios mío!! Lo recuerdo bien. Yo estaba tomando cerveza con unos amigos en mi dormitorio de la universidad cuando tocaron a la puerta. Intenté esconder las 60 lastas de cerveza que estaban a la vista, me dirigí a la puerta y miré por el agujero de esta: era Rona con dos amigos. Le abrí inmediatamente y le di un abrazo fuerte a la muchacha, en parte porque ya nos conocíamos un poco y mas que todo porque yo estaba bien tomado. Ella y sus amigos se metieron en el salón y cerré la puerta rápidamente.
El grupo musical estaba tocando "Bájame la papaya" en el computador y todos nos sentíamos bien alegres.
-¿Les quedaron cervezas para nosotros? –preguntó Rona, señalando hacia todas las latas vacías regadas por el cuarto.
-¡Por qué no! ¡Claro que hay!! Todos contestamos al unísono.
Llegaron las cervezas y nuestras mentes se pusieron mas confusas por tanta tomadera. Las cosas se pusieron nubladas y luego mi memoria se puso muy aguda cuando se hizo mas tarde. Tanto Rona como yo éramos los únicos que quedamos despiertos hablando en la sala y le dije que la llevaría a su cuarto para que durmiera. Ella estuvo de acuerdo y ambos nos salimos de allí dirigiéndonos hacia las escaleras, eran ya como como a las cuatro de la mañana. Recuerdo que caminaba detrás de ella, mirándole el culo, embelezado en aquellos prensados pantalones bien apretados a las caderas. Me provocó colocarle mis manos sobre sus perfectas caderas presionar, estrujarle mi huevo contra sus enormes nalgas, pero me contuve, logrando controlarme.
Finalmente, llegamos al cuarto y después de hacer tanto ruido sonando las llaves para abrir la puerta, me abrió y dijo que pasara. Ambos caímos en el sofá riéndonos sin razón aparente. Me sentía cansado y se me cerraban los ojos del sueño. Antes de quedarme dormido, oí que murmuró:
-Creo que tengo sueño igual que tú, Marcos.
Durante las siguientes semanas, Rona y yo nos hicimos mas amigos, asistíamos a cenas, y también estudiábamos juntos, y por supuesto, y tomábamos como locos los fines de semana.
El 13 de noviembre mi novia vendría a visitarme en la noche, y yo estaba bien cachondo porque casi no nos habíamos visto y nos pusimos a tirar como conejos.
El caso era que Rona ese día estaba escondida en mi cuarto mientras yo me vestía y oyó la conversación telefónica entre mi novia y yo: se puso de un humor algo extraño, como celosa.
-Entonces creo que esta noche no te veré -dijo sin mirarme a la cara.
No le contesté inmediatamente, cuando colgué mi ropa en el closet.
-No, creo que no. Pero no importa, ya nos vimos casi todos los días de esta semana -dije casi sin pensarlo.
-Si, fue muy bueno -susurró.
Bajé la vista para mirar su cuerpo y luego levanté mis cejas con sarcasmo.
-¿Algún problema? -le pregunté.
-Olvídalo. Diviértete -dijo.
Se levantó e hizo un movimiento como para salir del cuarto y la detuve.
-Epa, ¿Qué te pasa?!! -le pregunté.
-Nada. No te preocupes -dijo, enojada.
-Si no es nada, entonces no deberías estar molesta.
Movió la cabeza e intentó pasar por delante de mi, pero de nuevo me coloqué en el medio. Ella hizo algo, de repente, que yo no esperaba: ¡Me dio una cachetada!!
Ambos nos quedamos allí parados, respirando con dificultad durante un momento, sin saber qué hacer. Y luego, sin ningún motivo que hasta ahora no he entendido, nos abrazamos y nos besamos en los labios.
