~~En
ocasiones he escuchado a los hombres, comentar o quejarse, que les tocó
bailar con la más fea. Bueno, a mí me pasó eso,
pero en lugar de ser la más fea, me tocó bailar con el
más feo. Mi nombre es Maruja, trabajaba para una gran empresa
de comunicaciones, era del staff de secretarias ejecutivas gerenciales,
y con mis treinta años era soltera, pero no por eso quiero decir
que no me divertía de lo lindo, sobre todo los viernes que salíamos
todas las chica, y nos reuníamos en una cafetería cercana
a nuestras oficinas, de donde planeábamos a donde iríamos
o las cosas que pensábamos hacer ese día y los restantes.
Mi amiga y compañera de oficina Marilyn, me había dicho
para salir con una par de chicos de la oficina, el que iba a ser mi
pareja ya lo conocía, en otras ocasiones habíamos salido
a bailar y algo más. Pero resulta que ese día al parecer
su mujer no le dio el permiso, por lo que yo estaba a punto de quedarme
viendo la TV. en mi apartamento. Cuando se lo comentaba a mi amiga llegó
su galán, al que yo no tragaba ni trago todavía, y luego
de enterarse de mi desdicha, propuso que él invitaría
aun nuevo supervisor, en principio cuando le pedí a Marilyn que
me lo describiese, ella me dijo que era alto delgado, extremadamente
simpático, soltero. En fin todo un dechado de virtudes, pero
omitió decirme que era la persona más fea horrorosa que
caminaba sobre la faz de la tierra, cuando nos alcanzó en la
cafetería, me llevé el susto de mi vida, y no exagero.
Como les dije, Marilyn me lo describió, pero omitió decirme
que su rostro parecía una mascara de carnaval, ojos extremadamente
saltones, una nariz que más que nariz parecía un injerto
hecho con un pepino, ya que aparte de ser grande y desproporcionada
con respecto a su rostro, se encontraba toda agujereada y manchada,
así como sus mejillas y gran parte de su frente, era como si
miles de avispas se la hubieran picado infinidad de veces. Sus dientes
o mejor dicho las dos hachas que tenía mal puestas en la boca,
a cualquiera asustaban, en fin el chico en realidad no era feo, era
extremadamente horroroso, aparte de ser bastante calvo, y para colmo
el poco cabello que tenía sobre la nuca, como que nunca se lo
cortaba y se lo arreglaba sobre la cabeza a manera de una peluquita.
Se pueden imaginar ese cuadro, bien al verlo casi salgo corriendo, pero
en esos momentos otra de las chicas comentó que era el nuevo
vicepresidente de la empresa. Por lo que en lugar de salir corriendo
me resigne a mi mala suerte. Ya que algo que he aprendido en mi empleo,
es que ha ese tipo de personas, una no le puede hacer un desaire. Eso
y poner la renuncia sería lo mismo. Así que sin más
remedio que servir de su acompañante, resignada fuimos a bailar,
pero esperando la menor ocasión para escabullirme. Primero Jerónimo
que es su nombre, nos llevó a cenar a un excelente restaurante
estilo Italiano, de esos que importan todos los productos que usan en
la cocina directamente desde Italia, con una gran cava de vinos, y unos
exquisitos postres. Durante ese rato Jerónimo, hizo gala de su
buen sentido del humor, y hasta hizo un chiste en torno a el del que
todos nos reímos a carcajadas, con razón es tan simpático,
ya que con lo feo que es, si fuera antipático de seguro lo hubieran
matado en medio de la calle. Tras la cena fuimos a bailar y Jerónimo
continuó de manera muy simpática siendo el alma de la
fiesta. Bailamos y a medida que lo hacíamos, me comenzó
a tratar como nadie lo había hecho, hasta ese momento, la verdad
que me comencé a sentir como en las nubes con él. También
es cierto que me tomé más de una botella de vino tinto
yo sola prácticamente, pero su manera tan especial de hablarme
y de fijarse en esos pequeños detalles, la verdad que me tenían
