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"Visita inesperada de familia. Me toca hacer de guía."
No sé cuando voy a publicar el siguiente, no es que deje de hacerlo, es que por trabajo voy a estar mas enfaenado, los correos si podre seguir respondiéndolos. Tratare de publicar algo, aunque no con la misma asiduidad.
Nos habían invitado a mi familia y a mí a una boda de un primo hermano. No pudimos ir todos, porque era en Estados Unidos. Era un primo hijo de un hermano de mi padre, que se fue a trabajar allí y ya no volvió. Mis primos que son tres, se fueron de pequeños y poco trato habíamos tenido. Con este algún trato más porque había venido a España en alguna ocasión y le vi como unas tres veces. Era mayor que yo siete años, pero hicimos buenas migas los dos, las veces que vino.
De él, sabia las cosas básicas, porque tampoco publicaba nada en las redes y de su mujer, sabía que era norteamericana, que era de su edad, que habían estudiado juntos y que llevaban ya tres años viviendo juntos. No sabía ni el nombre. Me llamo por teléfono un día, para decirme que venían de viaje de luna de miel a España, para enseñarle a su mujer donde había nacido. Me dijo el día que llegaban y la hora, lo harían al aeropuerto de barajas en Madrid. Me ofrecí a recogerles en Madrid, siempre que pudiera coger unos días.
Nos es que tenga mi casa hecha unos zorros, pero en algunos momentos si un poco desordenada. Hice una limpieza general y exhaustiva. Conseguí ir a Madrid y llegue a tiempo, el vuelo tampoco traía retraso, todo perfecto. Cuando anunciaron que ya estaban en tierra, me fui hacia la puerta de salida. Era un reguero de gente y me quede mirando a dos monumentos que aparecieron moviendo dos traseros de escándalo, que pensé que suerte tienen quien vayan a recoger.
Ni me enteré que estaba siendo muy evidente lo que miraba, ni me enteré de que mi primo ya había salido, me saludo riéndose y tarde un poco en reaccionar. Un abrazo fuerte nos dimos y me decía que se me saltaban los ojos. A su lado estaba una mujer de embobarse mirándola. No oí ni el nombre cuando me la presento. Le di dos besos y me impregne de su olor. Mi primo mide 1,78 y ella media lo mismo y me fije que los dos iban con deportivas, nada de tacones.
Ella le llamo Richard y me quede mirando a mi primo, que me dijo que le llamaba así, yo le seguiría chamado Ricardo. Era morena, pelo por debajo de los hombros y llevaba una pinza verde, que hacía juego con sus ojos, sujetándola el pelo. Tenía acento, pero hablaba un buen español. Cogí su equipaje y pidió ir al servicio. Al verla por detrás, me volví loco, si por delante era más que exuberante, por detrás con esos vaqueros ajustados, resultaba de darme un soponcio.
Me fije que iba sin pintar, no le hacía falta con esa cara tan preciosa. Nos al aparcamiento. Nos pusimos cada uno a un costado de ella y mi primo y yo íbamos hablando, ella nos escuchaba y cuando decía alguna expresión que no entendía, le preguntaba a Ricardo, que le contestaba en inglés. Keyrah se sentó detrás y ahora 3,30 de viaje sin contar alguna parada. La mujer se quedó dormida antes de salir del aparcamiento. Mi primo lo primero que hizo fue darme las gracias por alojarlos en mi casa. Que tuve que insistir porque no querían molestar y ahora no me arrepentía, iba a estar unos días alegrándome la vista. Lo desglosare por días.
PRIMER DIA
Cuando llegamos a mi casa era todavía de día. El viaje había sido bastante aburrido, porque los dos se quedaron dormidos casi todo el viaje, el jet lag.
Mi casa tiene un baño en mi habitación y otro baño en un pasillo. Para que no tardaran les ofrecí mi baño también. Les puse toallas y lo necesario en los dos baños, les pregunte que les apetecía tomar, por si querían algo de comer y mi primo enseguida dijo que café, que allí no lo hacían bien. Me metí en la cocina y me prepare uno para mí y los de ellos cuando salieran, porque mi maquina es de la de capsulas que se hacen en un momento. Tengo poca variedad, café o descafeinado.
Ricardo fue el primero en acabar, había usado el baño del pasillo, la mujer prefirió el de mi habitación, que la bañera tiene hidromasaje. Ricardo había salido con un pantalón corto de deportes y una camiseta blanca ajustada. Keyrah tardo bastante más y venia con una toalla en la cabeza, pantalones cortos también, super ajustados, como si fueran una segunda piel y una camiseta, no tan ajustada como la de mi primo, donde se meneaban sus tetas y se marcaban un buen par de razones. No podía mirar más, que mi rabo me jugaría una mala pasada. Me fui a poner cómodo como ellos.
Les oía hablar en inglés y lo que podía entender es que les había venido muy bien el baño. Sobre todo a ella por lo que contaba. Ella estaba asomada a la terraza y apoyada en la barandilla, con el culo hacia fuera. Se notaban perfectamente las dos nalgas separadas, porque el pantalón se metía entre ellas. No quise mirar más, pero cuando me oyó hablar con mi primo, se vino con nosotros y por delante era peor, el pantalón se le metía por toda la raja y se podían notar perfectamente los labios vaginales. Llevábamos como quien dice 20 minutos juntos y mi rabo, estaba en situación preocupante.
Me tenía que mentalizar y concienciar de que era territorio peligroso y prohibido. Cenamos y ellos se pusieron más cómodos, mi primo un pijama de verano y ella lo mismo. Solo había una diferencia en su ropa, que el nuevo pantalón era más holgado y se veía o se intuía más. Se fueron a dormir pronto por estar cansados y para no molestar con la tv me fui a mi habitación. Tenía un libro para leer, que ya no me acordaba cuando empecé a leerlo y seria buen momento para avanzar en el. Como las paredes de mi casa, no se la de los demás, son como de papel de fumar, podía oír risas y en algunos momentos alguna voz más alta que otra, no era que estuvieran discutiendo, se oía una conversación normal, pero no distinguía bien lo que decían.
Un silencio absoluto y de pronto, se oyen movimientos “extraños” procedentes de su habitación. Estaban follando. Al principio lo que se oía era algo muy suave. Hasta que debieron entrar en calor, entonces sí que se animaron. A Ricardo no se le oía, solo a ella. Sus gemidos atravesaban las paredes, y se le oía, “fuck me, fuck me, FUCK ME” gritos gemidos y a mi primo diciéndole, “lower your voice y shut up” lo repetía una y otra vez, pero ella ni silencio, ni se callaba, ni bajaba la voz. Era acojonante el escándalo que montaba la muchacha. Lo mismo es que mi primo era un fuera de serie follando, que todo podía ser, si había heredado la parte de la familia en la que te daban un rabo de buenas dimensiones. Pero lo que es correrse a ella no la oí, la oí como enfadada, pero hablaba tan rápido que no me entere lo que decía. Estuve por salir cuando oí que abrían y cerraban la puerta con fuerza. No sé si sería mi primo o ella, porque no se oía nada.
