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Un buen par de tetas, mi redención (y 4)

Las vi irse abrazadas, tocándose el culo la una a la otra, y me quede descansando en la cama hasta que la curiosidad pudo conmigo. Me levante y me fui a la cocina a ver que hacían. Bego estaba con un mandil puesto friendo unos huevos mientras Amparo aun completamente desnuda hacia tostadas apoyada en la encimera. Me puse detrás de ella, la bese el cuello y me senté en una silla detrás sin poder apartar la vista de aquel cuerpo que tanto placer me había dado. Al verme sentado allí, separo sus piernas dejándome ver desde atrás su coño abierto y brillante por la excitación. Esa visión fue suficiente para que mi polla se empezara a poner dura. Sin darse la vuelta giro la cabeza y me miro directamente a la entrepierna:



Veo que nuestro amigo empieza a reaccionar de nuevo, y se agacho aun mas poniéndome el culo a escasos centímetros de mi cara.



Se lo mordí despacio y pase mi lengua por su raja, lo que hizo que se me pusiera ya como un palo. Me incorpore y sin mas miramientos se la metí de un golpe hasta el fondo de su coño. Gimió y amarrándome a sus tetas empecé a follármela, Bego sin dejar de cocinar nos miraba con deseo y yo mirándola a los ojos me follaba a su cuñada cada vez mas fuerte, mas rápido, sacándola unos gemidos cada vez mayores y notando como estaba a punto de correrse. Mis embestidas eran cada vez mayores, sus gemidos mas altos, mis manos apretaban sus tetas mientras mi polla entraba y salía con fuerza hasta que que grito que se corría. Bego para entonces había terminado de cocinar, se había quitado el mandil y mirándonos metía y sacaba los dedos de su coño. Aquello hizo que no aguantase más y llenase el coño de mi amante de leche caliente. Abrazado deje que mi polla descansase en aquel rico agujero. Entonces sonó el timbre. Nos entro el pánico y Amparo fue a ver quien era:



Son mi tía y mi prima Susi escondeos, que no os vean. Dijo cuando volvió.



Aun desnudos nos encerramos Bego y yo en la despensa de la cocina. Nos quedamos muy quietos mirando por una pequeña rendija como Amparo se encaminaba hacia la puerta y luego volvía acompañada por su tía y su prima Susi, que iba tan sensual como siempre con una camiseta ajustada que se veía a la legua que no llevaba sujetador y unos vaqueros que la marcaban el culo hasta desear arrancárselos. Amparo se había puesto mi camiseta para tapar su desnudez y estaba de lo más sexy porque aun cuando la cubría hasta las rodillas yo sabía que debajo no había nada más que su piel. Susi se dio cuenta que algo no era no era normal al reconocer mi camiseta y empezó a buscarme con la vista.



¿Te gusta esa zorrita verdad? Susurro en mi oído Bego con un deje de celos en su voz a la vez que agarraba mi polla con la mano y empezaba a meneármela con destreza.



La verdad es que si, respondí, es una mujer caliente como tu y eso me pone muy cachondo y si no mira como me estas endureciendo la polla



Aquel movimiento de su mano unido a la visión de los pezones de Susi que se habían puesto muy duros bajo su camiseta sin sujetador al ser consciente de que me había estado follando a su prima, hizo que se me volviera a levantar.



Follame, me pidió Bego girándose y apoyando las manos en la puerta.



Se la clave y la puerta se movió atrayendo la mirada de Susi. Sonrió y mientras su madre a su espalda hablaba con una Amparo cada vez más nerviosa, se apoyo en la mesa de la cocina y se metió un dedo en la boca haciendo como si me la chupase. Mi grado de excitación era cada vez mayor lo que hacia que el ritmo de mis embestidas en el coño de mi madura amante fuesen cada vez mas alto hasta que Bego empezó a gemir de placer demasiado fuerte y termino ocurriendo lo inevitable, la tía nos oyó y abrió la puerta de golpe, lo que produjo que en pleno orgasmo Bego cayese sobre la tía tirandola al suelo. Tras levantarse escandalizada, empezó a llamarnos de todo hasta que Susi la cortó de raíz:



No te hagas la estrecha que más gritas tú cuando te masturbas en tu habitación, que llevo años oyendo como lo haces.



Aquello nos dejo paralizados, Amparo miraba como ausente, Bego permanecía aun tirada en el suelo con la respiración entrecortada, Susi miraba desafiante a su madre y esta miraba horrorizada a su hija y yo con mi polla aun tiesa las miraba a todas. Durante unos segundos eternos nadie se movió hasta que Susi se acerco a su madre la dio la vuelta la levanto la falda y el dijo a su prima que la quitase las bragas. La tía Manoli es una señora de unos 50 años regordeta pero con las carnes firmes por el trabajo diario en el campo. Amparo se arrodillo y le bajo las bragas dejando ver un culo blanco, redondo y muy apetecible, luego metió los dedos en el coño de su tía y mirando a su prima exclamó:



Joder como esta de caliente, mucho hacerse la ofendida pero tiene el coño como un charco.



Es de la familia y es igual de puta que nosotras pero aun no lo ha podido demostrar, así que Mario clavasela y saca la zorra que lleva dentro.



Bien pero Amparo primero desabróchala la blusa y quitala el sujetador, esas tetas enormes deben estar al aire y tu Susi quitate la camiseta que estoy deseando vértelas



Mientras las primas hacían los que les había pedido Bego chupaba mi polla para mantener la erección. Luego todos desnudos volvimos a la habitación y allí me lleve a la cama a Manoli. No había vuelto a decir nada solo se dejaba hacer, empecé por besarla el cuello, pasar mi lengua por su oreja y comerla la boca mientras mis manos amasaban sus enormes tetas. Luego baje mi cabeza buscando aquellos pezones grandes, negros y duros para chapárselos como un bebe hambriento, mordisqueárselos y pasar mi lengua por ellos hasta oír sus gemidos. Continué bajando por su ombligo hasta que llegue a su coño que lamí cada centímetro, estaba encharcado y a cada sacudida de mi lengua ella gemía y agarraba mi cabeza empujándome contra su ardiente cueva cada vez con mas fuerza, cuando chupe su clítoris llego a un orgasmo intenso que la hizo dar unos gritos enormes. Aquellos gemidos se mezclaban con los de su hija y mientras la gire para follarme a Manoli desde atrás, vi como de pie, Amparo tenia agarrada a su prima por las tetas que completamente abierta de piernas dejaba que Bego arrodillada le comiera el coño sacándola unos gemidos que delataban que estaba apunto de correrse. Mirando como se follaban a Susi entre su prima y su cuñada, la dije a Manoli que apoyara la cabeza en la almohada y desde atrás muy despacio, para que sintiera como entraba mi polla, comencé a meter y sacarla cada vez mas rápido Los gemidos de Manoli se mezclaban con los míos, lo de su hija y los de Bego y Amparo que se masturbaban mientras se follaban a Susi. No aguante mas y mientras oía como se corrían aquellas mujeres calientes, me corrí llenando el coño de Manoli de leche.



Descansamos todos en la cama, y continuamos haciéndolo entre todos el resto de la mañana hasta que a mediodía nos despedimos prometiéndonos que lo repetiríamos en una próxima ocasión. Fue una esplendida despedida y mi redención total para olvidar mi separaron y volver a tener una vida normal.


Datos del Relato
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