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Un agente especial

‘Te propongo una noche, inenarrable, irrepetible, inolvidable, infinita en nuestro mundo, la carne es débil, la mente es perversa, desafía mi alma, mi cabeza, mi mundo’.



Daisuke pisó el último escalón que lo llevaba a la puerta de apartamentos de Ken y la inusual conversación que había tenido con él horas antes se le olvidó de repente, solo esa frase indecente previo al juego sexual era lo que se repetía en su cerebro, La anticipación a todo hizo que su corazón tartamudeara mientras caminaba hacia la puerta de su chico, estaba abierta, de repente recordó que él le estaría esperando en su cuarto, solo, sin nadie, estarían solos sin ninguna compañía, mientras todo el mundo estaba teniendo diversión esa noche, ellos la tendrían a su manera, jugando al chico oficial y el chico estudiante, otra fantasía más de los dos y esta vez, los dos tenían ganas de sexo, mucho más por parte de Ken en esta ocasión.



A pesar de la experiencia con disfraces y cosas inusuales entre los dos, se aflojó nerviosamente la corbata ya que llevaba puesto su uniforme de secundaria ataviado con un pantalón oscuro y una camisa blanca, todo esto impuesto por un deseo de Ken.



Llamó vacilante a la puerta de la habitación de Ken descubriendo una placa en la que leyó el apellido y nombre de Ken; "Oficial Ken Ichijouji"



-Puedes entrar -instruyó una voz profunda, Daisuke sintió calor en su estómago cuando abrió la puerta y entró.



-Cierra la puerta y cierra las persianas -ordenó Ken con un gorro de policía adornando su cabello oscuro que estaba detrás del escritorio, Daisuke excitado y nervioso, tragó saliva y obedeció.



-Sí, señor -Susurró.



-¿Qué dijiste? -Reprendió Ken ahora vestido con la prenda de vestir que usaría en un futuro, por ahora era solo un disfraz, pura diversión, puro entretenimiento para complacer los deseos de la carne.



-Sí, señor oficial -respondió más fuerte esta vez. Después de cerrar la última de las persianas, caminó hacia el frente del escritorio y se arrodilló, con la cabeza hacia abajo. Se quedó quieto por unos minutos mientras Ken jugaba con el silencio, haciendo subir la excitación por momentos, el corazón de Daisuke latía más que de costumbre, a pesar de querer hacer también esto, Ken imponía muchísimo con sus ojos y sobre todo con su cuerpo, y esa noche, el traje de policía que llevaba le hacía todavía más atractivo y sobre todo más deseable sexualmente, sobre todo si usaba ropa casi de látex por las partes de sus pantalones, sus nalgas eran demasiado prominentes y su cuerpo bien formado se podía entrever por la tela del uniforme, una verdadera obra de arte era Ken cada día y esa noche, era un Dios del disfraz.



Acabando de finalizar con el silencio y teniendo a Daisuke, el lider, el que manda, enfrente de él arrodillado, finalmente se puso de pie y caminó alrededor del escritorio para pararse junto a la figura arrodillada, sus ojos recorrieron a Daisuke, pero su rostro se mantuvo sin emociones.



-Quítate la camisa y la corbata -Gruñó el policía Ken, la polla de Daisuke se contrajo y comenzó a endurecerse mientras se quitaba la camisa y corbata, se tomó su tiempo con los botones, a mitad de camino escuchó a Ken resoplar con impaciencia, algo inusual en él y miró para ver la parte delantera de los pantalones del señor policía, su polla estaba medio duro, dispuesto a atacar, ante eso, Daisuke aceleró, prácticamente arrancándose la camisa. Cuando su torso finalmente estaba desnudo, el señor policía asintió con aprobación y agarró la corbata de Daisuke al suelo. Luego tiró de sus brazos hacia la espalda y le ató la muñeca y los antebrazos, haciendo que el pecho de Daisuke se arqueara hacia afuera, este dejó escapar un pequeño gemido y Ken quedó un poco helado.



-No te di permiso para hablar -Volvió a gruñir mientras levantaba un puntero de madera. Lo dejó caer sobre los anchos hombros de Daisuke y este se mordió el labio inferior para no gritar. La cara de Ken el policía se suavizó y le dio un suave masaje en la piel roja.



-Levántate -ordenó una vez que terminó de atarle y Daisuke se puso de pie, con cuidado de no perder el equilibrio. Ken hizo que se apartara del escritorio y comenzó a pasar sus manos por su pecho bronceado y musculoso.



-Tan hermoso, tan mío, lo sabes, lo sabemos -murmuró Daisuke a pesar de ser un tío fuerte se sonrojó y mantuvo la cabeza baja, esa noche la esencia de Ken imponía, y más cuando este último se quitó la corbata de su uniforme y la sostuvo. Daisuke lo entendió y obedientemente abrió la boca, dejando que Ken le metiera la corbata y atara un nudo firmemente detrás de su cabeza.