SEGUNDO DIA
No soy de madrugar voluntariamente, porque no me gusta nada. Lo hice por estar ellos y me sorprendí al ver que mi primo estaba vestido y buscando algo en la entrada. Buscaba unas llaves porque se iba a comprar churros y porras. Quería que su mujer las probara, porque le había hablado mucho de ellas. Le indique donde podría ir, pero le avise que quedaba un poco apartado, pero aun así se fue. Estaba en pantalón corto y me puse sin saber porque medio morcillón. Como no llevo ropa interior cuando duermo, se notaba un buen movimiento de rabo. No me preocupo porque en cuanto em tomara el café me iría a cambiar. Venia como la noche anterior, aunque un poco despeinada. Estaba para apoyarla en la encimera y darle hasta decir basta. Yo la mire de arriba abajo pero ella también me miro igual y sobre todo abajo, aunque disimulo, haciendo que bostezaba y que se estiraba. Me dio los buenos días y me pregunto por su marido, le dije donde había ido y dijo que se iba a duchar. Se dio la vuelta y marcho moviendo el culo como si fuera una sinfonía perfecta con ese movimiento de culo.
Me fui a duchar y refrescarme, para que se me bajara todo. No me pude aguantar y me hice un pajote para aliviarme. Acabé antes que ella y Ricardo abría la puerta en ese momento, traía una bolsa de papel llena de churros y porras, muy exagerado había sido comprando. Me pregunto si tenía chocolate para hacer y no tenía. Le dije que luego compraría. Ver comer a Keyrah las porras hizo que mi imaginación se echara a perder. Se había vestido muy normal, nada de llamar la atención, aunque con ese cuerpazo y esa cara ya la llamaba. Nos fuimos al pueblo a ver a la familia.
Lo que yo aproveche para ver a otra gente mientras ellos iban de visitas familiares. Coincidimos a comer, me fui pronto a ver a un amigo y llegue para ir a casa de la abuela. Donde nos tenía preparada una merienda a base de horchata, rollitos y fartons. Si por la mañana me había puesto burrote viéndola comer las porras, que no las mojo. Viendo que hacía caso a la abuela y mojaba el fartón en la horchata y se lo llevaba a la boca, chorreando de esa manera, casi me hace correr. Que mal estaba yo. Solo cruzaba los dedos para que nadie se diera cuenta. Mi abuela que no tiene mucho tacto, empezaba a preguntar porque no tenían niños, cuando se iba a quedar embarazada, que no le gustaban las extranjeras para su nieto, etc.
Hablaba como si creyera que ella no la entendía y todos la tratábamos de cortar, pero ella a lo suyo. Lo único que al final ya cualquier comentario no adecuado lo hacía en valenciano. Keyrah fue rescatada por unas primas nuestras y se la llevaron un rato y se la llevaron a ver a unas amigas del pueblo. Ricardo y yo al final nos quedamos dormidos en el sillón y mas tarde nos despertamos con el escándalo que traían nuestras primas y ya decidimos irnos para Valencia. Antes de llegar a casa, aprovechamos y compramos unas hamburguesas, porque a nadie le apetecía cocinar. Keyrah durante el camino de vuelta nos preguntaba cosas que le habían dicho y aunque se defendía hablando el español, habían muchas cosas que se le escapaban.
A mi primo se le veía con ganas de darle un repaso a su mujer. Esta vez me quedaría en el salón viendo la tele y me iría a la cama cuando acabaran con su fiesta particular. Se fueron a su habitación y yo a la mía, me quería poner cómodo. Entre en mi baño a lacarme la boca y darme una ducha. No estuve mucho tiempo, al salir se empezaban a oír los primeros ruidos de los escandalosos. Al salón y a ver alguna serio o película. Oigo un poco después, abrir la puerta con ímpetu y a Keyrah decir, “FUCK YOU” y pasos descalzos, que pisan con fuerza. El ruido al abrir la puerta de la cocina, que golpeo la pared y encenderse la luz. Me levante y fui a la cocina. Mi cocina es rectangular de forma alargada y estrecha. La nevera al fondo y allí estaba Keyrah de espaldas buscando algo dentro de ella. Llevaba un pantalón gris perla corto, pero muy corto, que dejaba ver por detrás la parte baja de las nalgas y una camiseta del mismo color que dejaba ver parte de la riñonera al aire.
No quise asustarla y le pregunte con suma suavidad y tacto, si le hacía falta algo. No me esperaba, porque se asustó un poco. Una risita y me dijo que buscaba si tenía algo dulce. Abrí un armario y le señale. Se acerco, hubo un pequeño roce y le dije que eligiera. Había chocolate, toblerones, galletas de chocolate y de nata, había un buen surtido. Cogió un par de cosas y se vino al salón conmigo. Era curioso estaba enfadad se le notaba y enfadad hablaba peor el castellano. Con muy mala leche le pregunte, “¿Qué pasa no puedes dormir? Eso suele ser el cambio de cama” y ella conteniéndose y midiendo lo que respondía, “no, no es eso, precisamente” la camiseta que llevaba le quedaba justa, apretada y sus pezones miraban como hacia arriba. Estaba sentada en el sillón con las piernas cruzadas y según se moviese, se podía vislumbrar algo más que las ingles.
Mi rabo pocos entendimientos tenia, porque se empezaba a poner palote. Agarre un cojín y me lo puse de tal manera que tapara el hinchazón de mi rabo. Al fijarme más en su entrepierna, se podía ver una buena mancha de humedad. Por lo que sea mi primo ni remato la noche anterior ni esta. Me pidió una servilleta o un pañuelo de papel, se había manchado de chocolate los dedos, que lo comía con avaricia. Me metió en un apuro, porque al levantarme se me iba a notar, me levante como puede pero se notó todo y se dio cuenta, por mucho que fingiera. Me tenía que haber puesto ropa interior, que aunque se nota también, por lo menos lo sujeta algo. Nos fuimos a la cama, cada uno a la suya.
TERCER DIA
Toco ir a la playa. Cuando me levante ya estaban esperando y ella llevaba el pelo recogido con un moño y llevaba un vestido de playa, donde no se veía nada. Solo una cinta anudada a su cuello, del bikini, de color pistacho. Mi primo un bañador estilo bermudas y demasiado floreado para mi gusto. Yo llevaba un bañador pantalón corto ancho, pero debajo llevaba el bañador real, uno de natación, que era corto igual, pero ajustado.