Este no fue un beso en donde le metí la lengua: nuestros dientes sonaban, las lenguas se golpeaban entre sí, y gemíamos mientras hacíamos esto. Mis manos encontraron su enorme culo y las suyas agarraron todo lo que pudieron de mi. Seguimos besándonos mientras sus manos se introdujeron alrededor del frente de mis pantalones, desabrochó la correa sin mirar y sentí cuando se soltaron mis blue jeans al salirse el botón. Mi mordió duro mis labios y se puso de rodillas como si yo la hubiera empujado. Sus pálidas y pequeñas manos se agarraron al frente de mis pantalones y los jalaron para bajarlo. Mi huevo, duro como diamante, como riel de ferrocarril, saltó a la vista, como resorte. Ella lo miró, luego me miró a mi y con los ojos algo aguados, como llorando dijo:
-Eres un hijo de puta!!
Diciendo esto se metió el huevo dentro de la boca. Perdí todo el aire que tenía en los pulmones e instintivamente enterré las manos dentro de sus nalgas de algodón. Hasta cerré los ojos porque deseaba tener una imagen mental en mi cerebro de aquella muchacha. Ella nunca parpadeaba, sólo me miraba fijamente mientras mi hinchado huevo se introducía lentamente y salía dentro de su boca mojada que lo mamaba. Sus labios iluminados por la luz roja de la lámpara en la mesita parecían agrandados y rojos como una fresa. Los mojados ruidos de su garganta chupando y mamando aquel pene llenaron la habitación, cuando se tragó aquel semen de pre-eyaculación y escupía por todo el suelo. Yo gemía, llamándola por su nombre: -así, putica Rona, así!!!
Vi cuando mi palo desapareció mas y mas de la vista, dentro de su boca y fue entonces cuando me di cuenta que se lo iba a tragar todo, garganta profunda. Se lo metí completamente, siente pulgadas y media de huevo se introdujeron dentro de su garganta, sin quedarle nada afuera, una garganta que abría paso a todo. Me faltaba el aire y de repente se lo sacó. Su mano pronto vino a ayudar a la entrada de su boca y le empezó a dar hacia delante y hacia atrás a lo largo del palo. La succión de su boca parecía unida, fundida uno solo, por el fuerte agarre de su mano y me sentía como en el paraíso, como en el mismo cielo ¡Tremenda mamada de huevo!!!
Comenzó a darle mas rápido y después gemía en voz baja, gemiditos que le salían de la garganta. Le agarré la cabeza y se la presioné bien duro contra mi huevo. Su lengua se sentía como lana líquida, desplazándose alrededor, a través del palo, por toda mi dura macana.
Ella comenzó a darle mas rápido y luego gemía un poquito, dentro de su garganta de nuevo. Pero de súbito, igual que mi palo le entró en la boca, se le salió, y antes de que pudiera decirle algo, me lanzó sobre la silla giratoria del escritorio y me bajó los pantalones. Luego se sacó los blue jeans para mostrarme sus piernas delgadas y suaves. La cuca apenas estaba cubierta por una tanga delgadita y negra que acentuaba su bella piel de porcelana. Se quitó la blusa también y pude ver el conjunto de tetas mas fascinante que alguna ves haya presenciado, luchando por escaparse de aquel brasiere delgadito que usaba.
Me abrazó con las piernas y nuestras bocas de nuevo se juntaron. Pude sentir como el calor de su cuca se fundía con mi palo ya bien parado, y luego ella se arqueó para metérselo en la boca.
Pequeños gemidos, grititos, salían despedidos de su boquita mientras yo se le daba hacia delante y hacia atrás. Luego se colocó en medio de mis piernas, se bajó la tanga y se la hizo hacia un lado de la cuca, y colocó mi palo contra sus ardientes y calientes labios vaginales.
Dejó de besarme para mirarme a mis ojos.
-Esto es lo que deberías tener de mi -dijo respirando con dificultad.
Luego tomó impulso y se montó sobre mi desnudo huevo de un solo salto. Mi huevo se había secado y pude sentir como se restregaba por la fricción debido a la falta de lubricación y encontraba resistencia al entrar porque la tenía como áspera pero ella no hacía mas que gemir.
-Ayyyyy, cógeme, Marcos!! -decía sollozando, gimiendo.