-Ahora puedes hacer tantos ruidos en la mordaza como desees pero no te muevas a menos que yo te lo ordene -Le explicó, Daisuke gimió sin querer cuando los ágiles dedos del señor policía se pellizcaron con sus pezones. Su polla ya estaba completamente dura ahora, y luchó para evitar que sus caderas se sacudieran hacia adelante cuando Ken como policía comenzó a usar su boca para chupar y morder los pezones endurecidos, luego inclinó la cabeza de hacia atrás y lamió una raya por la garganta expuesta. Los ojos de Daisuke se pusieron en blanco y gimió de placer cuando el oficial Ichijouji chupó y lamió su piel, sus manos palparon la erección del chico guapo de Daisuke a través de sus pantalones y este jadeó cuando le mordió la piel dejando un rastro de moretones comenzando desde su cuello y abriéndose camino hacia abajo. Una vez que llegó a la cintura de los pantalones de Daisuke rápidamente desabrochó la cremallera y tiró de los pantalones y los boxers con un tirón, liberando la polla de Daisuke para que se apoyara contra su estómago, este último se quedó sin aliento y miró hacia abajo mientras que aquel atractivo policía presionaba besos húmedos contra el pliegue en el interior de los muslos, un pulgar subió y deslizó la hendidura de la polla de Daisuke, limpiando los evidentes signos de presemen. Un fuerte gemido sonó a través de la mordaza, y Daisuke se olvidó de sí mismo, instintivamente moviendo sus caderas en la mano del policía, pero por incomodidad, Ken se levantó y frunció el ceño con desaprobación. Daisuke gimió en tono de disculpa, pero el señor policía ya lo estaba obligando a ponerse de rodillas.



-¿Por qué parece que tienes problemas para obedecer incluso las órdenes más simples? -Ken el policía le reprendió, agarrando de nuevo el puntero de madera. Él tiró de la boca de Daisuke con brusquedad.



-Cuando te dé una orden, espero que la sigas, ahora soy YO quien te da las órdenes -de nuevo gruñó en voz baja a su oído, se enderezó y levantó el puntero.



-¿Ha quedado claro?



Daisuke asintió un poco. El señor oficial colocó el puntero sobre su espalda y Daisuke dejó escapar un grito ahogado.



-Di "Sí, oficial Ichijouji" pero exprésalo con sentimiento, como siempre lo haces, quiero sentirlo, saber que lo dices de verdad



-Sí, señor oficial Ichijouji -gritó cuando el puntero le golpeó la espalda, su polla se contrajo



-Otra vez -Ordenó bajando el puntero con una fuerte palmada.



-Sí, señor Oficial Ichijouji -contestó quejándose a la misma vez; el otro chico tiró con fuerza el puntero sobre su espalda dos veces más.



-Buen chico -le elogió mientras se arrodillaba, acariciando la mejilla de Daisuke y este gimió, su polla palpitaba y goteaba más presemen .Ken desató su propia cremallera a toda prisa y liberó su propia polla que goteaba. Agarró a Daisuke con fuerza por el pelo y tiró de su hacia su polla.



-Vas a beberte todo mi amor, ¿verdad? -siseó cuando Daisuke abrió la boca para aceptar su polla. Tomando la mitad de la polla en su garganta, zumbó de acuerdo, haciendo que el señor policía echara su cabeza hacia atrás con éxtasis y gimió, la lengua de Daisuke giraba alrededor de la cabeza de su polla.



-Sí, sí -gruñó empujando sus caderas, un escupitajo obsceno venido de su boca obscena se escurrió en la mandíbula del trabajo rápido de Daisuke quien al verse sorprendido ante tanta saliva de más, trató de no vomitar alrededor de la gran polla de Ken, De repente, se adelantó, la nariz de Daisuke se topó con su vello púbico y se retiró rápidamente, envolviendo una mano firmemente alrededor de la base de su propia polla.



-Quiero entrar en ti, estudiante con cara y cuerpo de pecado, tenés 2 minutos para abrirte -dijo Ken súper ansioso agachándose para deshacer las ataduras.



Daisuke se levantó de un salto y envolvió una mano alrededor de su propia polla erecta. Ken no le había dado permiso para correrse todavía, y corrió al otro lado del escritorio para tomar una botella de lubricante de uno de los cajones inferiores. Rápidamente regresó y se recostó sobre su espalda, inclinando sus caderas hacia arriba y extendiendo sus piernas para exponer su agujero fruncido.



-Eres un estudiante con un culo súper bonito, quiero que lo sepas -suspiró el señor policía, acariciándole mientras observaba.



Daisuke jadeó con una mano agarrando su polla mientras pasaba un dedo alrededor de su agujero antes de trabajar dentro. Sus caderas se levantaron mientras silbaba ante la sensación de estar lleno, agregó uno, luego el segundo y luego rápidamente, un tercer dedo, empujando hacia ellos con entusiasmo. Extendió las piernas lo más abiertas que pudo, levantó las caderas y cortó dos dedos para mostrar su agujero estirado, goteando con lubricante. Gruñendo, los ojos del señor policía recorrieron el cuerpo de Daisuke de manera posesiva, su pupila se abrió de par en par con la excitación.