Flipe en colores cuando la vi de frente con ese bikini. Va a ser difícil describirlo, pero tratare de que os hagáis idea. La parte superior le costaba aguantar las tetas, en cualquier momento se podrían salir. La parte inferior era muy estrecha, si tuviera un pelito de mas se le verían. Estaba alta y anudado en ambas caderas. Lo peor vino cuando se dio la vuelta, era un triangulito minúsculo que se metía todo entre sus nalgas, dejando el culo totalmente a la vista y lectores-as QUE CULO. Mi rabo salto de alegría hasta quedarse en posición de firmes. Me tumbe como pude y ya me quitaría el bañador. La dejamos en medio de los dos. Me costaba no mirar, pero era mejor no hacerlo. Me tranquilice un poco, lo suficiente para sacarme el bañador y quedarme con el que llevo debajo y me fui al agua sin pensarlo. Mi primo se vino detrás y después de dar alguna brazada, se puso a hablar conmigo en plan lastimero.
- Pelayo sé que aunque somos primos tampoco es que tengamos mucha confianza y aunque soy mayor que tú, ya eres un hombre.
- Tampoco nos llevamos tanto, que solo son 7 años.
- Da igual lo de la edad. Te preguntaras que porque nos hemos enfadado Keyrah y yo, pues no nos hemos enfadado, solo pequeños roces de convivencia, pero nada importante.
- Primo, vosotros sabréis, no me meto en problemas ajenos, ni en otros si no me llaman. Como los 3 monitos, ni veo, ni oigo, ni hablo.
- Pues si eres como los 3 monitos. ¿Sabes dónde poder conseguir alguna pastillita o algo que revolucione aquello?
- No te entiendo (lo había entendido perfectamente) ¿Pero qué es lo que te pasa? ¿Necesitas ir al médico? Porque aquí cerca hay un ambulatorio, que yo te llevo.
- No sé si me tomas por tonto. Me refiero a que tengo un problema en mis partes bajas y no funcionan como deberían de funcionar. ¿Me he explicado ahora?
- Pues si te refieres a viagra aquí se compren en las farmacias. Cuando lleguemos si quieres bajamos a una que hay cerca de mi casa.
- Ok. Me quitas un peso de encima. Es que no sé qué me pasa, pero aguanto bien, pero en el momento que la meto, 2, 3 movimientos y me pierdo, me vengo como un crio.
- Ricardo si no es una intromisión, ¿siempre te ha pasado igual o es que ha sido de pronto? Porque eso tendrías que ir a un médico, que para eso están.
- Ya que estamos. Siempre he sido rápido, pero lo medio controlaba. Cuando empecé a no controlarlo, empecé a usar anillos para el pene, pero los use mal y no me los recomiendan y con lo que lo llevo un poco mejor es con la viagra, pero tampoco para hacer una fiesta, pero para defenderme sí.
- Pues luego nos acercamos a la farmacia.
- Keyrah me tuvo todo el día con el rabo alzado y después de enterarme de su problemilla, mucho más, porque imaginaba lo que le hacía falta, si no fuera mi primo.
Nos duchamos y nos fuimos a la calle con la excusa de ir a ver una cosa al trastero. En la farmacia cuando pedimos las pastillas nos pidieron receta y nos dijeron que no había otra manera, porque además no todas eran iguales, había de distintos grados. Con lo alegre que fue a la farmacia y con la tristeza que salió y eso nos llevó a otra charla. Como pude lo consolé. Al llegar a la casa se rehízo como pudo y hablamos de salir a tomar algo por la noche. Fuimos a cenar y luego a un pub que estaba bastante de moda. Keyrah una vez mas iba para matarme a disgustos, una minifalda que dejaba a la vista sus bonitas piernas y al ser ajustada resaltaban su culo y un top cruzado, sin sujetador. Era normal que la miraran como la miraban.
Ricardo contaba cosas de América, costumbres y era una conversación interesante. Donde ella podía participar muy a gusto. Keyrah nos dijo que tenía una duda y que quería que yo se lo aclarara. Le pregunte que era y nos quedamos de pasta de boniato cuando miro su wasap para leerlo y me pregunto, “¿Por qué te llaman SEÑOR CHAMPIÑÓN y DON RABO?” Champiñón lo pronuncio mal, pero daba igual se le había entendido todo. Claro sabia por dónde iba pero no sabía si contestarle y de contestar como hacerlo. Ricardo serio le pregunto quién le había dicho eso y al parecer fueron nuestras primas y sus amigas. Ricardo trato de explicárselo suavemente y en español, ella no lo entendía bien y entonces lo hizo en inglés, poniéndose roja su mujer y pidiéndome perdón.
Nuestras primas le habían gastado una broma pesada. Para tranquilizarla le dije que en compensación tenía que bailar una canción conmigo, porque había una zona de baile muy pequeña. Acepto y fuimos a bailar. No me pude controlar, nada mas notar su roce mi rabo se alzó de nuevo y al instante se aparo un poco, volvimos a estar más pegados y sin acabar la música se fue a sentar, según ella le molestaba el calzado. Nos fuimos para casa. Esa noche no ocurrió nada, lo único que se oía era murmullos de una conversación, que no se lograba distinguir.
CUARTO DIA
Me toco ir a trabajar y ellos se habían planificado su jornada. Para mi más tranquilidad porque la mujer de mi primo me la estaba quitando. Los fui a recoger al salir de trabajar y habían comprado medio Corte Ingles, se habían dedicado a comprar regalos para sus familias. En el coche iban echando cuentas de lo comprado y para quien, la veía por el retrovisor y estaba muy guapa. Nada más llegar a casa y con las mismas ganas de hablar que en el coche, ninguna. Fui a ponerme cómodo y me deje caer en mi cama. Ni me entere del tiempo que había pasado, porque llamo mi primo a la puerta preguntándome si estaba bien y le dije que sí, que estaba bien. Ducha rápida y salí sonriente, la excusa de mi tardanza, que había estado hablando por el móvil.
Ellos se habían puesto cómodos, para mi sorpresa Keyrah se había puesto una ropa muy discreta. Pijama de pantalón largo y chaqueta igual, con mangas largas y no grande pero si ancho. De seda o raso, como no entiendo, pues no lo sé. Lo recibí como un toque de atención o un aviso. Muy diplomática pero efectiva. Trataría ni de mirarla. Me fui a mi habitación me puse mis cascos MDR… que eran perfectos para no oír nada, con su sonido envolvente. No me entere de nada.
QUINTO DIA
Cuando me levante y estaba desayunando, amaneció mi primo y con un aire de preocupado y con algo de ojeras, me pidió perdón por algo que no sabía. Me aclaro por las voces de la noche y le dije que había tenido los cascos puestos y no me entere de nada. No se lo creyó, hice que fuera conmigo a mi habitación. Se los puse y encendí la música sin tocar el volumen. Ya me creyó y su cara cambio. Mis palabras fueron, “si tienes que pedir perdón a alguien será a los vecinos” nos reímos de verdad. Nos despedimos hasta el mediodía, porque habíamos quedado para comer y luego ir los tres juntos a ver cosas. A las 12 llame a mi primo, para decirles que no podía comer con ellos ni tampoco quedar por la tarde, que nos veríamos por la noche. Mi disculpa, un trabajo imprevisto y urgente, mentira, pero sería mejor de esa manera.
