Ando una tarde de semana en el área del Cangrejo, justamente por una dulcería, tengo algo de ganas de una crema avena y comerme una cañón de guayaba. Entró hacia el mostrador a ordenar mi crema de avena como mi cañón de guayaba, entonces escucho mi apellido, me volteo enfrente mío nada menos personalmente a la bue nona de ahí hembrona hasta culona de la antigua subdirectora de primaria del colegio adonde estudie yo la secundaria.
Isabel aún hermosa de cuarenta y cinco años fructífero, con el mismo cuerpazo viste falda elástica con camisa y zapatos abiertos.
Comemos nuestras meriendas, Isabel me pregunta adonde vas y te agarró en algún compromiso o diligencia, yo le sonrió para nada ando libre y sobre todo tuyo para acostarnos y recordando nuestros años mozos cuándo estábamos en el colegio.
Isabel me mira con una cara de asustada y evidenciada, oye no cambias al pasar de tantos años vas al grano y al punto específico.
Nos vamos y salimos al dirigirnos a un motel que conozco por el área del Cangrejo estamos a pocas calle.
Bueno en la habitación me beso a Isabel, me descontrolo hasta me desató al besarla de ahí, entrarle aún vestido la acuesto para follar sin mayor objeción ni negación ni detenerme, la cojo brutalmente la pongo a jadear me olvide estos años que al cogerla la pongo susceptible en su punto débil por su culo jadeos consumados.
Le mamo sus firmes y parados senos aún tiene sabrosona lechita caliente y riquísima mojada y corrida para ser tantos años coño todavía somos titánicos como estuviéramos ayer en el colegio yo en secundaria y Isabel en la subdirectora de la primaria. Teníamos sexo a tutiplén salimos y despedimos nos damos nuestros WhatsApp para estar frecuentemente en contacto yo con Isabel para volvernos a encontrar y estar juntos asimismo mucho más.