-Inclínate sobre el escritorio -Le ordenó perdiendo todo atisbo de razón humana, al igual que Daisuke que obedeció rápidamente, apoyando sus manos en el escritorio y sacando su pequeño y alegre trasero, Ken se desabrochó rápidamente el cinturón, dejó caer sus pantalones y boxers hasta el fondo y metió la corbata en la boca de Daisuke otra vez porque con los gemidos, aquello había caído al suelo.



-Quédate quieto -Le ordenó ahora, alineó su masculino miembro viril con el agujero perfecto de Daisuke, pero este gimió y retrocedió. Con severidad, el atractivo policía dobló su cinturón por la mitad y azotó brutalmente Daisuke con él, él sollozó, y aferró su polla para evitar que llegara cuando el dolor del placer fue directamente a su polla.



-Maldita mierda. Quieres mi polla dentro de ti, ¿verdad? -Acusó el Señor policía mientras golpeaba la espalda de Daisuke, volviéndola roja, este gritó en la mordaza.



Ken volvió a alinear su polla y empujó con un gemido gutural, Daisuke echó la cabeza hacia atrás, con las manos agarrando el escritorio y apretando el culo alrededor de la deliciosa polla señor policía y este golpeó a Daisuke contra el escritorio, sus empujes fueron más fuertes cuando este último se apretó más alrededor de él. De repente, Daisuke soltó el gemido más sumiso de toda la noche, y Ken ante ese ruido tan sensual se volvió un tremendo animal, mordiendo la carne del hombro de su chico y calentándose dentro de su culo, se perdió en el éxtasis, pero aun así logró el clímax y correrse con su único y mejor amigo, haciendo que Daisuke se corriera por todo el frente del escritorio con un grito ahogado. Los dos cayeron jadeando y sin huesos al suelo, y Ken sacó de nuevo su sensual miembro, Se puso de pie temblorosamente y agarró el Kleenex para limpiarse. Se puso de nuevo y agarró una corbata nueva antes de sacar algo de un cajón cerrado y caminar de regreso para ser feliz con Daisuke carnalmente, y este se puso de rodillas con cansancio y se inclinó hacia el suelo, con el culo levantado, esperando al atractivo policía quien de regreso reveló un tapón de silicona en su mano. Inclinándose, lo metió en el agujero de Daisuke para evitar que el semen se escape.



-Levántate a cuatro patas-. Habló con brusquedad y Daisuke se levantó rápidamente, gimiendo por la sensación del tapón en su culo. Ken lo agarró por su cabello pelirrojo y empujó su nariz hacia el semen en el escritorio.



-Lámelo todo y si queda un solo lugar sucio te ataré para que estés completamente indefenso, y luego te azotaré todavía más -La polla cansada de Daisuke se contrajo en un esfuerzo valiente, y él asintió con la cabeza en respuesta, Ken le quitó la mordaza y caminó alrededor del escritorio para volver a sentarse y simplemente observar, nada más increíble y excitante que ver a Daisuke, el líder y hablador de todo el grupo de amigos estando en silencio como un perfecto sumiso catando sus órdenes más sucias y Daisuke por su parte comenzó a rodar con impaciencia en el semen seco sobre la mesa como un perro ansioso por su cena.



Después de limpiar el escritorio y el suelo sin manchas, se sentó sobre sus talones y esperó. Ken finalmente se levantó y caminó para inspeccionarlo. Él asintió con aprobación y acarició con afecto el lado de la cara de Daisuke



-Buen chico. Vuelve a ponerte la ropa y podremos irnos -ordenó a continuación. Daisuke sonrió y se levantó. Se preparó rápidamente y ya se iba a ir de la casa de su chico cuando este se acercó a él, le dio un ligero beso en la comisura de la boca y le dio un masaje en la espalda.



-Gracias, Daisuke estuviste impresionante como siempre, sonrió, su voz amable y calmada volviendo a su ser



-Tú también has estado impresionante



-Estas bien ¿te molesta la silicona para andar? puedes descansar un poco si lo necesitas.



-Está perfecto



-Me sube la temperatura corporal saber que vas a tener semen dentro de tu ano tapado con un tapón mientras estemos con todos



-Y a mi me pone más cachondo que ahora vuelvas a ser ese chico recatado, amable y respetuoso después de lo que me acabas de hacer, eres una bestia sexual



-Tú me incitas a serlo



Un dulce beso selló sus labios y salieron juntos para juntarse con el resto de amigos, la noche de Halloween transcurrió de forma amigable y especial pero los ojos de Ken no podían despegarse del culo de Daisuke al saber que una gran cantidad de semen estaba atrapado felizmente en su ano tapado con un simple tapón, permaneció en su actitud relajada y servicial pero por dentro el deseo carnal seguía subiendo a medida que veía a Daisuke andar, por supuesto, en algún lugar recóndito de la noche, ese semen aprisionado fue liberado, y todo por una simple razón, el dulce rostro sumiso y enérgico de Daisuke.



Las pieles se mezclaron y explotaron de nuevo los sentimientos y el corazón, otra vez.


Datos del Relato
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