Me fui a tomar unas cervezas con amigos y a las 9 de la noche aparecí por mi casa. Nada más abrir la puerta olía a comida, pero olía muy bien. Keyrah había preparado algo típico de su tierra, alitas de búfalo, costillas de cerdo a la barbacoa y mazorcas de maíz. Me mandaron a cambiarme mientras ellos terminaban de preparar todo. Lo habían colocado en la terraza. No sé cómo sabría, pero olía de cine. Las alitas de búfalo, son alitas de pollo, pero la madre que las pario lo que pican. Cuando comí la primer y vieron mi cara arder se echaron a reír. Aunque picaran estaban buenísimas, me tenían que dar la receta. Me puse hasta arriba, aunque no era mucha cena, porque poca carne tiene las costillas y las alitas. Pero quede muy satisfecho. Metí la pata al tratar de felicitar a Keyrah por la cena, “buenas manos tienes, hacía mucho que no comía así de bien, si todo lo haces igual” y me quede a medias porque supe que había metido la pata.
Porque la contestación de ella fue un mordisco a la yugular de mi primo, “ya lo sé, soy buenísima en todo, aunque algunos no lo aprecien” mirando a su marido. Cambie como pude de conversación y entonces mi primo me pregunto que fuera sincero y que le dijera algo que me gustase para regalarme, porque me estaba portando muy bien con ellos y no quería comprar cualquier cosa y que luego no me gustase, que había confianza para decírselo. Mi contestación fue decirle que no sabía en ese momento. Los dos decían que no sabían mis gustos y que seguro que había algo que me pudieran regalar, y otra vez que metí la pata, no recuerdo las palabras exactas pero sonó que el regalo podría ser algo que no se podría comprar y más personal. Sonó muy mal. Menos mal que ella no se enteró y él lo soluciono diciéndole algo en ingles que no la perturbaron. Ella se fue a la cama y a hablar con sus padres.
- Ricardo discúlpame, no sé dónde tengo la cabeza. No he querido pasarme, aunque algunas cosas sonaran raras.
- No te preocupes, ella no lo ha entendido bien y mi explicación ha sido muy buena, tranquilo.
- Pues olvidado y ahora dime que es lo que paso para que me pidieras perdón. No te pregunto el motivo exacto que no me importa, me refiero al ruido, escandalo, voces, etc. ¿Qué paso?
- No, si te lo puedo contar, que ya sabes mas que nadie de lo que me pasa. Ayer no pase ni de los preliminares, un cataclismo. Ella se enfadó, yo me enfade. Me dijo algo desagradable y yo fui más desagradable. Al final me dijo que se buscaría a otro que la satisficiera, me cabreo mas y bronca. Lo bueno que fue en inglés y no se enterarían.
- Mientras fuera en ingles todo bien, jejejejejeje. Eres un cachondo.
- Es que vaya viaje mas desastroso. ¿Tú qué harías en mi lugar?
- Si te contestara nos dejábamos de hablar te lo aseguro, jajajajajajajaja. Pero dime una cosa, has probado a pensar en una situación distinta y así la mente despejarla?
- Eso fue mi perdición, me vino a la cabeza algo muy fuerte y fue mucho peor. Ahora déjate de bromas, que digas lo que digas no vamos a dejarnos de hablar.
- De verdad paso. No soy el mejor para dar consejos. ¿Qué es eso tan fuerte que te vino a la cabeza?
- Pero no lo interpretes mal. Cuando la liaron las primas, cuando estuvimos solos, Keyrah me pregunto si era verdad y esas cosas. Le dije que no lo había visto, pero que era lo que se hablaba desde siempre. Pues no es que pensara en ti ni nada de eso, es que me vino a la cabeza el interés de mi mujer por esas cosas, que siempre ha sido muy prudente ene esos temas, ni cuando estamos en acción.
- Hombre no es que sea comedida, supongo que tampoco habrá tenido tiempo de decir nada si el sexo no va tan bien.
- Por saber, ¿cuánto duras tu? ¿Cuántas veces puedes llegar a ya sabes?
- Pues no lo he medido, me pongo y ya está y según la mujer pues lo que dé. Pero vamos puedo estar a pico y pala varias horas.
- Anda ya. No te tires faroles.
- Si no me ibas a creer para que me preguntas.
- No te enfades. Que me ha sorprendido. ¿Y es verdad lo que dicen las primas y alguna del pueblo?
- Pues sí.
- Ya que estamos y si quieres me dices stop y me callo. ¿Te mide más o menos de 20 como dicen por ahí?
- Joder primo, sí que te ha dado fuerte, mas de 20 y se terminaron las preguntas de mi anatomía y recojo esto y me voy a la cama.
Deje la conversación en ese punto y me fui a la cama. Me resultaba raro se oía muy poco y nada de fiesta, desapareció el murmullo y silencio. No tenía sueño, mi rabo está al borde de estallar y me levante para tomarme algo fresco y relajarme. Entre en la cocina, abrir la nevera y me cogí una lata de refresco. Me iba a ir a la terraza, no enciende ninguna luz del salón, con una luz que tenía siempre encendida en la entrada, podía ver perfectamente. No había mucha luz, porque era una que funcionaba cuando todo estaba apagado, una luz de emergencia. Me extraño ver el ventanal abierto porque siempre lo dejo cerrado por la noche. Entraba una brisa agradable.
Al salir a la terraza, se me paro el corazón. Keyrah estaba apoyada en la barandilla, con el culo hacia fuera y como llevaba una camiseta solo, aunque larga, dejaba ver perfectamente parte de su culo. Dude en salirme sin hacer ruido, pero la imagen era muy gratificante. Solo dije buena noche y ella exclamo algo en inglés, se dio la vuelta, dijo que tenía calor y que no podía dormir. Me senté en un balancín que se puede convertir en hamaca y ella se acercó, me cogió la lata y dio un sorbo. Estaba de pie frente a mí, si estirara los brazos podía tocarla. Sus pezones se marcaban como siempre, desafiantes. En otra situación ya la habría cogido y no tendría la camiseta.
Era como si esperara mi reacción estoy seguro. Se dio la vuelta de una manera muy provocativa y se volvió a la barandilla, primero estiro sus brazos y luego se apoyó con ellos, dejando mas a fuera su culo. La tentación se apoderaba cada vez mas de mí y para no caer, iba a dar las buenas noches y marcharme, me iría a hacerme un pajote pensando en ese culo. Justo cuando me iba a ir ella se incorporó un poco, estiro el brazo y me pregunto que eran unas luces que se veían al fondo. Ni sabia a donde señalaba, ni sabía que luces ni nada, mi corazón iba a 1000.
