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Categoría: Maduras

El sobrino de mi ex

Hola me llamo Verónica tengo 40 años soy médica obstetra. Vivo en Buenos Aires, Argentina. Mido 1,70m soy de piel blanca, pelo castaño claro, ojos verdes y mis medidas son 120-90-60. Acudo al gym tres veces a la semana y los sábados juego tenis. Por lo que me encuentro en muy buen estado físico y sin querer jactarme estoy mejor que muchas de 30.



Lo que les voy a relatar me ocurrió el año pasado a mediados del mes de Noviembre, soy divorciada hace 5 años, pero mantengo una buena relación con la familia de mi ex.



Un jueves a mediados de noviembre me llamo por teléfono, Roberto, un sobrino de mi ex, preguntándome si podía pasar por casa al otro día como a las nueve de la mañana. Pues tenia que hacer un trabajo en Internet bastante largo, para presentar en el colegio y como el servicio que yo uso es por satélite y no por teléfono, podía estar conectado largo rato sin costo alguno. Le dije que si que no había problema alguno, y quedamos en vernos por la mañana.



Esa madrugada como a las 3 sonó el teléfono en casa, me llamaba el marido de una parturienta, que había roto bolsa, y se encaminaban al sanatorio, así que me levante, tome una ducha rápida y partí para el sanatorio.



Fue un parto bastante complicado y recién quede libre como a las siete y media de la mañana, llegue a casa a las ocho y media, me prepare un café y espere la llegada de Roberto.



A las nueve en punto sonó el portero eléctrico, era Roberto. Lo hice pasar y mientras nos tomábamos un café le conté lo de la noche anterior. Le dije que si no le importaba me acostaría a dormir un rato, que me despertara a la once o antes de irse, me dijo que estaba bien que me acostara tranquila.



Me fui a mi dormitorio, me desvestí y me puse una camiseta de baloncesto, esas que son sin mangas y apenas tapaban mi culo. Como hacia calor hice a un lado las sabanas y me acosté, quedándome adormilada.



No se cuanto tiempo paso, pero medio desperté al escuchar el picaporte de mi puerta, pero realmente estaba tan cansada que me quede como estaba.



Acostada de costado abrazando la almohada, con una pierna recogida y la otra estirada, con la camiseta levantada en mi cintura dejando ver mi culo y mi concha.



De repente escuche unos jadeos ahogados y abrí los ojos. Así de costado como estaba por el reflejo del vidrio de la ventana, pude ver a Roberto, de 17 años, parado a los pies de mi cama mirando mi culo y haciéndose una paja. Me quede petrificada no sabía que hacer. Por lo que podía ver, tenía una pija bastante grande y sin darme cuente me empecé a calentar, sentía como mi concha se mojaba, quería darme vuelta y agarrar esa pija y metérmela en la boca, pero me contuve, Roberto acabo en su mano izquierda, luego se la llevo a la boca y se trago su propio semen. Sigilosamente salio del dormitorio cerrando la puerta. Yo tenía una calentura padre. Escuche como se lavaba las manos, y al rato golpeo la puerta de mi dormitorio: -Vero son las once.



-Esta bien, ¿Ya te vas? -En diez minutos.



Me levante medio aturdida por lo que había pasado y la calentura que tenía, salí como estaba, solamente con la camiseta puesta. Fui al encuentro de Roberto, este no apartaba la mirada de mis tetas pues mis pezones estaban a reventar y con mis movimientos estas se bamboleaban de un lado a otro. Decidí jugar un poco con el pendejo pajero. Le propuse tomar un último café antes de irse. Fuimos a la cocina, se sentó en la mesa y yo adrede me agache para buscar un cacharro dejando a la vista mi culo. Cuando me di vuelta disimuladamente mire su entrepierna, tenia una carpa como para que el Circo de Moscú diera una función. Nos tomamos el café y me dijo que se le hacia tarde, pedazo de hijo de puta, se iría dejándome con tremenda calentura. Nos paramos y fuimos hasta la puerta, le di un beso en la mejillas y yo otro a él apoyando mis tetas en su pecho y diciéndole que cuando quisiera podía venir nuevamente. Cerré la puerta y me fui al dormitorio me acosté y de mi mesa de noche saque un consolador doble para mi concha y mí culo me la introduje y lo prendí pensando que era Roberto quien me penetraba. Tuve un orgasmo casi al momento.



Luego de bañarme me vestí y retomé mis tareas. Por la noche partí para el country. El sábado por la mañana fui a tomar mis clases de tenis, Con Gustavo un fibroso treinteañero que en más de una ocasión ha sabido pasar por mi cama. Después de la clase le dije a Gustavo que lo esperaba esta noche en casa, me dijo que iría con gusto.



Gustavo llego como a las ocho y media de la noche nos servimos un trago que no llegamos a tomar pues rápidamente estábamos los dos desnudos en el medio del living, Gustavo chupa la concha como nadie, en eso estaba cuando yo ya tenía mi primer orgasmo, pero en mi mente solo veía a Roberto masturbándose lo que me provoco otro orgasmo. Fuimos al Dormitorio le chupe la pija, me dio por el culo por la concha, pero en mi mente solo estaba la imagen de Roberto.



Decidí que me tenía que coger al pendejo, pero por más buenas relaciones que tuviera con la familia de mi ex no podía llamar y decir que viniera a casa, tenía que ser el que llamara para venir.