Una vez que se lo tuve metido dentro de su resbalosa cuca, comenzó a moverse hacia atrás y hacia delante, no hacia arriba y hacia abajo como yo acostumbraba a hacerlo. Doblé mi espalda y se lo introduje lo mas adentro que pude dentro de esa pequeña raja caliente, metiéndole mas y mas la verga y ella lanzó un grito. Movía la cintura hacia atrás y adelante para metérselo bien. Yo extendía la mano y se las coloqué sobre las nalgas bien duro y vi como su estómago se flexionaba haciendo un esfuerzo por metérselo bien dentro de la cuca. Ya se estaba moviend con mucha velocidad por lo que se oían los golpes de su cuca pegando de mi huevo: -slap, slap, slap, slap.
Extendió la mano y se jaló el cabello para colocárselo sobre la cabeza y pegó su cuerpo bien al mío. Mas y mas rápido y podía sentir como mis bolas se comenzaban a exprimir, listas para vaciármele adentro de un solo golpe.
Como si lo supiera, se detuvo y sacó mi huevo de su goteante cuca; se dio la vuelta y se puso en cuatro patas sobre la alfombra áspera. Su culo lo plantó bien levantado y su cabeza casi pegó del suelo cuando volteó a mirarme. Tenía los ojos con una mirada de pasión y su bello cuerpo se movía hacia atrás y adelante ligeramente, como sugiriéndome lo que ella deseaba:
-¡Cógeme ya mismo -dijo como si fuera una orden.
Sentí como si estuviera en un sueño, pero de todos modos me arrodillé detrás de ella y coloqué mi encogida cabeza del pene contra su rosado hueco de la vagina. Presioné el glande lentamente, y pronto quedó bien sumergido en el interior. Le di duro hasta adentro, hasta que mis bolas golpeaban contra el clítoris.
-¡Aaaayyyy! Vírgen María!! -respiraba con dificultad. –¡Cógeme, desgraciado!!
Le hice caso. La agarré por la cadera con una mano y le apreté el culo con la otra para comenzar a meterle el huevo con fuerza dentro de su bello y pequeño cuerpo. El culo se le sacudía con cada golpe que le daba y sus manos se clavaban en la alfombra mientras gritaba y gemía. Entra, sale, entra, sale, mas rápido, mas duro, todo al mismo tiempo.
La respiración se le aceleraba lo que indicaba que se estaba acercando al clímax. Me metí el dedo pulgar en la boca y lo dejé cubierto de saliva: rápidamente, en un momento en que mi huevo salió lo mas que pudo, coloqué el dedo en su pequeño hueco negro del culo y se lo metí con salvajismo en el momento en que el huevo se me paró mas y le entró por la cuca. Pegó un grito y acabó, quedando completamente acostada, flácida, sobre el piso, su frente apoyada en el suelo, y su culo levantado.
Le terminé de hundir el dedo dentro de su palpitante hueco, lo mas humanamente que pude. Podía sentir como se me ponía mas duro y se me paraba mas, mas grueso con el orgasmo que ya se aproximaba, y le quité el dedo, colocando las manos hacia abajo para agarrarle los hombros hasta que ella una vez mas se puso en cuatro patas. Ahora sus gemidos eran seguidos, y eran como un rugido largo, que subía de intensidad con cada metida o zampada. Le agarré ambos hombros y me relajé dejándome ir dentro de ella con cada metida. La cuca soltaba jugos, los cuales me salpicaban cada vez que la llenaba con mi huevo que ya me dolía. De repente sentí la urgencia, como algo que me ardía semejante a picazón y aceleré el paso hasta que acabé. Me la seguí cogiendo dos o mas segundos hasta que el chorro de espeso semen fue lanzado dentro de su cuerpo.
Su vagina se contrajo alrededor de mi huevo, deseosa de chupar de mi espasmódico huevo hasta la última cantidad de semen. Yo se lo tenía metido hasta las bolas, respirando con dificultad, con una muchacha que lo volvía loco a uno, y prácticamente sentía como si estaba ocurriendo un terremoto, cuando oí que tocaron a la puerta.
-Marcos, ya llegué, mi amor.
Así se oyó la voz de una persona contenta y amorosa: era mi novia.