Me puse a su lado y pase un brazo por su cintura, lo hice sin ser premeditado, lo que si fue premeditado, era que mientras ella volvía a señalar, mi mano bajaba suavemente hasta llegar a su culo. Lo acariciaba con tiento, esperando una reacción adversa por parte de ella. Seguía hablando y me animo a seguir, me parecía que no llevaba nada, pero si llevaba un tanga. Mis dedos ya estaban entre sus piernas y ella las abrió sin ninguna duda. No se cortó la americanita, acerco una mano hasta mi pantalón corto, primero toco por encima y luego metió la mano por debajo de la pierna del pantalón y cuando agarro mi rabo exclamo, “you are a BULL”, ella misma se quitaba con una mano el tanga y la ayude. Al notar su coño mojado, me puse a 2000 y ella me dijo algo que no entendí acompañado de “FUCK ME”, como no hacía nada me dijo que la montara, que la follara.
Me corto el no tener un condón en ese momento, porque sabía que estaban tratando de que ella se quedara embarazada y eso me hizo pensar en mi primo y los remordimientos, me pararon. Conteniéndome y relajándome le dije a Keyrah, “estas para follarte por todos los sitios y toda la noche, si no fueras la mujer de mi primo te daría por todos los lados, pero NO, NO PUEDE SER, ¿me entiendes?”, sé que parte de lo que dije no lo entendió, pero si lo necesario, “entiendo que quieres, pero que este Richard te obliga a hacer STOP. Si estoy aquí es porque Richard me ha dicho que si”, se quitó la camiseta y menudas tetas y los pezones, eran abultados y de punta mirando hacia arriba. Su pubis llevaba un tatuaje con símbolos orientales y no se podía ver bien. Entramos al salón, encendí una de las luces y ahora si pude ver bien el tatuaje, eran como dos fresas, pero muy bien tatuadas, los signos orientales y las letras eat me. Las letras orientales según ella, era traducido, si lo haces bien, lo que decía en inglés, abrirás el palacio del placer.
Me hizo una seña de que me esperase y se fue rápida, andando descalza y de puntillas hasta su habitación, la oí hablar con mi primo, Ricardo entro en el salón, se le notaba medio palote y fue escueto, “lo único que te pido que te acuerdes de que es mi mujer y no seas brusco que ella es muy dulce y sensible”, se iba a ir y le hice esperar, no quería que se fuera así, “Ricardo voy a ser como yo soy y si no queréis, pues nada. Por lo poco que he visto y para que me entiendas mejor, tu mujer es una HOTWIFE espectacular y si no te habías dado cuenta, esta noche si seguimos lo veras”, no me dijo nada se dio la vuelta y se marchó.
Keyrah volvió igual desnuda y con un brillo en los ojos. Me morreo con mucha pasión y me tocaba el rabo mientras nos morreáramos y yo su culo, que estaba durísimo. La lleve a mi habitación y al pasar por la habitación donde estaba mi primo, la puerta estaba abierta, la luz de la mesilla encendida y el viéndonos pasar. Entramos en mi habitación y ella se dio la vuelta para cerrar la puerta, le dije que de eso nada y se acercó a mí, susurrándome al oído que le daba vergüenza que su marido nos oyese. Cuando le dije que me daba igual y que lo que quería es que nos viese, se quedó desconcertada y reacciono poniendo una cara de puta de no te menees. Puse mis manos en sus hombros y empujé hacia abajo. Se puso de rodillas y empezó la mamada.
En voz normal y sabía que Ricardo me oiría, le decía, “Vamos puta chúpalo bien, aaahhh, que gusto joder, métela mas adentro, que buena boca que tienes, chupa bien que no soy mi primo, que no me correré todavía” que bien mamaba la americanita. Le molestaba estar de rodillas, se levantó y nos pusimos a hacer un 69, a ella la puse debajo, para follarme bien su boca. Que escandalera, ni puerta cerrada ni nada, era una yegua salvaje. Se movía como tal y la muy puta se corrió dos veces seguidas, era una mujer muy cachonda, problemas tendría mi primo si no espabilaba.
Me levanté de la cama, cogí un condón y me puse a colocármelo mientras ella me miraba con ojos de deseo. Me quede de pie y la hice ponerse de lado mirando a la puerta, a cuatro patas. Tenía un culo insuperable, el mejor o de los mejores que había visto. Jugué con su coño y su culo, antes de follármela, mis manos lo tocaron todo y eso sí, cuando quise meter un dedo en el culo, exclamo algo en ingles que no entiendo bien, pero tampoco me importo, no me dejo continuar. Estaba con sus brazos estirados, apoyando solo las palmas de las manos y esperando a que hiciera algo, puse la punta de mi rabo en ese coño y se lo metí de un empujón, un gemido potente salió por su boca y apoyo la cabeza sobre sus manos, cayéndole la melena sobre ellas.
Se quedo quieta y ante esta quietud la mejor medicina, varios azotes, que no esperaba y por lo que se ve no estaba acostumbrada. Los acompañe de palabras fuertes, de esas que a mi primo lo mismo no le gustarían. “AZOTE. Puta mueve el culo de zorra que tienes. AZOTE. ¿Sabe tu marido lo zorra que eres? AZOTE. ¿No te han follado todavía este culazo?” se movía con fuerza y solo salía en su idioma el , fóllame, fóllame, sin parar. Tuve que azotarla y preguntarle de nuevo, “¿Sabe Ricardo lo zorra que eres?” no contesto creo que no entendía el termino, nuevos azotes y le pregunto, “¿Tu culo te lo han follado ya?” y se lo dije metiéndole un dedo y me contesto que no, que nunca. Me la creí porque cuando notaba mi dedo, apretaba mucho el culo y cosas que se notan.
La estaba follando a tope, bestialmente y ella recibiéndolo con gritos y gemidos. Veo a mi primo en la puerta mirando. Tiene una mirada dolida pero excitada. Estiro mis dos manos, cojo la melena de su mujer y voy tirando suavemente hacia mí, hasta que levanta la cabeza y ve a su marido. Me inclino levemente hacia un lado para poder ver por lo menos el perfil de ella. Que mira a su marido porque los ojos están abiertos. A Ricardo se le empieza a poner la tienda de campaña, se estaba empalmando brutalmente. No podía disimularlo y Keyrah le dijo algo en inglés que no me entere, le di el azote mas fuerte de la noche, se quejó y le dije que en español. “Le decía que ya sabía que se iba a excitar, que, que mejor que su primo” y le dije a mi primo que se acercara que tocara las tetas de su mujer, se acercó con timidez y se sentó, empezó a acariciarle las tetas muy suavemente, hasta que el dije que le apretara bien los pezones, que se los estirase.
Me incline sobre ella y pase mis brazos por sus costados, hasta que agarre esos inmensos pezones. Delante de su propia cara hice todo lo que le había dicho, obteniendo de ella gemidos potentes, gemidos escandalosos y una corrida descomunal. La embestía fuertemente, a toda velocidad y llegando a tener una corrida como la que ella había tenido. Se quito y puso la cabeza sobre los muslos de su marido y resoplaba, se limpiaba saliva que le había caído y se besaban, se levantaron Keyrah se acercó a mí que seguía tumbado en la cama, me dio un beso en la boca y se fueron a su habitación. Me quede muy relajado pero con ganas de más. Me quite el condón, empecé a oírles entrar en “faena” y fui a apagar las luces del salón. La habitación estaba abierta y pase de mirar, a la vuelta si lo hice y ella estaba montada encima de mi primo, dándole la espalda y nuestras miradas se cruzaron, me guiño un ojo y me lanzo un beso. Mi primo ni se enteró. Me fui a dormir que era muy tarde y me tocaba trabajar a la mañana siguiente.
