~~Era la una de la tarde, hacía calor y estaba viendo tele en mi cuarto cuando oí que Llamaron a la puerta, salí y era la Carmencita la nieta de Socorro, mi vecina del frente, una nena de 11 años, pequeña para su edad y delgadita, aparentaba tener menos edad de la que tenía.
 -Hola jira como estas-
-aquí mija con una parason de guevo-
 -y eso-
 - pues tengo las bolas llenas-
 - y tú como estas-
 -aburrida-
 - porque no pasas y me lo mamas un ratico-
 -es que no sé y mi abuela-
Me saque el guevo de la pantaloneta, lo tenía bien templado.
 -mira-
 Ella se asomó por la ventana de la puerta
 -ves como a ti te gusta, no se te antoja-
-uy jira no cambias, abra rápido antes de que se despierte la abuela-
Le abrí y paso para mi cuarto, me quite el short y me senté en la cama ella se arrodillo entre mis piernas y empezó a mamarlo succionando la cabeza bien rico, es una artista en esto, lo ha practi-cando desde su infancia; a los minutos me saco todo y se tomó toda la descarga, luego lo sacó de su deliciosa boquita limpio pero brillante de su saliva.
 Sin decir nada, se bajó el short azul que siempre trae, no tiene más, dándome la espalda agarró mi pene y se fue sentando sobre él, entraba apretado, ella movía las caderas hacia los lados hasta que entró todo y empezó su cabalgata con movimientos rápidos, baje la mirada y vi como ella, apoyando las manos en mis rodillas, subía y bajaba ese culito blanco, respirábamos con dificultad; estábamos en eso cuando oímos que su hermanita Tina la llamaba a gritos
 -esta malparida china no me deja tranquila-
 Se sentía tan rico ese ajuste, sentía su matriz golpear sobre la cabeza de mi pene y apresurados terminamos juntos, se levantó subiéndose los chores.
 -tenia unas ganas de culiar-
-fíjate que no me di cuenta, y ese culito-
 -hay no, eso duele mucho, la última vez me estuvo doliendo varios días y ni te cuento cuando iba al baño-
 -eso es por falta de práctica, ya verás que te dolerá menos cuando te acostumbres-
 -la próxima ya veremos, me voy antes de que me vuelvan a llamar, dame para ir al mercado y comprarme algo-
Le di dinero para ayudarla, y agarrándome el guevo por encima del short.
–cuando necesites esto ya sabes-
Lo miro y sonrió, sabiendo que yo cubría todas sus necesidades, salió corriendo para su casa, se detuvo a hablar con su hermanita un momento y dándole una nalgada entraron a la casa.