¡Coño, y ahora qué hago!!
FIN
Traducido por Marcos Urbina
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CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS:
I dare you to fuck me by Marcos Urbina
I went to a large University when I was seventeen. I had a girlfriend, a band, and a high alcohol tolerance. Your typical freshman. I quickly made friends and had many entertaining drunken nights, but eventually the inevitable happened and I found myself becoming interested in another girl.
Her name was Veronica, and we all called her Rony. She was on the petit side, with shoulder length jet black hair, brown eyes, and a flawless white skin tone. Her ass was full for her 5'6" frame and she carried gorgeous 32 C's. The first time we met, ah, I can remember clearly.
I was drinking with some buddies in my dorm room when a knock came at the door.
Trying to hide fifty beer cans on the way, I went to it and looked through the peephole. It was Rony and two friends. I opened it immediately and embraced Rony tightly, partly because we knew eachother semi-well, and mostly because I was drunk as hell. She and her friends ducked inside the room and I shut the door quickly.
"Cripple Creek" by The Band was playing on my PC and the mood was perfect.
"Got any for us?" Rony asked, pointing to all the empty cans around the room.
"Hell yeah!" My griends and I yelled in unison.
Beer flowed and minds became impaired. Things got fuzzy and then my memory sharpens on the end of the night. Both Rony and myself were the only ones awake, and I told her I'd walk her upstairs to her dorm. She complied and we snuck out, walking up the staircase at four in the morning. I remember walking behind her, watching her ass rise and fall in those skin-tight hiphuggers, and longing to put my hands on her perfect hips and press my crotch against her full cheeks. But I restrained myself. Finally, we got to her room and after much jingling and jangling with her keys, she let us in. We both fell on the futon. We were laughing for no apparent reason. I felt myself grow tired and my eyes shut. Before I passed out, I heard her mumble,
"I think I could like you, Zach."
Over the next few weeks, Rony and I grew closer, going out to meals, and studying together, and of course, getting hammered-ass-drunk on the weekends.
November 13th
My girlfriend was coming to visit on this night, and I was pumped. I hardly ever saw her, and when I did, we fucked like rabbits on crack. Rony was actually in my room while I was getting dressed, and we were talking. She was in a strange mood.
"So I guess I won't see you tonight." she said, not looking at me.
I didn't answer immediately, hanging up some clothes in my closet.
"No, probably not. But it's okay, we spend about every day together." I said, not really thinking.
"Yeah, it's just great." She whispered. I looked down at her and raised my eyebrows at the sarcasm.
"Problems?" I asked.
"Forget it. Have fun!" She said. She got up and made to leave my room when I stepped in her way.
"Hey, what's up with you?" I asked.
"Nothing. Don't worry about it." She said, getting angry.
"If it was nothing, then it wouldn't be upsetting you." I replied. She shook her head and tried to get past me, but I stepped in her way again. And she suddenly did something I certainly wasn't expecting. She slapped me!
We both just stood there, breathing hard for a moment, not knowing what to do. And then, for no reason I can comprehend to this day, we fell against eachother, and our lips met. This was no light probing of the mouth, this was teeth-clinking, tongue-biting, moaning kissing. My hands found her full tight ass and her hands groped every part of me she could reach. We continued to kiss as her hands slid around to the front of my pants. She undid my belt without looking and I felt my jeans unsnap. She bit my lip hard and dropped to her knees like I had shoved her down. Her pale little hands clenched the front of my pants and ripped them down. My dick, diamond hard, sprang out.
She gave it one look, looked up at me and half-sobbed:
"You are such an asshole."
With that she slid my dick inside her mouth. I lost all the air in my lungs and instinctively buried my hands in her silky locks.
I didn't dare close my eyes, because I wanted a mental image burned into my brain of that moment. She never blinked, just stared up at me as my swollen cock slid slowly in and out of her wet sucking mouth. Her lips seemed to become engorged and cherry red in the light of my desk lamp. The wet noises of her throat working to suck and swallow my precum and her spit filled the room as I moaned her name. I saw my dick dissapear more and more into her mouth as I realized she was going to deepthroat me. I went all the way in. Seven and a half inches of dick slid back to her throat and gained entrance. I gasped and she let me out. Her hand soon joined her mouth and ran in unison up and down my shaft.