toda impresionada. Casi a la media noche, no se de donde se le ocurrió
a mi amiga, invitarnos a todos a su apartamento, apenas llegamos ella
y su galán se metieron directamente en su habitación quedándonos
Jerónimo y yo en su sala, conversando al principio, pero luego
me invitó a seguir bailando, y entre las cosas que decía
y el baile, y desde luego el vino, comencé a ver a Jerónimo
de lo más lindo. Cuando me dio el primer beso, creo que me desvanecí
en sus brazos, realmente no me desmaye pero era como si no tuviera voluntad
para rechazarlo, de suaves y tenues besos, estos pasaron ha ser bastante
acalorados y fogosos, sus grandes manos acariciaban todo mi cuerpo,
divinamente. Lentamente me fue colocando sobre el sofá de la
sala, y ante mi asombró me comenzó a levantar la falda,
cuando realmente caí en cuenta de que iba a colocar su horroroso
rostro contra mi vulva, estuve a punto de salir corriendo, pero el vino,
el mareo y en el fondo las ganas de que lo hiciera, lograron que me
quedase quieta esperando que eso terminase de pasar. Comencé
a sentir una suave cosquilla contra mi clítoris, una vez que
me quito con suavidad las pantaletas y las pantimedias. A medida que
los segundos pasaban esa sabrosa sensación iba en aumento, su
gran lengua la sentía subir y bajar por todos mis labios vaginales
de manera única, y les digo que a esa altura de mi vida ya mas
de un hombre y una que otra mujer me había hecho feliz de esa
manera, o como decían las chicas de la oficina, bajaba al pozo.
A medida que su lengua y hasta su gran nariz las introducía dentro
de mi yo fui gozando de más de un lujurioso orgasmo, sin ser
exagerada creo que más de tres. Por un buen y largo rato mis
manos las tenía sobre su cabeza, apretando su cara contra mi
coño sabrosamente. Hasta que ya bastante exhausta me recosté
sobre mi espalda. Esperando que el tomase la iniciativa. Cuando levanté
la vista lo que vi me llenó de miedo, en mi vida he visto uno
que otro pene, algunos largos, otros gruesos, algunos más grandes,
otros bastante venosos, y hasta de colores oscuros. Pero ver todo eso
en uno solo, fue una gran impresión. Tal fue mi temor, que llegué
a pensar que hasta me reventaría por dentro, así que cuando
comenzó a penetrarme y comencé a sentir como introducía
todo eso dentro de mí. Del susto me quedé como paralizada,
pero su melosa voz en mi oído me dio bastante tranquilidad, sobre
todo como me decía esas cosas tan lindas, como por ejemplo, tienes
una vagina divina Maruja, eras la mujer de mis sueños. Pero a
medida que me introducía o sacaba su inmenso miembro de mi cuerpo,
yo comencé a mover mis caderas, y me envolví tanto, que
me he puesto a gritar y ha llorar como una loca de felicidad, al punto
que Marilyn y su amante salieron bastante asustados de su habitación,
pero al ver en mi rostro toda esa felicidad, regresaron a sus labores.
No es que Jerónimo además de que lo tiene grande, es que
lo sabe mover como pocas personas en el mundo. Tras cambiar una cuantas
ocasiones de posición, y hasta atreverme a metérmelo en
la boca, como quien dice en el entre acto, finalmente se corrió
por completo dentro de mi coño, tras lo cual ambos nos quedamos
dormidos, hasta que Marilyn nos despertó para salir a desayunar,
y ustedes podrán creer que se me olvido asearme. Como a las cuatro
semanas, Jerónimo y yo continuábamos saliendo, claro que
no le decía a mis compañeras lo bien que el feo se movía.
Pero cuando la que tenía que llegar no llegó, fui corriendo
a mi ginecólogo, solo para confirmar que estaba embarazada. Hoy
en día Jerónimo y yo tenemos tres años de casados,
dos hijos, y no le pierdo ni pie ni pisada. Ya que con lo putas que
son mis ex compañeras, si no lo cuido me lo tumban.