Pasó toda una semana y no tenía noticias de Roberto, solo encontraba consuelo con mis juguetes de los que hacia uso todas las noche, pensando que era Roberto quien me poseía.



recién el miércoles de la semana siguiente sonó el teléfono: -Hola, Vero, soy Roberto -Que tal, como andas -Mira Vero mañana necesitaría tu compu -A que hora -A las nueve como los otros días -Mira mañana tengo programada una cesárea a las siete, porque no venís a eso de las diez y medía.



-OK, nos vemos mañana.



Mi plan estaba en marcha, lo de la cesárea era mentira.



Al otro día como habíamos quedado Roberto llamo a mi puerta a las diez y media.



-Que tal Vero, como va todo -Todo bien nos saludamos con un beso.



-Mira Roberto, vos conoces donde esta todo yo tuve una semana bastante agitada y estoy cansada así que me tomare un Valium y dormiré toda la tarde ya que hoy no tengo consultorio.



-Esta bien Vero, como digas, cuando termino me voy.



-Hace de cuentas que estas en tu casa, que yo me tomo la pastilla y en menos de cinco minutos estoy frita. Puede pasar el séptimo de caballería por mí cama que no me daré cuenta.



Me dirigí al dormitorio me cambié, me metí en la cama pero no tome ninguna pastilla. Esperaba la llegada de mi amante.



Pasaron diez minutos y sentí la llegada de Roberto, toco mi hombro para ver que tan dormida estaba, yo ni me moví. Roberto sé retiro, pero regreso enseguida, sentí como se acostaba lentamente a mi lado, yo estaba acostada como de costumbre, de costado abrazando la almohada, con una pierna estirada y la otra recogida. Levanto lentamente mi camiseta, dejado al descubierto mi culo, comenzó a pasarme la pija por la raya de mi orto, una y otra vez yo quería que me penetrara pero también tenía curiosidad por saber que quería hacer él. En un momento dejo su pija en la entrada di mi culo y me empezó a sobar las tetas, mis pezones reventaban, de repente dejo de sobarme para hacerse la paja acabo en mi raya que luego chupo limpiándome su semen.



Esta operación la repitió dos veces más mis jugos salían de mi concha a borbotones. Se levanto y se marcho. Yo tome mis consoladores y no deje de pajearme hasta ya entrada la tarde.



Por la noche sonó el teléfono -Hola Vero, soy Roberto, dirás que soy un pesado pero podría ir mañana -Mañana imposible, porque no venís el sábado, que me tengo que quedar para ordenar los placeres.



-Bueno, el sábado después de almuerzo, ¿te parece bien? -Perfecto el sábado te espero.



Llego el sábado y llego Roberto.



Hoy me lo cogería a como diera lugar, basta de pendejadas de pajearse a expensas de mi culo y dejándome caliente.



Yo tenía puesto un solerito sin mangas bastante por arriba de las rodillas y no tenía ropa interior. El tenía un pantalón de verano y una camisa. Lo invite a pasar al living le ofrecí un refresco y nos sentamos uno frente al otro, lo hice a propósito, para cruzar mis piernas y dejar que viera mi concha.



-Y Roberto que tal, como van esos amores. Porque un joven tan guapo seguro que tendrás las mujeres que quieras.



Rompí el fuego, cruzando las piernas para darle espectáculo.



-No creas que es tan fácil -Vamos vamos no te hagas el sonso -Y dime tu, que tal? porque eres bastante linda y te ves muy bien con ese cuerpo que tienes.



Poniendo cara de vaca degollada, le dije -Pues mira, nada serio, solo salgo con amigas pues los hombres de hoy no quieren compromiso, quieren echarte un polvo y si te he visto no me acuerdo.



Vi que le impacto mi respuesta así que seguí.



-Sin ir más lejos, hace tanto que no cojo que no me acuerdo, los otros días cuando viniste y yo me acosté a dormir tuve un sueño mojado.



Note que Roberto se ponía colorado y se empezaba a empalmar.



-Que es un sueño mojado? -Vamos, me vas a contar que nuca soñaste que te cogías una mina y cuando te despertabas te habías ido en seco? -Si me ha pasado -Bueno eso me paso las otras tardes. Y ahora de solo pensarlo me estoy mojando, lo mismo que vos te estas alzando.



Le decía esto mientras me abría de piernas y le mostraba mi concha Mientras le miraba el bulto.



Roberto no aguantaba más así que me pare fui y me senté a su lado -A ver que tenemos aquí.



Le dije mientras le agarraba la pija y él daba un suspiro.



Procedí a desabrochar su cinturón y bajarles los pantalones, ante mi apareció una pija en toda su gloria, comencé a darle una mamada de película, Roberto gemía y me apretaba las tetas, no tardo en legar a un orgasmo inundado mi boca con su leche. La que retuve y cuando ya no le quedaba semen por expulsar le di un chupon pasándole todo su semen el que él trago.



-Te gusta tu leche? -Es algo distinto -Como que algo distinto? -Si es la primera vez que pruebo semen - No me mientas, que yo te he visto mientras te pajeabas y acababas en tu mano y las otras tardes cuando acabases en mi raja para luego sorber.



-Si pero es distinto de tu boca, ahora tu también participas, eso le da otro sabor.



Me dio un beso mientras me alzaba y me conducía al dormitorio, cogimos toda ese sábado, le enseñe a mamar bien una concha, me hizo el culo me dio por la concha, me paje con los consoladores mientras se la mamaba, le metí un consolador en el culo mientras me cogía, en fin hicimos de todo.



Hace ya un año y con el único que cojo es con él, salvo cuando hacemos participar a alguien más en nuestros juegos, pero esto se los contare en otro cuento Un beso grande para todos


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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