SEXTO DIA
No me dio tiempo ni a desayunar. Ducharme rápido y salir corriendo, me había dormido, no llegaría tarde pero sin desayuno. Un café de máquina para despejarme una vez estaba en el trabajo y una compañera que se compadeció de mí y me trajo un par de donuts. Diciéndome que alguien había pasado una noche ajetreada y hubo cachondeo generalizado. Trabajaba pero con la cabeza puesta en mi primo. No sé si se sentiría cortado, si estaría arrepentido, si se habría cabreado con su mujer o incluso si estarían en casa cuando llegase. Que lo haría tarde. Me llamo mi primo y lo note muy tranquilo, llamo para decirme que se irían a comer fuera y al Oceanogràfic de Valencia, me dejo aliviado y cambie mis planes, llegaría pronto a casa.
Toda la casa para mí, me puse lo más cómodo posible, con unos pantalones cortos anchos y una camiseta ancha. A las ocho pasadas empecé a hacer un par de tortillas de patata una con cebolla y otra sin cebolla, porque no sabía que les gustaría más. Llegaron cuando estaba haciendo la segunda tortilla. Ni me moví, estaba de espaldas a la puerta, entro Ricardo, se acercó diciendo que olía muy bien y que gustazo se iba a dar que hacía años que no se comía una. Keyrah se había ido a cambiar y mi primo se fue también. Venían de muy buen humor, buena señal. Ricardo ya venía cambiado, su mujer se había metido a dar una ducha. La conversación con mi primo fue de la tarde que se habían pasado, contándome todo lo que habían visto y hecho. Nada con relación a lo de la noche pasada, ni una leve insinuación. Si él quería hacer, como si no hubiera pasado nada, pues así seria, no había pasado nada.
Cambie de opinión cuando apareció Keyrah, me agarro el culo con fuerza me dio un beso en la mejilla y decía que tenía buena pinta. No se quedó en eso, porque bajo la mano, la metió por detrás entre mis piernas y mi rabo estaba morcillón, lo agarro y le dijo a mi primo, hace falta animarle. Les dije que se pusieran a hacer la ensalada y empezaron a hacerla. Deje la patata terminar de hacerse y me aparte, cuando vi a Keyrah que llevaba solamente una camiseta que dejaba el culo al aire prácticamente, alucine y no me aguante. Me acerque a los dos y con una de mis manos acaricie el culo y ella lo echo un poco para atrás, no llevaba nada, ni tanga ni nada y estaba muy mojada. No se cortó, “Richard tu primo me está tocando y me está poniendo, ya sabes y el muy guarro me está haciendo cosas en el culito, está muy empeñado que no se debe de creer que por ahí no he hecho nada” Nos tuvo que dejar porque llamaban sus padres y cuando eso pasaba tardaba mucho en volver, por lo que se veía estaba muy apegada a la familia.
- Antes de que venga Keyrah, no sé qué decirte de lo que paso anoche. Aunque mi mujer me ha dicho que no me preocupe, que si no se equivoca, tú no eres la primera vez que estas con una pareja y seguro que eres discreto. Ella es muy intuitiva.
- Es verdad mantengo muchas relaciones con parejas y me gusta. Soy muy discreto y me parece muy bien que hagáis lo que queráis.
- Aun así es raro, ¿No te parece?
- Para mí no, lo mismo para ti si por ser tu primera vez.
- Para mi si lo ha sido, pero como veo a mi mujer tan normal, pues me relaja. Y hablando de relajarse, ¿es verdad que quieres darle por detrás?
- Pues claro que sí. Lo que no se con ese culo de fantasía como no lo has hecho tu. ¿Te da asco o reparo? Porque al final puede llegar otro que la desvirgue el culo. Bueno os ella la que no quiere que también puede ser.
- Nos gusta ver porno y fantaseamos mucho, lo que pasa que lo he intentado muchas veces y te lo confieso, unas veces porque no la tengo bien dura y otras veces porque cundo la tengo bien dura y la intento meter me corro de lo cachondo que estoy.
- Pues eso lo solucionamos ya mismo.
- Es que con ese tamaño y sobre todo con ese grosor, me da mucho miedo de que la hagas daño, que la puedes destrozar.
- Jejejejejejejeje, que gracioso que eres. Hay que hacerlo bien y entra. Seguro que tu mujer no ha dicho un no rotundo, que y no te mosquees, es muy puta.
- Ves que digas esas cosas, que la pegues en el culo, no me hacen nada de gracia y no me digas que ella no dice nada, porque seguro que no te entiende cuando se lo dices y vale, si, ha dicho que se podría intentar, pero no asegurando nada.
Deje la conversación en ese punto porque era inútil hacerle entrar en razón. En cuanto termino su mujer de hablar con su familia, ya teníamos todo en la mesa y ella lo primero que pregunto, era que habíamos estado hablando en su ausencia. Él dijo que tonterías y yo no hice lo mismo.
YO.- Tu marido dice que no está muy seguro de que pueda follar tu culo, por si te hago daño incluso si te destrozo.
KEYRAH.- Así es tu primo, siempre preocupándose por mí, pero le he dicho que si él quiere, solo si él quiere, lo puedo intentar. Sin asegurar que podamos llegar al final. Ahora si él no quiere nada, lo tiene que decidir el.
YO.- Estoy contigo todo se puede intentar.
RICARDO.- Venga vamos a cenar y si eso luego vemos.
YO.- No pasa nada por hablar cenando.
KEYRAH.- A mí no me importa.
RICARDO.- Pues si a vosotros os da igual a mí también.
YO.- Otra duda que tengo. Cuando anoche te llamaba puta, zorra, etc. ¿lo entendías? ¿sabías de que iba?
KEYRAH.- Pelayo que no soy una bebe, que desde que me diste el primer cachetazo, sabia de que ibas igual que tu sabias de que iba yo. Vamos a quitarnos las caretas. ¿O tu no lo sabias Richard?
RICARDO.- Prefiero no entrar en ese tipo de conversaciones, vosotros hablar de lo que queráis.
Nos cortó su forma de decirlo y empezamos a hablar de otras cosas. Terminamos la cena y no era muy tarde, nos sentamos mi primo y yo en el mismo sillón el de la chaise longue, ella desapareció, no sé qué fue a hacer y cuando vino con nosotros, se sentó en un sillón de una sola plaza, que utilizo cuando me pongo los cascos y música. Es un sillón muy cómodo, antiguo, de la familia y que tapice para llevármelo a mi casa. Un sillón orejero, de esos que te duermes y la cabeza queda bien apoyada. Estaba sentada y con los pies estirados sobre un taburete puf para reposar los pies. La visión de su entrepierna era perfecta. Mi rabo estaba otra vez dispuesto para el ataque.