The suction of her mouth seemed to meld with the tight grip of her hand, and I was in heaven. She started going faster and began to moan a little, low, and in her throat. I gripped her head pushed her down hard on my dick. Her tongue was like liquid silk, sliding on, around, across, all over my raging hard on.
But then just as abruptly as my dick entered her lips, it exited. I didn't have any time to say anything. She shoved me back onto my desk chair and pulled my pants completely off. She shimmied out of her jeans and revealed gorgeous slim white thighs. Her crotch was barely covered by a flimsy black thong that accentuated her beautiful porcelain skin tone. Her shirt came off as well and I saw the most intoxicating set of full white breasts bursting to escape the thin black bra she wore. She straddled me and our mouths mated again.
I could feel the molten heat of her pussy rubbing my straing shaft over and over again and she dry humped me. Little moans were issueing from her mouth as he rocked back and forth. She reached down between us, pulled her thong to the side, and placed my dick against the scorching wet lips of her pussy. She stopped kissing me and looked into my eyes.
"This is what you could have." She breathed. She impaled herself on my naked dick all at once. My dick had become dry and I could feel it chafing on the way in, but alll she did was moan.
"Oh fuck, Zach." She whimpered. Once I was encased in her slippery cunt, she began rocking back and forth, not up and down as I was used to. I arched my back and drove as far inside her hot little slit as I could go and she squealed. Back and forth she went. I reached around and cupped her ass cheeks tightly and watched her stomache flex with the effort of ramming my dick inside herself. Soon she was moving so quickly that there were audible slapping noises of her pussy connecting with my crotch. She reached up and pulled her hair to the top of her head and undulated her body on mine. Faster and faster, and I could feel my balls start to swell, ready to blast inside her.
As if she knew, she stopped and removed my cock from her dripping pussy. She turned around and got on all fours on the rough carpet. Her ass was raised and her head was almost touching the floor when she turned her head to look at me. Her eyes were glazed with passion and her beautiful body was rocking back and forth slightly, as if to suggest what it wanted.
"Fuck me now." She ordered.
I felt like I was in a dream, but I knelt behind her and placed my swollen head against her pink wet hole. I pushed in slowly, but as soon as my dick was sucked inside, I rammed home, pushing till my balls slapped her clit.
"Oooh, my god. Fuck me now you bastard." she gasped. I complied.
I gripped her hip with one hand and squeezed her ass with the other as I started to slam my cock in and out of her beautiful lithe body. Her ass shook with every impact and her hands clawed at the carpet as she moaned and half-screamed. In and out I went, faster and hard all the time. Her breathing was quickening and I could tell she was near climax. I had a wicked idea and acted on it. I stuck one thumb in my mouth and coated it with saliva. Quickly, as my dick pulled out as far as it was going to, I placed my thumb at her tiny black asshole and pushed in savagely just as my dick swelled into her. She literally screamed and came, completely lying limp on the floor, her forehead on the ground, and her ass in the air. I sunk my thumb completely inside her pulsating hole and began to fuck her as humanly hard and fast as possible.
I could feel myself growing harder and thicker with the oncoming orgasm, and i removed my thumb, reaching down to grab her shoulders until she was once again on all fours. Her moaning was constant now, just one long groan, escalating with every thrust. I gripped both her shoulders and flexed my way completely inside her with every stroke. Her pussy milked me, her juices were spurting out every time I filled her with my aching dick. Suddenly I felt the rush, the tingling, and I sped up until I came. I kept fucking her for a second or two more as load after load of thick cum shot deep iside her body. Her vagina contracted on me, eager to suck the last wads of cum out of my spasming dick. I was balls deep, gasping for air after mind-blowing sex with a girl that had literally rocked my world, when I heard a knock at the door.
"Zach, I'm here baby!" Came the happy loving voice of my girlfriend.
Fuck.
END OF STORY