Ricardo también se daba cuenta y se notaba que también empezaba a ponerse cachondo. Nadie tomaba la iniciativa pero todos estábamos deseando que alguien empezara. Lo primero que hice fue coger el mando de la tv y poner un canal de adultos, en pantalla apareció una imagen de dos mujeres besándose. Aparecía un tío joven, le bajaban los pantalones y le sacaban un buen rabo. Fui quien rompió el hielo diciéndole a Keyrah que vería mejor la tv desde donde estábamos nosotros sentados, vino y se sentó junto a mí, quedando yo en medio de los dos. Lleve mi mano derecha a la entrepierna de ella y las abrió bien, estaba ya mojada. Estuve un rato haciéndole una paja y empezó enseguida con una fuerte respiración, que al poco se cambió a gemidos.
Gemidos en la película que veíamos y gemidos de Keyrah, “vamos puta enséñale a Ricardo como lo comes y nada de inglés, solo español” Ricardo puso morro y vio como me bajaba un poco el pantalón corto y mi rabo saltaba, su mujer se movió para colocarse mejor en el sillón. Agarro el rabo con sus dos manos, sobresalía y le decía a su marido, “Richard saca la tuya que quiero ver las dos juntas” mi primo se negó y ella se paro de golpe, diciéndole o jugábamos todos y participábamos todos, o se acababa en ese momento. Hizo un amago de irse y mi primo se levanto y se quito el pantalón, tenia un rabo largo y fino. Su mujer se volvió a mover y agarro un rabo con cada mano y decía que miráramos que distintos eran. Se metió el mío en la boca y pajeaba el de su marido, que se empalmo a tope y hubo un momento en que aguantaba la respiración, lo mire y se ponía hasta rojo. Keyrah paro de pajearlo, “¿ya estás? Hoy aguantas menos, no quiero que te vengas todavía, te digo siempre que avises cuando no puedas más” y nos decía a los dos, “no se que me pasa, estoy mas cachondo que nunca, me cuesta no correrme”
No deje que ella siguiera hablando, la puse a comerme el rabo de nuevo y a mi primo le dije que la desnudara, que tampoco era hacer mucho, solo quitarle la camiseta. Se la quito y ella estaba que era una fuente, mi mano se empapaba. Me miraba y sabia lo que quería, quería que la follara ya, “Ricardo pásame un condón de los que he dejado allí, que mi puta tiene ganas de montar, ¿verdad que si?” no contesto y se puso encima mía. Me coloque el condón y ya deje que se clavara mi rabo. Gimió fuerte porque se sentó de golpe. Se echo al lado donde estaba su marido, le agarro del cuello y quería darle un morreo. Tenía todavía todos los labios llenos de saliva y Ricardo mostro algo de rechazo, Keyrah con enfado y mas acento no se lo permitió, “a mi tuno me vuelvas a hacer ese desprecio, ya sabes lo que hablamos y si mi boca sabe a tu primo, te aguantas” le dio otro morreo y esta vez mi primo se aguanto y bien que lo disfruto.
Dejo de morrearle y se abrazaba a mí, comiéndome sus tetas. Luego nos morreamos nosotros y le dije al oído muy, muy bajito. “Dile a tú marido que ahora eres mi puta” me sonrió con cara de zorra y no decía nada. Empecé a darle azotes y miraba a su marido con cara de puta. “Ves Richard, como sabe tratarme. Hasta que nos vayamos voy a ser su puta, va a hacer conmigo lo que quiera y tú le obedecerás también y le vas a pedir que me estrene por detrás y vas a hacer lo que te dije que hicieras, ¿OK?” y Ricardo respondió un OK suave. Al oír la respuesta de su marido, me apretó mas fuerte, movió su culo poderosamente y se corrió diciendo de todo, pero en inglés, lo que puede entender en todos los tonos fue, “FUCK ME, FUCK ME, FUCK ME, FUCK ME, You're my cuckold, I love you cuckold, kiss me, kiss me“ mas o menos fue así, aunque dijo mas cosas que no entendí y se besaron con mucha pasión.
Se termino de correr, ralentizo sus movimientos, pero se movía despacito. Acariciaba con suavidad su culo y ella sabia lo que quería. La muy puta miraba a su marido, esperaba que fuera el quien dijera algo. Se levanto y se saco mi rabo, se fue junto a su marido que ya no estaba empalmado, le hablaba al oído, no se que le decía y se fue empalmando, sabia como ponerle cachondo. “Pelayo esta claro que esta muy cachonda y que ahora es tu puta, esta deseosa de que le abras el culo, pero primo con cuidado” ella brillaba y mi primo estaba cachondo, “Ricardo no te preocupes por nada que tu ayudaras y me iras diciendo, de momento coge el frasco de lubricante y ves poniéndoselo en el culo, no escatimes, como si le tienes que echar todo el tubo”
Keyrah se coloco en el sillón de una sola plaza, se apoyó dejando el culo bien expuesto y su marido se afanaba en untarle bien, ella le indicaba que sin miedo. Tenían una conversación que era una mezcla de español y de inglés, según encontrase las palabras ella. Le decía a mi primo que me convenciera que lo hiciera sin condón, que quería notar la corrida. Ya lo había querido cuando la follaba el coño, pero sabiendo que no tomaba nada, no quería problemas ni dudas futuras. Mi primo me lo dijo y acepte. Me quite el condón. Estuve a punto de hacer que el me pusiera el lubricante en el rabo, pero no quise que se sintiera mal, que lo mismo no le importaba, pero de momento no. Keyrah ya estaba preparada su culo era una visión excitante y yo me embadurnaba el rabo tranquilamente, una y otra vez, brillaba mucho y mi primo miraba embelesado. Me acerque a ella, la acaricie, con dos dedos probé que tenia el culo bien lubricado y si lo estaba. También estaba nerviosa, porque cuando meto mis dedos, apretó el culo, tenia que lograr que se relajase, por lo menos para meter el capullo.
Coloque el capullo en la entrada, todo resbalaba mucho. Agarre bien mi rabo y con un suave movimiento lo coloque si meterlo, lo encaje. Sentí como se encogió ella. Seguí acariciándola, diciéndole que su marido estaba a punto de correrse, que seguro que lo haría cuando le metiese el rabo. Justo cuando empezó a hablar di un golpe de riñones y el capullo se encajo en la entrada del culo, note perfectamente, como su culo lo atrapo y como ella soltó un AY alto. Ricardo me decía que cuidado que le duele y ella le dijo que la dejara a ella. Hice que Ricardo cogiera el bote de lubricante y echara un poco en mi rabo. Tarde cerca de 10 minutos en tener la mitad del rabo dentro. Cuando ella le dijo a su marido, “ves no se ha venido, es una roca, sigue dura, dura” Ricardo no se dio cuenta de que lo provocaba y me dijo que no me parara que le abriera el culo del todo a la puta de su mujer. Hice lo que me dijo y ella grito, gimió y me animaba a que la follara.
Le describía a su marido lo apretado que estaba, como movía de bien el culo y mi primo se iba poniendo otra vez rojo, estaba a punto de correrse y esta vez a ella le daba igual. Aguantaba como una heroína las embestidas brutales que le estaba dando, le dije a mi primo que se metiera como pudiera debajo para comerle el coño. Estaba tan nervioso que no podía, así que nos fuimos a la chaise longue, ella nos metía prisa, Ricardo se tumbó, ella se puso encima de su boca y le volví a meter el rabo hasta dentro del culo. Se puso mas cachonda, le decía a su marido si veía bien ahora lo que era un hombre, y le ordenaba que el comiera el coño. Ella se excedió pidiéndome que la follara mas fuerte y yo me excedí en follarla bestialmente. Nos corrimos los dos como perros, se quedo rendida encima de su marido y cuando la saque del culo, salió a la vez parte de la corrida que fue cayendo por la raja de su coño, hasta la boca de mi primo.
Mi primo seguía lamiéndole el coño, sin darse cuenta, cuando se dio cuenta quiso quitarse y su mujer lo atrapo con sus muslos. Tuvieron un tira y afloja, los deje mientras me iba a lavar el rabo. Al volver los vi en la misma posición, pero esta vez no había tira y afloja. Iba con la intención de seguir y ella con cara de pena me decía que necesitaba agua fría en su trasero y descansar. La entendí porque el culo estaba todavía bien abierto. Me dio un beso y nos dejó a su marido y a mi solos. Mi primo estaba contadísimo y por eso intente animarle, “Ricardo no te sientas mal. Que eso le ha pasado a muchos tíos y no pasa nada. Ni eras mas ni menos hombre. Que te confieso que me han mamado el rabo mas de un tío y no me siento menos hombre” se quedó mirándome fijo y me decía que estaba confundido, hice que se fuera a la cama y yo hice lo mismo.
SÉPTIMO DIA
Sería su ultimo día y última noche. Me fui a trabajar un poco, solo hasta mitad de la mañana y al día siguiente cogería el día libre para llevarlos a Madrid al aeropuerto. Mi primo se acostó con dudas, lo que hubiera hablado con su mujer seria definitivo. Esperaba su llamada y no se producía, me mosqueaba un poco, aunque lo mismo como sabía que saldría temprano, pues por eso no llamaba. Despidiéndome de mis compañeros me entro una llamada de mi primo, que me decía que estaban en la cafetería de enfrente de mi trabajo, si me quedaba mucho y me baje sin perder tiempo. Iba con un pantalón vaquero corto y una camiseta ajustada, que me provocaban palpitaciones en el rabo. Querían ir a la playa y yo estaba con traje y corbata. Habían traído una bolsa para que me cambiara, sonriendo mi primo me decía que había sido cosa de Keyrah. Aparcamos el coche y tapados por ellos me cambie. Ella en plan gracioso me agarro el rabo y pregunto que como estaba su amiga y yo le pregunte como estaba su culo, me contesto mi primo, diciéndome que por la mañana le había dicho que estaba preparado para otro combate y llegamos a reírnos.
Llevábamos un rato en la playa y ella pidió que le echáramos protector, me ofrecí yo. Solo llevaba la parte de abajo del bikini. Le puse el protector por la parte de arriba primero y acariciaba sus tetas por los costados, logrando sacarle algún gemido suave. Lo mejor vino con sus piernas y al llegar a su culo, le aparte la poca tela que llevaba y su coño se veía a la perfección. Después de sobárselo bien, me fui a su coño y le empecé a hacer una paja, metiendo mi mano por detrás. La hice correrse en menos de 10 minutos. Giro la cabeza me sonrió y me dijo “thanks my bull”, nos fuimos para casa, ellos a su habitación y yo a la mía. Estaba duchándome quitándome la arena cuando vino Keyrah a pedirme una toalla que les faltaba. Como ya había acabado salí y cogí una grande, cuando ella se había sentado en el inodoro y se ponía a comerme el rabo. Me decía que le gustaba mucho con la facilidad que ponía dura.
Oímos a mi primo que venía y paró saliendo con la toalla. La cena fue de tristeza por parte de ellos, porque tenían que regresar. Allí los días de vacaciones les cuesta dinero, por eso no venían tanto. Al terminar no veía yo que fuera a ver nada. Porque mi primo decía de acostarse pronto, por tener que madrugar. Pues a joderse y a aguantarse. Me fui a mi habitación y me acosté. Se abrió lentamente mi puerta y venia Keyrah desnuda, con una gran sonrisa y diciéndome, “soy tu regalo de despedida, de parte de Richard y mía, por lo bien que nos has tratado”, follamos durante varias horas, se puso un poco cabezona para que la follase sin condón, pero no cedi y lo que no pude evitar lo escandalosa que era. Cada corrida era mas ruidosas que las mascletás. No se cuantas veces se llego a correr pero mas que yo si se corrió. Me llegue a correr tres veces, en su boca, en su culo y cuando me hizo una cubana de película, en su cara-teas-cuello y por donde cayo.
OCTAVO DIA
Dia de despedida. Me levante y aunque nos habíamos quedado dormidos juntos Keyrah y yo, no estaba en mi cama. Fui a ver si se habían despertado y estaban los dos dormidos, desnudos y al acercarme a despertarlos, se podía ver en ella restos de mi corrida, en parte del pecho y en el pelo. Avise a mi primo. Me fui a duchar y prepare el desayuno para todos.
Camino de Madrid ella iba detrás y no para de mirarme con provocación, mientras mi primo no paraba de hablar. No se me olvida, por la zona de Fuentidueña del Tajo, nos hizo parar por una necesidad, esas fueron sus palabras. Una vez que paramos, le dijo a su marido que condujera él y que yo me montase detrás con ella. No tardo nada en desabrocharme el pantalón y comerme el rabo. Lo comía de distinta manera, mas frenética y con el coche a 120. No me dio tiempo, se movió con rapidez y se lo clavo sin más. Se movía dando unos saltos asombrosos, se corrió muy rápido. Cuando se corría le decía a su marido, que así si, que le encantaba notarla sin nada. Una vez que se corrió, hice parar a mi amigo que lo hizo en el arcén. La quite me menee el rabo y cuando estaba a punto la avise, se engancho y me corrí en su boca. Ella se levantó, se agarro de los dos cabezales de los asientos delanteros y se morreo con Ricardo, que esta vez no dijo nada.
Llegamos bastantes justos al aeropuerto. No nos dio tiempo a tomar nada. Facturar y poco más. Un fuerte abrazo con mi primo y ella con cara casi llorosa, me dio un buen morreo con sabor salado. Me decían que tenia que ir a verles, que yo no tenia problemas con las vacaciones. Deje la posibilidad abierta.
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